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¡Redención!

Drama en cuatro actos y en verso

José María Díaz





AL EXCMO. SEÑOR D. LUIS JOSÉ SARTORIUS, CONDE DE SAN LUIS

     Hemos sido muy amigos en los primeros años de nuestra juventud; lo somos ahora, y lo seremos siempre, a pesar de la diferencia de nuestras opiniones políticas.

     Como prueba de esta amistad nunca desmentida, y como testimonio de agradecimiento y consideración al Ministro que en tiempos azarosos procuró dar impulso a la decaída literatura dramática, coloco tu nombre al frente de esta obra, tan favorablemente juzgada por la prensa, con tanto calor aplaudida por el público.

José María Díaz.



                           PERSONAJES ACTORES
 
HORTENSIA DOÑA JOSEFA PALMA
CONDESA DE ARNADELO DOÑA FRANCISCA TUTOR
INÉS DOÑA CARMEN CARRASCO
BEATRIZ DOÑA CONCEPCIÓN SAMPELAYO
ARTURO GÁRCES DE MOYA DON JULIÁN ROMEA
LAURENCIO DE PIMENTEL DON FLORENCIO ROMEA
LORD SEYMOUR DON LÁZARO PÉREZ
EL GENERAL GÁRCES DON ANTONIO PIZARROSO
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA DON CALISTO BOLDUN
BERNARDO DON PATRICIO SOBRADO
SEÑORAS. CABALLEROS. LACAYOS
La escena pasa en Madrid. 185...


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Acto primero

 
 

Gabinete amueblado con elegancia: salones de baile en el fondo

 
 

Escena I

 
 

LORD SEYMOUR. -EL MARQUÉS DE LA FLORIDA. LAURENCIO DE PIMENTEL. El primero a la izquierda, sentado junto a un velador leyendo el Times. El segundo de pie, al otro extremo del velador, con la cotización de la Bolsa en la mano. LAURENCIO a la derecha, leyendo el Diario de Avisos.

 
LORD SEYMOUR Y esto es lo que más conviene:      
es fuerza, aunque pese al Zar,
del territorio otomano
mantener la integridad.
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA Los fondos están en baja. 5
LAURENCIO DE PIMENTEL ¡Pobre gente!
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA                       Es natural...
mañana gran concurrencia
a la Bolsa.
LAURENCIO DE PIMENTEL (Leyendo.)
                  A caza van
de garitos. «En la calle,
ayer de la libertad...» 10
Y al pie, la lista de todos
los jugadores... «Don Juan
de Sosa, Don Luis...»
LORD SEYMOUR (Levantándose y dejando el Times.)
¡Laurencio!...
LAURENCIO (Deja el Diario de Avisos.)
¡Milord!
LORD SEYMOUR               ¿Usted por acá? 15
¿Y el salón?
LAURENCIO DE PIMENTEL                     Hay mucha gente...
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA (Soltando la cotización de la Bolsa y acercándose a los otros, que ocuparán en este momento el centro de la escena.)
Han bajado y bajarán.
LAURENCIO ¿Los fondos? Pues la hipoteca
(Señalando a la cruz del MARQUÉS.)
que lleva-usted en el frac.
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA La cruz de Carlos III... 20
Cuatro brillantes...
 

(Música de vals dentro.)

 
LORD SEYMOUR (A LAURENCIO.)
                               ¿Y el vals
con Hortensia?
LAURENCIO                           ¡Qué memoria!
¡Y es de Straus!... Voy allá.
 
(Vase.)
 
LORD SEYMOUR ¡Soberbia cruz!
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA                          ¡De brillantes!
La riqueza es un fanal 25
de ardiente luz, que derrite,
si en ello cifra su afán,
la virtud de las mujeres,
del hombre la probidad.
LORD SEYMOUR ¡Exageración!
 

(Dirigiéndose los dos al salón.)

 
                        Costumbres 30
del siglo que andando va.
 

(Al salir se encuentran con INÉS y la CONDESA: saludan y se retiran.)

 
 

Escena II

 

INÉS. CONDESA DE ARNADELO.

