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Los títulos de las otras comedias de D. Francisco Tárrega, son: El cerco de Pavía, La fundación de la orden de la Merced, El esposo fingido, El cerco de Bodas, La perseguida Amaltea, Las suertes trocadas y el torneo venturoso, El príncipe constante, y La gallarda Irene.
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Las otras comedias de Aguilar son: La fuerza del interés, La suerte sin esperanza, La nueva humildad o la nueva humilde, Los Amantes de Cartago, El gran patriarca don Juan de Rivera, Vida y muerte de San Luis Beltrán, El caballero del Sacramento, No son los recelos celos, y El crisol de la verdad. Las citadas doce comedias, son las que quedan de Aguilar, de quien se asegura que escribió veintiocho.
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Esta primera parte de la obra de D. Guillén de Castro es superior a la tragedia de Corneille: así lo han reconocido críticos tan imparciales en este asunto, como Voltaire, Batteux, La Harpe, Sísmondi, Bouterweck, Signorelli, Puibusque, Ticknor y otros extranjeros.
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El licenciado don Pedro Grande de Tena recogió en un libro impreso en 1639 con el título de Lágrimas panegíricas a la temprana muerte del doctor Juan Pérez de Montalván, los sentidos versos que todos los poetas contemporáneos (excepto el implacable y mordaz Quevedo) dedicaron a lamentar la muerte de Montalván, a quien Pellicer consagró un elogio o análisis panegírico algo exagerado de sus obras, en lo cual no hizo más que pagar a quien ni para sus mismos enemigos escatimaba los elogios, muchas veces extremados.
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Las principales obras, aparte de las dramáticas, que salieron de la pluma de Montalván, son Las novelas ejemplares, de que a su tiempo hablaremos, impresas en 1624; El Orfeo en castellano, en id.; Vida y purgatorio de San Patricio, publicada en 1627; El para-todos, curioso libro de instrucción y entretenimiento en que Montalván dio muestras de su erudición y saber, y ensalzó a todos los poetas dramáticos de su tiempo, citando a mas de ochenta, y La Fama póstuma de Lope de Vega, que en la lección XXXIX dejamos citada.
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Sobre la misma popular y conocida leyenda se han escrito otras comedias, tales como la publicada en 1581 con el título de Los Amantes, por Andrés de Artieda, y la que en 1635 dio a luz titulándola Los Amantes de Teruel, Tirso de Molina, de la cual se valió mucho Montalván para componer la suya. El Sr. Hartzenbusch. ha escrito también sobre el mismo asunto y con igual título uno de los mejores dramas de su escogido repertorio.
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El Sr. Mesonero Romanos ha dejado consignada su sospecha de que en la Subcolecturía de Espolios de Málaga deben existir unos cuadernos que el P. Martínez, Obispo que fue de aquella población, tenía escritos acerca de Tirso, de quien supone que daría algunas noticias nuevas.
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Aparte de los dramas, escribió Tirso las siguientes obras: Los Cigarrales de Toledo, que consiste en una reunión de novelas, cuentos y disertaciones en prosa y varias poesías líricas, con tres de sus mejores comedias; la primera parte se imprimió en Madrid en 1624 y la segunda no llegó a salir. -Deleitar aprovechando, que es un libro por el estilo del anterior, impreso en 1635. -Historia general de Nuestra Señora de la Merced, dos tomos. -Genealogía del Conde de Sástago, Madrid, 1640. -Un acto de contrición, en verso, dado a luz en 1630.Varios romances sueltos, en un tomo de comedias impreso en 1616, que contiene además doce entremeses.
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Algunos autores elevan a más de 400 el número de las comedias que escribió durante su juventud: ¡fecundidad pasmosa, sólo comparable a la de Lope de Vega!
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Aunque pocas, tiene Tirso algunas comedias en que no trata mal a las mujeres: sirvan de ejemplo las tituladas La prudencia en la mujer y El amor y el amistad, que por cierto son de las mejores.