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1

En español, en el original, así como todas las demás palabras en cursiva. (N. del T.)

 

2

Manifiesta, me dijo, el ardor de tu deseo, de manera que salga bien marcado por la interna imagen; no porque nuestro conocimiento aumente con tu hablar, sino para que te atrevas a decir tu sed a fin de que el hombre te sacie.

 

3

«Mi modo de ver no me viene de las estrellas». Soneto XIV, Shakespeare.

 

4

Mejor quisiera ser un sapo y vivir de la humedad de un calabozo que guardar para usos ajenos un rincón de aquello que amo (Otelo. Acto III).

 

5

Que no amó con cordura sino demasiado bien (Otelo. Acto V).

 

6

Cito este libro, escrito con un propósito deliberado, consciente de desafío, porque me parece simbólico. El autor se nos aparece obsesionado por ciertas ideas fijas, nacidas -parecería- de reacciones frenéticas.

Mauriac en su ensayo sobre la novela declara: «No existe novelista -por audaz que sea- que no nos acerque a Dios en la medida en que nos enseña a conocernos mejor. Jamás me ha conmovido un relato expresamente ordenado para mostrarnos la verdad del cristianismo. A ningún escritor le es permitido introducir desde fuera a Dios en su relato... Un relato que quiere ser edificante nos deja la impresión de algo arreglado, montado pieza a pieza y donde Dios entra como un accesorio. Por el contrario nadie puede seguir al Chéri de Colette sin comprender hasta lo más hondo lo que significa la miseria del hombre sin Dios. De las más cínicas, de las más tristes confesiones de los hijos de este siglo sube un gemido inenarrable. En las últimas páginas de Proust yo no puedo ver más que eso: un agujero abierto, una ausencia infinita».

 

7

Me refiero a la generación joven y particularmente a una «élite» internacional, intelectualizada -por tanto a los que forjarán la vida de mañana-. Su atención sólo ve en el cuerpo una máquina que proporciona lo agradable y lo desagradable; máquina que, por consiguiente, tiene gran importancia y que conviene cuidar. También es cierto que la vieja generación se mantiene aún aferrada a sus «tabús» y trata siempre de imponerlos. De ahí proviene la violenta reacción de la juventud moderna que nos expone a sufrir los males del extremo contrario.

 

8

Crea un otro tú por amor a mí... (Soneto X. Shakespeare).

 

9

Tú mismo te entenebreces con el falso imaginar (Paradiso. Canto I).

 

10

Amor, que mueve el sol y las demás estrellas (Paradiso. Canto XXXIII).