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1

Esta es, por ejemplo, la postura adoptada por Meyer-Herman 1988, Briz 1998, 2005, y Caffi 1999, entre otros. Sin embargo, hay autores, como Priego-Valverde 2003, quienes ponen el signo de igualdad entre modulación y atenuación, reduciendo por lo tanto la extensión del término 'modulación' a sólo una de sus direcciones.

 

2

Kerbrat-Orecchioni (2001: 73) menciona varios mecanismos de cortesía que corresponden, de hecho, a lo que otros autores incluyen bajo el rótulo común de atenuantes. Para ella, cabe distinguir entre réparateurs y adoucisseurs, y dentro de este segundo grupo, entre préliminaires, minimisateurs, désarmeurs y amadoueurs. Sin embargo, por muy tentadora que parezca esta taxonomía, no la voy a utilizar aquí, básicamente por restricciones de espacio.

 

3

Por ejemplo, en el pequeño diálogo que sirve de motto para este trabajo (y que está sacado de Kerbrat Orechioni 2005: 39), el atenuante petit de la primera réplica de C (cliente) tiene claramente un propósito cortés, de mitigación de la fuerza impositiva del pedido, ya que, como se ve en su segunda intervención, en realidad el cliente necesita un pedazo de carne de tamaño no grande, como se lo pregunta B (el carnicero), pero tampoco pequeño, sino mediano.

 

4

Cf. también la observación de Briz (1998: 148): «En relación a los actos de habla concretos en que se manifiestan (sic!), es posible afirmar que el fenómeno de la atenuación es productivo en la conversación, sobre todo en actos asertivos y en actos exhortativos».

 

5

En su trabajo anterior de 1998, Briz llamaba a la primera atenuación semántico-pragmática y a la segunda, atenuación pragmática propiamente dicha, debido a que en la primera, la atenuación del contenido proposicional o conceptual afecta directamente al enunciado y sólo indirectamente a la enunciación, mientras que en el segundo caso lo que se atenúa es o bien la fuerza ilocutiva del acto, o los parámetros deícticos de los participantes en la enunciación- e incluso las dos cosas a la vez, en algunos casos.

 

6

Caffi 1999 menciona, en su estudio, dos tipos de atenuantes: los especializados para ciertos actos ilocutivos (illocution-bound, como los llama ella) y los que se pueden usar en diferentes actos ilocutivos, sin distinción (illocution-free). Por ejemplo, en español, por favor sería un atenuante especializado para la mitigación de los pedidos, mientras que un poco se podría utilizar no sólo para mitigar pedidos, sino también aserciones, sugerencias, etc.

 

7

Han sido varios los lingüistas que han hecho observaciones pertinentes sobre algún que otro caso concreto de atenuación en español: por ejemplo, Koike 1998 estudia la atenuación del acto de sugerencia, Curcó y de Finna 2002 estudian el uso cortés del diminutivo en los pedidos (en dos variedades de español, la peninsular y la mexicana), y Félix-Brasdefer 2004, trabajando con datos del español mexicano, estudia la mitigación de tipo epistémico en los actos de habla de rechazo. También se encuentran datos interesantes sobre la mitigación en el discurso argumentativo argentino en Ferrer y Sánchez-Lanza 2005. En Montolío 1993 se estudian (aunque sin llamarlos explícitamente 'atenuantes') una serie de estructuras condicionales 'regulativas' que básicamente mitigan la fuerza de los enunciados en que aparecen. Pero quienes han contribuido más a la elaboración de una teoría general de la atenuación en castellano son, a mi modo de ver, Briz (1998, 2005), quien trabaja con el corpus Val.Es.Co., y Puga 1997 (que ha hecho su tesis doctoral sobre la atenuación en el español chileno bajo la supervisión del primero). En rumano, en cambio - que yo sepa - no hay todavía ningún estudio comparable sobre este tema, aunque en los trabajos de Hoinărescu (2007), Pop (1988), Popescu (2003), Reinheimer-Rîpeanu (2004), Şerbănescu (2003) y Zafiu (2002, 2003) se menciona la idea de atenuación en relación, por ejemplo con la minimización del desacuerdo o con la falta intencionada de precisión por parte del hablante en ciertas situaciones que requieren particular cautela.

 

8

En los ejemplos comentados en esta ponencia, utilizo las siguientes abreviaciones: CORV, para Dascălu-Jinga 2002; CORPUS, para Ionescu-Ruxăndoiu 2002; SAN JUAN y SANTO DOMINGO, para, respectivamente, los tomos I y III de Reyes-Benítez 2001; y MADRID, para Samper-Padilla 1998. El número que acompaña la respectiva abreviación entre paréntesis es el número de la entrevista o encuesta.

 

9

La lítotes (definida en el DRAE como sinónimo de atenuación) consiste usualmente en negar lo contrario de aquello que se quiere afirmar: No soy tan insensato, o: En esto no os alabo.

 

10

Muchos de estos «predicados de estado mental» en español - como por ejemplo me parece, se me hace, yo diría, creo, etc.,- se comportan de modo similar a los verbos «débiles» del francés, analizados en Blanche-Benveniste y Wilems 2007. Véanse también las consideraciones sobre «le paradoxe énonciatif» de Priego-Valverde 2003, que consiste básicamente en acentuar la subjetividad de una opinión para disminuir la fuerza de la afirmación implícita que contiene, facilitando de este modo su aceptación por parte del oyente (lo que supone, paradójicamente, incrementar su fuerza persuasiva).

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