 
INÉS Condesa ¿ha sido el calor?
CONDESA DE ARNADELO El calor me ha desterrado
de los salones.
INÉS                         ¡Cuidado!
CONDESA DE ARNADELO No es un misterio de amor. 35
INÉS Si lo es, a mi de derecho
me toca... Discreta soy...
CONDESA DE ARNADELO Lo sé.
INÉS            ¿No se encierra hoy
algún pesar en tu pecho?
CONDESA DE ARNADELO Ninguno.
INÉS                 Mi enhorabuena 40
recibe.
CONDESA DE ARNADELO            Con alma y vida...
INÉS ¿Has visto al de la Florida?
¡Qué de brillantes, Elena!
CONDESA DE ARNADELO ¡Vale su frac un tesoro!
¡De la cabeza a los pies 45
no tiene igual el Marqués!
INÉS ¡Es todo un hombre de oro
macizo!...
CONDESA DE ARNADELO                  La sociedad
para él es un mercado
en que se compra; ha comprado 50
lo que en su ruin vanidad
buscaba, y nadie se cuida
de que Toribio Meneses
es hoy, entre los marqueses,
el Marqués de la Florida. 55
INÉS El nombre de molde encaja...
Don Toribio...
CONDESA DE ARNADELO                         Este es su nombre.
INÉS ¿Y cómo ha subido ese hombre?
CONDESA DE ARNADELO Comprando y vendiendo paja.
INÉS ¿Comprando y vendiendo?
CONDESA DE ARNADELO                                              Sí. 60
INÉS Me da vergüenza ese modo
de medrar.
CONDESA DE ARNADELO                   Inés, aquí
se compra y se vende todo.
INÉS ¿Hasta el amor?
CONDESA DE ARNADELO                            Inés mía;
juzga tú por lo que ves... 65
INÉS El amor...
CONDESA DE ARNADELO                El amor es
también una mercancía.
INÉS ¿Y la amistad?
CONDESA DE ARNADELO (Riéndose.)
                         ¡La amistad!
INÉS ¿Te ríes?
CONDESA DE ARNADELO                Sí; del empeño
que muestras...
INÉS                        ¿Será otro sueño? 70
CONDESA DE ARNADELO Pregunta a la sociedad...
¡¡Amor y amistad!! descuidos
del alma en su edad temprana,
que harán pedazos mañana
los desengaños sufridos. 75
INÉS Elena, tu corazón
es un abismo con cara...
CONDESA DE ARNADELO En cambio tengo muy clara
la antorcha de la razón.
INÉS ¿Y vivir puedes así? 80
CONDESA DE ARNADELO En ello mi dicha fundo.
INÉS ¿No amas a nadie en el mundo?
CONDESA DE ARNADELO ¡Pues no, si me quiero a mí!
INÉS Y sin amor, no te asombre,
Elena, franqueza tanta, 85
¿juraste en el ara santa
fe eterna y cariño a un hombre?
CONDESA DE ARNADELO ¿Qué tiene de extraño, Inés?
Y cumplí mi juramento.
INÉS ¡Notable comportamiento! 90
CONDESA DE ARNADELO ¿Qué de este siglo no es?
Mutuas consideraciones
fundieron en una pieza,
el árbol de su nobleza
y el oro de mis doblones. 95
Buen Conde: de mi caudal,
en vida se aprovechó,
pero al morir me dejó
su gran título feudal.
Joven, bulliciosa y viuda... 100
INÉS ¡También Hortensia lo es!
Tú, como Hortensia...
CONDESA DE ARNADELO                                  ¡Ay, Inés!
Como ella?... Lo pongo en duda.
INÉS ¿Por qué?
CONDESA DE ARNADELO                  Ni soy tan hermosa
que la dispute su trono, 105
(Con malignidad.)
ni tengo, Inés, en mi abono
esa nube misteriosa
en que, se envuelve su ser...
INÉS ¿Misterio en Hortensia?
CONDESA DE ARNADELO                                        Y mucho.
INÉS ¡Será verdad lo que escucho!... 110
CONDESA DE ARNADELO Yo al cabo lo he de saber...
INÉS ¡Vamos!... Te enoja el favor
que se rinde a sus desdenes,
y te irrita de sus trenes
el lujo deslumbrador. 115
CONDESA DE ARNADELO El tiempo dirá.
INÉS                          Ya es obra,
si hay que esperar...
CONDESA DE ARNADELO                              Inés mía,
a un día sigue otro día;
yo sé que razón me sobra.
 
 

Escena III

 

CONDESA DE ARNADELO. INÉS. LAURENCIO DE PIMENTEL. ARTURO GARCÉS DE MOYA.

