Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

ArribaAbajo

Acto segundo



ESCENA PRIMERA
Entran Doroteo, Gorgonio, Pedro
DOROTEO Eterno Dios, trino y uno,
poderoso, manso y fuerte,
dame tan dichosa suerte
que en lugar ni tiempo alguno
deje de reconocerte;
Pues en tanta multitud
del pueblo ciego, pagano,
extendiste a mí tu mano
dándome fuerza y virtud
para que fuese cristiano. 10
¿Qué mayor merecimiento,
o qué partes viste en mí,
qué valor, o qué talento,
que dejando otros sin cuento
quisiste juntarme a ti?
Póneme en gran confusión
tan precioso beneficio,
con la grande obligación
y la débil afición
que tengo de tu servicio. 20
Que al César gentil mundano
sirvo con gran diligencia,
y a veces en tu presencia
está el pensamiento vano
sin temor ni reverencia.
Bien quisiera yo, Señor,
hallarme desocupado
de humano fausto y honor
para que con más fervor
de mí fueras venerado. 30
Mas para favorecer
a tus flacas ovejuelas
con el humano poder,
y en el bien darles espuelas,
habréme de entretener.
Una cosa sola aflige
el cristiano corazón,
temer la persecución,
pues el que el imperio rige
es de extraña religión. 40
¡Oh si tiempo nos viniese
que el emperador Augusto
nuestra santa fe creyese,
y todo el mundo sirviese
a ti sólo Santo y justo!
Veo que la mayor parte
de los que fueron criados
para servirte y gozarte
andan ciegos y errados,
huyendo de venerarte. 50
Y la honra a ti debida
como a supremo Señor
tiene el humano error
al demonio convertida,
y esto causa mi dolor.
Pero un consuelo me has dado,
que en los palacios profanos
donde estoy autorizado
hay caballeros cristianos
con quien vivo acompañado. 60
PEDRO Triste caso es el que pasa,
horrendo, terrible y feo.
GORGONIO Tengo entrañable deseo,
que mi corazón se abrasa
de hablar a Doroteo.
PEDRO Busquémosle, que es razón
que de todo sea avisado
en coyuntura y sazón,
de dónde pende el estado
de nuestra fe y religión. 70
DOROTEO En sólo oír, caballeros,
la voz de mí deseada,
salí luego para veros.
PEDRO Tus dos días de jornada
nos han sido años enteros.
GORGONIO No sufre más dilación
un grave negocio urgente
que anda en la corte al presente,
que trata de la aflicción
de nuestra cristiana gente. 80
El consejo congregado
por el César hoy ha sido
y está muy determinado
que sea desbaratado
nuestro bando y perseguido.
Hoy los tiene de llamar
para que públicamente
se divulgue a toda gente
que se quiere ejecutar
el decreto pestilente. 90
DOROTEO Soberano Dios, ¡cuán justo
es tu juicio secreto,
que persiguiendo al perfecto,
el malo viva a su gusto,
y el bueno le esté sujeto!
Si tus promesas tan ciertas
no confortan nuestro pecho,
¡cuán cerradas y cuán muertas
estarán, Señor, sus puertas
para el eterno provecho! 100
Que los bienes temporales
atrapan nuestro sentido,
y el temor de graves males
tiene casi pervertido
el seso de los mortales.
Pero bien sé que nos amas
y por vías muy diversas,
aunque parecen adversas,
a tus escogidos llamas,
con quien tratas y conversas. 110
GORGONIO Estábamos alentados
porque, aunque el emperador
no nos daba algún favor,
vivíamos descuidados
de humano perseguidor.
Mas si nuestro Dios ordena
que seamos perseguidos,
sea muy en hora buena,
que seremos socorridos
en el tormento y cadena. 120
PEDRO Una duda es bien tratemos,
si la guerra cruda viene,
si es bien que disimulemos
o por ventura conviene
luego nos manifestemos.
