Rinaldo Froldi. Espejo del hispanismo italiano

José Checa Beltrán

Investigador del CSIC y director de la revista Literatura

El pasado mes de junio un grupo de dieciochistas celebramos un seminario en Bolonia. Aprovechamos la ocasión para homenajear al profesor Froldi, que, a sus 88 años, pudo acompañarnos el día de la inauguración. Pasé uno de aquellos días en compañía suya y de su mujer, Ada. Aunque algo torpe en sus movimientos, conservaba enteramente la lucidez. Premonitor, me dijo entonces que esa sería la última vez que nos veríamos. Acertó. Después de varias semanas hospitalizado por un infarto sufrido en Volterra, donde solía pasar los veranos, falleció el pasado miércoles 7 de septiembre.

Rinaldo Froldi nació en Milán, en 1924. Tras un breve paso por la Universidad de Macerata, desarrolló su carrera docente e investigadora en la Universidad de Bolonia, donde fue catedrático entre 1968 y 1997, ejerciendo una brillante labor investigadora, pedagógica y de gestión. Allí consolidó, extendió y prestigió por todo el mundo universitario italiano los estudios sobre España y el mundo hispánico. El profesor Froldi ocupa un eminente lugar en esa brillante generación de hispanistas que desarrolló su trabajo durante la segunda mitad del siglo pasado y que tanto ha contribuido a un mejor y más positivo conocimiento de la cultura, la sociedad y la historia españolas.

Sus principales aportaciones historiográficas versan sobre Lope de Vega y el teatro barroco, el teatro neoclásico y el siglo XVIII en general. Entre sus libros destacan Lope de Vega y la formación de la comedia (1973) y Un poeta iluminista: Juan Meléndez Valdés (1967). Son muchas sus investigaciones publicadas sobre la ilustración española, el teatro ilustrado, las comedias moratinianas, Luzán, Cadalso, Cienfuegos, Marchena y un largo etcétera. En los días previos a su fallecimiento trabajaba sobre Marchena, un autor cuya obra y vida le fascinaban.

Una de sus más relevantes aportaciones al hispanismo fue la creación del Centro Studi sul Settecento Spagnolo, que en pocos años se constituyó como referencia obligada para los dieciochistas de todo el mundo. Allí, estimulados por el magisterio de Froldi, se formaron muchos estudiantes, entre quienes me cuento, y se enriquecieron muchos investigadores.

Italiano enamorado de España, Rinaldo Froldi hizo mucho por nuestro país y por la historiografía hispánica. Generoso y tolerante, fue un «hombre de bien», como titulaba el homenaje en dos volúmenes que hispanistas de todo el mundo le tributamos hace unos años, un «ilustrado» del siglo XX.