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151

Este supuesto se corrobora en la conclusión expresada por Riffaterre (1983: 61): «percibir el texto como la transformación de un intertexto es percibirlo como el súmmum de los juegos de lenguaje, es decir, como un texto literario». Como dijera Malaraux, la obra de arte no se crea sólo a partir de la visión del artista, sino de manera muy particular en relación con otras obras. El lector colabora en tal recepción mediante las aportaciones sugeridas y establecidas por su intertexto.

 

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Es particularmente interesante la puntualización presentada, en este sentido, por P. Ricoeur (1991: 217-218), respecto a la novedad creativa de algunas obras y su apreciación por el lector: «Pour qu'une oeuvre absolument originale, c'est-a-dire en rupture avec tous les codes connus, puisse être rejointe par des lecteurs, il faut que l'oeuvre se révèle capable de restructurer ce que Gadamer et Jauss appellent l'horizon d'attente du lecteur, lequel est le résumé d'une histoire sédimentée [...] Toute novation implique un contraste avec l'horizon d'attente du lecteur».

 

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«This is intertextuality in the sense that a text may appear to be the spontaneous and transparent expression of a writer's intentions, but must necessarily contain elements of other texts [...] It is an intertextuality, a network of citations, and where each unit of reading functions, not by referring to a fixed content (in Sarrasine), but by activating certain codes in the reader» (Worton & J. Still, 1991: 20).

 

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Una lógica disjuntiva para los universos simples (fábulas, epopeyas, relatos moralizantes...); una lógica conjuntiva, mucho más apropiada para la novela, por ejemplo, en la que se fusionan las ambivalencias, las ambigüedades; una lógica que acepta la paradoja, a menudo presente en la poesía contemporánea; una lógica que acepte las contradicciones en obras de inspiración surrealista u onírica, o para aceptar cierto tipo de relatos.

 

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Está claro que aquí me refiero a lo que los formalistas llaman «tiempo de la historia». Como «historia» entiendo yo, aquí y ahora, el tiempo exterior al relato propiamente dicho. No obstante esta distinción, el tiempo histórico de la guerra y posguerra española ha implicado tanto a los narradores de aquella generación, que es evidente el solapamiento entre la historia real y la historia o «fábula» de la narración.

 

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Me refiero especialmente a Usos amorosos del dieciocho en España (1972) y Usos amorosos de la postguerra española (1987).

 

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Para un análisis más completo de las máscaras Swaihwé y Dzonokwa, y su análisis por Lévi-Strauss, véanse Sonesson 1989a, I..1.3 y I..3.5. De hecho existen buenas razones para criticar este análisis prescindiendo de su carácter estructural o no.

 

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Rosch hizo sus experimentos en inglés, lengua que no distingue entre «ave» y «pájaro». No queda claro por lo pronto, pero es probable que el español tenga dos prototipos en el dominio semántico donde otras lenguas se limitan a uno sólo. Cabe señalar también que, según Rosch, el prototipo corresponde a la co-ocurrencia de rasgos más probables en el mundo perceptivo. Basta introducir el término antitipo para caracterizar al otro extremo, la co-ocurrencia de rasgos menos probables en el mundo perceptivo, y tenemos la manera de redimir los diferentes «términos complejos» y/o «neutros», «mediaciones», etc., del estructuralismo, que no se pueden defender lógicamente. Y precisamente, el murciélago aparece bastante a menudo en los mitos en este papel (cf. Sonesson, 1988).

 

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Por ejemplo, un idealtipo de la Edad Media puede incluir rasgos que nunca coexistieron en la misma fase de esa época. Así el objeto del idealtipo no puede existir tal cual en la realidad; pero no queda claro en la obra de Rosch si el prototipo sí tiene existencia real. Para Weber, el idealtipo es un procedimiento muy artificial de las ciencias humanas; nosotros, sin embargo pensamos que se trata de una operación semiótica de todos los días.

 

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Como tipo de imagen, la botella con tomate parece, desde nuestro punto de vista actual, comparable al «Desnudo», de Boubat, analizado por Floch (1986: 21 ff).