Que aunque muy cierto estamos
que perdiendo nuestras vidas,
antes las perpetuamos
si a Dios las sacrificamos,
por quien fueron concedidas. 130
Pero viviendo podremos
dar ánimo en el tormento
al que en peligro veremos,
y con esto llevaremos
muchos al eterno asiento.
GORGONIO Si ocasión se nos ofrece
para poder bien mostrarnos,
noble Pedro, a mí parece
que a tal punto no carece
de culpa el disimularnos. 140
Que aunque es verdad que servimos
a nuestro Dios con la vida,
mayor merced recibimos
imitando al que creímos
en la pasión y partida.
DOROTEO En esa misma sentencia
estoy yo determinado
que se declare mi estado
en la universal presencia
del príncipe y del Senado. 150
Que nuestra caballería,
nuestro valor y nobleza
no admite la cobardía,
el temor y la flaqueza
que en encubrirnos habría.
Y si a nuestro Dios pluguiere
darnos tan dichosa pena,
sea mucho en hora buena;
ordene como quisiere,
que ésa es la parte más buena. 160
PEDRO Gran dulzura me habéis dado
con vuestras fuertes razones,
que lo que fue preguntado
fue por quedar saneado
de tan nobles corazones.
Que si en mi querer se pone,
mucho tiempo ha que desea
mi corazón que le sea
dada (si Dios lo dispone)
muerte con que le posea. 170
Y para animar a todos,
grandes, pequeños, medianos
que mueran como cristianos,
no hay otros mejores modos
que morir entre tiranos.
Que la sangre derramada
con ánimo pío y recto
tendrá en esto más efecto
que la vida conservada
con el recato y secreto. 180
DOROTEO Entienda el emperador
y todo el pagano bando
que hay mucha gente de honor
que muere por su Señor
y esto vive deseando.
Y pues es consentimiento
común de todos honrar
a Cristo con publicar
su fe con divino aliento,
no hay aquí más que tratar. 190
Sólo resta que en tal trance
a nuestro Dios invoquemos,
y a su madre supliquemos,
que firmeza nos alcance
para lo que pretendemos.
GORGONIO Señor, que todo lo sabes,
infinito, inmenso y fuerte,
que en todo el mundo no cabes,
no impidan mis culpas graves
una tan dichosa suerte. 200
Que si servirte es reinar,
¿qué será por ensalzarte
y por tormento imitarte,
si no perdiendo ganar,
eternamente gozarte?
PEDRO No cabe en merecimiento
don tan raro y soberano,
no cabe en entendimiento
el sumo gozo que siento
en verme a morir cercano. 210
El Señor a quien adoro
ha de dar la fortaleza,
porque el tormento y crudeza
no me impida tal tesoro
ni haya punto de flaqueza.
DOROTEO Ven, muerte justa, ¿qué aguardas?
con esclarecido hecho
descanse el ardiente pecho.
Martirio, ¿por qué te tardas?
que la vida es sin provecho. 220
Temo, Señor, a mi culpa,
mas espero en tu clemencia
me dará tal resistencia
que la muerte sea disculpa
y corona de paciencia.
Imprime en mi corazón
tu inefable sufrimiento
en él afrenta y tormento
de tu sagrada pasión,
que éste es mi dulce sustento. 230
No turbe lo temporal,
pues se pasa tan de vuelo
el corazón terrenal;
venza, venza el celestial,
puro y eterno consuelo.
PEDRO Oh Doroteo y Gorgonio,
despidámonos aquí
porque siento dentro en mí
que he de dar hoy testimonio
del Señor a quien creí. 240
Dad los abrazos postreros
al que en vida acompañastes,
adiós, adiós, caballeros,
por ventura compañeros
en los últimos contrastes.
DOROTEO Las lágrimas nos impiden
las palabras amorosas
que con gran razón se piden
a personas piadosas
que en tal tiempo se despiden; 250
mas espero que seremos
juntos también en la pena.
A los cristianos hablemos
primero y los confortemos
para una suerte tan buena.
