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Un ensayo de webnovela. La navegación infinita

Juan José Díez





¿Qué es una webnovela? Si escribimos en los buscadores esa palabra en español, aparecen novelas rosa sudamericanas, culebrones carentes de links de cualquier tipo. Este es el uso que se ha impuesto en la web hispanoparlante. Si tecleamos «webnovel» en inglés, encontramos novelas de puro texto. Sólo el estar expuestas en la red permite a los autores calificarlas como webnovelas. Juegan con tipos de letra o fondos de página, pero no están conectadas a internet, no tienen enlaces ni otros recursos multimedia: por ejemplo, Dreaming in Malasya. Así pues, «webnovela» significa en ambos casos una novela que se puede leer en la web. Es difícil ir contra el uso pero debemos hacerlo ante definiciones puramente externas que no encajan con lo definido. No sirve identificar un nuevo género por la localización en la que aparece. A nadie se le ocurriría llamar «correo electrónico» a una carta corriente porque sea transportada en un tren eléctrico; sin embargo, eso es lo que hacen los que llaman «webnovela» a una novela normal simplemente «colgada» en internet. Cuando se trata de nombrar algo nuevo hay que buscar los rasgos que lo incluyan en géneros conocidos y añadir los rasgos que lo diferencien. Por ejemplo, «email» (el acrónimo español podría ser «correl») describe con justeza el nuevo fenómeno: lo acoge en el género correspondencia y añade lo específico: circular por la red, utilizar links y archivos... Igualmente, una webnovela propiamente dicha debe incluirse en el género literatura de ficción (novela) y añadir lo que la caracteriza (su conexión a la web). Una novela conectada a la red y haciendo uso de los recursos específicos de la red (hipertexto, multimedia, interactividad).

«Don Juan en la frontera del espíritu» cumple esos requisitos: dispone de enlaces multimedia (fotos, música, videos), hipertexto (subtramas, biografías, informes, artículos, prensa...), y sobre todo, de links que conectan a páginas activas en la web, lo que la hace navegable. Al estar conectada a una red viva, permite un conjunto virtualmente inacabable de navegaciones posibles. Como webnovela toma su material de lo que ofrece libremente el ciberespacio. El lector no queda confinado dentro de la obra como ocurre en otras variedades de narrativa digital; puede salir fuera a buscar realidad. La webnovela, si se aplica a la novela histórica, como en este caso, permite buscar más vida y más realidad fuera del texto.

Existen, cierto es, obras literarias que experimentan con las posibilidades que ofrece la red. Por ejemplo, la «hipernovela», una novela con hipertexto, con enlaces que llevan a otros textos, por lo común generados por el autor y en relación con la trama contada. Tomemos como ejemplo Como el cielo los ojos de Edith Checa. Los links no conectan con el espacio virtual. Los recursos audiovisuales no aparecen en este tipo.

Aunque en este nuevo territorio es difícil todavía una clasificación precisa, podemos denominar «novela multimedia» o hipermedia, a un texto literario con animaciones, imágenes, sonidos. Un buen ejemplo es la obra de Jaime Alejandro Rodríguez: «Golpe de Gracia». En palabras del propio autor: «Los modelos hipermedia se definen así con base en tres componentes: funcionan sobre hipertexto (escritura-lectura no lineal del discurso), integran multimedia (utilizan, además de texto, diferentes morfologías de la comunicación, como animaciones, audio, video, etc.); y requieren la interactividad (capacidad del usuario para ejecutar el sistema a través de sus acciones). Si a esto le sumamos la conectividad, es decir, la posibilidad de actuar y de comunicarse online, tenemos una forma realmente distinta y muy potente de narrar».

En inglés, la narrativa digital muestra un desarrollo incomparablemente mayor que en otros idiomas. El portal español Hermeneia ofrece un panorama que incluye narrativa en castellano. Gran parte de las obras que he podido espigar entre las antologías citadas tienen más de exploración del diseño audiovisual que de escritura.

En resumen, podríamos decir que estamos ante una obra multimedia cuando los enlaces envían a material audiovisual fabricado por el autor y predomina el diseño digital sobre la escritura; ante una hipernovela, si los enlaces llevan, sobre todo, a otros textos y, en menor medida, a material audiovisual; serán una u otra según predomine lo audiovisual o lo hipertextual. Pero en ningún caso, serán webnovela, pues ninguna de esas u otras variedades parecidas están enlazadas directamente con el ciberespacio.

