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Traidor, inconfeso y mártir

Drama histórico en tres actos escrito expresamente para el beneficio de Doña Matilde Díez


José Zorrilla



[Nota preliminar: Edición digital a partir de Obras dramáticas y líricas de José Zorrilla, Madrid, Manuel P. Delgado, 1895, 4 vols. (Tip. de los Sucesores de Cuesta) y cotejada con las ediciones críticas de Ricardo Senabre (Salamanca, Anaya, 1964) y Roberto Calvo Sanz (Madrid, Espasa Calpe, 1990). Recomendamos la consulta de esta última, que hemos adoptado como referente en los casos de variantes textuales.]



PERSONAJES
 

 
DOÑA AURORA.
GABRIEL ESPINOSA.
DON RODRIGO DE SANTILLANA,   alcalde de casa y corte.
DON CÉSAR DE SANTILLANA,   capitán de jinetes del primer tercio de Flandes.
UN ESCRIBANO.
SOLDADOS.
OTROS CRIADOS.
ARBUÉS.
BURGOA Y NAO D'ANDRADE.
EL MARQUÉS DE TAVIRA.
EL DOCTOR N.
ALGUACILES.
UN CRIADO DE BURGOA.
 

La escena en los dos primeros actos pasa en una posada de Valladolid; y el tercero, en Medina del Campo, en el año de 1594 de N. S. J. C.

 




ArribaAbajoActo I

 

Antesala en una posada de Valladolid. Puerta en el fondo, que da al exterior. Dos a la izquierda, que dan al interior. Ventana a la derecha.

 

Escena I

 

BURGOA, que aparece; un CRIADO que sale por el fondo.

 
CRIADO
Señor amo.
BURGOA
¿Qué hay?
CRIADO
Un hombre.
BURGOA
¿Qué quiere?
CRIADO
Veros.
BURGOA
Que pase.
CRIADO
Entrad aquí, seor hidalgo.


Escena II

 

BURGOA; el MARQUÉS, embozado.

 
MARQUÉS
Buenas noches.
BURGOA
Dios le guarde.
MARQUÉS
¿Eres tú el huésped?
BURGOA
Yo soy.
5
MARQUÉS
¿Luis Burgoa?
BURGOA
Y Nao d' Andrade.
MARQUÉS
¿Portugués?
BURGOA
Lo canta el nombre:
de Alfontes, en el Algarbe.
MARQUÉS
Paisanos somos.
BURGOA
¿Sois vos
también?...
MARQUÉS
Escúchame y cállate.
10
BURGOA
Callo y escucho.
MARQUÉS
Esta noche
vendrá a pedir hospedaje
en esta posada un hombre,
cuyas señas voy a darte
para que no le equivoques. 15
Edad, cuarenta años; traje
negro, cabello rapado,
barba crecida, semblante
pálido, mirada de águila,
sonrisa triste, andar grave. 20
BURGOA
Con tantas señas, señor,
que le equivoque no es fácil.
MARQUÉS
Aún faltan más; una dama
en su compañía trae
de apenas diecisiete años, 25
y haciendo veces de paje,
viene sirviéndoles a ambos
un veterano de Flandes,
en quien, por más que se afana
por tosco labriego en darse, 30
se revelan a la legua
las costumbres militares.
Lo mismo sea sentirles
a tus puertas acercarse
con luz y sombrero en mano 35
saldrás hasta los umbrales;
mandarás de sus caballos
cuidar, y sus equipajes
subir a los aposentos
mejores que puedas darles. 40
Los servirás a su antojo
los más sabrosos manjares
y los vinos más añejos,
y entre tanto que ocuparen
cuarto en tu posada, en ella 45
no recibirás a nadie.
Yo toda entera la alquilo
para ellos. Ahí va parte
del gasto que hacerte puedan.
Cuando esa suma se acabe 50
te rellenaré esa bolsa;
lo que sobre, para gajes
del huésped y de los mozos.
Adiós y silencio, Andrade.
BURGOA
Un momento, caballero. 55
¿Y si ese hombre preguntare
quién paga su gasto?
MARQUÉS
Nada
digas.
BURGOA
¿Y si se obstinare
en saberlo?
MARQUÉS
Guardarás
silencio; y la cuenta al darme 60
tu silencio y sus porfías
pondrás como cantidades
en guarismos, y yo sólo
veré las sumas totales.
Pero ten cuenta, Burgoa, 65
porque el oro que aquí ganes
crecerá con tu prudencia
y te se irá con tu sangre;
porque indiscreciones de oro
con hierro es bien que se atajen, 70
y fortuna que se canta
siempre se la lleva el aire.
BURGOA
Señor...
MARQUÉS
Adiós, que no quiero
que aquí, si llegan, me hallen.