GORGONIO Vamos pues, no quede falto
alguno con el asalto
del pregón impío y edictos.
No turbe a los pequeñitos
con su recio sobresalto. 260
 
ESCENA SEGUNDA
Entran Diocleciano, Daciano, Cromacio, Secretario, Pregonero
DIOCLECIANO Presidentes de quien yo tanto fío,
todo el gobierno de mi sacro estado,
pues sea sabido y al intento mío,
según que tengo ya comunicado,
que con todo calor, aliento y brío
sea el cristiano pueblo sujetado.
Decidme en esto ques vuestra sentencia
como lo espero yo de tal prudencia.
Y no os detenga piedad alguna,
que es justo que al furor se dé la rienda 270
con secta tan ingrata y importuna
que con el sufrimiento no se enmienda.
No haya cosa debajo de la luna
que en este mi castigo no se encienda,
pues el infierno y dioses celestiales
tomaran tanto gusto de sus males.
Y a esto enderezad vuestros intentos,
vuestras industrias, artes y invenciones,
que sean de tal suerte los tormentos
que ablanden los perversos corazones. 280
Los dioses satisfechos y contentos
queden, y su Dios pierda los blasones;
que si este fin primero no se alcanza,
en vosotros haré cruel venganza.
DACIANO Yo quiero, emperador, que en mí se haga
si con lo que tenemos consultado
no sale efecto que te satisfaga;
y si saliere haberte a ti agradado,
tendré por digna y suficiente paga
y haber mi corazón también vengado. 290
DIOCLECIANO Decid, que ya no sufre más tardanza
el corazón sediento de venganza.
CROMACIO Aunque más se pretenda que vencidos
queden que con tormentos asolados,
primero es menester que sean heridos
y con crueles modos destrozados;
que aunque algunos con esto sean perdidos,
quedando los demás amedrentados
por no sufrir tormentos tan horribles,
a su Dios se harán aborrecibles. 300
Tres cosas hemos visto que a esta gente
sustenta en su dureza y entretiene:
vivir ahora honrada y libremente,
y templos do a cantar sus himnos viene,
libros en que se enseña a ser prudente
en las disputas que con otros tiene.
Y si estas tres primero no quitamos,
sin fruto alguno los atormentamos.
Mande, tu majestad, que los cristianos
no tengan noble oficio en paz ni guerra; 310
destrúyanse sus templos tan profanos;
abrásense y no queden en la tierra;
y los libros de encantamientos vanos
en que todo su bien y ley se encierra
se quemen en la pública hoguera
para que todo juntamente muera.
Que si nuestros pasados no pudieron
dar fin a sus porfías y maldades,
fue porque nunca en esto se pusieron,
mas sólo en corporales crueldades. 320
Y como raíz no destruyeron,
brotó y permaneció en muchas edades.
Ahora se verá si todo junto
no hace que perezcan en un punto.
Luego infinitos géneros de penas,
azotes con plomadas, y heridas,
prisión obscura, rígidas cadenas,
pez y resina ardiente derretidas,
las carnes y los huesos y las venas
con rastrillos y peines sean rompidas, 330
con cañas serán hechas mil roturas,
y todas cortarán las coyunturas.
Equíleo fuego vivo, aguas heladas,
osos, leones, tigres, onzas fieras
esto se habrá de usar, que no de espadas.
Y para que esto sientan más de veras,
sus carnes con vinagre y sal lavadas
serán, sin mover quejas lastimeras
del niño tierno que ve muerto al padre,
ni que la hija llore por su madre. 340
DIOCLECIANO Con entrañable gusto aquí me baño
en sangre y en castigo tan debido,
y en sólo oír tan gran furor y daño
se goza el corazón embravecido;
nunca pensé hallar saber tamaño
como el que habéis mostrado tan subido;
en sumo grado a mi grandeza place
vuestro consejo y mucho satisface.
