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ArribaActo III

 

Sala en casa de DON ANTONIO. Puerta en el foro y otras dos laterales. Entre otros muebles habrá una mesa con recado de escribir.

 

Escena I

 

DON ANTONIO. DON SIMÓN. DON TOMÁS.

 
DON SIMÓN
Al tocador de Sabina
se ha marchado mi mujer,
y ahora, señor don Antonio,
que estamos solos los tres,
díganos usted, si gusta, 5
en qué paró lo de ayer;
y cómo las desertoras
volvieron a su cuartel;
—210→
y cómo es que están ustedes
tan en paz, al parecer, 10
y la niña se engalana...
y no la ha matado usted.
Aquí hay misterio...
DON ANTONIO
Ninguno.
En dos palabras diré
lo ocurrido. Cuando supe 15
que de un pillo a la merced
y engañada por su tía,
que es el mismo Lucifer,
la ingrata pupila huyó,
mi primer impulso fue 20
perseguirla, y del amante
tomar venganza cruel.
Metí espuelas al caballo;
pero pensando después
que hecha estaba la locura 25
y yo sería tal vez
menos digno de indulgencia
perdiendo el juicio también,
puse todo mi conato
luego que a Madrid llegué, 30
en salvar, si era posible,
después de tal proceder,
el honor de mi pupila.
Hasta cerca de las diez
corrí sin fruto en su busca, 35
y por fin los encontré
en el gobierno político,
cuando en nombre de la ley
ya la licencia obtenían
de que habían menester. 40
Respeté la providencia,
mas, jurando por la fe
de hombre honrado no forzar
la voluntad de esa infiel,
pedí que en mi propia casa 45
la depositase el juez,
y en atención a que el dote
es cantidad de interés,
se firmara aquí el contrato
y mi solvencia con él. 50
Aceptose mi propuesta,
que a todos estaba bien
para evitar comentarios
de tertulias y cafés;
el notario vendrá luego, 55
vendrá el amante doncel
y... Dios los haga felices.
DON SIMÓN
Amén. Diga usted: amén.
¡Por vida del otro Dios!...
¿Conque se hace usted de miel 60
después de acción tan inicua?
No me queda más qué ver.
¿Y es usted el que culpaba
mi paciencia y mi sandez?
Yo al fin gimo, y refunfuño, 65
y negra como la pez
tengo la sangre, y reniego
del día en que me casé,
y si pillo a mi consorte
en algún renuncio..., ¡pues!..., 70
soy capaz... Pero usted tiene
alma de... ¿qué sé yo qué?
¡Dejarse robar la novia,
traerla a casa después,
y presenciar el contrato, 75
y soltar de bien a bien
el dote... Por lo que veo,
tendría este hombre placer
hasta en servir de padrino
a su rival. ¡Voto a quién!... 80
DON ANTONIO
Note usted que era Sabina
mi amada; no mi mujer.
DON TOMÁS
La prudencia es gran virtud.
Ella es ella; él es quien es.
Llorar con la cruz al hombro 85
a cada paso se ve,
pero ¿por librarse de ella?
Sería ridiculez.
Se lo que pesa la mía,
y le doy el parabién. 90
DON SIMÓN
Pero, señor, ¿es posible...?
DON ANTONIO
Señor don Simón, yo sé
lo que me hago. Su permiso
ruego a ustedes que me den.
Tengo que arreglar papeles... 95
DON TOMÁS
¡Oh! No se incomode usted
or nosotros.
DON ANTONIO
Hasta luego.

  (Entra en la habitación de la derecha.) 

DON SIMÓN
¡Va a hacer un lindo papel!


Escena II

 

DON SIMÓN. DON TOMÁS.