 
LAURENCIO DE PIMENTEL ¡Mi buen Arturo! Es preciso 120
cambiar de vida y de ser...
¿Por qué no te hemos de ver,
Arturo, en el paraíso?
Te prueba tan mal España.,
que huyes?...
CONDESA DE ARNADELO                   Y a quién debemos 125
tal honra?...
INÉS                 ¿Saber podemos?...
De esa esquivez tan extraña
la sociedad se lamenta.
ARTURO GARCÉS DE MOYA Lisonja no merecida...
La sociedad de mi vida 130
no sueña en pedirme cuenta.
¿Qué le importa mi destino,
si yo no quiero ser suyo,
si me avergüenzo, si huyo,
de su oscuro torbellino? 135
CONDESA DE ARNADELO (Picada.)
¡Injusta misantropía!
¡Lección con gran tino dada!
ARTURO GARCÉS DE MOYA Podrá ser equivocada
mi opinión, pero es la mía.
CONDESA DE ARNADELO De usted solo: y solo usted 140
quizás tache de enojosa
esta soirée...
LAURENCIO DE PIMENTEL Más famosa
no la he visto, ni veré.
Del salón la claridad 145
es tal, que envidia no tiene
al sol cuando se nos viene
con toda su majestad.
¡Qué profusión de labores
en los ricos cortinajes! 150
Por cintas, bandas de encajes
aprisionando las flores.
Por do quiera de las luces
al fulgor, brillan mezclados
de las damas los tocados, 155
de los magnates las cruces.
Aquí agrupada en tropel
la flor de la juventud
adora la esclavitud
en los ojos de Raquel, 160
ese ángel de gracia suma
nacido en la Gran Bretaña,
que trajo a costas de España
de mar la rizada espuma.
Allí con su blanca toca 165
de ricos encajes hecha,
galanes, Laura deshecha
con la sonrisa en la boca;
y más lejos, por que en ellos
se escondan bien sus hechizos, 170
enreda Julia los rizos
de sus dorados cabellos.
Aquí un señor cuya renta
por los tributos zozobra,
los males de España cuenta 175
a un diputado que cobra.
Allá un banquero sin caja
disfraza al mundo su historia,
acá un general con gloria
al lado de otro con faja: 180
y en medio de la alegría
que arroja al viento la orquesta,
nueva salva de una fiesta
que ha de durar hasta el día,
engalanados y chuscos, 185
vampiros de nuevas pintas,
se ve en el fondo con cintas
de varios reinos rebuscos,
de los ex-mi... casi toda
la caterva que tú sabes, 190
con sus continentes graves
y sus uñas la moda.
¡Qué espectáculo! El cogollo
de Madrid. ¡Ay! La función
es tal, que en todo el salón 195
no hay una vieja ni un pollo.
INÉS Oh, que gracioso relato
LAURENCIO DE PIMENTEL Pícome yo de muy fiel.
CONDESA DE ARNADELO No mucho... olvidó el pincel...
LAURENCIO DE PIMENTEL Dígalo usted.
CONDESA DE ARNADELO                      Un retrato. 200
LAURENCIO DE PIMENTEL ¿De quién?
CONDESA DE ARNADELO                    ¡Memoria, Laurencio!...
LAURENCIO DE PIMENTEL Si por más que reflexiono
CONDESA DE ARNADELO ¿Tan poca luz da su trono?
¿Y Hortensia?
LAURENCIO DE PIMENTEL                        Es verdad. Silencio:
¡Qué mujer más seductora! 205
No tiene, Arturo, idea!...
Quién la vio, verla desea,
la admira quien no la adora.
Por donde quiera que pasa
es reina en su propia fiesta, 210
aunque procura modesta
ceder el trono en su casa.
No sé qué en sus ojos brilla,
pero se que es un encanto
el misterioso quebranto 215
de su pálida mejilla.
Ora elegante y resuelta,
de Prado la estrecha calle
recorra, ocultando el talle
en ricas pieles envuelta: 220
ya sacuda la mantilla,
y de sus blondas al aire
con más arrojo y donaire
que las hijas de Sevilla;
Hortensia es ser que no pinta 225
la inspiración del poeta,
imagen que en la paleta
del pintor no encuentra tinta.
¡Pobrecita! Compasión
me da!
ARTURO GARCÉS DE MOYA            ¿Tan mala es su suerte? 230
LAURENCIO DE PIMENTEL Como que lleva la muerte
metida en el corazón.
ARTURO GARCÉS DE MOYA (Con calor.)
Imposible.
LAURENCIO DE PIMENTEL No des gritos.
¿Cómo no, si lo asegura 235
un gran médico que cura
con agua y con papelitos?
CONDESA DE ARNADELO ¿La conoce usted?
ARTURO GARCÉS DE MOYA                               ¿Yo?... Sí
CONDESA DE ARNADELO Ese interés que se toma...
ARTURO GARCÉS DE MOYA La he visto una vez en Roma, 240
y en Francia otra vez la vi.
CONDESA DE ARNADELO ¿Quién es?
ARTURO GARCÉS DE MOYA                   La viuda de un Conde.
CONDESA DE ARNADELO Su mucha renta se ve
por lo que gasta.
ARTURO GARCÉS DE MOYA No sé. 245
CONDESA DE ARNADELO ¿Y su cuna? Corresponde
a la exquisita nobleza
de sus modales?
ARTURO GARCÉS DE MOYA                           Lo ignoro.
Solo sé que es un tesoro
de elegancia y de belleza. 250
CONDESA DE ARNADELO ¡Vamos Arturo! ¿Quién es
la encantadora extranjera?
ARTURO GARCÉS DE MOYA Esta es la ocasión primera.
que su invitación cortés
me dio, Condesa, permiso 255
de verla.
CONDESA DE ARNADELO                Quiere decir...
ARTURO GARCÉS DE MOYA (Con sequedad.)
Que mi respeto admitir
en reino extraño no quiso.
CONDESA DE ARNADELO ¡Risa da tono tan serio!...
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Condesa!...
LAURENCIO DE PIMENTEL                   Genio y figura... 260
Hortensia...
CONDESA DE ARNADELO (A ARTURO con intención.)
                    Hortensia...
ARTURO GARCÉS DE MOYA (A la CONDESA.)        Es locura
suponer...
CONDESA DE ARNADELO               Sí, ¡aquí hay misterio!...
 