Resuenen por el mundo los pregones;
fíjense edictos; hágase decreto; 350
mueran los niños, viejos y varones;
no se tenga clemencia ni respeto;
prométanse riquezas a montones
al que los dioses quiere ser sujeto;
hágase en los rebeldes el castigo.
Quien fuere más cruel será mi amigo.
DACIANO Una sola merced, señor, te pido,
si he hecho a tu grandeza algún servicio,
y es por tu mano ser constituido
en este cargo y agradable oficio; 360
por mí será este pueblo perseguido.
Este quiero que sea mi ejercicio;
de vencerlos prometo en poca pieza,
o mándame cortar esta cabeza.
Yo iré a las partes todas de occidente,
visitaré la Galia y las Españas,
adonde habita mucha desta gente,
y en ella mostraré mi industria y mañas.
Yo los aterraré tan fuertemente
con estragos y penas tan extrañas 370
que haga que del todo desfallezca
y tu nombre sagrado se engrandezca.
CROMACIO Pues yo, señor, que no soy menos tuyo,
al mismo cargo mi valor ofrezco,
y no sólo no impido ni rehuyo,
mas digo que tal cosa no merezco;
y si no los reduzco o los destruyo,
o en la demanda misma yo perezco,
quiero que los verdugos me atormenten
y entre tus servidores no me cuenten. 380
Andaré por las partes orientales
como rayo en furor y saña viva,
haciendo a los cristianos tantos males
que no haya quien lo cuente ni describa;
ni vivo quedará de los mortales
quien la ley de tus dioses no reciba;
mándame, emperador, que parta presto,
que en ello mi saber pondrá su resto.
DIOCLECIANO En esto veo que se determinan
los celestiales todos destruirlos, 390
y sus postreros hados se avecinan,
pues queréis ir los dos a perseguirlos.
Con esto los cristianos se arruinan,
pues tales fuerzas quieren combatirlos.
Dejad todo el cuidado y cargo aparte.
Y en este emplearéis la fuerza y arte.
Todo mi imperial poder cometo
a los dos que aquí estáis y a cada uno;
y si mi intento viene a buen efecto,
que no quede cristiano a vida alguno, 400
por este cetro y silla yo os prometo,
que no quede de premio el hecho ayuno,
sino que ambos seréis aventajados
a todos los que rigen mis estados.
Con esto yo levanto ya la mano
y mando que hagáis a vuestro gusto
edictos contra el pueblo vil cristiano
que lo que os pareciere será justo.
Y porque vuestra firma no sea en vano,
selladla con el sello del Augusto, 410
y el que por todo no os obedeciere,
no viva yo si al punto no muriere.
DACIANO Hoy ha sido dichosa nuestra suerte,
pues a tal ocasión nos ha traído
donde nuestro consejo sabio y fuerte
ha sido con tal cargo agradecido;
con dar a los cristianos pena y muerte
nuestro nombre ha de ser esclarecido;
y fuera de ser bien remunerados,
será bastante premio ser vengados. 420
CROMACIO Escríbase el edicto, Secretario,
con el rigor que aquí se os ha propuesto,
con el castigo tal, violento y vario,
tormento muy cruel, dolor funesto
contra el pueblo que al cielo es contrario.
Llámense pregoneros, vengan presto,
y resuene la plaza en voz horrenda,
que tiemble de temor el que lo entienda.
SECRETARIO Al modo y de la suerte que lo mandas
está escrito a tu gusto riguroso, 430
pues sé muy bien y entiendo tras qué andas.
Venga ya el pregonero clamoroso,
después se fijará por todas bandas
para que sea a todos espantoso;
suenen trompetas; dígase el edicto
según por el tenor que viene escrito.
PREGONERO Al sacro emperador Diocleciano,
augusto, invicto, pártico, potente,
manda que se denuncie a toda gente
que nadie sea osado a ser cristiano, 440
so pena de morir penosamente,
como merece su furor insano;
manda que en todo el mundo, mar y tierra,
a fuego y sangre se les haga guerra.