 
DON TOMÁS
¡Vaya, que no tiene precio
lo del rapto y lo del coche, 100
y al abocarse la noche
caer chubasco tan recio!
DON SIMÓN
Por fin el signo de Acuario
ya que otro signo me acosa,
me dio venganza sabrosa 105
del insigne boticario.
Llorando entre aquellos berros
la ausencia de su Lucía,
¡qué buen rato pasaría
dado a Melchoras y a perros! 110
Vaya, lo que yo reí
anoche por el camino...
Mientras el coche fue y vino,
tres horas estuvo allí.
Muerto de angustia y de miedo 115
llegó por fin a deshora
con su dogo y su Melchora
a la puerta de Toledo,
y sin más cama que el frac,
si tarda cuatro minutos 120
el delicioso don Frutos
pasa la noche al vivac.
  —211→  
DON TOMÁS
¿No ha venido aquí?...
DON SIMÓN
Algún pasmo,
que curará con meconio,
hoy libra a mi matrimonio 125
de ese eterno pleonasmo.
¡Qué gozo! ¿Y usted no sabe,
caro amigo, la chuscada
que tengo ya preparada
a ese galán de jarabe? 130
DON TOMÁS
No.
DON SIMÓN
Me voy con mi consorte
para verme libre de él.
DON TOMÁS
¿Dónde?
DON SIMÓN
A la Seo de Urgel.
Ya tengo aquí el pasaporte.
DON TOMÁS
¡Tantas leguas de arrecife!... 135
DON SIMÓN
Aún son pocas a fe mía,
que por no verle me iría
al pico de Tenerife.
DON TOMÁS
Vaya usted, y Dios le ampare,
mas ¿dónde no habrá un galán?, 140
o, como dice el refrán,
¿dónde irá el buey, que no are?
DON SIMÓN
¡Eh!... Por hoy, lo que me urge
es huir de la farmacia,
porque no tendría gracia 145
que me diesen un menjurje...
Mas ¿cómo usted no ha traído
a la esposa?
DON TOMÁS
Estaba en misa,
y como vine deprisa...
DON SIMÓN
¿Qué escucho! Tan buen marido... 150
DON TOMÁS
Yo me encuentro bien sin ella.
DON SIMÓN
No es posible. ¿A quién no halaga
el dulce amor?...
DON TOMÁS
Más aciaga
que la de usted es mi estrella.
DON SIMÓN
¡Pues!, y lleva usted la palma... 155
DON TOMÁS
¡Del martirio!
DON SIMÓN
No. Esa es grilla.
Yo sé...
DON TOMÁS
Todo lo que brilla
no es oro, amigo del alma.
DON SIMÓN
¿No es ejemplo de ternura?...
DON TOMÁS
Sí, pero con tal exceso, 160
que ya me derriba el peso
de mi conyugal ventura.
Yo no soy dueño de mí
ni una hora, ni un instante.
¡Mal haya amor semejante, 165
si es amor el frenesí!
DON SIMÓN
Yo creía a usté en el centro
de la gloria...
DON TOMÁS
Sufro, río,
callo..., pero, amigo mío,
la procesión va por dentro. 170
¿Hay tormento tan cruel
como una mujer llorona,
y suspicaz, y sobona...?
¡Oh! Me hará soltar la piel.
DON SIMÓN
¿De veras? ¿Está usted loco? 175
¿Es posible...?
DON TOMÁS
Me impacienta,
me fastidia, me revienta,
me pudre..., y aún digo poco.
¡Y cada vez más me capto
el amor de ese demonio! 180
¡No fuera yo don Antonio!...
¡Cuánto envidio lo del rapto!
DON SIMÓN
Si está tan enamorada,
¿cómo tendría el descoco
de...?
DON TOMÁS
¡Ni ella vale tampoco
185
la pena de ser robada!
DON SIMÓN
¡Este pobre don Tomás!...
¿Conque ya encontré un casado
más que yo desventurado?
DON TOMÁS
Sí, señor, mil veces más. 190
DON SIMÓN
¡Hombre, hombre, qué bueno fuera
si para mutuo consuelo
cambiásemos pelo a polo!
DON TOMÁS
Yo la cambio por cualquiera.
DON SIMÓN
Puede que yo me equivoque, 195
mas si se hiciera el mercado,
yo quedaría obligado
a pagar el alboroque.
DON TOMÁS
Amigo, usted no lo acierta.
No la hay peor que la mía. 200
DON SIMÓN
Sí, mientras viva Lucía.
DON TOMÁS
No, mientras viva Ruperta.
DON SIMÓN
Pues, a fuer de hombres sesudos,
suframos ambos a dos
y supliquemos a Dios 205
que pronto nos haga viudos,
porque allá se van, mutatis
mutandis y, en mi opinión,
quien supiera lo que son
no las querría ni gratis. 210
DON TOMÁS
No, por cierto. ¡Qué prebenda!
Al más pintado le doy...

  (Baja la voz viendo entrar a su mujer por la puerta del foro.) 

¡Mi mujer...! ¡Perdido soy!
¡Dios me asista y me defienda!


Escena III

 

DON SIMÓN. DON TOMÁS. DOÑA RUPERTA.

 
DOÑA RUPERTA
¡Ah pérfido!... Al fin te veo... 215
DON TOMÁS
Estabas en Santa Cruz...
Me llamaba don Antonio
deprisa...
DOÑA RUPERTA
¿Y no sabes tú
que entre marido y mujer
todo debe ser común? 220
DON TOMÁS
Yo creí que no importaba...
DOÑA RUPERTA
¡Sin decir siquiera abur
a una mujer que te adora!
Alguna entruchada, algún...
DON TOMÁS
Cálmate, dulce Ruperta, 225
y no te dé un patatús,
—212→
que si te mueres, a entrambos
nos harán el ataúd.
DOÑA RUPERTA
No te creo, que conmigo
procedes como tahúr, 230
y tras de alguna pindonga
te habrás venido. ¡Jesús!
Me vas a quitar la vida.
DON TOMÁS
Por David y por Saúl
juro...