 

Escena IV

 

HORTENSIA. CONDESA DE ARNADELO. INÉS. EL MARQUÉS DE LA FLORIDA.-LORD SEYMOUR. ARTURO GARCÉS DE MOYA. LAURENCIO DE PIMENTEL.

 
HORTENSIA Milord, las dos fugitivas...
miradlas.
LORD SEYMOUR (Fijando una mirada de disgusto en ARTURO)
               Sí.
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA                    ¡Tan hermosas!
LAURENCIO DE PIMENTEL ¡Como siempre!
 

(Se coloca al lado de Hortensia y la habla, al oído.)

 
CONDESA DE ARNADELO (En voz baja a INÉS.)
                            Don Toribio. 265
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA ¡Tan elegantes!
CONDESA DE ARNADELO                          ¡Lisonja!
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA Justicia, justicia seca...
CONDESA DE ARNADELO (A INÉS en voz baja.)
La paja seca se compra
a más precio.
LORD SEYMOUR (Para sí)
                       Lord Seymour,
atención.
HORTENSIA (En voz alta riéndose.)
                ¡Jesús! ¡Qué cosas 270
me dice Laurencio!
LAURENCIO DE PIMENTEL                                 Hortensia...
HORTENSIA Frases de amor amontona
tan sin concierto... ¡Silencio!
Basta ya.
LAURENCIO DE PIMENTEL Si usted se enoja, 275
callaré.
ARTURO GARCÉS DE MOYA (Aparte.)
             Ni una mirada!...
LORD SEYMOUR (En voz baja a HORTENSIA.)
Aquí está.
HORTENSIA (En voz baja a SEYMOUR.)
                           No puedo ahora
explicar...
LORD SEYMOUR (En voz baja a HORTENSIA.)
              La mira a usted
con insistencia enfadosa.
HORTENSIA (En voz baja a SEYMOUR.)
Es cosa muy natural 280
en todo el que se enamora.
LORD SEYMOUR ¡Hortensia!...
HORTENSIA                    Silencio... Inés...
(Tose.)
INÉS Esa tos es peligrosa...
Hortensia, cuídate más.
HORTENSIA ¿Para qué?
CONDESA DE ARNADELO                   La vida es corta. 285
HORTENSIA ¡Vale tan poco la mía!
INÉS No digas eso: ¿estás loca?
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA No soy de ese parecer.
LAURENCIO DE PIMENTEL También mi opinión es otra.
 

(Pasa al lado de SEYMOUR y entabla con él un diálogo muy animado.)

 
CONDESA DE ARNADELO ¿Lord Seymour no es de la misma? 290
LAURENCIO DE PIMENTEL Como al honor no se oponga,
de la Inglaterra...
LAURENCIO DE PIMENTEL                           ¡Laurencio!
CONDESA DE ARNADELO ¿Y usted, Arturo, la adopta?
ARTURO GARCÉS DE MOYA Obrar de otro modo...
HORTENSIA (Con extrañeza.)
                                Arturo!...
ARTURO GARCÉS DE MOYA Arturo Garcés de Moya. 295
HORTENSIA ¿Pues quién es aquí el Vizconde
de Villalpando y Pedrosa?
ARTURO GARCÉS DE MOYA Yo Soy.
HORTENSIA (Con intención a SEYMOUR.)
             ¡Milord!
ARTURO GARCÉS DE MOYA                            Una herencia
que acaso en Madrid se ignora.
HORTENSIA (Mirando al reló.)
Las dos. Al Buffet.
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA (Ofreciendo un brazo a la CONDESA y otro a HORTENSIA.)
                               Supongo... 300
CONDESA DE ARNADELO (A INÉS en voz baja.)
El de Pravía.
ARTURO GARCÉS DE MOYA (Ofreciéndola el brazo.)
                     Inés.
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA                              ¡Dos joyas!
CONDESA DE ARNADELO Tres con la placa...
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA                             No tanto,
Condesa... Usted me sonroja.
 
