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Después de decir que el vasco es una lengua completamente aislada, que tiene algunas analogías con las de América, afirma Hovelacque que el origen de los vascos es un problema que aún no está dilucidado, como tampoco el que haya sido la lengua o al menos uno de los dialectos de los antiguos iberos. Rebate luego las pruebas que se dan en apoyo de la teoría de Humboldt de cuyas razones, dice, apoyado en opinión de lingüistas como Van Eys y Vinson, que no bastan para fundar una convicción. Su teoría es la que dejamos expuesta en el párrafo a que se refiere esta nota. (Véase su obra titulada La Linguistique. París, 1876, págs. 87-106) -Whitney dice del vasco, que es quizá el ultimo testigo de una civilización del Oeste de Europa, destruida por los invasores de la familia indo-europea; que está completamente aislado, pues que en parte alguna del mundo se ha encontrado una lengua análoga a él; que pertenece a un tipo exageradamente aglutinante, y que las únicas lenguas que se le parecen bajo el punto de vista de la estructura son las americanas. (V. su obra La vie du langage. París, 1875, pág. 212.)

 

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Maury, opinando como Humboldt a quien sigue en esto, declara que el vasco (euskuara) es representante del antiguo ibero o indica que se extendió por toda España y el Mediodía de la Galia. (V. su libro La terre et l'homme. París, 1869, págs. 530-532.)

 

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Sostenedores de la teoría orientalista han sido los Sres. Catalina y Rubí y de la latina Monlau y Hartzenbusch, habiendo manifestado sus opiniones en discursos leídos, los de los primeros en Marzo de 1861, los de los segundos en Junio de 1859. Contra el exclusivismo de ambas escuelas se pronuncia el Sr. Canalejas, quien después de reconocer que la cuestión es importantísima y que el problema filológico se enlaza con los más altos problemas de la filosofía y de la historia, afirma que la cuestión no podrá resolverse bien mientras no se estudie y conozca debidamente el sánscrito, lengua de que el gobierno acaba de establecer, con muy buen acuerdo, una cátedra en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad central. El trabajo del Sr. Canalejas merece ser consultado apropósito de esta cuestión. Es un capítulo titulado: De las novísimas opiniones sobre el origen y carácter de la lengua castellana, del libro que bajo el epígrafe de Estudios críticos de filosofía, política y literatura dio a la estampa en Madrid, el año de 1872.

 

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Contra la opinión de D. Francisco Martínez Marina que, extremando la opinión de los latinistas, asienta que no puede alegarse dato alguno para suponer una lengua nacional distinta de la latina en tiempo de la dominación romana, pueden citarse los testimonios de Plinio, Tácito y Silio que ponen de manifiesto la opinión contraria corroborada por Marco Tulio cuando observaba que si los españoles hablaban en el Senado sin intérpretes no serían entendidos, y por Quintiliano cuando decía que el lenguaje del vulgo le parecía de otra naturaleza que el hablado por los eruditos.

 

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Luitprando, que escribió en el siglo X, afirma que por el año 728 se hablaban en España diez, lenguas, a saber: 1ª., el antiguo español; 2ª., el cántabro; 3ª., el griego; 4ª., el latín; 5ª., el árabe; 6ª., el caldeo; 7ª., el hebreo; 8ª., el celtíbero; 9ª., el valenciano, y 10ª., el catalán.

 

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Según cálculos del P. Sarmiento, de 100 palabras españolas 60 son de origen latino, 10 griegas, 10 góticas, 10 árabes, y el resto pertenece a las lenguas de las indias Orientales y Occidentales o al dialecto de los gitanos. El P. Larramendi asienta, en su obra Antigüedad y universalidad del Vascuence en España, que en el primitivo Diccionario de la Academia existían 13,365 vocablos radicales en nuestro idioma, excluyendo, por consiguiente, los derivados: de ellos 554 son arábigos (en la que confirma con el P. Burriel que afirma que el árabe compone una octava parte del lenguaje español en la Edad media); 973 griegos; 90 hebreos; 5.385 latinos; 1.951 vascongados, y 2.786 sin origen conocido.

 

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Los que deseen ampliar este estudio relativo a los orígenes y formación de nuestra lengua, deben consultar: la Ilustración II que el Sr. Amador de los Ríos incluye en el tomo II de su Historia crítica de la literatura española; el Apéndice A. del tomo IV de la Historia de la literatura española, por Ticknor; la obra titulada Del origen y principio de la lengua castellana o romance que hoy se usa en España, del doctor Bernardo Aldrete, canónigo de la catedral de Córdoba; los Orígenes de la lengua española, de D. Gregorio Mayans y Siscar; el Ensayo histórico-crítico sobre el origen y progresos de las lenguas, señaladamente del romance castellano, por D. Francisco Martínez Marina, y los autores que hemos citado en el texto de nuestro trabajo, sin olvidar a Vargas Ponce en su Declamación contra los vicios introducidos en el castellano.

 

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Natural de Valencia, según afirma Luis Vives: algunos suponen que nació en Alejandría.

 

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Casi todos los que de este asunto se han ocupado, convienen en declarar que no es de Séneca la Octavia, que desde luego es debida a un sistema literario diferente del de las otras nueve.

 

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Historia crítica de la literatura española, tomo I, cap. VIII, página 353.