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41

Ibidem, pp. 140-144.

 

42

Véase María Luisa Rivara de Tuesta, «Las influencias clásicas en la filosofía virreinal peruana: fray Jerónimo de Valera (1568-1625)», en La tradición clásica en el Perú virreinal, comp. Teodoro Hampe Martínez (en prensa).

 

43

Guil Blanes, «La filosofía en el Perú del XVII» (cit.), p. 172, 175.

 

44

Archivo Histórico «Domingo Angulo», Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Lib. 701 (expedientes de grados de Artes y Medicina), lib. 704 (razón general de los grados mayores y menores) y lib. 705 (expedientes de grados de Cánones y Teología).

 

45

Cf. Barreda Laos, Vida intelectual del virreinato del Perú (cit.), p. 150. El mismo sistema de examinación a base de textos fundamentales se utilizaba para las otras tres facultades -llamadas mayores- de la Universidad: en Cánones, se examinaban las Decretales y el Decreto de Graciano; en Teología, la primera parte de la Summa de Santo Tomás y las obras de Pedro Lombardo, el maestro de las Sentencias; en Medicina, las obras de Hipócrates y de Avicena.

 

46

Guillermo Lohmann Villena, estudio preliminar a la Noticia general del Perú de Francisco López de Caravantes, vol. I (Madrid: Ediciones Atlas, 1985), pp. ix-xxiv.

 

47

Ibidem, p. x.

 

48

Que los enjuiciamientos teológico-morales formulados en Salamanca, París o Roma no eran transportables sin más al Nuevo Mundo americano, lo sabían autores de la talla de Diego de Avendaño, Pedro de Oñate y Martín de Jauregui, tres sacerdotes jesuitas, que dejaron respectivamente el Thesaurus Indicus, el De contractibus y el Tractatus de restitutione. Véase Martín, The intellectual conquest of Peru (cit.), p. 72.

 

49

«El renacentismo del Inca Garcilaso revisitado: los clásicos greco-latinos en su biblioteca y en su obra», en Bibliothèque d'Humanisme et Renaissance, LVI, n.º 3 (Genève, 1994), pp. 641-663.

 

50

Sin embargo, es verdad que la mayor parte de la literatura griega y romana antigua circuló durante los siglos XVI y XVII en versiones castellanas, siendo conocido el hecho de que España fue una de las naciones donde más se recurrió a traducciones vernáculas para el estudio de los clásicos. Comp. María Rosa Lida de Malkiel, La tradición clásica en España (Barcelona: Editorial Ariel, 1975), pp. 369-381, y Gil, «El libro greco-latino y su influjo en Indias» (cit.), p. 71, 74.

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