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V. Obras en prosa de D. Enrique Gil y Carrasco, t.º II, págs. 146-l65 (Madrid, 1883).

 

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D. Ramón Menéndez Pidal en La Leyenda de los Infantes de Lara (Madrid, 1896), página 169, asegura que el duque de Rivas ignoraba nuestra Edad Media.

 

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Se publicaron en Madrid, en 1841, y en la imprenta de don Vicente de Zalama.

 

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Más cerca de nosotros, Mora y Hermosilla han desdeñado también esta castiza combinación métrica: «Porque aunque venga a escribirle -el romance- el mismo Apolo no le puede quitar ni la medida, ni el corte, ni el ritmo, ni el aire, ni el sonsonete de jácara». (Arte de hablar en prosa y en verso, por D. José Gómez Hermosilla. Madrid, 1826, t.º II, pág. 182).

 

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Correspondence de Philippe II, sur les affaires del Pays Bas (Bruselas, 1848-1879); La déchéance de Philippe II (Bruselas, 1863); Don Carlos et Philippe II (París, 1867); Lettres de Philippe II a ses filles (París, 1884). También le han reivindicado Juderias, Claucel, Baums-Molly y Nameche.

 

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Escrita en Nápoles en 1847 y publicada en Madrid, por D. A. Fernández de los Ríos en su Biblioteca Universal, en 1851.

 

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Proporcionó el asunto de esta leyenda al autor, D. Juan José Bueno, erudito bibliógrafo, el cual lo halló en «un antiguo y raro nobiliario de Aragón» (V. Obras completas de D. Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, ed. Montaner y Simón, Barcelona, 1885, t.º II, nota a la página 175). Fue compuesta en Madrid, en 1852.

 

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(1809*-1842). Nació en Almendralejo (Badajoz), debido a que su padre, coronel del Ejército, militaba, acompañado de su esposa, en Extremadura. Cursó sus estudios en el Colegio de San Mateo. A causa de su espíritu rebelde estuvo encerrado en un convento de la orden de San Francisco, en Guadalajara. Allí escribió el Pelayo. Marchó después a Lisboa, donde se enamoró de Teresa Mancha. Tras de ella pasó a Inglaterra, aprovechando la estancia en este país para leer a sus románticos. A la caída de los Borbones, en Francia, se alistó en la partida del coronel De Pablo, y de regreso en España, ingresó en el Cuerpo de Guardias de Corps. Fue secretario en la Legación de la Haya y diputado a Cortes por Almería. En 1835 se sublevó con la Milicia nacional y estuvo desterrado y preso varias veces, por sus ideas políticas y sus sátiras contra el Gobierno. Fundó, en compañía de otros escritores, El Siglo (1834), y murió el 23 de Mayo de 1842, en plena juventud, pues contaba 33 años, a consecuencia de una angina de pecho. Sus mejores poesías son varios trozos de El Diablo Mundo, como la Introducción, el primer Canto y la elegía dedicada a Teresa; Don Félix de Montemar, A Jarifa en una orgía y La Canción del Pirata.

BIBLIOGRAFÍA.- J. Cascales Muñoz: El auténtico Espronceda, pornográfico y el apócrifo en general (Toledo, s.a.). D. J. de Espronceda, su época, su vida y sus obras (Madrid, 1914). Apuntes y materiales para la vida de Espronceda (Revista Hisp., 1910 t.º XXIII). Revista de Archivos, julio 1900, junio 1902. A. Bonilla y San Martín: El Pensamiento de Espronceda, (España Moderna, 1908, t.º CCXXXIVI. A. Corton: Espronceda (Madrid, 1906). J. Valera: Obras completas, tomos XIX, XXXII y XXXIII (Madrid, 1908, 1912 ). E. Rodríguez Solís: Espronceda: Su tiempo, su vida y sus obras (Madrid, 1883). Patricio de la Escosura: Tres poetas contemporáneos (Madrid, 1870). Recuerdos literarios (Reminiscencias biográficas de la Ilustración Española y Americana, 1876). A. Ferrer del Río: El Laberinto (16 Noviembre 1843). Marcos Arroiz: La Ilustración Mejicana (1859,t.º I, pág. 210). Gonzalo Guasp: Espronceda (Madrid, s.a.). Narciso Alonso Cortés: Espronceda (En su centenario. Valladolid, 1942). J. Álvarez Quintero: El primero y el último (ABC 13 Junio 1942). SI: Centenario de Espronceda (N.º 21. Del 24 Mayo 1942). Enrique Piñeyro: Espronceda (París, 1903). Julio Romano: Espronceda (Madrid, MCML). Esteban Pujals: Espronceda y Lord Byron (Madrid, 1951). J. Moreno Villa: Prólogo y notas a Poesías y El Estudiante de Salamanca (Clásicos Castellanos. La Lectura). Alfonso Reyes: Espronceda (Rev. de Occidente, t.º I, pág. 118, a. 1923).

* Escosura, Ferrer del Río y el padre Blanco García, suponen que nació en 1810. Pero lo más probable es que tenga razón su biógrafo Rodríguez Solís, que afirma ser el 1809 el año en que vino al mundo Espronceda.

 

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He aquí cómo pinta Escosura a Espronceda en Tres poetas contemporáneos (Discurso leído ante la Academia Española en la sesión pública inaugural de 1870): «... gallarda presencia, fiero continente, rizado y negro cabello, mirada de águila, amarga sonrisa, cabeza digna del cincel de Filias...»

 

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Canto I de El Diablo Mundo.