  (En voz baja a DON SIMÓN.) 

¿Qué tal?
DON SIMÓN

  (Lo mismo.) 

¡Buena hembra!
235
¡Así tenga la salud!
DOÑA RUPERTA
¿Qué le dices al oído?
DON TOMÁS
Nada. Que vale un Perú
mi mujer y no me cambio
por el mismo Mahamud. 240
DOÑA RUPERTA
No. Alguna intriga...
DON SIMÓN
Señora,
míreme usted a la luz.
¿Tiene usted celos también
de mi rancia senectud?
DON TOMÁS
¿Quién sabe?...
DON SIMÓN
Usted se ha dejado
245
los ojos en el baúl.
DOÑA RUPERTA
¡Él me habla de ojos, Dios mío,
y no ve los rendivús
que prodiga a su mujer
el boticario gandul! 250
DON SIMÓN
Señora, eso es ya salirse
de la cuestión.
DOÑA RUPERTA
Yo, según
se me habla...
DON SIMÓN

  (A DON TOMÁS.) 

Llámela usted
al orden.
DOÑA RUPERTA

  (A DON TOMÁS.) 

¡Qué ingratitud!
¡Escapárseme de casa!... 255
DON TOMÁS
Mujer, eres el non plus...
DOÑA RUPERTA
¿De qué?
DON TOMÁS
De nada; perdona;
mas calla con Belcebú,
que viene gente, y yo solo
debo cargar con la cruz. 260

  (DOÑA RUPERTA toma el brazo de su marido.) 



Escena IV

 

DOÑA RUPERTA. DON TOMÁS. DOÑA LUCÍA. SABINA. DOÑA CELEDONIA. DON SIMÓN.

 
 

(Llegan por la puerta de la izquierda.)

 
DOÑA CELEDONIA
¡Oh amiga doña Ruperta!
DOÑA RUPERTA
Servidora...

  (A DON TOMÁS.) 

No te sueltes.
DOÑA CELEDONIA

  (A DOÑA RUPERTA.) 

Celebro que usted también
asista al acto solemne
de la boda de Sabina 265
DOÑA RUPERTA
No tenía antecedente...
DOÑA LUCÍA
Sí, señora. Ya está todo
arreglado. El cielo vuelve
por la oprimida inocencia.
DON SIMÓN
(¡Bien! Mi mujer la protege. 270
Ya se ve, la simpatía...)
SABINA
Don Antonio se convence...
DON SIMÓN
No me maravillo. Un rapto
es razón muy convincente.
SABINA
Era el único recurso 275
que me dejaba la suerte...
Mas recordar lo pasado
ya no es útil ni prudente,
y basta que mi tutor
su clásico error confiese 280
en el hecho de traernos
segunda vez a su albergue,
para transigir nosotros
también amistosamente...
DOÑA CELEDONIA
Pues, por mi voto, la chica 285
se mantendría en sus trece.
DON SIMÓN
¿No la casan con su amante?
DOÑA CELEDONIA
Sí, señor.
DON SIMÓN
Pues ¿qué más quiere?
DOÑA CELEDONIA
Pero en casa del tutor
y cubriendo el expediente, 290
como se suele decir.
Así no será tan célebre
el aviso a los tutores
y el triunfo de las mujeres.
DON SIMÓN
Muy bien. (Padres de familia, 295
he aquí una aya excelente
para vuestras hijas.)

  (A SABINA.) 

¡Hola!
¡De veinticinco alfileres!
Sea en hora buena. Pero
¿cómo es que el novio no viene? 300
SABINA
No tardará.
DON SIMÓN
Vaya en gracia.
Ya deseo conocerle.


Escena V

 

DOÑA CELEDONIA. SABINA. DOÑA RUPERTA. DOÑA LUCÍA. DON SIMÓN. DON TOMÁS. DON ANTONIO.

 
DON ANTONIO
Señoras, si ustedes gustan
de pasar al gabinete...
DOÑA LUCÍA
Bueno.
DOÑA RUPERTA
Como usted disponga.
305
  —213→  
DON ANTONIO
Aquello está más alegre,
hasta que venga el Notario...
DOÑA CELEDONIA
Vamos pues...
DON ANTONIO
Soy con ustedes.
No te vayas tú, Sabina.
SABINA
Muy bien.
DOÑA CELEDONIA

  (Al oído.) 

¡Firme! No te dejes
310
seducir.
SABINA

  (Lo mismo.) 

Seré inflexible.
DON SIMÓN
(Don Antonio es un imbécil.)

