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Los poetas contemporáneos franceses suelen titular a sus colecciones de poesías Hojas de otoño, Granos de arena, Gotas de rocío, etc.
2
La legua francesa viene a ser un cuarto menos que la española. Ocho leguas corresponden a seis nuestras.
3
La nomenclatura de la moda, tan fantástica como sus caprichos, ha adoptado en aquella capital el título de Leones y Leonas para designar a aquellos elegantes refinados, de ambos sexos, en quienes el cuidado de sus luengas barbas y cabelleras es la ocupación principal. Llámanse también Tigres los otros elegantes de medio carácter imitadores de aquéllos; Ratas las figurantas del baile de la ópera, (sin duda por lo que devoran a los príncipes alemanes, lores ingleses y financieros judíos); y otros nombres así más o menos propios, lo que ha dado lugar a una graciosa sátira que se titula Bestias curiosas de París y su rastro.