 

Escena V

 

LORD SEYMOUR. LAURENCIO.

 
LAURENCIO DE PIMENTEL No somos de una opinión.
LORD SEYMOUR Ni lo seremos...
LAURENCIO DE PIMENTEL                         ¡Pensar 305
en que es oportuno y fácil
un cambio en la sociedad!
Esa doctrina, milord,
muy conveniente será
bajo el cielo nebuloso 310
de Inglaterra...
LORD SEYMOUR La verdad
donde quiera que se siembra
sazonados frutos da.
Si la nobleza descuida 315
y ve como propiedad
de clase más inferior
la lid constitucional...
LAURENCIO DE PIMENTEL ¡Ojalá que nunca arrostre
tan proceloso huracán! 320
LORD SEYMOUR No espere usted que de siglo
la marcha se vuelva atrás.
LAURENCIO DE PIMENTEL Por esa razón yo llevo
una vida excepcional.
LORD SEYMOUR ¡Extravagante!
LAURENCIO DE PIMENTEL                         Procuro 325
vivir sin penas ni afán.
visto, como, bebo y bailo,
y déjole a usted pensar,
si el cuerpo, con esta vida,
que agradecerme tendrá... 330
LORD SEYMOUR ¿Y el alma? ¿la inteligencia?
LAURENCIO DE PIMENTEL Ya estoy... ¿El pasto moral?
No lo descuido... En un libro,
milord, me he dado a estudiar,
y hallo en él tanto embeleso, 335
tan sabrosa amenidad...
LORD SEYMOUR ¿Cuál?
LAURENCIO DE PIMENTEL             Uno del siglo quince
y cuya lectura es ya,
extraño que usted lo ignore,
la lectura universal.
LORD SEYMOUR ¿Y se titula?
LAURENCIO DE PIMENTEL                     Es un libro 340
de pocas hojas, que van
y vuelven del que las lee,
milord, a la voluntad.
LORD SEYMOUR No caigo...
LAURENCIO DE PIMENTEL                  En él se fijó
mi inteligencia con tan 345
extraña afición, que en él
aprendí lo que jamás
olvidaré... La malilla,
el tresillo, la imperial,
el faraón, el pecado, 350
el monte, la brisca, el craps,
el treinta y cuarenta, el quince,
la báciga, el baccarrá,
el golfo, el whist, el piqué,
la bonillotte, sin el brelán, 355
el ecarté, la rentilla,
el tute, el solo, el parar,
el l'ausquenet, los tresietes,
y el burro, juego que ya
se va extendiendo bastante 360
entre los hijos de Adán.
Mi educación fue completa.
LORD SEYMOUR ¡Erudición singular!
¡Que no ha de poder usted
hablar con formalidad! 365
LAURENCIO DE PIMENTEL ¿Y de qué me servirá?
Cree usted, que por predicar
moralidad a los hombres,
ha de haber moralidad?
Que por decir verbi gratia, 370
el gobierno marcha mal,
cree usted que de rumbo cambie
por eso el gobierno? ¡Bah!
¡Qué locura! Milord, vamos,
que nos espera el champagne 375
y a la salud beberemos
de mi Hortensia.
LORD SEYMOUR                             Esa deidad
tiene a usted loco de amor,
según cuentan.
LAURENCIO DE PIMENTEL                          ¡Lenguaraz
impostura! Yo de Hortensia 380
sólo quiero la amistad;
le he consagrado la mía,

(Dándole la mano.)

y eterna, milord, será.
LORD SEYMOUR (Aparte.)
¡Laurencio!... ¡Tan buen criterio,
y tanta informalidad! 385
 
 

Escena VI

 

HORTENSIA.

 
¡Sola por fin! ¡Sin cuidado
respire mi corazón!
¡Funesta casualidad
¡Si hubiera sabido yo!...
El conde de Villalpando 390
es el bizarro español
que en Nápoles me seguía,
que en Roma y en Berlín me vio,
desde hace dos años sombra
¿que presta a mi cuerpo Dios? 395
¡Él es!... ¡él es... en sus ojos!...
¡Nunca!... ¡me espanta su amor!
Y sin embargo, aquí dentro
su imagen querida... no.
Sujete este amante impulso 400
el yugo de mi razón.
La lucha es grande. Luchemos.
¡A mí los placeres de hoy,
los de mañana, del mundo
es brillo fascinador! 405
¡Banquetes, bailes, partidas
de caza, el radiante sol
de mi libertad en todo
su magnífico esplendor!
¡No le he de hablar!... ¡Si le hablo!... 410
Misteriosa inclinación,
no me deslumbres, ahoga,
sin que él la escuche, tu voz.
 