  (Vanse por la puerta de la derecha.) 



Escena VI

 

DON ANTONIO. SABINA.

 
DON ANTONIO
Cuando se acerca el instante
que decidirá tu suerte,
no creas que voy a hacerte 315
reconvenciones de amante.
Dios te ha dado un albedrío
que yo siempre he respetado,
y bien sé que no me es dado
quejarme de tu desvío, 320
y sí al menos tu lenguaje
franco hubiera sido y fiel,
yo te absolvería de él,
que el desamor no es ultraje;
mas el honor de un desdén 325
tu ingratitud no me quiso
otorgar. ¡Era preciso
burlar a un hombre de bien;
que para quien sólo aspira
a novelesca opinión 330
ni es culpable la traición,
ni es infame la mentira!
SABINA
Confieso que ciega anduve...
¿Cuándo no es ciego el amor?
Para huir tuve valor 335
y para hablar no lo tuve.
No debí ser tan cobarde
sino postrada a esos pies,
decir la verdad. Después
lo pensé, mas era tarde. 340
Entre un novio y un tutor,
débil, incauta mujer,
yo no sabía qué hacer...,
y al fin hice lo peor.
DON ANTONIO
Pues lo has confesado así 345
y en mi alma no cabe encono,
Sabina, yo te perdono...,
y perdóname tú a mí.
SABINA
¡Señor!...
DON ANTONIO
No es cuerdo en mis años
pedir al amor primicias, 350
y antes que soñar delicias
debí temer desengaños.
Ya no aspiro a tu hermosura;
te lo digo sin despecho;
mas aún reclamo el derecho 355
de mirar por tu ventura.
Créeme, Sabina; ten juicio.
Aún es tiempo. Esa pasión
destierra del corazón,
aunque es duro el sacrificio. 360
Mira no llores un día
¡sin razón! tu amarga suerte.
¡Mira que van a perderte
ese amante y esa tía!
SABINA
No se canse usted en vano, 365
que son calumnias... En fin,
tal como sea Agustín,
le amo y le daré mi mano.
DON ANTONIO
¡Ah Sabina!...
SABINA
Sea yo
en quien pruebe usted su ceño, 370
pero injuriar a mi dueño...
perdone usted: eso no.
DON ANTONIO
Sabina, un recuerdo triste
me has de oír aunque te aflija.
Tu tío tuvo una hija, 375
a quien tú no conociste.
Ella también sus hogares
mal casada abandonó,
y a los tres años murió
consumida de pesares. 380
Víctima de aquel desliz,
el padre murió también.
Sólo para hacerte bien
sobrevivió a la infeliz.
Yo te recibí en mis brazos 385
cuando con dolor profundo
recordaba moribundo
aquellos fatales lazos.
«Vela por ella, me dijo.
La he dotado generoso. 390
De ti reciba un esposo.
De su gratitud lo exijo.»
Si la postrer voluntad
tu corazón no domina
del que te amparó, Sabina, 395
en la mísera orfandad,
cúmplase tu ciego antojo...;
mas sea dentro de un año.
Si entonces ya el desengaño
no te cubre de sonrojo... 400
SABINA
La memoria de mi tío
respeto mucho; es sagrada,
pero estoy enamorada.
Ya este corazón no es mío.
Mi boda no ofende a Dios; 405
de ella mi ventura aguardo,
y si un día la retardo,
¡vamos a morir los dos!
DON ANTONIO
(¡Locura!...) Vete. ¡No más!
Toda reflexión es vana. 410
Si te arrepientes mañana...
SABINA
¿Yo arrepentirme! Jamás.

  —214→  

Escena VII

 

DON ANTONIO.

 
Merecía la insensata,
ya que así me desespera,
que yo vengativo fuera 415
tanto como ella es ingrata.
 

(Saca del bolsillo un pliego cerrado y lo guarda en un cajón de la mesa.)

 


Escena VIII

 

DON ANTONIO. DON AGUSTÍN.