Sus bienes todos sean confiscados,
no puedan tener cargo o noble oficio;
sus templos todos sean asolados,
no hagan a su Dios algún servicio;
los libros de su secta sean quemados
o a los dioses ofrezcan sacrificio; 450
y por traidor aquél será tenido
que en algo favorezca su partido.
 
ESCENA TERCERA
Entran la Iglesia, Fe, Esperanza, Caridad
IGLESIA ¡Oh nueva rigurosa,
tanto por mí temida,
y a tal sazón y tiempo publicada!
¡Oh suerte peligrosa,
donde perder la vida
es pérdida menor y casi nada!
Lloro que mi manada
ha de ser esparcida 460
por lobos carniceros,
y por llanos y oteros
la veo derramada y perseguida.
Temo el supremo daño,
no se me vaya alguno del rebaño.
¡Ay Dios, cuán poco dura
el gozo en esta tierra,
con gran razón de lágrimas llamada!
¡Cuán poco se asegura,
cuán presto se destierra 470
la cosa más alegre y más amada!
Estaba sosegada,
y al tiempo que crecía
el culto de mi esposo,
turbóse mi reposo
y vínome el dolor que yo temí.
¡Ay, hijos muy queridos,
lleguen al alto cielo mis gemidos!
Espíritu divino
que Dios me dio por prenda, 480
Consolador que velas y me riges,
dame favor contino
y a mis hijos enmienda,
pues que sólo por esto los afliges.
Oh santo amor, que eliges
al pueblo justo y santo
y tanto lo enriqueces,
ruégote muchas veces
inclines las orejas a mi llanto,
que es de madre afligida 490
que dará por sus hijos alma y vida.
Si gravemente siento
las penas y dolores
de tus fieles, Señor, y sus querellas,
mucho mayor tormento
me causan los clamores
de niños tiernecitos y doncellas.
Muévante, mi Dios, ellas,
y si nuestros pecados
mueven tu justa ira, 500
con piedad nos mira
y de otra suerte sean castigados,
y no disminuyendo
el número que va a su Dios siguiendo.
¿Consentirás que sean
tus templos profanados,
quemada y destruida tu Escritura?
¿Permitirás que vean
mis ojos ocupados
tus templos con diabólica figura? 510
Virgen hermosa y pura,
volved a mí esos ojos
tan llenos de clemencia,
Revoque la sentencia,
mi amado Dios, y aplaque sus enojos
y si esto es de provecho,
yo lavaré con lágrimas mi lecho.
FE El grave desconsuelo,
señora y madre nuestra,
tiene tu corazón [tan] ocupado 520
que no queda al consuelo,
que el mismo Dios nos muestra,
lugar adonde sea aposentado.
Cese un poco el cuidado
del amoroso llanto
que te tiene suspensa,
contempla bien y piensa
lo que te encomendó tu esposo santo;
y si esto tú hicieres,
convertirás los llantos en placeres. 530
Díjote que serían
tus hijos perseguidos
y ante los tribunales presentados,
y entonces reinarían
cuando más abatidos
fuesen por su Señor y atormentados.
No fueran celebrados
los hechos de tu gente
y su amor invencible,
si la muerte terrible 540
no padecieran valerosamente.
¿Por qué lo que florece
en tu sacra corona te entristece?
Dime, ¿qué mayor gloria,
qué más feliz estado
puede venir a los que te obedecen
que imitar la memoria
del que crucificado
gustó la muerte, que por él padecen?
Si pena no merecen, 550
su suerte es venturosa,
y si fueron culpados
y lavan sus pecados,
dichosa penitencia y muy dichosa
con que el cielo más gustos
recibe del culpado que de justos.
ESPERANZA El corazón caído
al cielo se levante;
mire la eternidad de gloria inmensa
que Dios ha prometido 560
al que fuere constante,
para cumplida paga y recompensa;
y si esto el alma piensa,
ella busca las penas
y al mundo desafía,
porque en su Dios confía
que libra de tormentos y cadenas,
y al hombre en dulce vuelo
coloca entre los príncipes del cielo.
