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1

No he creído conveniente condensar el tono ligero de algunos párrafos, y en general de todo el texto, justificado por la orientación eminentemente «comunicativa» de la ponencia original, que el presente artículo apenas modifica. Así como tampoco he eliminado la divulgación de algunas ideas y datos seguramente conocidos de muchos. Me he limitado a añadir en nota las citas imprescindibles, o un tanto caprichosamente alguna nueva. Una bibliografía más completa sobre el tema se encontrará en los artículos citados en la nota 5. En todas las citas a continuación seguiremos las siguientes ediciones: Juan Manuel CACHO BLECUA, ed., Garci Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula, 2 vols., Madrid: Cátedra, 1987-1988; Martí de RIQUER, ed., Tirante el Blanco, 5 vols., Madrid: Espasa-Calpe, 1974 (pero cuando cite por el original catalán me referiré siempre a M. de RIQUER, ed., Joanot Martorell i Martí Joan de Galba, Tirant lo Blanc (i altres escrits de Joanot Martorell), Barcelona: Ariel, 1979; Dorothy S. SEVERIN, ed., Fernando de Rojas, La Celestina, Madrid: Alianza, 1969.

 

2

En el caso específico de Tirant lo Blanc, y a la espera de la bibliografía que preparo en colaboración con Rosanna CANTAYELLA, pueden consultarse los estudios de Kathleen MCNERNEY, «Tirant lo Blanc» Revisited. A Critical Study, Detroit: Medieval and Renaissance Monograph Series, 1983; Edward T. AYLWARD, Martorell's «Tirant lo Blanc»: A Program for Military and Social Reform in Fifteenth-Century Christendom, Chapel Hill: The University of North Carolina alt Chapel Hill, 1985; y el mío propio, Tirant lo Blanc: evolució i revolta de la narració de cavalleries, València: Institució Alfons el Magnànim, 1983.

 

3

Es la ya clásica distinción entre «libro de caballerías» y «novela caballeresca», planteada con éxito por Martí de RIQUER, Història de la literatura catalana, vol. II, Barcelona: Ariel, 1980 (2.ª ed.), pp. 575-78.

 

4

Robert B. TATE ha hecho algunas divertidas __y no por ello menos importantes__ sugerencias respecto a la adscripción de Tirant lo Blanc al género del roman, en su aguda reseña al estudio citado de Edward T. AYLWARD, Martorell's «Tirant lo Blanc»..., publicado en el Bulletin of Hispanic Studies, LXIV, 4 (octubre, 1987), pp. 361-62.

 

5

Sin embargo, Antony VAN BEYSTERVELT, Amadís-Esplandián-Calisto. Historia de un linaje adulterado, Madrid: Porrúa, 1982, ha puesto de relieve la relación del personaje de Calisto con el de Esplandián (y también con el Tirant de la última parte de la obra), ligándolos a la transformación ideológica sufrida durante el reinado de los Reyes Católicos. Del mismo autor, «El amor caballeresco en Amadís y Tirante», Hispanic Review, 49 (1981), pp. 407-25.

 

6

¿Quién sabe si Cervantes no las medía por el mismo rasero, al acusar a la una de poco encubridora de lo «humano» y a la otra __en el llamado pasaje más oscuro del Quijote__ de no usar «industria» (elaboración, en definitiva) a la hora de mostrar las «necedades» (tan «humanas»...) de algunos personajes. Trato de incidir en la relación entre las dos obras a través de una serie de artículos: «Paralelismos en los enamoramientos de Calisto y Tirant lo Blanc: los primeros síntomas del "mal del amar"», Celestinesca, XII, n.º 2 (otoño, 1988), pp. 33-53; «Las "bodas sordas" en Tirant lo Blanc y la Celestina», Revista de Filología Española [en prensa]; «Eliseu (Tirant lo Blanc) a l'espill de Lucrecia (la Celestina). retrat de la donzella com a còmplice fidel de l'amor secret», Homenatge a Joan Fuster [en prensa].

 

7

No hago más que recordar algunos datos imprescindibles que Martí de RIQUER proporciona en la ed. del texto catalán citada en n. 1, o, con notas bibliográficas, en la Història de la literatura catalana, vol. II, pp. 632-721.

 

8

Para el tema de las primeras ediciones de la obra, son esenciales los artículos de Isidre BONSOMS I SICART, «La edición príncipe del Tirant lo Blanch: cotejo de los tres ejemplares impresos en Valencia en 1490, únicos conocidos hoy en día», Discursos leídos en la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona en la recepción pública de D. Isidro Bonsoms y Sicart el día 9 de mayo de 1907, Barcelona: Tip. La Académica, 1907, pp. 9-63; M. GUTIÉRREZ DEL CAÑO, «Ensayo bibliográfico de Tirant lo Blanch», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XXXVII (1917), pp. 239-69, y Homero SERIS, «La reaparición del Tirant lo Blanch de Barcelona de 1497: primera descripción bibliográfica completa», Homenaje a Menéndez Pidal, III (1925), pp. 57-76.

 

9

No sólo esa labor meramente editorial, sino bastante más podría ser achacado a Gumiel, tal como propone el acercamiento reciente de Pedro CÁTEDRA, «Diego Gumiel i la imprenta incunable a Girona», en su estudio preliminar a su edición de la Història de París i Viana. Edició facsímil de la primera impressió catalana (Girona, 1945), Girona: Diputació de Girona, 1986, pp. 59-85. Los trabajos sobre la decadencia del catalán son muchos, y no es éste lugar para traerlos a colación. Citaré sólo la aportación de Philippe BERGER, «Contribution à l'étude du déclin du valencien comme langue littéraire au seizième siècle», Mélanges de la Casa de Velázquez, XII (1976), pp. 173-194, trabajo que se debe completar con su más reciente y global Libro y lectura en la Valencia del Renacimiento, 2 vols., Valencia: Alfonso el Magnànim-Institució Valenciana d'Estudis i Investigació, 1987.

 

10

Federico Francisco Curto Herrero, Estructura de los libros españoles de caballerías en el siglo XVI, Madrid: Fundación Juan March, 1976.