 
DON AGUSTÍN
Saludo a usted, don Antonio.
DON ANTONIO
Bien venido, caballero.
DON AGUSTÍN
Ya es la hora convenida...
DON ANTONIO
Lo sé. Tome usted asiento. 420
DON AGUSTÍN
Estoy bien.
DON ANTONIO
Aún no ha venido
el Notario.
DON AGUSTÍN
Vendrá presto.
DON ANTONIO
Siento mucho la ocurrencia
de ayer, pero a tal extremo
nos redujo usted mostrando, 425
por causas que no comprendo,
tan injusta oposición
a nuestros justos deseos.
DON ANTONIO
Más que yo manda la ley,
y pues su fallo venero, 430
no hablemos de lo pasado.
Use usted de su derecho.
DON AGUSTÍN
No obstante, me pesaría
de que algún resentimiento...
DON ANTONIO
Con evitar el escándalo 435
yo me doy por satisfecho,
y tal vez me olvidaré
de ofensas que no merezco
si Dios quiere bendecir
el tratado casamiento 440
y usted logra hacer dichosa
a mi pupila.
DON AGUSTÍN
Mi anhelo
no es otro, y debe esperarlo
del amor que la profeso.
DON ANTONIO
Está bien.
DON AGUSTÍN
Mas no será
445
mi regocijo completo
hasta haberme granjeado
con pruebas del más sincero
cariño y la más profunda
veneración el aprecio 450
de usted.
DON ANTONIO
No soy rencoroso.
Dejemos obrar al tiempo...
(¡Para el necio que te crea!)
DON AGUSTÍN
(Nada cuesta un cumplimiento.)


Escena IX

 

DON ANTONIO. DON AGUSTÍN. El NOTARIO. TRES TESTIGOS.

 
NOTARIO
Felices días, señores. 455
Puntual a la cita vengo
con los testigos...
DON ANTONIO
Muy bien.
Sentarse. Al instante vuelvo.


Escena X

 

DON AGUSTÍN. El NOTARIO. Los TESTIGOS.

 
DON AGUSTÍN
Ya traerá usted extendido
el contrato...
NOTARIO
Con efecto.
460
El memorial en cabeza
con el marginal decreto
de la autoridad civil;
las declaraciones luego
de cónyuges y testigos, 465
con los oportunos huecos
para las firmas.
DON AGUSTÍN
Corriente.
¿Y el dote?
NOTARIO
Al folio vigésimo
se estampa la diligencia...
Digo, el encabezamiento 470
y demás, porque la suma
está en blanco, por supuesto.
DON AGUSTÍN
De quince a veinte mil duros
debe de ser por lo menos.
El mismo tutor lo ha dicho... 475
NOTARIO
Era el difunto don Pedro,
tío de la contrayente,
hombre de mucho dinero.
DON AGUSTÍN
(¡Qué vida me voy a dar!
Iré a París el invierno...)480
NOTARIO
Ya están aquí. ¿La futura?
DON AGUSTÍN
Aquella. ¡Feliz momento!


Escena XI

 

DON AGUSTÍN. El NOTARIO. Los TESTIGOS. SABINA. DOÑA CELEDONIA. DON ANTONIO. DON TOMÁS. DOÑA RUPERTA. DON SIMÓN. DOÑA LUCÍA.

 
DON ANTONIO
Siéntense ustedes.
 

(Todos se sientan: DON AGUSTÍN lo hará al lado de los TESTIGOS. El NOTARIO a la mesa de escritorio.)

 
Ya es hora
de poner dichoso término
a un lance desagradable 485
—215→
y de cumplir los deseos
de mi pupila y su novio.
Sea cual fuere el concepto
que yo forme de esa boda,
harto hago cuando me presto 490
a que en mi casa se firme
el contrato, y desde luego...
NOTARIO
Pues, con permiso de usted
y la asamblea, comienzo.
DON ANTONIO

  (Dándole unos autos.)  

Antes que el acto principie, 495
tome usted el testamento
del señor don Pedro Aznar,
y lea en el folio sexto
la cláusula en que a Sabina
dotó con veinte mil pesos. 500
NOTARIO
Eso después. Es preciso
que procedamos con método.
Leeré el decreto del jefe
político...
DON AGUSTÍN
Sí. Lo de menos
es la dote...
DON ANTONIO
Yo suplico
505
al señor Notario, y tengo,
como se verá, razones
poderosas para ello,
que anticipe la lectura
de ese legal instrumento. 510
NOTARIO
No es el orden; pero, en fin,
pues usted lo pide, leo.

  (Leyendo.) 

«Ítem. Dejo a mi sobrino
don Gregorio Aznar...»
DON ANTONIO

  (Acercándose y señalando al NOTARIO lo que ha de leer.) 

No es eso.
Más abajo. Aquí principia. 515
DON AGUSTÍN
Oigamos.
DON SIMÓN
(¿Qué será esto?)

  (Leyendo.) 

NOTARIO  «Ítem. Señalo a mi sobrina Claudia Sabina Micaela Aznar, hija de mi amado hermano don Nicolás y de doña María del Pilar Atienza, que estén en gloria, por vía de dote, y para sus alimentos hasta que llegue a edad núbil y quiera tomar estado, cuatrocientos mil reales...»

