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ArribaAbajo Centenario del nacimiento de Fermín Estrella Gutiérrez y de Francisco Luis Bernárdez


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Ofelia Kovacci


Queda abierta la sesión N.º 1110, la primera del año de carácter público. En esta sesión se conmemorarán dos centenarios: el del nacimiento de don Fermín Estrella Gutiérrez y el de don Francisco Luis Bernárdez. Ambos fueron miembros de número de esta Academia.

D. Fermín Estrella Gutiérrez, escritor argentino de origen español -como dicen las enciclopedias y manuales de historia de la literatura argentina-, se destacó como poeta, cuentista y ensayista. Muchos de los aquí presentes lo recordamos especialmente por sus excelentes textos de literatura, que conocimos ya como estudiantes secundarios, ya como profesores. Esos textos, que revelan amplio saber,   —104→   ponderado juicio crítico y notable capacidad docente, informaron y formaron en la historia literaria de lengua española a muchas generaciones.

Fermín Estrella Gutiérrez se incorporó a la Academia Argentina de Letras el 28 de diciembre de 1955, elegido para ocupar el sillón N.º 12, «Ricardo Gutiérrez». Su recepción formal se efectuó en 1962; le dio la bienvenida don Leonidas de Vedia, y Estrella Gutiérrez pronunció su discurso sobre «Esencia y destino de la poesía», ensayo acerca de una forma de creación que cultivó como una necesidad vital.

Tuvo muy activa participación en las sesiones y en el Boletín de la Academia. Le tocó recibir a otros académicos: a D. Alfredo de la Guardia (1966), D. Jorge Vocos Lescano (1976), D. Carlos Villafuerte (1978) y D. Elías Carpena (1980). Participó en homenajes y conmemoraciones: en 1965 «A los cincuenta años de Las iniciales del misal, de Baldomero Fernández Moreno», poeta que precedió a Estrella Gutiérrez en el sillón «Ricardo Gutiérrez»; en 1966, recordó al P. Félix Restrepo, importante filólogo colombiano fallecido en 1965, que había sido Director de la Academia Colombiana y miembro correspondiente de la nuestra; en 1967 escribió «Dos notas sobre Rubén Darío a los cien años de su nacimiento»; en 1970 intervino en el homenaje a D. Arturo Marasso -académico fundador y secretario de la Academia Argentina de Letras- y más tarde, en 1981, se refirió al «Traslado de los restos del académico Arturo Marasso a Chilecito, su ciudad natal»; en 1973 recordó a D. Guillermo Valencia, poeta y político colombiano, miembro correspondiente de nuestra Academia, a los treinta años de su muerte; en 1976 pronunció un discurso de homenaje a Marcos Sastre; en 1981 participó con el estudio «Fundación y primeros pasos de la Academia»   —105→   en la conmemoración del cincuentenario de la fundación de la Academia Argentina de Letras.

En el Boletín también publicó varios estudios críticos, entre ellos: «Alfonsina Storni, su vida y su obra» (1959), «Un soneto de Góngora» (1961), «Unamuno y [Joan] Maragall. Historia de una amistad ejemplar» (1964).

D. Fermín Estrella Gutiérrez fue Vicepresidente de esta Academia durante dos períodos, entre mayo de 1974 y junio de 1980.

D. Francisco Luis Bernárdez es uno de los más originales poetas argentinos. Iniciado en el movimiento de vanguardia de los años 20, evolucionó -sin abandonar ciertos rasgos de la vanguardia- hacia una poesía de fuerte carácter religioso. Lo hizo con un estilo de reminiscencias clásicas, depurado en el lenguaje y en la forma poética, en consonancia con la aspiración de hondura y esencialidad de su contenido, definido en su prólogo a una edición de La ciudad sin Laura y El buque (1947): «La palabra de la Palabra: el Amor [...] único fuego que puede arrancarnos de la sombra del espacio y del tiempo, levantarnos de la mortal dispersión y devolvernos para siempre a la misericordiosa Unidad» (con mayúsculas que transparentan el sentido religioso). Otras de sus obras, como la traducción de los Himnos del breviario romano (1952) y el Florilegio del Cancionero Vaticano, que también prologó (1952), están en la misma dirección.

Fue elegido académico el 30 de junio de 1948. Le correspondió el sillón N.º 10, «Carlos Guido y Spano», en el que sucedió a Leopoldo Díaz, quien había sido académico fundador. En 1962, con la bienvenida de D. Arturo Capdevila, Bernárdez leyó su discurso de ingreso académico   —106→   (Boletín, t. XXVII). En él hizo referencia a los catorce años de demora de esta recepción formal, a causa -dijo- de «enfermedades, dictaduras, destituciones, pobreza, viajes y demás formas de una realidad cuya insegura condición creo haber vivido con algún provecho para lo que esencialmente importa» (p. 324), todo lo cual le permitió conocer el verdadero rostro del mundo que le tocó vivir. Reconoció la naturaleza desinteresada de la Academia, un lugar de reserva a la espera del instante en que el entorno social volviera a reunir las condiciones necesarias para recibir su aporte. En el discurso recordó a Leopoldo Díaz, y a Guido Spano, y luego a Bartolomé Mitre, en el centenario de su presidencia; es que Mitre y el diario que fundó, La Nación, «están vivos -dijo-, asociados siempre de algún modo memorable a los principales pasos de mi modesta carrera literaria» (p. 327). Cerró el discurso con palabras de un poema que antes había dedicado al prócer, celebrando en la pluma de Mitre «la hermandad de la verdad y la belleza, como en su espada la justicia y la grandeza».

En el Boletín de la Academia encontramos otros trabajos de Bernárdez: «Paridad de Cervantes y don Quijote» (t. XXIII, 1958); «Discurso en el homenaje tributado al poeta argentino Fernández Moreno, en Bárcena de Cicero (Santander)» (t. XXIV, 1959), y «Discurso en el centenario del nacimiento de Leopoldo Díaz», con el que en 1962 honró a su antecesor en el sillón.

En esta sesión se referirán a las dos personalidades los académicos Antonio Requeni y Martín A. Noel.

Finalmente, quiero señalar que un nuevo académico de número, el Dr. Pedro Luis Barcia, nos acompaña por primera vez en una sesión académica. Le damos la más cordial bienvenida.

Ofelia Kovacci