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1

Sobre su prosa no narrativa, vid. el ya clásico trabajo de MANSO, Christian, «Salvador Rueda et El patio andaluz», Anales de Literatura Española, n.º 6, 1988, pp. 357-376. Recientemente, han aparecido los estudios de CASAS, Ana, «Los relatos de Salvador Rueda: del cuadro de costumbres al cuento literario», en Montesa, Salvador [ed.], Salvador Rueda y su época. Autores, géneros y tendencias. Actas del XVIII Congreso de Literatura Española Contemporánea, Málaga, Publicaciones Congreso Literatura Española Contemporánea, 2008, pp. 351-362; y RODRÍGUEZ FISCHER, Ana, «El colorista malagueño Salvador Rueda: Granada y Sevilla. Bajo-relieves a la pluma (1890)», Ibidem, pp. 379-382.

 

2

Sus títulos son: «El patio andaluz», «El bautizo», «La Nochebuena», «La matanza», «El brasero», «La parranda», «El velatorio», «El titiritero», «El café flamenco», «El columpio», «El molino», «Cuadro bohemio», «El lañador», «La fiesta de San Antón» y «De piedras abajo».

 

3

Vid. la memoria de licenciatura inédita de QUILES FAZ, Amparo, La vida y la obra de don Manuel Martínez Barrionuevo, Málaga, Universidad de Málaga, 1986, vol. II, p. 608. Mi agradecimiento a la autora, por su generosidad al facilitarme su consulta.

 

4

En El Imparcial, apareció: «La matanza. Cuadro de costumbres», 9-octubre-1885; en La Época: «El columpio», incluido dentro de un artículo que publicitaba la aparición del nuevo libro, titulado: «Entre paréntesis. El patio andaluz», 20-abril-1886, p. 2. Pero el grueso de los textos apareció en El Globo. Aquí se publicaron: «La parranda. Cuadro de costumbres», 19-octubre-1885, p. 2; «El Invernal. Cuadro flamenco», 14-noviembre-1885, p. 2 (al que luego cambaría el título por «El café flamenco»); «El titiritero», 18-noviembre-1885, p. 2; «Cuadro bohemio», 23-noviembre-1885, p. 2; «El molino», 7-diciembre-1885, p. 2; «El velatorio», 14-diciembre-1885, p. 2; «El bautizo», 20-diciembre-1885, p. 2 y «Nochebuena», 24-diciembre-1885, pp. 1-2.

 

5

Los textos integrantes de El cielo alegre son: «El baño de los chiquillos», «La sombra», «El casorio», «Tarde de junio», «La fuente», «La lluvia», «Cuadro campestre», «La faena de naranjas», «La casa de campo», «Buscando nidos», «El paleto de visita», «La peseta y el sol», «La primera salida», «La granizada», «El riego en la huerta», «La caja de pasas», «El recodo del camino», «El movimiento de las hojas», «El doctor Centurias», «El palo del telégrafo», «El montón de basura», «La trilla», «Paisaje de setiembre» y «Semana Santa en Sevilla». He marcado en cursiva los cuadros de costumbres, los que, exclusivamente, van a ser objeto de comentario en este trabajo.

 

6

Vid. su reseña sobre El patio andaluz: «Entre paréntesis. Notas de un lector», El Liberal, 30-junio-1886, p. 1.

 

7

El redactor anónimo de Revista de España que publicó una reseña de El patio andaluz señaló la ausencia de acción y de protagonistas, su cimentación en hechos auténticos, no inventados; la representación de la realidad con gran exactitud y el colorismo (Vid. «Notas bibliográficas», Revista de España, marzo-abril-1886, p. 630). Asimismo, Mariano de Cavia señaló como características propias del autor: la observación, el gusto por la descripción, la retentiva para expresar sus impresiones y la fidelidad para trasladar las imágenes al papel. (Vid. «Entre paréntesis. Notas de un lector», op. cit., p. 1.

 

8

Los textos de El patio andaluz y de El cielo alegre abordaban temas variados; en su mayoría, relativos a las costumbres andaluzas. En sus cuadros de costumbres pueden contemplarse diversiones como: «La parranda», «El café flamenco», «El columpio» o «La fiesta de San Antón»; celebraciones religiosas y actos sociales como «El bautizo», «La Nochebuena», «El velatorio», «Cuadro bohemio», «El casorio» o «El paleto de visita»; tareas domésticas y oficios: «El molino», «La matanza», «El lañador», «El titiritero», «Cuadro campestre», «La faena de naranjas», «El riego de la huerta», «La caja de pasas», «La trilla», muy vinculados, asimismo, con la diversión, pues suelen concluir con escenas de fiesta, cante o baile; o evocaciones de espacios y objetos como: «El patio andaluz» y «El brasero».

 

9

RUBIO CREMADES, Enrique y AYALA, M.ª Ángeles, «Introducción» a Antología costumbrista, Barcelona, El Albir, 1985, p. 24.

 

10

Solo cuatro de estos cuadros de costumbres están ambientados en la ciudad: «La Nochebuena», «El patio andaluz», «El café flamenco» y «La fiesta de San Antón», siendo, además, los dos últimos escenarios madrileños. Pero incluso cuando fija sus ojos en la ciudad, la clase que retrata es la popular.