Si la humana flaqueza 570
con fuerzas naturales
viviera de sufrir tal batería,
temblara su firmeza,
vencida de los males,
y la caída cierta se vería;
pero de Dios te fía,
que en el tiempo oportuno
ayuda a quien le llama,
y tanto al hombre ama
que no se verá allí faltar ninguno, 580
que el poder soberano
allí consolará y dará la mano.
Ni temas que por muertes
será disminuido
el número de fieles, pues es cierto
que si murieren fuertes,
que el grano ya caído
más multiplica cuando fuere muerto.
Pon en el sacro puerto
áncora de esperanza; 590
allí fija tus ojos
y cogerás despojos
de gloria, honra y bienaventuranza,
y las persecuciones
estimarás por agradables dones.
CARIDAD Si el amor, con que amada
antes que el mundo fuese
fuiste de Dios, viniese a tu memoria,
y en él purificada
tu pecho se encendiese, 600
ajeno ya de toda humana escoria,
¡qué júbilos, qué gloria,
qué gozo tan extraño
te darían los tormentos!
¡Qué seguros contentos
en medio de las muertes y del daño!
Yo soy muy buen testigo
que en la pasión se prueba el fiel amigo.
El oro y plata fina,
se prueba con el fuego, 610
y el amor en la fragua de paciencia.
¡Qué cosa más divina
que al mundo vano y ciego
venza el amor con fuerte resistencia,
y quede su apariencia
más pura y acendrada
que el sol de mediodía!
¡Oh segura alegría
en la guerra alcanzada,
oh valerosa suerte, 620
donde es más fuerte amor que no la muerte!
Si amor a Dios vencido
de amor trujo a la tierra,
si amor le puso en cruz y sepultura,
¡oh cuán endurecido
es el que en esta guerra
no se adelanta mucho y se apresura!
Si por su criatura
quiso ser afligido
tu Dios, del pueblo ingrato, 630
parece desacato
huir que el hombre sea perseguido.
Vengan persecuciones,
que en ellas comunica Dios sus dones.
IGLESIA El ánimo y aliento
perdido y recobrado
con vuestra sabia fuerza de razones,
y es tanto mi contento
que no sería trocado
por paz el desconsuelo y turbaciones. 640
Vengan persecuciones
si mi Dios lo ordenare,
pues la paz me es dañosa.
No hay cosa tan penosa
que ya no me dé gusto y me repare,
que Dios será bastante
que su veneración vaya adelante.
Consolador y amparo
de tristes y afligidos,
dulce Señor, mi bien y mi tesoro, 650
vida del pueblo caro,
por vos serán vencidos
todos mis males y mi triste lloro.
Señor, a quien adoro,
el trance es lastimero
y mucha la flaqueza.
Dadnos vos fortaleza
contra el tirano riguroso y fiero,
que con vuestros favores
saldrán mis hijos todos vencedores. 660
Esto, Señor, le pido
a tu real clemencia,
esto sólo suplico me conceda:
no nos eche en olvido
tu eterna providencia,
porque vencer el mal del todo pueda.
Con esto vivo leda,
pues quedo acompañada
con quien podrá valerme,
Señor, y defenderme 670
de la persecución hoy publicada;
de ti mi bien confío,
que de mis propias fuerzas no me fío.
VILLANCICO
Canta el coro
PREGUNTA ¿Por qué va llorando
la esposa de Dios?
RESPUESTA Llora por hacer
que no lloréis vos.
Llora porque siente
que viene gran mal
en su amada gente 680
de furia infernal;
con ansia mortal
volviéndose a Dios
llora por hacer
que no lloréis vos.
Con amor de madre
teme no neguemos
a Dios nuestro padre
cuando en pena estemos.
Porque no lloremos, 690
llora ella por nos;
llora por hacer
que no lloréis vos.

Arriba