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11

Cf. El ritmo. Crítica contemporánea, Madrid, Tipografía Hijos de M. G. Hernández, 1894, pp. 139-145.

 

12

Datos de Quiles Faz, carta 36. Años más tarde, Rueda prologaría el libro Trianerías (1910), de Celedonio José Arpe.

 

13

Tomo las últimas referencias de Josefa Martínez Romero, José Durbán Orozco (1865-1921). Un poeta alménense del novecientos, Almería, Diputación, 1987, pp. 29-30, 43-44. En esta última página refiere la autora la comunidad que estos autores forman en un proyecto de Villaespesa: Órgano de la juventud hispanoamericana, luego Vida Moderna. Pueden verse, además, las dedicatorias del libro Tardes grises (1900), de José Durbán, ídem, pp. 51-52.

 

14

Incluyo el índice completo de los poemas de La Gran Vía en «Salvador Rueda y La Gran Vía (1894-1895): índice de las composiciones poéticas», Philologia Hispalensis, XV (2001), en prensa.

 

15

Puede verse correspondencia de Rueda con estos poetas en Quiles. En el mismo lugar se encuentran alusiones a diferentes autores presentes en La Gran Vía, como Royo Villanova.

 

16

Acerca de este poeta y su relación con la poesía moderna puede verse la semblanza que traza César González-Ruano en su Antología de poetas españoles contemporáneos en lengua castellana, Barcelona, Gustavo Gili, 1946, p. 176.

 

17

De este erudito cordobés, nacido en Puente Genil como Manuel Reina, buen conocedor del romancero (editor de un Romancero judeo-español) y de la poesía tradicional castellana, escribió Narciso Alonso Cortés: «En los casos correspondientes -no en vano pertenece a la buena tradición andaluza- el autor de MIRTOS es un colorista. La espléndida decoración de Málaga y Sevilla, la artística riqueza de Granada, hacen vibrar su pluma en incansables imágenes. Cuando evoca los recuerdos de la dominación árabe, renacen las estrofas de Zorrilla, con sus halagos de cadencia y ritmo», prólogo a Mirtos, de Ricardo Gil, Madrid, Tipografía Alemana, 1919, p. XII.

 

18

Véase el poema «Arco de triunfo (prólogo a un libro de Pichardo)», del que cito los dos primeros versos: «La voz de toda América le pides a Darío, / la voz de toda España le pides a mi acento [...]», en Cristóbal Cuevas, Salvador Rueda: Canciones y Poemas. Antología concordada de su obra poética, Madrid, CEURA, 1986, p. 381 (luego editada con el título Salvador Rueda. Gran antología, Málaga, Arguval, 1989).

 

19

El poema, titulado «En el salón», empieza: «-¡Entrad!- me dijo el estirado paje». En su partida de nacimiento no figura ningún nombre identificable con esta L., aunque también podría tratarse de una errata. Entre los años 1890-1895 Chocano está publicando sus primeras composiciones poéticas, muy influidas por Byron, D'Annunzio y Víctor Hugo. Cfr. Luis Alberto Sánchez, Aladino o vida y obra de José Santos Chocano, México, Librería Mex eds., 1960, pp. 38 y 50-69.

 

20

Ofrece información al respecto Cuevas en el prólogo a la antología citada, pp. XLIX-LIV. También Marta Palenque, «España como milagro en la obra poética de Salvador Rueda», en Actas de las VI Jornadas de Andalucía y América, Sevilla, EEHA, 1984, vol. 2, pp. 15-43.