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Socorro para los exjesuitas casados. 28 de mayo de 1788 [Transcripción]

José Nicolás de Azara



Ante las dificultades económicas de los ex jesuitas, el representantes español en Roma, José Nicolás de Azara, propone un sistema de distribución de socorros, del que quedan excluidos aquellos que reciben ayudas de sus parientes o los que sirven a familias de la élite italiana. Los ex coadjutores casados y con hijos reciben una atención especial por el estado de penuria en que se hayan, pidiendo limosna por las calles y casi desnudos.





A fin de hacer con la mayor justificación, y todo el posible acierto la distribución de socorros extraordinarios de nuestros Ex jesuitas, escribí a D. Luis de Gnecco pidiéndole un elenco o lista de los individuos existentes en las Legaciones, que por su avanzada edad, achaques habituales, o suma pobreza fuesen acreedores a esta limosna. Con efecto Gnecco me envió una relación de dichos Ex jesuitas tan circunstanciada y clara que en ella expresaba con toda distinción las edades, quebrantos de salud y miserias de cada uno, formando dos clases de ellos, y excluyendo todos aquellos que tienen asistencias de sus parientes, pensión doble, o están empleados con buenos estipendios sirviendo a algunos Caballeros italianos.

Con esta pauta a la mano he hecho dicha distribución en la forma siguiente: a los Ex jesuitas, así Sacerdotes como Ex coadjutores de la primera clase de la edad de 60 años para arriba señalo quince escudos, y a los de la misma primera clase de 59 años abajo doce escudos; a los sacerdotes y Ex coadjutores de la segunda clase, y de la edad de 60 años arriba doce escudos, y a los menores de dicha segunda clase diez escudos, y he excluido los demás, que tienen asistencias o consignaciones peculiares.

Los casados con los más dignos de compasión, ya por ser menor su pensión, ya también porque tiene familia que mantener. Por un cálculo que he hecho de lo que pueda tocar de su pensión a cada individuo de los que componen sus familias, he visto ser muy tenue la parte que corresponde a cada persona; pues por ejemplo teniendo uno seis hijos, y debiendo dividir su pensión anual, que es de 1.350 rls. entre ocho personas, resulta que a cada una escasamente tocan al día 15 maravedís y 1/7 de vellón, que son dos bayocos y 1/5 de moneda romana. Esta miseria, y la circunstancia de estar en todo el Estado Pontificio muy altos los precios de todo género de víveres, hacen que los infelices casados, hallándose cargados de hijos, vayan pordiosando por las calles, y mostrando su desnudez con oprobio e infamia de la Nación. Con el fin, pues, de cortar este vergonzoso inconveniente, me ha parecido socorrer a los tales casados que tengan hijos, dándoles además del socorro que les señale en la respectiva lista, tres escudos por cada hijo; lo que espero será de la aprobación de VE, como también el método que llevo dicho de socorrer cada año extraordinariamente a nuestros Ex jesuitas verdaderamente pobres y necesitados.

Quedo a la disposición de VE con el debido respeto, y pido a Dios lo guarde muchos años.

Roma, 28 de mayo de 1788.

José Nicolás de Azara al Conde de Floridablanca.





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