 (Vase.) 



Escena III

 

BURGOA; después, DON CÉSAR.

 
BURGOA
¡Aventura más extraña! 75
Alguna apuesta; algún lance
de amor; pero ¿qué me importa
a mí? Lo que es indudable
es que el bolsillo está lleno
de doblillas: ¿para gajes 80
las que sobren? ¡Bah! Lo menos
ciento por veinte. Adelante.
CÉSAR

 (Saliendo.)  

Buenas noches.
BURGOA
¿Qué se ofrece?
CÉSAR
Hablar con el dueño.
BURGOA
Habladle.
CÉSAR
¿Eres tú?
BURGOA
Yo mismo.
CÉSAR
¿Estamos
85
solos?
BURGOA
Sí.
CÉSAR
Atento estáme.
Tres personas a tu puerta
vendrán muy pronto a apearse:
un hombre galán, de pálido
rostro y de noble talante, 90
una dama tan hermosa
como pintan a los ángeles,
y un escudero que tiene
mezcla de asistente y paje.
Dales lo mejor que tengas, 95
como a príncipes regálales;
lo que no poseas, cómpralo
y en el precio no repares.
Ahí tienes doscientos pesos
en oro: cuando los gastes 100
en su servicio, me pides
más, y si sobran, por gajes
te los embolsas, con ceros
sumas y cuentas cabales.
BURGOA
Caballero, perdonad, 105
pero habéis llegado tarde.
CÉSAR
No te entiendo.
BURGOA
Un embozado
que salía cuando entrabais
os ha ganado la mano,
y para esos personajes 110
por quien os interesáis,
con palabras semejantes,
a las vuestras ha alquilado
y pagado el hospedaje
de mi casa con el oro 115
de este bolsillo: miradle.
CÉSAR
¿Y quién era ese embozado?
BURGOA
No le conozco.
CÉSAR
¿Su traje,
su porte ni sus palabras
indicios no pueden darte 120
de quién sea?
BURGOA
No, señor
militar; ni su semblante
vi jamás, ni haber oído
recuerdo en ninguna parte
su voz.
CÉSAR
¿Es joven o viejo?
125
BURGOA
¿No le habéis visto?
CÉSAR
En la calle
estaba ya cuando yo
llegaba a tu puerta, y casi
no puse atención en él.
BURGOA
¡Es un señor respetable, 130
de barba gris, noble y rico.
CÉSAR
¿Noble y rico? ¿De qué sabes
que lo es si no le conoces?
BURGOA
Dan en él lo muy bastante
a conocer la riqueza 135
su oro y su modo de darle:
y la nobleza, además
de su tono y de sus frases,
el aroma que se exhala
de su valona y sus guantes. 140
CÉSAR
Pues, señor,¡cómo ha de ser!
Dijiste bien: llego tarde.
Restame, pues, solamente
mis ofertas reiterarte:
emplea ese oro a gusto 145
de quien le da, y lo que falte
yo lo abono; y a otra cosa,
que el tiempo vuela. Melquiades,

 (Asomándose a la puerta.) 

acomoda los caballos
en la cuadra.
BURGOA
Dispensadme,
150
capitán: no puede ser.
CÉSAR
¿Por qué?
BURGOA
Porque no hay vacante
un solo pesebre en ella.
CÉSAR
Pues en ese caso dame
un cuarto a mí y una cama, 155
y que se vaya Melquiades
con los caballos.
BURGOA
Tampoco
puedo serviros.
CÉSAR
¡Bergante!
¿Intentas burlas conmigo?
BURGOA
¡Dios me libre de burlarme 160
de tan gallardo mancebo!
Mas tengo orden terminante
de aquel embozado incógnito
de no recibir a nadie
por esta noche en mi casa 165
más que a ellos. Excusadme,
pues, capitán.
CÉSAR
Pues entonces

 (Se sienta.)  

dame un bocado que el hambre
me satisfaga, y un trago
que me remoje las fauces. 170
BURGOA
Señor, todo está comprado
y nos cansamos en balde.
Pues que por esos viajeros
os interesáis, dejadles
libre la casa, y no hagáis 175
que yo a mi palabra falte.
CÉSAR
El caso es que a mí me importa
en esta casa quedarme
por esta noche y es fuerza
que me quede.
BURGOA
Pues en grave
180
compromiso me ponéis
si os quedáis, y por mi parte,
por cuantos medios me ocurran
estoy dispuesto a evitarle.
CÉSAR
¿De modo que te propones 185
en la plazuela plantarme
en una noche como ésta,
con frío tal, oro y hambre?
BURGOA
Sí, señor.
CÉSAR
¿Sin mas razones?
BURGOA
Os llevo dadas bastantes. 190
CÉSAR
Pues, señor, lo siento mucho;
mas fuerza es que te se alcance,
pues no eres tonto, que cuando
muestro empeño semejante
en hospedarme en tu casa, 195
no vine para marcharme
de ella otra vez despedido
como un buhonero errante.
BURGOA
Pues mirad cómo ha de ser.
CÉSAR
Así: toma y lee si sabes. 200

 (Le da un papel.) 

