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Cuanto Acarette refiere en este párrafo nos ha sido dable confirmarlo en otras fuentes, lo que nos reafirma en la suposición de que su relato es veraz y documentado en todo aquello que comenta por conocimiento directo, en tanto que trastrueca o exagera los hechos cuando los narra de oídas. El gobernador de Buenos Aires, Alonso Mercado y Villacorta, que ofrecía al monarca las seguridades de que se respetaría la prohibición de comerciar con el puerto de Buenos Aires, -«no consentiría -dijo- entrar un pájaro en dicho puerto»- fue el que permitió al barco holandés mencionado por Acarette, cargar «veinte y un mil cueros de toros, diez mil libras de lana vicuña, treinta y un mil pesos en plata, y los víveres necesarios para el viaje», con tal que transportara a España unos pliegos en los que tenía interés y suma urgencia» (PEDRO LOZANO, p. 442). (N. del E.)

 

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Lozano también confirma este dato. «Admitió el partido don Alonso Mercado -dice-, y pareciéndole un señalado servicio para S. M., dio cuenta de todo con autos al Real Consejo» (Ibidem). Siguiendo al historiador jesuita debemos de agregar que «dicho navío, fuera de haber vuelto muy interesado, había servido de puente por donde otros navíos desembarcaran porción considerable de mercancías que traspusieron en el navío de concierto: y que en trueque de ellas, recibieron cantidad grande de cueros, como de barras, piñas, plata sellada y labrada, de que dio cuenta al señor Felipe Cuarto su enviado de Holanda don Estevan Comarca que se halló presente al desembarque de las mercancías y se decía llevaba tres millones» (Ibidem). Esta actitud determinó que se revocase el nombramiento de Presidente de la primera Real Audiencia que se estableció en Buenos Aires, hecho en favor del gobernador Mercado y Villacorta y además se le enviase juez residenciador, a quien no le pareció muy acertado su gobierno «porque aunque entró muy gustoso en la pesquisa secreta, halló algunas marañas que le obligaron a ponerle preso, averiguándole varios desordenes sobre descaminar la Hacienda Real». Sin embargo, al monarca debió parecerle «que sus yerros tenían menos de malicia que de sobrada confianza», por cuanto le destinó al gobierno de Tucumán, en 6 de abril de 1663 (TORRE REVELLO, p. 489). (N. del E.)

 

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«El personal que vino de España, partió en la expedición de Ignacio de Maleo Aguirre, en tres bajeles salidos de Cádiz, año 1663» dice ENRIQUE RUIZ GUIÑAZÚ comentando el establecimiento de la primera Real Audiencia de Buenos Aires, (ESTUDIOS EDITADOS POR LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES, t. VII, La magistratura indiana, p. 173, Buenos Aires, 1916). (N. del E.)

 

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«La doble actitud de Ignacio de Maleo como capitán de navíos de registro y contrabandista aprovechado, tiene un puesto en este período gubernativo de la colonia entre los comerciantes inescrupulosos, los funcionarios prevaricadores y el pueblo necesitado de toda suerte de géneros y mercancías. Cuando el gobernador don José Martínez de Zalazar designé corregidor, teniente general y capitán de guerra a don Alonso Pastor (agosto 29 de 1663), le extendió instrucciones para su mejor cometido, en cuyo quinto punto le encomendaba pedir al «capitán Ignacio de Mateo (sic) memoria y rrason de los mercaderes y personas interesadas que binieren en estos tres navios de registro y con ella se haga cavildo y acuerdos ajustando y resolviendo en el que dos de los dichos mercaderes abran tiendas públicas de las mercaderías mas neçessarias en la republica para que los naturales de esta ciudad y su distritto puedan comprar por menor y de primera mano lo que necessitaren anttes que passen a la de los mercaderes de seta tierra que la suben con excesso» (Acuerdos del extinguido Cabildo, etc, p. 430). Conforme con lo informado por Maleo, en la sesión del 12 de setiembre de 1663 fueron nombrados «los capitanes Sebastian de Casa Debante y a Francisco Antonio Tolete mercaderes mas interesados a quienes se notifico abran tiendas publicas de los generos que traen para que gosen los becinos de esta ciudad de lo que tuvieren nesecidad» (Ibidem, p. 429). (N. del E.)