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ArribaAbajoCapítulo VIII

La conciliación platónico-aristotélica, que hemos encontrado en los libros del Beato Lulio, ¿por qué no la efectuaron Santo Tomás, o Escoto, u otros representantes de la Escolástica?


§. 1.

1.- Dos son las tendencias ideológicas (y, por ende, lógicas y criteriológicas) connaturales a la humanidad: el Ascenso y el Descenso del entendimiento.

Hubo filósofos que se declararon partidarios exclusivos del Ascenso: los aristotélicos. Otros se declararon partidarios exclusivos del Descenso: los platónicos.

Empero, unos terceros, menos radicales, buscaron, con más o menos fortuna, la conciliación platónico-aristotélica.

2.- Mas, siendo ambas tendencias igualmente connaturales al hombre, los partidarios exclusivos del Ascenso, mientras conscientemente practicaban el Ascenso, inconscientemente aplicaban el Descenso; y los partidarios exclusivos del Descenso, mientras conscientemente buscaban la solución del nudo gordiano del Descenso, no dejaban de emplear, si bien de un modo inconsciente, el procedimiento ascensivo.

3.- Todos los filósofos, así los de un bando como los del otro, procedían de una misma doctrina y establecían los mismos principios.

Decían todos al unísono, tocante al origen de nuestras ideas:

a) «Non sumus sufficientes cogitare aliquid a nobis, tanquam ex nobis, sed sufficientia nostra ex Deo est.» (II ad Cor., III, 5);

) «Deus enim illis (philosophis) manifestavit.» (Rom., I, 19);

c) «Deus est lumen mentis et Pater luminum et qui docet hominem scientiam.» (Psal. III, 10);

d) «Signatum est super nos lumen vultûs tui, Domine.» (Psal. IV, 6).

e) «Deus est lux vera quae illuminat omnem hominem venientem in hunc mundum.» (Joann., I, 9);

f) «Insinuavit nobis Christus animam humanam mentem rationalem non vegetari, non beatificari, non illuminari, nisi ab ipsa substantia Dei.» (Divus August.; Tract. in Joanem, 23);

g) «Ipsum lumen intellectuale, quod est in nobis, nihil aliud est quam quaedam participata similitudo Luminis increati in quo continentur Rationes aeternae». (Divus Thomas; I, quaestio 84, art. 5);

h) «Est modus intelligendi cum altissimis divinis Attributis» (Beatus Lullus: Liber de Articulis Fidei);

i) «Apud Augustinum innumeri sunt loci quibus ille probat nos Deum videre, etiam in hac vita, cognitione quam habemus Veritatum aeternarum.» (Malebranche; De inquisitione Veritatis; lib. III, cap. 6);

j) «Divus Augustinus et nonnulli alii Patres pro certo asserunt impios videre in Deo regulas morum et Veritates aeternas.» (Lugar citado).

§. 2.

4.- Ahora bien; sabemos de cierto que todos los filósofos cristianos (y entre ellos, claro está, Santo Tomás y el Beato Lulio) afirman que la causa eficiente remota del origen de nuestras ideas es una lumbre intelectual divina.

Santo Tomás parte de este principio.

Escoto parte de este principio.

El Beato Lulio parte de este principio.

Todos los representantes de la Escolástica parten de este principio.

5.- Y, partiendo de este principio, el Beato Lulio efectúa la conciliación platónico-aristotélica. Los otros, partiendo del mismo principio, no pudieron efectuarla.

-¿Por qué no pudieron?

-Porque lo expresado por las palabras lumbre intelectual divina tiene dos significados.

6.- Y, según que tomemos uno de ellos, o los dos a la vez, admitiremos uno solo de los procedimientos ideológicos connaturales a la humanidad, o los dos juntamente.

7.- ¿Habremos de repetir ahora que, en el hecho de aceptar las dos ideologías connaturales al hombre, hállase la condición sine qua non de la posibilidad de efectuar la conciliación platónico -aristotélica?

§. 3.

8.- He aquí el papel que, según el Doctor Angélico, representa en la Ideología la lumbre intelectual divina.

Dice el Santo en repetidos lugares: Hominibus sunt innata prima principia. (Metaph., lib. II, lec. 5).

-¿Qué entiende por estas palabras?

-Entiende enseñar que en el humano entendimiento hay ciertas ideas «no adquiridas propiamente, o sea de una manera total, ni abstraídas directa o indirectamente de los sentidos o de las representaciones sensibles de los objetos materiales, sino que se hallan contenidas virtualmente, y como in fieri proximo et immediato, en el entendimiento agente, en cuanto éste es una impresión de la Primera Verdad, una participación de la Razón increada, que contiene en sí las ideas eternas: similitudo participata luminis increati, in quo continentur rationes aeternae.

Estas ideas preexistentes virtualmente en el entendimiento agente, sólo necesitan que la fuerza activa de éste sea puesta en acción y en ejercicio actual, para pasar al estado de ideas explícitas y actuales. (González; Estud. sobre la Filos. de Sto. Tomás; tomo III, pág. 171. -Manila, 1864).

