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Trastevere

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Foto cedida por la Fundación Rafael Alberti (El Puerto de Santa María).






ArribaAbajoCalles del barrio del Trastevere

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Colección Carles Fontserè (Girona).

Puedo confesar que en mi amado barrio tuve que volverme torero, adiestrándome en ceñirme, en adelgazarme contra los muros, en salir por pies, corriendo veloz como ante un toro, al ver llegar aquellas exhalaciones interplanetarias, ciegas y sin aviso, por tan estrechas calles y retorcidos callejones. De ahí nació, a poco más de un año de vida romanesca valerosa, un libro, titulado con astronómica exactitud: Roma, peligro para caminantes. Ahora espero que algún día, en alguna fecha de aniversario, el commune de la Ciudad Eterna estampe en algún vicolo, no lejano de mi Vía Garibaldi, una placa que diga: «Vicolo di Rafael Alberti (antes del Cinque, del Cedro, etcétera)», porque yo me instalé aquí, me convertí en vecino de este barrio para cantarlo humildemente, graciosamente, rehuyendo la Roma monumental, amando sólo la antioficial, la más antigoethiana que pueda imaginarse: la Roma trasteverina de los artesanos, los muros rotos, pintarrajeados de inscripciones políticas o amorosas, la secreta, estática, nocturna y, de improviso, muda y solitaria.


(Texto de Rafael Alberti, La arboleda perdida 2,
Tercero y cuarto libros (1931-1987)
,
Madrid, Alianza Editorial (Biblioteca Alberti), 1998, p. 207).
               





ArribaAbajoSe prohíbe hacer aguas

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Foto cedida por la Residencia de Estudiantes (Madrid).



Verás entre meadas y meadas,
más meadas de todas las larguras:
unas de perros, otras son de curas
y otra quizá de monjas disfrazadas.

Las verás lentas o precipitadas,
tristes o alegres, dulces, blandas, duras,
meadas de las noches más oscuras
o las más luminosas madrugadas.

Piedras felices, que quien no las mea,
si es que no tiene retención de orina,
si es que no ha muerto es que ya está expirando.

Mean las fuentes... Por la luz humea
una ardiente meada cristalina...
y alzo la pata... Pues me estoy meando.


(Texto de Rafael Alberti, «Se prohíbe hacer aguas»,
Roma, peligro para caminantes, en Obras completas. Tomo III. Poesía 1964-1988,
Madrid, Aguilar, 1988, pp. 18-19).
               





ArribaAbajoSi proibisce di buttare immondezze

Cuadro



Cáscaras, trapos, tronchos, cascarones,
latas, alambres, vidrios, bacinetas,
restos de autos y motocicletas,
botes, botas, papeles y cartones.

Ratas que se meriendan los ratones,
gatos de todas clases de etiquetas,
mugre en los patios, en los muros grietas
y la ropa colgada en los balcones.

Fuentes que cantan, gritos que pregonan,
arcos, columnas, puertas que blasonan
nombres ilustres, seculares brillos.

Y ante tanta grandeza y tanto andrajo
una mano que pinta noche abajo
por las paredes hoces y martillos.


Texto de Rafael Alberti, «Si proibisce di buttare immondezze»,
Roma, peligro para caminantes, en Obras completas. Tomo III. Poesía 1964-1988,
Madrid, Aguilar, 1988, pp. 21-22).
               





ArribaAbajoMuseo de Roma in Trastevere

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Foto cedida por el Museo de Roma in Trastevere


Aquí estoy en las salas oscuras de un museo,
negras de cuadros tristes.
Es domingo y no hay nadie.
Este museo de mi barrio
es poco conocido y los turistas
prefieren decir OH ante la cúpula
de Miguel Ángel a sentir el silencio
de estas habitaciones sombrías
en las que sin embargo un misterioso
joven del Caravaggio
se recrea en el agua contemplando,
como sobre un profundo río quieto de bronce,
el inmóvil retrato de su imagen.
De todos modos se está bien,
me siento bien aquí
entre el liso betún espeso de los fondos
y las sombras opacas
y el frío seno que surge en la penumbra,
las barbas de un anciano
o el racimo de uvas moradas
que cuelga de unos dedos que apenas se adivinan.
Afuera corren todos los ruidos,
los millones de autos exhalados,
la angustiosa ciudad de criminales
a motor y pienso, Pablo, en ti,
allá lejos, arriba en tu colina,
sólo en tu laberinto de líneas y colores,
infatigable del impulso ardiendo,
mientras yo aquí en el yelo callado de los siglos
te mido y te comparo.


(Texto de Rafael Alberti, «Este museo de mi barrio»,
Roma, peligro para caminantes, en Obras completas. Tomo III. Poesía 1964-1988,
Madrid, Aguilar, 1988, pp. 151-152).
               






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