DON ANTONIO
Perdone usted. Yo declaro
que ni ahora ni nunca quiero
reclamar ni un solo real
por once años de alimentos 520
que ha disfrutado Sabina;
antes respondo del rédito
del capital, a razón
anual de cinco por ciento.
SABINA
¿Qué oigo! ¡Señor don Antonio!... 525
DON AGUSTÍN
(¿Será posible?...)
DOÑA CELEDONIA
(Yo sueño.)
DOÑA RUPERTA
¡Qué nobleza!
NOTARIO
Es usté el fénix
de los tutores modernos.
(¡Y decían que era avaro!)
DON TOMÁS
¡Qué generoso!
DON SIMÓN
(¡Qué necio!)
530
DON AGUSTÍN

  (A DON ANTONIO, levantándose.) 

¡Ah! Ese rasgo me confunde...
DON ANTONIO

  (Con seriedad.) 

Bien, bien...

  (Al NOTARIO.) 

Siga usted leyendo.

NOTARIO  «Cuatrocientos mil reales; pero con la bien entendida, forzosa o invariable condición...»

DOÑA CELEDONIA

  (Con inquietud.) 

¿Condición ha dicho usted?
NOTARIO
Condición.
DON ANTONIO
Lea usted.
DON AGUSTÍN
(¡Cielos!...)

NOTARIO  «De que ha de preceder a su boda el explícito y formal consentimiento de mi albacea y tutor de Sabina, don Antonio Bermúdez.»

  (Murmullo general de sorpresa.) 

SABINA
¡Ah, tía...!
DON AGUSTÍN
(¡Perdido soy!)
535
DOÑA CELEDONIA
(¡Cómo lo callaba el pérfido!
¡Ah! Si yo hubiera sabido...)
SABINA
(Esto ya muda de aspecto.)

NOTARIO  «Y si, enterada oportunamente de esta mi postrera irrevocable voluntad, prefiriese un marido de su sola y exclusiva elección al que mereciere la aprobación de dicho don Antonio Bermúdez, quiero que la consabida suma, luego que se realice el casamiento, sea proporcionalmente aplicada a los otros legatarios.»

  (Nuevo murmullo.) 

DOÑA CELEDONIA
¡Qué traición!
DON AGUSTÍN
(¡Qué compromiso!)
DON ANTONIO
He aquí el justo fundamento 540
que tuve para pedir
que se leyese primero
lo que ustedes han oído.
Ahora bien; sin que mi intento
sea injuriar al señor 545
don Agustín, yo no puedo
dar a esa boda, ni nunca
daré mi consentimiento.
  —216→  
DON AGUSTÍN
(¡Me ha burlado!)
SABINA
¡Oh Dios!...
DOÑA CELEDONIA

  (Sofocada.) 

¡Indigno
tutor, aleve!
DON SIMÓN

  (Levantándose.) 

¡Bien hecho,
550
voto a briós! ¡Sublime! ¡Heroico!
¡Santo! Toque usté esos huesos,
camarada.
DON ANTONIO
Don Simón,
siéntese usted. Esto es serio.

  (Vuelve a sentarse DON SIMÓN.) 

DON AGUSTÍN
¡Y para salir con esa 555
embajada, tanto empeño,
tanto afán de levantar
el depósito, y traernos...!
DON ANTONIO
Quise al menos impedir
que fuese escarnio del pueblo 560
esa infeliz...
DOÑA CELEDONIA

  (Levantándose furiosa.) 

Quiso usted
con intrigas y embelecos
obligarla a transigir.
Sepan ustedes -y pienso
publicarlo en los periódicos-, 565
que si niega como un perro
su aprobación a la boda,
no es porque sea con Pedro
ni con Juan; es porque aspira
a la novia y al dinero. 570
La muchacha no le quiere
por ridículo y por viejo;
no la ha podido engañar,
y ahora busca impedimentos
y tranquillas, ¡y la sitia 575
por hambre! He aquí el secreto.
DON ANTONIO
A esa indigna acusación
yo responderé a su tiempo,
y la postrera será
que oiga de usted: lo prometo. 580

  (Al NOTARIO.) 

Ahora puede usted, sí gusta,
formalizar el concierto,
señor Notario. Una vez
que ya permiso les dieron,
tanto da que se haga aquí 585
como en otra parte.
NOTARIO
Bueno.
SABINA

  (Levantándose.) 

