Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

José Joaquín Pesado Pérez (1801-1861). Este escritor era poblano, pero se educó en Veracruz, lo cual explica el error del antólogo. En 1839 publicó sus Poesías originales y traducidas, cuya estimación encierra Heredia en este «Prólogo» en breves pero certeros renglones. En el Diario del Gobierno («Parte literaria. Poesías [...] de José Joaquín Pesado» XVI, 1461 (30 de abril de 1839), pp. 179-180), el crítico cubano se limita a insertar el «Prólogo» de la obra escrita por el autor. Esta fue la última colaboración de Heredia en el Diario Oficial antes de su fallecimiento.

 

12

Luis Antepara. Poeta y dramaturgo olvidado escribió poemas menos que medianos en La Águila Mexicana y otros periódicos; solía firmar L. A. Olavarría y Ferrari, en su Reseña histórica del teatro de México (3ª. ed., 1961, t. I, p. 225) lo menciona como autor de la tragedia Selim y encierra su veredicto en dos renglones: «Según los papeles de la época, la tragedia era perfectamente mala.» Por error lo menciona como Luis Anteparan.

 

13

Manuel Carpio Hernández (1791-1860). Es curioso que Heredia valore a Carpio por sus virtudes y no por sus méritos literarios. Carpio fue un poeta tardío cuyas poesías fueron editadas en 1849 por su amigo Pesado; sin embargo Heredia había conocido sus poemas en el Colegio de San Juan de Letrán, y en revistas literarias y en diversos periódicos. Menéndez y Pelayo falló sobre el mérito de este autor: «sus cualidades poéticas son evidentes, aun cuando no sean de primer orden».

 

14

Andrés Quintana Roo (1787-1851). Muy próximo ideológicamente a Heredia, como periodista de combate, Guillermo Prieto los evoca: «... era de ver mis saltos [...] a la casa de mi bienhechor Quintana Roo, donde Heredia, Zavala, Rodríguez Puebla y otros, olían a azufre a lengua y dejaban sin cara en que persignarse a San Constantino y a Gregorio VII, a San Ignacio de Loyola y a San Pedro Arbués.» (Memorias de mis tiempos. 1828 a 1840). Heredia escribió una «Epístola al C. Andrés Quintana Roo» que se considera su testamento político. Quintana Roo, poeta ocasional y de circunstancias, pero de calidad reconocida, y presidente perpetuo de la Academia de Letrán, era imprescindible en cualquier antología de poetas vivos.

 

15

No sabemos si esta colección llegó a publicarse, pero sí nos consta que entre los manuscritos conservados por Heredia existen poesías de la mayor parte de los poetas citados por él. (Nota de Manuel García Garófalo M.).