Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

51

Barthes (1974: 20), distingue dos tipos de funciones, las cardinales que constituyen el verdadero nudo del relato y las catálisis que llenan el espacio narrativo que separa las funciones-nudo. Estas funciones tienen como correlato unidades del mismo nivel, son funciones distribucionales. Existen otras funciones, que Barthes denomina integradoras, y que adquirirán todo su sentido, su funcionalidad, en un nivel superior, en el nivel del discurso.

 

52

Motivos libres son aquellos que se pueden eliminar sin perjudicar la integridad de la relación causal-temporal de los hechos (Tomachevsky, 1982: 186). Las catálisis no hacen sino «rellenar» el espacio narrativo que separa las funciones bisagra.

 

53

Los primeros en separar las dos nociones fueron los formalistas rusos. Estas estructuras son designadas con diferentes términos: fábula y trama (Tomachevsky), historia y discurso (Todorov), historia y relato (Genette), fábula e historia (Bal).

 

54

«La fábula es un conjunto de motivos en su lógica relación causal-temporal, mientras que la trama es el conjunto de los mismos motivos, en la sucesión y en la relación que se presentan en la obra» (Tomachevsky, 1982: 186).

 

55

Pese a nuestra intención inicial, en ocasiones nos es difícil determinar con seguridad en cuál de los niveles nos movemos y si estando en uno hemos invadido el otro. Esto al menos nos servirá para constatar fehacientemente la fortísima interrelación entre ambos niveles.

 

56

Cf. Bajtín (1989: 250 y ss.).

 

57

«Mucho se ha discutido acerca de la figura del héroe y su definición. Se ha apuntado como criterio de elección del héroe la capacidad del lector para identificarlo. Pero ésta difiere mucho de un lector a otro. Sobre la caracterización del héroe cf. Tomachevsky (1982: 204-207).

Bal (1987: 100) propone para distinguir al héroe observar si sobresale del modo siguiente:

-Calificación: Información externa sobre la apariencia, la psicología, la motivación y el pasado.

-Distribución: El héroe aparece con frecuencia en la historia, su presencia se siente en los momentos importantes de la fábula.

-Independencia: El héroe puede aparecer sólo o tener monólogos.

-Función: Ciertas acciones sólo le competen al héroe: llega a acuerdos, vence a oponentes, desenmascara a traidores, etc.

-Relaciones: Es el que más relaciones mantiene con los otros personajes.

Si atendemos a estos aspectos, evidentemente, en nuestra novela el personaje Apolonio sobresale en todos ellos sobre los demás con mucha diferencia. No hay ningún otro personaje que se le pueda comparar en presencia, relaciones con los demás actores, intervenciones en solitario y asunción de funciones propias de un personaje central.

 

58

Las influencias más sobresalientes se aprecian a simple vista, otras de las que ya ni siquiera yo soy consciente, sin duda están ahí. Ya he hablado de Aristóteles, de Tomachevsky (1982) y Barthes (1974), fuentes inagotables de ideas. Junto a ellos están las lecturas de Propp (1985), Bremond (1966) y Hendricks (1973), siguiendo a los cuales esbocé análisis parciales o totales de esta novela. Me interesaron también los modelos actanciales, sobre todo de Greimas (1966) por la importancia que conceden a la actuación de los personajes. Finalmente, Bal (1987) y su apertura a diferentes formas de análisis fue un gran estímulo

 

59

Para designar hechos y acciones, que son el objeto principal del análisis de textos narrativos, emplearemos el término acontecimientos tomado de Aristóteles, porque nos parece que engloba bien los dos anteriores.

 

60

Barthes cuando habla de sus causalidades señala que en las narraciones se generaliza una especie de post hoc, ergo propter hoc: «...el resorte de la actividad narrativa es la confusión misma entre la secuencia y la consecuencia, dado que lo que viene después es leído en el relato como causado por; en este sentido el relato sería una aplicación sistemática del error lógico denunciado por la Escolástica bajo la fórmula post hoc, ergo propter hoc, que bien podría ser la divisa del Destino, de quien el relato no es en suma más que la "lengua"» (Barthes, 1974: 20). Según Segre (1985: 128), muchas veces una sucesión de hechos es interpretada casualmente por nuestro instinto (compartido y aprovechado por el escritor) para explicar lo que en rigor no es explicable.