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Sede del Gobierno español en el exilio

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ArribaAbajoEl Gobierno republicano en el exilio

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Cronología del gobierno republicano en el exilio:

5 y 6 de febrero de 1939: el presidente de la República, Manuel Azaña, el presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio y el presidente del Gobierno, Juan Negrín, así como los presidentes de los Gobiernos autónomos vasco y catalán, José Antonio Aguirre y Lluís Companys, se trasladan a Francia.

27 de febrero de 1939: Francia e Inglaterra reconocen al nuevo gobierno de la Junta de Burgos. Manuel Azaña presenta su dimisión.

Agosto de 1939: Juan Negrín asume la presidencia del Gobierno en el exilio.

Agosto de 1945: primer gobierno de José Giral.

Febrero de 1946: la presidencia del gobierno se traslada de México a Francia.

Abril de 1946: segundo gobierno de José Giral.

Febrero de 1947: gobierno de Rodolfo Llopis.

Agosto de 1947: gobierno de Álvaro de Albornoz.

Agosto de 1951: primer gobierno de Félix Gordón Ordás.

Enero de 1956: Segundo gobierno de Félix Gordón Ordás.

Mayo de 1960: gobierno de Emilio Herrera Linares.

Marzo de 1962: gobierno de Claudio Sánchez Albornoz.

Febrero de 1971: gobierno de Fernando Valera Aparicio.

1977: Se disuelven los órganos representativos de la República española, tras las evidencias de la transición democrática iniciada en España.




ArribaAbajoAzaña en el exilio francés

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Estamos instalados en una casa de hechura saboyana, algo vieja y bastante destartalada... A su espalda hay unas praderas, una frondosa arboleda, y un huertecito, pertenecientes a la finca... El pueblecito es insignificante, pero en situación amena, bien comunicado. Mi casa está a trescientos metros de la frontera suiza, y a quince minutos de Ginebra, teatro de nuestros triunfos. Nos gobierna, en nombre de la República francesa, un alcalde muy bueno, antiguo combatiente, ex diputado, solterón, y con álbum, en el que me ha hecho escribir un pensamiento profundísimo. Añádese a todo esto la imponente contigüidad del boscoso Salève, que hasta hace quince días nos ha tenido envueltos en brumas y chaparrones. Y está hecho el catálogo de los incentivos con que la sociedad y la naturaleza concurren a hacerme llevadero el destierro.


(Texto de Manuel Azaña, Carta a Ángel Ossorio, Collonges-sous-Salève, 28 de junio de 1939.)                





ArribaAbajoDimisión de Azaña

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Desaparecido el aparato político del Estado, Parlamento, representaciones superiores de los partidos, etc., carezco, dentro y fuera de España de los órganos de consejo y de acción indispensables para la función presidencial de encauzar la actividad de gobierno en la forma que las circunstancias exigen con imperio. En condiciones tales, me es imposible conservar, ni siquiera nominalmente, un cargo al que no renuncié el mismo día que salí de España porque esperaba ver aprovechado este lapso de tiempo en bien de la paz.


(Texto de Manuel Azaña, extraído de José María del Valle, Las instituciones de la República española en el Exilio, París, Ruedo Ibérico, 1976.)                





ArribaAbajoEl ideal republicano

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Y cuando el Poder pase a otras manos, y las generaciones futuras sientan que otra vez les hierve la sangre, y el espíritu de odio y de rencor vuelva a enfurecerse, que piensen en los muertos y escuchen su lección: la de esos hombres que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados por la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor y nos envían, con los destellos de su luz clara y remota como la de una estrella, el mensaje de la Patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad, Perdón.


(Texto de Manuel Azaña, 18 de julio de 1937.)                





ArribaAbajoTraslado de la sede del Gobierno a París

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El 8 de febrero de 1945 llega a París José Giral, presidente del Gobierno republicano en el exilio. Le esperan en el aeródromo los ministros Torres Campañá, Horacio Prieto, Leiva, y Trifón Gómez, entre otros, junto con numerosos representantes de la UGT, la CNT, el Partido Socialista, y algunos miembros de la prensa. Giral se estableció en el pabellón Rockefeller de la Ciudad Universitaria de París. En los días siguientes se unen a él José Antonio Aguirre, presidente del Gobierno vasco, y José Irla, presidente del Parlamento catalán, para reafirmar «la fe en la República como única solución democrática, justa y libre de los problemas diversos y complicados que se plantean hoy al pueblo cuyos intereses representamos legítimamente».


(Texto extraído de José María del Valle, Las instituciones de la República en el exilio, París, Ruedo Ibérico, 1976.)                





ArribaLas Instituciones en el exilio

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Las Cortes de la República española restablecieron su funcionamiento en el exilio con el asentamiento de los grupos políticos que las componían, cuyos miembros habían logrado salir del territorio nacional huyendo de la cruenta represión de la Dictadura. Tal decisión se adoptó al amparo de preceptos constitucionales votados y ratificados por los españoles en sucesivas y ejemplares consultas electorales en 1931, 1933 y 1936.

Ese es el legítimo origen de los Gobiernos de la República que se han venido sucediendo desde entonces, con el esencial designio de devolverle al pueblo el libre ejercicio de los derechos cívicos, propiciando así el establecimiento en nuestro país de un régimen auténtico de convivencia.

Consecuentes con ese propósito, las Instituciones de la República española en el exilio realizaron, por todos los medios a su alcance y con diversa fortuna, una acción ininterrumpida que no habría de cesar mientras a los españoles no se nos brindara la ocasión de hacer surgir una nueva legalidad democrática.


(Texto de José Maldonado y Fernando Valera, París, 21 de junio de 1977.)                






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