Yo no vacilo. Estoy pronta,
que mi amor no está sujeto
a mezquinos intereses,
y si todo el universo 590
no sería poderoso
a apagar tan dulce fuego,
¿yo, viva, me he de rendir
a los caprichos de un muerto?
Por el bien que el alma adora 595
renunciara con desprecio
a las minas del Perú
y a los tesoros de Creso.
Basta a nuestra fe recíproca
parca mesa y pobre lecho. 600
Trabajando, si es forzoso,
ganaremos el sustento,
y aunque el mundo corrompido
nos rechace de su seno,
¿qué importa? No ha de faltarnos 605
una choza en un desierto.
¡Oh Providencia, que cuidas
del pájaro y del insecto,
no podrás abandonarnos
al hambre y al desconsuelo! 610
DON SIMÓN
(¡Bien! ¡Con ese rasgo heroico
hará buen caldo el puchero!)
SABINA
¿Callas, Agustín! ¿Qué dudas?
He aquí mi mano. Firmemos.
DON AGUSTÍN
Diga usted, señor Notario, 615
ese papel ¿es auténtico?
NOTARIO
Y fehaciente.
DON AGUSTÍN
Esa cláusula
¿es legal?
NOTARIO
Pues ¿no ha de serlo?
SABINA
¡Que lo sea! La ventura
conyugal no tiene precio, 620
y el éxtasis del amor...
DON AGUSTÍN
Sí, bien mío, yo comprendo
sus inefables dulzuras;
pero entre el alma y el cuerpo
hay relaciones tan íntimas 625
de amistad y parentesco,
que si este desmaya, aquella
no está para jubileos.
SABINA
¡Agustín!
DON AGUSTÍN
La medianía
es soportable, convengo; 630
pero la indigencia tiene
una cara que da miedo.
Si tú sola fueses pobre,
no repararía en eso,
pero yo lo soy también, 635
y nada y nada... son cero.
Si nos casamos los dos
tú te pierdes, yo me pierdo,
¡y échale un galgo a la dote!
Al son de nuestros lamentos 640
los herederos restantes
entonarán el Te Deum.
SABINA

  (Cubriéndose el rostro con las manos.) 

¡Ah!
DON SIMÓN
(Era hombre que lo entendía
el tío que está pudriendo.)
DON AGUSTÍN
Renuncio pues a tu mano. 645
SABINA
¡Dios mío!...
DON AGUSTÍN
Y harto lo siento;
mas, si no mi bien, el tuyo
reclama tamaño esfuerzo
de mi corazón amante;
porque eso del menosprecio 650
de las riquezas, y el bosque,
y el pájaro y el insecto,
son famosos materiales
—217→
para hacer bonitos versos,
pero el estómago... En fin, 655
lo dicho, dicho y... laus Deo.


Escena XII

 

SABINA. DOÑA CELEDONIA. DOÑA RUPERTA. DOÑA LUCÍA. DON ANTONIO. DON SIMÓN. DON TOMÁS. El NOTARIO. Los TESTIGOS.

 
SABINA
¡Y la tierra no me traga!
¡Traidor! ¡Ingrato! ¡Protervo!

  (Se sienta abatida y avergonzada. DON ANTONIO acude a consolarla.) 

DON SIMÓN
Y aquí acaba la novela.
Perdonad sus muchos yerros. 660
DOÑA LUCÍA
¡Mire usted!
DON TOMÁS
(¡Este es el mundo!)
DOÑA RUPERTA
¿Quién diría...?
DOÑA CELEDONIA
(¡Estamos frescos!)
DON ANTONIO
Criatura, no te aflijas;
antes, da gracias al cielo
que te libra del abismo 665
que a tus pies estaba abierto.
Por dicha tuya, infundado
no fue mi presentimiento,
y conocerás ahora...
SABINA
¡Ah, señor! Yo no me atrevo 670
a mirar a usted siquiera.
¡Qué injusta fuí! Me avergüenzo
de mi flaqueza y mi error,
mas, ¡ay de mí!, fue el primero
que me dijo: yo te amo, 675
y el corazón inexperto...
Me cegaron sus lisonjas,
sus falaces juramentos,
sus lágrimas... Sí, ¡lloraba!
¿Lo creyera usted? ¡Perverso!... 680
Mas no hay para mí disculpa.
De rodillas lo confieso.

  (Se arrodilla a los pies de DON ANTONIO y este la levanta.) 

¡Oh! No me perdone usted,
no, señor. ¡No lo merezco!
DON ANTONIO

 (La hace sentar.) 

Basta. Siéntate, hija mía. 685
Te he salvado. Estoy contento.
Ahora voy a contestar
a tu tía.
DOÑA CELEDONIA
¿A mí?...
DON ANTONIO

  (Al NOTARIO.) 

Hay un pliego
cerrado en ese cajón...

  (Indica el que lo contiene, y lo saca el NOTARIO.) 

NOTARIO
¿Es éste que tiene un sello?... 690
DON ANTONIO
Sí, señor. Ábralo usted.
NOTARIO

  (Rompe el sobre y mira el papel que cubría.) 

Tiene una escritura dentro...
DON ANTONIO

  (Señalando lo que ha de leer.) 

Aquí está lo sustancial.
Léalo usted.
NOTARIO

  (Lee para sí.) 

Hum... hum...
DON ANTONIO
Recio.