 

Escena VII

 

ARTURO GARCÉS DE MOYA. HORTENSIA.

 
HORTENSIA ¿Usted aquí?
ARTURO GARCÉS DE MOYA                      Yo quería
hablar a usted, pero lejos 415
de esa confusión...
HORTENSIA                             ¿Qué causa?
ARTURO GARCÉS DE MOYA La diré: con loco empeño
la flor en usted, Condesa,
de mi ventura contemplo.
HORTENSIA Declaración repentina 420
de amor...
ARTURO GARCÉS DE MOYA               De amor y sincero,
HORTENSIA (Riéndose.)
Mil gracias,
ARTURO GARCÉS DE MOYA                     No pague usted
con risas de menosprecio...
HORTENSIA ¿De qué se trata?
ARTURO GARCÉS DE MOYA                             De mucho.
Se trata de dar remedio 425
a un grave mal que se esconde
en el fondo de mi pecho.
Se trata de una pasión
que ha alimentado en silencio,
reconcentrada, profunda, 430
que nunca faltó al respeto:
se trata, Condesa, aquí
de dos años de tormento
en cambio de una esperanza.
HORTENSIA Esa esperanza es un sueño 435
que a la luz del desengaño
irá desapareciendo.
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Señora!
HORTENSIA               ¿Qué quiere usted?
no sé si tiene derechos
el corazón. Mi interés
es un piloto que empleo 440
para cruzar de esta vida
en los mares turbulentos.
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡De veras lo dice usted!
HORTENSIA Lo digo como lo siento.
ARTURO GARCÉS DE MOYA Condesa...
HORTENSIA                Basta de amor... 445
no es a propósito el tiempo...
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¿Y cómo arrancar del alma?
HORTENSIA Lanzando del pensamiento
a esfera más importante,
más pura y hermosa el vuelo. 450
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Más pura, ni más hermosa!...
HORTENSIA ¿No existe la gloria?
ARTURO GARCÉS DE MOYA                                  Es cierto.
HORTENSIA La gloria corona al cabo
la inspiración del ingenio.
ARTURO GARCÉS DE MOYA La envidia la despedaza 455
con su sarcasmo violento.
HORTENSIA La ambición...
ARTURO GARCÉS DE MOYA                       No me deslumbra
el brillo de sus arreos...
HORTENSIA Proyecte usted un canal,
algún camino de hierro... 460
Hágase usted diputado,
y en el febril movimiento
de las sesiones...
ARTURO GARCÉS DE MOYA                           Amor
domina sólo aquí dentro.
Para tal investidura, 465
en mi juicio, es lo primero
la independencia.
HORTENSIA                              Vizconde,
no ha visto usted el Congreso?
ARTURO GARCÉS DE MOYA Amar a usted es mi gloria,
y ver a usted mi embeleso. 470
¡Oh! ¡Qué pálido es el brillo
de esos pobres pensamientos
que asoman bajo esa trenza
de tan hermosos cabellos!
Más que dan, quitan a usted 475
valor y merecimiento.
 

(HORTENSIA se quita los pensamientos de la cabeza y los coloca sobre el corazón.)

 
HORTENSIA ¿Será verdad tanto amor?
ARTURO GARCÉS DE MOYA Mis labios nunca mintieron.
HORTENSIA La ilusión se desvanece
muy pronto...
ARTURO GARCÉS DE MOYA                     Cuando es un mero 480
capricho.
HORTENSIA                 La posesión
es flor que lleva en sus pétalos
cabe el arpón de la duda
la horrible hiel del desprecio.
ARTURO GARCÉS DE MOYA No, jamás.
HORTENSIA                   Ya mis mejillas 485
su antiguo encanto perdieron.
La enfermedad que me aqueja
trocó de apacible en seco
mi carácter, y de dócil
en caprichoso y soberbio. 490
Tan pronto estoy en España
como en Italia: no puedo
pasar un año, tres meses,
tranquila en un mismo pueblo.
Pobre esqueleto con vida 495
prestada, en sedas envuelto,
que va de aquí para allá,
despavorido y temiendo
que su sepulcro le llame
para guardarle en su centro. 500
HORTENSIA ¿Quién es, Hortensia, el esclavo
que leyes dicta a su dueño?
La esclavitud del amor
no es un suplicio, es el cielo
del alma. ¡Curar los males 505
de la que se ama; en el templo
penetrar en que ella esconde
al abrigo del silencio
el rico y santo tesoro
de su amor; beber su aliento! 510
Vivir un día siquiera
quemándose en ese fuego
que engrandece y purifica
del alma los sentimientos;
de su existencia rasgar 515
el siempre tupido velo...
HORTENSIA No intente usted de la mía
penetrar en el misterio:
¡asusta, avergüenza, mata
la ilusión. Oscuro cieno 520
en que avergonzado y solo
se revuelve un esqueleto!
ARTURO GARCÉS DE MOYA Y si yo con mi cariño
tan turbio pantano seco,
y en él por mi buena estrella, 525
de amor la semilla siembro...
HORTENSIA Espinas recogerá
quien tenga ese atrevimiento.
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¿No ha amado usted en su vida?
HORTENSIA ¡Ay! No sé; ¡no lo recuerdo! 530
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Hortensia!
HORTENSIA                    Si usted me ama,
váyase usted.
ARTURO GARCÉS DE MOYA (Limpiándose las lágrimas.)
                       Obedezco.
HORTENSIA ¿Llora usted?
ARTURO GARCÉS DE MOYA                       ¡Valen tan poco
estas lágrimas que vierto!
HORTENSIA ¡Vizconde!
ARTURO GARCÉS DE MOYA                   ¿Qué quiere usted? 535
HORTENSIA ¡Dios me asista! Yo no quiero
que usted me aborrezca.
ARTURO GARCÉS DE MOYA                                         Nunca.
HORTENSIA ¿Y tanto amor será eterno?
ARTURO GARCÉS DE MOYA Lo será; créame usted,
señora...
HORTENSIA              No...¡Yo fallezco! 540
 