BURGOA
¿Y qué es esto?
CÉSAR
Lee.
BURGOA

 (Leyendo.) 

«Dará
Luis Burgoa Nao d'Andrade
alojamiento en su casa,
número dos de la calle
de la Antigua, al capitán 205
del primer tercio de Flandes
don César de Santillana
con seis jinetes».
CÉSAR
Cabales.
Burgoa, en nombre del rey
vas a ofrecerme de balde 210
lo que por oro me niegas.
BURGOA
La boleta haré que os cambien
a cualquier costa.
CÉSAR
Será
trabajo inútil: es tarde.
BURGOA
No importa: tengo dineros 215
y muy buenas amistades
hoy en el Ayuntamiento.
CÉSAR
Pues, Burgoa, no las canses
inútilmente esta noche;
porque, a más de que es mi padre 220
juez de la chancillería
y de casa y corte alcalde,
tengo seis hombres abajo
y un escudero, incapaces
de obedecer otras órdenes 225
que las que yo quiera darles,
que del umbral de la puerta
no permitirán que pases.
Conque cede a mis razones,
que son, a fe, terminantes, 230
y dame luz, cena y cuarto,
que con ese personaje
misterioso, seré yo
solamente el responsable
de todo, en nombre del rey. 235
BURGOA
Callo al rey.
CÉSAR
Y muy bien haces,
que contra el rey nadie es cuerdo
en oponerse. Melquiades,
toma luz y desensilla
a Bayardo; a acomodarme 240
voy en algún cuarto bajo
para que cuando llegaren
esos huéspedes, en casa
ya pagada no me hallen.
BURGOA
Capitán, pues no hay remedio, 245
yo os ruego con la más grande
humildad que os alojéis
en una sala que cae
al huerto que tengo a espalda
de la casa.
CÉSAR
Que me place
250
te digo el alojamiento.
Vamos allá.
BURGOA
Hacia esta parte

 (Los dos a la puerta.) 

y en el fin del corredor
veréis una puerta grande
que da sobre otra escalera. 255
Tomad el farol que arde
en el descanso; bajadla,
y Andrés os dará la llave
de vuestro cuarto, y decidle
que a vuestras gentes os llame. 260
Yo os enviaré buena cena
y fuego.
CÉSAR
Dios te lo pague.

 (Vase.) 



Escena IV

 

BURGOA; después, DON RODRIGO.

 
BURGOA
Santillana y capitán,
y de los tercios de Flandes,
y con la boleta en regla 265
y espada de gavilanes,
¿quién le resiste? El incógnito
se hará cargo del percance,
y tendrá su compañía
que sufrir y resignarse. 270
Contra el rey nadie es valiente.
RODRIGO
¡Ah de esta casa!

 (Entrando.) 

BURGOA
Adelante.
RODRIGO
¿Sois el dueño de ella?
BURGOA
Soy
Luis Burgoa.
RODRIGO
Dios le guarde.
BURGOA
Mil gracias; lo mismo digo. 275
¿Qué se ofrece?
RODRIGO
Que oiga y calle.
Esta noche a esta posada
vendrá un viajero a apearse
con una dama encubierta
y un escudero; hospedadles 280
con mucho agrado y servidles
sin dudar cuanto demanden;
su gasto corre por cuenta
del rey; y desde el instante
en que vuestra casa ocupen, 285
de ellos, de sus equipajes
y cuanto les pertenezca
seréis vos el responsable.
Dejaréis entrar a todos
los que por él preguntaren. 290
A todos, quienquier que fueren;
mas no dejaréis a nadie
volver a salir. Abajo
tenéis unos militares
alojados, y las órdenes 295
competentes voy a darles
para que os presten auxilio
y en caso de apuro guarden
las puertas; conque silencio
y adiós; volveré más tarde. 300
BURGOA
Señor, vuestra autoridad
sea cual fuere, excusadme
que os pregunte a quién la honra
tengo de hablar.
RODRIGO
Al alcalde
Rodrigo de Santillana. 305
BURGOA
¡Jesucristo!
RODRIGO
Dios le guarde.


