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No faltaban, empero, críticos y filósofos influyentes como Hugo D. Barbagelata o José Gaos para los que Motivos de Proteo no solamente significaba la culminación de la producción literaria de Rodó, sino de las letras hispánicas en general; véase Barbagelata, «A manera de prólogo», op. cit., p. 27; así como José Gaos, «Pensamiento de lengua española», en (íd.), Obras completas. Tomo VI. Prólogo de José Luis Abellán. Coordinador de la edición, Fernando Salmerón, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1990, p. 60.

 

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La lista de reproches es aún más larga y se concentra sobre todo en objeciones de tipo formal. Notable es aquí el juicio de su compatriota y editor Rodríguez Monegal: «Es, no cabe duda, su obra más ambiciosa. Pero es, también y en más de un sentido, una obra incompleta y fragmentaria. Contiene tal vez sus mejores páginas aisladas, pero es irregular. Su filosofía [...] no cala hondo ni explota las nuevas perspectivas que descubre. Al coleccionar tanto ejemplar dispar, tanta anécdota, tanta variación infinitesimal del humor o del destino, Rodó no pareció advertir que muchas veces se le escapa lo que pone en movimiento ese animado muestrario». (Rodríguez Monegal, «Prólogo a Motivos de Proteo», op. cit., p. 308).

 

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En un texto del año 1908 (año en el cual concluyera sus Motivos), que después apareció en El mirador de Próspero, Rodó escribió: «En esas dilatadas fronteras de la ciencia y el arte, donde se entrelazan de mil modos distintos verdad y belleza, el pensamiento moderno ha suscitado riquísimos modelos de obras intermedias, singularmente adecuadas a nuestro gusto y a nuestras necesidades espirituales». José Enrique Rodó, «La enseñanza de la literatura», en (íd.), Obras completas, op. cit., p. 533.

 

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Desde las aserciones de su colega y biógrafo Víctor Pérez Petit, la lista de nombres de autores ilustres que son relacionados con esta frase inicial se ha ido alargando constantemente. Entre los autores referenciales se cuentan entre otros Marco Aurelio, Lucrecio, Goethe, Pelletan, Dom Jacobus, Amiel o Anatole France; véase Norma Suiffet, José Enrique Rodó. Su vida, su obra, su pensamiento, Montevideo: La Urpila, 1995, p. 105.

 

45

Véase Real de Azúa, «Prólogo a "Motivos de Proteo"», op. cit., pp. LXIX s.

 

46

Un análisis más detallado del espacio literario en el Ariel de Rodó se encuentra en el epílogo de mi ya mencionada edición alemana de esta obra.

 

47

Vease el excelente estudio de Yvette Sánchez, Coleccionismo y literatura, op. cit.

 

48

Véase para ello el capítulo 3.

 

49

Algunos críticos recientemente han festejado sin titubeos a Rodó como «el más grande estilista de América»; véase Suiffet, José Enrique Rudo, op. cit., p. 27.

 

50

Roland Barthes, Roland Barthes par Roland Barthes, París: Seuil, 1975; reeditado en el tercer tomo de sus Obras completas.