(Apoyándose en una silla)
 
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Hortensia! ¡Qué agitación!...
¡Si lo que pasa es un sueño!
HORTENSIA Esta es la primera vez
que grita amor aquí dentro.
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Eres un ángel, Hortensia!... 545
HORTENSIA (Dándole los pensamientos que colocó en su pecho; Arturo la besa la mano arrodillándose.)
¡Soy una loca que pierdo
la ostentación que deslumbra
por un bien tan pasajero!
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Siempre! ¡siempre!
HORTENSIA                                  ¡Dios dirá!
ARTURO GARCÉS DE MOYA ¡Sobre el corazón!
 
 

Escena VIII

 

ARTURO GARCÉS DE MOYA. LORD SEYMOUR. HORTENSIA.

 
(ARTURO GARCÉS DE MOYA permanece arrodillado.)
 
LORD SEYMOUR                                 ¡Qué veo! 550
HORTENSIA Es el Vizconde, milord,
el único a quien encuentro
sin una cinta en el frac;
y de esta manera al verlo,
le he honrado con esa flor 555
que engalanaba mi pecho.
MILORD Consérvela muchos años,
que tiene la flor gran precio.
ARTURO GARCÉS DE MOYA Condesa...
HORTENSIA                 Señor Vizconde...
¿Se aleja usted? No pretendo 560
tener de su compañía
esta noche el privilegio.
ARTURO GARCÉS DE MOYA No dejaré los salones
sin ver a usted.
HORTENSIA                         Hasta luego.
 
 

Escena IX

 

HORTENSIA. LORD SEYMOUR.