9.- Cuando decimos que la causa eficiente remota del origen de nuestras ideas es una lumbre intelectual divina, podemos dar a entender una de estas dos cosas:

a) o bien que en el humano entendimiento (por cuanto es una participación de las Razones eternas) se hallan contenidas virtualmente, y como in fieri proximo et immediato, ciertas ideas universalísimas, las cuales convienen solamente a la criatura; por ejemplo, las de parte, todo, contingente, universal, particular, género, especie, accidente, no-ser, efecto, cantidad, calidad, lugar, tiempo, etc.

) o bien, que en el humano entendimiento (por cuanto es una participación de las Razones eternas) se hallan contenidas virtualmente, y como in fieri proximo et immediato, ciertas ideas universalísimas que convienen, a la vez, a Dios y a las criaturas; por ejemplo, las ideas de bondad, grandeza, eternidad o duración, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad, gloria, diferencia, concordancia, principio, medio, fin, igualdad.

§. 4.

10.- Si para levantar el suntuoso palacio de la Ciencia nos servimos tan sólo de las ideas universalísimas que convienen solamente a la criatura, empleamos el Ascenso del entendimiento y nos declaramos partidarios exclusivos de una de las dos tendencias ideológicas, lógicas y criteriológicas connaturales a la humanidad.

Que es lo que hizo Santo Tomás de Aquino, Escoto y otros representantes de la Escolástica.

11.- Si para levantar el suntuoso palacio de la Ciencia nos servimos tan sólo de las ideas universalísimas que convienen a la vez a Dios y a las criaturas, practicamos el Descenso del entendimiento y nos declaramos partidarios exclusivos de una de las dos tendencias ideológicas y lógicas de la humanidad.

Eso es lo que hacían los Platónicos radicales o intransigentes.

12.- Verdad es que el Doctor Angélico sírvese también de algunas ideas universalísimas comunes a Dios y a la criatura, como las ideas de substancia, verdad, relación, diferencia, causa, unidad, existencia, bondad, orden, y otras; pero las emplea únicamente en cuanto se refieren a la criatura, no en cuanto se refieren a Dios como razones efectrices del universo creado.

13.- Si para levantar el suntuoso palacio de la Ciencia, en atención a que la ciencia del hombre debe ser una interpretación fidelísima de la realidad, y, además, en atención a que las tendencias ideológicas, lógicas y criteriológicas, connaturales al hombre, son dos, ni más ni menos; nos servimos

1) de las ideas universalísimas que convienen solamente a la criatura

2) y, asimismo, de las ideas universalísimas que convienen a la vez a Dios y a las criaturas en cuanto son las razones efectrices del universo creado; entonces acertamos con el verdadero punto de partida de la Ciencia; entonces enfocamos perfectamente el sistema de la realidad, base del sistema de la idealidad que buscamos; y sólo entonces nos encontramos en las precisas condiciones requeridas para conciliar todos aquellos sistemas cosmológicos, ideológicos, lógicos y criteriológicos, los cuales, conteniendo fragmentariamente la verdad, por fundarse en la naturaleza, pero sólo de un modo parcial, no alcanzan la verdad total, por no haber obtenido una visión integral y dantesca de la realidad.

Que es lo que hizo nuestro Doctor y Maestro, el Beato Raimundo Lulio.

§. 5.

14.- El Sistema de Aristóteles es verdadero, porque responde a la realidad; pero contiene la verdad fragmentariamente, porque no alcanzó la visión integral de la realidad. No alcanzó a ver que, convenientemente explicado y aplicado, el Sistema de Platón contenía asimismo su parte de verdad.

15.- El Sistema de Platón es verdadero, porque responde a la realidad; pero contiene la verdad fragmentariamente, porque no alcanzó la visión integral de la realidad. No alcanzó a ver que el procedimiento ideológico, lógico y criteriológico del Estagirita era connatural al hombre, y, de consiguiente, muy propio para adquirir la Ciencia verdadera y propiamente dicha.

16.- He aquí la razón por la que, partiendo Santo Tomás y el Beato Lulio de un mismo principio (que es común a todos los filósofos cristianos) es a saber: el humano entendimiento es una participación de la Razón increada, Santo Tomás no pudo efectuar la conciliación platónico-aristotélica, y la pudo efectuar el Beato Lulio, como realmente la efectuó.

§. 6.

17.- ¿Deseas otra razón, estudioso lector? Escucha.

Un sistema filosófico, o no será tal en el más riguroso significado de la palabra, o comprenderá las altísimas causas del universo creado. Según la consabida definición de la Filosofía: Scientia (hoc est cognitio certa et evidens) rerum, per earum ultimas seu altissimas rationes sive causas, naturali rationis lumine, comparata. (Apud omnes).

18.- Pero las altísimas razones o causas de las cosas creadas pueden ser

a) intrínsecas a dichas cosas

) o extrínsecas.

Las altísimas razones o causas intrínsecas de las cosas creadas son las que insiden en las mismas cosas.