  (Leyendo en alta voz.) 

«Declaro que si dicho don Agustín es tan fino amante y tan buen caballero, que no titubea en casarse con mi pupila, aun después de saber que pierde todo derecho a la dote referida, me obligo yo a dotarla en igual cantidad, y para ello hipoteco...»

DON ANTONIO
Et caetera. Así respondo 695
a los infames denuestos
de esa mujer.
SABINA
¡Ah, señor!...
¡Ah, tía!
DON TOMÁS
¡Admirable ejemplo
de bondad!
DON SIMÓN
¡Virtud magnánima!
Yo lloro como un muñeco. 700
DON ANTONIO

  (A DOÑA CELEDONIA tomando la escritura.) 

Ahora puede usted, señora,
llevar ese documento
a su protegido...
DOÑA CELEDONIA

  (Dando un manotón al papel.) 

¡Al diablo,
que mueve todo el infierno
contra mí! ¡Oh rabia!... En el moño 705
no me ha de quedar un pelo.

  (Se va por el foro. Todos se levantan como para contenerla.) 



Escena XIII

 

SABINA. DOÑA RUPERTA. DOÑA LUCÍA. DON ANTONIO. DON SIMÓN. DON TOMÁS. El NOTARIO. Los TESTIGOS.

 
DON TOMÁS
¡Señora...!
DON ANTONIO
No, no hay cuidado.
Es peluca.

  (A SABINA.) 

Ya no debo
—218→
tenerla más en mi casa.
La mantendré; pero ¡lejos 710
lejos de mí! Tú, hija mía,
si después de este escarmiento
le niegas tu confianza,
y oyes dócil mis consejos,
mejor esposo tendrás..., 715
sin que yo pretenda serlo.
SABINA
¡Ah! ¿Quién me hiciera dichosa
como usted? ¡Pluguiera al cielo
que no fuese indigna yo
de enlace tan halagüeño! 720
DON ANTONIO
¿Qué dices! ¿Podré aspirar
todavía...! ¿Será cierto?...
DON TOMÁS

  (Acercándose con precipitación y hablándole al oído.) 

¡Por Dios, no se case usted,
por Dios...!, que corre usted riesgo
de que su mujer le adore, 725
y este es el mayor tormento...
DOÑA RUPERTA

  (A media voz asiéndole del brazo.) 

¿Qué le dices, fementido?
DON TOMÁS
Nada, mujer...
DOÑA RUPERTA
Embustero...
 

(Siguen disputando en voz baja, y DON ANTONIO muy pensativo al lado del NOTARIO.)

 
DON SIMÓN

  (Acercándose a DON ANTONIO.)  

¡Por Dios, no se case usted!
¡Mírese usted en mi espejo! 730
Si otro don Frutos Linaza...
NOTARIO
Yo conozco a ese sujeto.
DON SIMÓN
Bien, ¿y qué?
NOTARIO
Somos amigos.
En la calle de Tudescos
le encontré viniendo aquí. 735
Me dijo que iba corriendo
a sacar un pasaporte...
DON SIMÓN

  (Sobresaltado.) 

¿Para dónde?
DOÑA LUCÍA

  (Inquieta, acercándose.) 

(¡Ah!...)
NOTARIO
No me acuerdo...
DOÑA LUCÍA

  (Haciendo señas al NOTARIO, que no las ve.) 

(¡Qué fatalidad!)
DON SIMÓN

  (Observándola.) 

¡Lucía!
NOTARIO
Ya caigo. Para la Seo 740
de Urgel.
DON SIMÓN
¿Qué oigo! ¡Horror! ¡¡Terror!!
¡¡¡Furor!!!
DOÑA LUCÍA
(¡Buena la hemos hecho!)
DON SIMÓN
¡Oh! ¿Qué mayor desengaño?
Esto pasa de castaño
oscuro; ¡esto ya es muy negro, 745
Lucía!... ¡Bravo! ¡Me alegro!
Por no matarte, me araño.
Conque me voy de la corte,
conque saco el pasaporte,
¿y se lo avisas, y salta 750
también de aquí? ¡Sólo falta
que le paguemos el porte!
DOÑA LUCÍA
¡Simón!
NOTARIO

  (A los TESTIGOS.) 

No lo conocía...
¡Fatal imprudencia mía!
DON SIMÓN
¡Maldito, amén, mi consorcio!... 755

  (Al NOTARIO.) 

Oiga usted. Yo me divorcio.
DOÑA LUCÍA
(Eso es lo que yo quería.)
DON SIMÓN
Hoy mismo.
DON TOMÁS
(Yo iré detrás.)
DON ANTONIO
¡Ah, don Simón..., don Tomás...!
Sabina, mucho te quiero 760
y tú lo mereces; pero
¡no me casaré jamás!