 
LORD SEYMOUR Será ofensa el suponer 565
que es prenda al cabo esa flor
y donativo de amor?
¿Debo al impulso ceder
de un corazón ya celoso?
HORTENSIA ¡Dos años duró esta lucha! 570
LORD SEYMOUR (Con ironía.)
¿Fue la resistencia mucha?...
HORTENSIA ¿Milord, es usted mi esposo?
LORD SEYMOUR Creía tener derecho
a una franca explicación.
HORTENSIA Le sobra a usted la razón. 575
LORD SEYMOUR Condesa, si yo sospecho
de usted intención no sana..
HORTENSIA Daré respuesta cumplida
a esa indicación: mi vida
tiene un ayer y un mañana. 580
LORD SEYMOUR (Con intención.)
Echó en el olvido el ayer,
por mi ternura, mi juicio...
HORTENSIA Si fue grande el sacrificio,
sabrelo yo agradecer.
LORD SEYMOUR ¡Sacrificio!
HORTENSIA                    La ironía 585
milord, mis nervios subleva...
ese sacarmo me lleva
adonde yo no quería.
LORD SEYMOUR ¡Flaqueza o casualidad!
HORTENSIA Admito gustosa el reto... 590
LORD SEYMOUR (Con sarcasmo.)
Faltar no quise al respeto
que usted merece.
HORTENSIA                              Es verdad.
Lo merezco por mujer,
y no esperaba, señor,
que conociéndolo un lord 595
me echase en cara ese ayer.
Y puede orgulloso estar
lord Seymour, par de Inglaterra,
por ser quien supo en la tierra
de rabia hacerme llorar. 600
LORD SEYMOUR Y usted que guardando oculto
ese cariño, señora...
HORTENSIA Supongo, milord, que es hora
de dar treguas al insulto.
(Tose.)
LORD SEYMOUR Prudencia, tranquilidad... 605
y no olvidemos los dos
que es peligrosa esa tos...
HORTENSIA ¿Milord, es burla o piedad?
LORD SEYMOUR Hablemos en paz aquí
y con lisura.
HORTENSIA                      Eso quiero. 610
LORD SEYMOUR Amante más caballero
no se conoce...
HORTENSIA                       Es así.
LORD SEYMOUR Pues bien; es fuerza poner
un término...
HORTENSIA                     Usted se olvida,
milord, de que hay en mi vida, 615
por mi desgracia, un ayer.
LORD SEYMOUR Condesa, hablaré más claro
si usted me permite...
HORTENSIA                                  Sea.
LORD SEYMOUR Suplico a usted que me crea.
HORTENSIA Prosiga usted sin reparo. 620
Conozco mi situación...
LORD SEYMOUR Esa sospecha es injusta...
HORTENSIA Me abochorna, no me asusta,
lord Seymour, mi condición.
LORD SEYMOUR Tres años ha que nos vimos 625
HORTENSIA En Berlín.
LORD SEYMOUR                  Y a usted le plugo,
Condesa, aceptar el yugo
en que ha tres años vivimos.
HORTENSIA Es verdad.
                 Desde ese día...
HORTENSIA Dictó su ley mi capricho. 630
LORD SEYMOUR Yo nunca lo hubiera dicho...
HORTENSIA ¿Por qué no, si aunque tardía
mi voluntad hoy recobra
su independencia?...
LORD SEYMOUR                               Cuidados
de amante, alhajas, brocados... 635
HORTENSIA Todo eso, Milord, me sobra.
LORD SEYMOUR Y si yo, que ciego adoro
en usted, que no comprendo
la vida, sino teniendo
de esa hermosura el tesoro, 640
ofrezco a usted jerarquía,
riqueza que al mundo asombre,
y con mi mano mi nombre?...
HORTENSIA Milord... Lo rehusaría...
LORD SEYMOUR Está bien, y pues no encuentro 645
razón mejor que pudiera...
HORTENSIA Esta es la ocasión primera.
que grita amor aquí dentro.
Y quiero al dejar la cumbre
a que me alzó mi destino 650
que en este nuestro camino
la antorcha del amor me alumbre.
Usted que ha visto el profundo
lodazal de mi existencia,
y el borrón de la sentencia 655
que en mi frente el mundo.
Usted pretende que yo
manche el blasón de ese nombre
que lleva sin mengua un hombre
tan generoso?... Eso no. 660
Acúseme usted de ingrata...
será doble mi martirio;
mas calme usted el delirio
de pasión tan insensata.
Busque usted de los amores 665
en el jardín la azucena,
deje usted la rosa llena
de espinas y sin colores.
No es, bueno que en adelante,
si acepto esa diestra honrada, 670
mi velo de desposada
la torpe, envidia levante,
y en su triunfo logre ver
lo que he sido y lo que soy;
mis ingratitudes de hoy, 675
mis escandalos de ayer.
LORD SEYMOUR Condesa, a todo me obligo
desde este triste momento...
No soy lo que fui, y presento
la mano de un buen amigo. 680
HORTENSIA La acepto, Conde.
LORD SEYMOUR                               Los dos
sabemos lo que ella vale.
HORTENSIA No hay otra que se le iguale.
LORD SEYMOUR (Besándole la mano.)
El último.
HORTENSIA                 Enrique, adiós.
 
 

Escena X

 

LAURENCIO DE PIMENTEL. CONDESA DE ARNADELO. EL MARQUÉS DE LA FLORIDA. ARTURO GARCÉS DE MOYA, por el fondo. INÉS. LORD SEYMOUR. HORTENSIA. Señoras y caballeros por distintos puntos.

 
LAURENCIO DE PIMENTEL ¡Charmant! ¡Charmant! 685
LORD SEYMOUR (Enjugándose las lágrimas. Con enfado.)
Soy un niño.
EL MARQUÉS DE LA FLORIDA (A INÉS y a la CONDESA.)
¡El mejor de los mejores!
HORTENSIA (Aparte.)
El llanto riega las flores
primeras de mi cariño.
 
(Se oye la orquesta.)
 
De nuevo el baile convida..., 690
Condesa, querida Inés...
 

(Se van las tres por el fondo agarradas del brazo.)

 
LAURENCIO DE PIMENTEL ¿No vas al salón?
ARTURO GARCÉS DE MOYA (Sentándose con aire meditabundo. LORD SEYMOUR recostado en la chimenea.)
                             Después.
LAURENCIO DE PIMENTEL (Al MARQUÉS, se sientan los dos a la mesa de juego.)
Juguemos una partida.
 

(Las señoras y los caballeros se dispersan en distintas direcciones. Cae el telón.)

 

FIN DEL ACTO PRIMERO

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