Por otra parte, en Dios se hallan las altísimas razones o causas extrínsecas del universo creado.

19.- ¿Cuáles son esas altísimas razones o causas extrínsecas del universo creado?

-Son los divinos Atributos; ya que éstos son sumamente operativos, y las cosas creadas, en su ser y en su obrar, son semejanzas, imitaciones y participaciones de los atributos de la Divinidad.

20.- Síguese de ahí que un sistema filosófico, si no quiere ser manco, no sólo debe inquirir

1) las altísimas razones o causas que insiden en las mismas cosas,

2) sino, además, las altísimas razones o causas del universo creado que se hallan en Dios.

§. 7.

21.- Demos un paso más.

¿Tendremos que decir ahora que la Ideología, la Lógica y la Criteriología de un sistema filosófico a, b, c, debe guardar consonancia con la visión integral de la realidad (o sea, del conjunto de todas las altísimas razones o causas del universo creado, las intrínsecas y las extrínsecas), alma de todo sistema filosófico verdaderamente tal?

22.- De consiguiente, la Ideología, al formar los axiomas o primeros principios de la ciencia, debe servirse de las ideas universalísimas

a) que son la representación de las altísimas razones o causas intrínsecas del universo creado,

) y también de las que son la representación de las altísimas razones o causas del universo creado extrínsecas al mismo.

23.- Las ideas universalísimas de substancia, ser, bondad, verdad, unidad, causa, existencia, relación, diferencia, orden, etc., si las consideramos tan sólo en cuanto se refieren a las criaturas; juntamente con estotras ideas universalísimas de género, especie, accidente, parte, todo, no-ser, efecto, contingente, universal, particular, cantidad, cualidad, lugar, tiempo, hábito, pasión, situación, etc., son la representación o enunciación de las altísimas razones intrínsecas del universo creado.

24.- Las ideas universalísimas de bondad, grandeza, eternidad o duración, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad, gloria, diferencia, concordancia, principio, medio, fin, igualdad, a la vez que representan las causas altísimas intrínsecas del universo, son asimismo la representación de las causas altísimas extrínsecas o que se hallan en Dios.

25.- De lo dicho se infiere que la Lógica, al escoger y aceptar los materiales del orden lógico,

1) no sólo debe admitir los conceptos, juicios y axiomas provenientes del conocimiento de las causas altísimas intrínsecas del universo creado,

2) sino, también, los conceptos, juicios y axiomas provenientes del conocimiento de las causas altísimas del universo creado extrínsecas al mismo o que se hallan en Dios.

§. 8.

26.- La Filosofía perenne, la Filosofía integral, la Filosofía connatural al hombre (la única rigurosamente verdadera y deseada), debe poseer todo el contenido de la visión integral de la realidad: las causas natural-intrínsecas y las causas divino-extrínsecas del universo creado.

27.- ¿Y quién no sabe que Aristóteles se contentó con el estudio de las causas natural-intrínsecas de las cosas?... qui propinquis cujusque rei causis contentus... como decía Fox Morcillo?

¿Y quién no sabe que Platón se fijó tan sólo en el estudio de las causas divino-extrínsecas del Universo?

28.- ¿Cómo, pues, efectuar la conciliación de la Academia con el Peripato?

-Uniendo el estudio de las causas natural-intrínsecas al estudio, no menos necesario, de las causas divino-extrínsecas.

-¿Quién lo ha hecho?

-El Beato Raimundo Lulio.

29.- ¿Por qué no lo hizo asimismo el Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino?

-Por la sencilla razón de que el Doctor Aquinatense, siguiendo exclusivamente a Aristóteles, qui propinquis cujusque rei causis contentus, reliqua fere neglexit,

a) estudió tan sólo las altísimas razones o causas de las cosas, intrínsecas a las mismas, o natural-intrínsecas;

) no estudió las altísimas razones o causas del universo creado, extrínsecas al mismo, o sea, las causas divino-extrínsecas;

c) formó, en su Ideología, los axiomas o primeros principios de la ciencia, valiéndose tan sólo de las ideas universalísimas que son la representación de las causas natural-intrínsecas de las cosas;

d) en la formación ideológica de aquellos axiomas o primeros principios de la ciencia, para nada tuvo en cuenta las ideas universalísimas que son la representación de las causas divino-extrínsecas del mundo;

e) al llegar a la Lógica, no aceptó sino los conceptos, juicios y axiomas (como materiales del orden lógico) provenientes de las ideas universalísimas representativas de las causas natural-intrínsecas del universo creado;

f) relegando al olvido los conceptos, juicios y axiomas provenientes de las ideas universalísimas representativas de las causas divino-extrínsecas del mundo.

Y lo que hizo Santo Tomás, lo hicieron Escoto y otros representantes de la Escolástica.

30.- He aquí, pues, por qué no pudieron efectuar la conciliación platónico-aristotélica Santo Tomás de Aquino, ni Escoto, ni otros representantes de la Escolástica.