Escena V

BURGOA
¡Dios nos asista! Con un
Santillana era bastante
para su mal; pero ¿juntos
el capitán y el alcalde 310
pisándoles los talones?
Ya, ya están frescos los tales
viajeros. Los Santillanas...
Raza de réprobos; aves
de mal agüero; golillas 315
todos; búhos de las cárceles
y de las horcas, que sólo
pronosticar pueden males.
Santillanas..., ¡fuego en ellos
y en quien a casa los trae! 320
No hay portugués que no tenga
con ellos cuenta. Mas baste,
que Dios dirá. Gente llega.
¡Andrés!

 (Al ir a entrar por el fondo, sale ARBUÉS de viaje, enlodado.) 



Escena VI

 

BURGOA, ARBUÉS.

 
ARBUÉS
No hay que incomodarse,
patrón: somos gente llana 325
mis amos y yo, y a nadie
gustamos de dar que hacer.
¿Hay aposentos capaces,
limpios y con buenas camas
para una dama, su padre, 330
su escudero y dos criados?
BURGOA
Sí, señor, los hay; y tales
que no habrá en palacio muchos
que en lo limpio les alcancen.
ARBUÉS
Pues poned en uno luces 335
para la dama.
BURGOA
Que bajen
voy a mandar por los trastos
que traigáis.
ARBUÉS
Que no se cansen
vuestros mozos; ya los nuestros
suben con los equipajes 340
 

(Suben los mozos con baúles.)

 
¿Dónde los pondrán?
BURGOA
Allí,
en esos cuartos.
ARBUÉS

 (A los mozos.) 

Llevadles,
pues.
BURGOA
¿Y la dama?
ARBUÉS
Se está
despidiendo de su padre.
BURGOA
Pues qué, ¿no se queda en casa 345
con ella?
ARBUÉS
Sí; mas tiene antes
que entregar unos breviarios
a un primo suyo, que es fraile
en San Pablo, y tardará
tal vez; mas no hay que esperarle. 350
BURGOA
Marta, Ginés, a esa dama
alumbrad.
ARBUÉS
Ya llegan tarde,
patrón.
 

(Sale DOÑA AURORA.)

 
BURGOA
¡Qué! ¿Sin aguardar
que la sirvan?...
ARBUÉS
Si es más ágil
que un lancero, y nunca se anda 355
con cumplimientos.


Escena VII

 

ANDRÉS, BURGOA, DOÑA AURORA.

 
BURGOA
(Buen talle,
garboso andar y ¡qué hermosa!
Dijo bien cuando a los ángeles
la comparó el capitán.)
AURORA
¿Sois el huésped?
BURGOA
Ordenadme,
360
señora: yo soy.
AURORA
¿Hay fuego
en mi aposento?
BURGOA
Y bujía;
y puede vueseñoría
disponer de él desde luego
y de toda mi posada. 365
Os mandaré a mi mujer
que os sirva.
AURORA
No es menester;
yo me sirvo sola y nada
necesito. ¡Arbués!
ARBUÉS
¿Señora?
AURORA
Cuando vuelva, aunque sea tarde, 370
me avisarás.
ARBUÉS
A la hora
en que llegue.
AURORA
Dios os guarde.

 (A BURGOA.) 

BURGOA
¿Tomaréis un refrigerio,
un tentempié, para abrigo
del estómago?
AURORA
¿No os digo
375
que nada quiero?

 (Vase por la izquierda.) 

BURGOA
¡Qué imperio!


Escena VIII

 

ARBUÉS, BURGOA.

 
BURGOA
¿Y vos no cenáis?
ARBUÉS
Poco ha
que comimos y costumbre
no tenemos.
BURGOA
A la lumbre
podéis venir, que la habrá 380
buena en el hogar.
ARBUÉS
No tengo
frío; podéis sin reparos
cuando queráis acostaros;
porque mi amo, os lo prevengo,
de que le sirva no gusta 385
nadie más que yo, que sé
su mañas.
BURGOA
Tenéis, a fe,
buen trabajo.
ARBUÉS
¡Bah! Se ajusta
cada cual al que lo toca
en esta vida; yo estoy 390
a su servicio y le doy
cumplimiento... y punto en boca,
que tengo sueño. Dejad
la llave a mano y a abrir
bajaré, cuando venir 395
le sienta; que echen mandad
pienso a los caballos; yo
de este sillón haré lecho.
BURGOA
¿Dormiréis ahí?
ARBUÉS
¿Pues no?
Es costumbre y ya estoy hecho. 400
BURGOA
Pues para cuando me acueste
ahí queda la llave, y vos
os gobernaréis.
ARBUÉS
Adiós,
pues.
BURGOA
Descansad. (¡Mala peste
me coja si yo me acuesto 405
sin ver a ese hombre quedar
dentro de casa!)

 (Vase.) 

ARBUÉS
Cerrar
no está de más.

 (Cierra la puerta del fondo.) 


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