A esa diferencia básica con los otros formatos habría que añadir que la narrativa multimedia suele tener poca extensión. Una webnovela, al ser ante todo novela, pide tener un número de páginas parecido al de una novela media en papel, pues fía a las palabras la eficacia narrativa, pretendiendo ser arte literario y sobrevivir perfectamente sin la conexión al ciberespacio o sin el recurso a medios electrónicos. La narrativa digital que yo conozco pone el énfasis en la experimentación audiovisual de tal manera que hace muy difícil cumplir la ambición de una novela: el relato de una historia ficticia llevado a cabo mediante un lenguaje bello y eficaz (musical, conciso, capaz de representar la realidad). La trama queda supeditada a la experimentación, sobre todo visual. El lenguaje bello no es por sí mismo un objetivo de la narrativa digital. La realidad ficticia queda pobremente representada porque todo se fía, no a la eficacia de la palabra, sino al juego de planos y recursos que el narrador digital fabrica ex profeso.


Presentación de la webnovela «Don Juan en la frontera del espíritu»

Esta obra reconstruye el momento histórico del naciente imperialismo americano, la Gilded Age, en el periodo de la embajada de Valera en Washington (1884-1886). Sigue lo más fielmente posible la peripecia diplomática de don Juan; sobre todo, su principal quebradero de cabeza: el independentismo y terrorismo cubanos con el apoyo de los jingoístas americanos. Respecto a su vida privada, trata los amores tardíos de Valera con la hija de Bayard, el Secretario de Estado del presidente Cleveland. Tanto don Juan como Kate Bayard hablan en muchas ocasiones con sus propias palabras: las de él, tomadas de las cartas a su mujer, sus hijos y sus amigos; las de Kate, extraídas de unas notas privadas todavía no publicadas en español. Aparecen en la trama problemas aún vigentes: nacionalismo, terrorismo, tortura, masones, el cuarto poder de la prensa, el budismo esotérico, la manía-depresión, la muerte de la literatura, la crueldad en los toros...

Se trata de una novela histórica conectada a la web. Tal formato podría emplearse con novelas de sólo ficción como «Moby Dick» o «Ana Karenina», pero se adapta especialmente bien al género histórico, ya que en este caso poseemos un gigantesco archivo de imágenes y documentos de finales del siglo XIX. El trasfondo histórico queda expuesto no sólo en el texto principal, sino, con ayuda de los links, en documentos, cartas, periódicos, fotos, archivos sonoros... extraídos de la web. Esta conexión nos permite reconstruir la época de manera más completa que si sólo dispusiéramos de palabras. Y no sólo la época, también las biografías de los personajes principales.

Tal cantidad de información puede distraer al lector de la continuidad del sueño ficticio en que consiste el efecto literario. Para evitarlo, se puede leer cada capítulo sin atender a los links, navegándolos después. Otra alternativa es entrar en cada enlace a medida que vaya apareciendo. En esta variedad, si el link conduce a la foto de un personaje, por ejemplo, el lector puede mirarla y volver al texto sin hacer caso de otros enlaces que puedan aparecer a su vez en esa página. Por el momento no se profundiza en el laberinto. Esta lectura se parecería a la de una novela profusamente ilustrada. Entendemos por «ilustrada» una novela con fotos, pero aquí caben todos los medios audiovisuales. En una narración sobre papel no puedes poner más que unas pocas fotografías si no quieres interrumpir la lectura, y debes hacerlo alternándolas con el texto y en la misma página en que ocurre la narración. En la webnovela, los links sirven para esconder las fotos, lo que permite aportar todas las que uno quiera sin distraer al lector.

Finalmente existe la opción de leer el texto, detenerse en cada link, conectar con todos los que aparezcan y perderse. Esto saca bruscamente de la historia y desvía al lector hacia otro panorama que capta su atención. Pongamos un ejemplo: si alguien pulsa el enlace Goya puede pasarse toda la tarde enfrascado en la obra completa del pintor... Si lo hace en Quijote topará con su primera edición y lo leerá tal como lo hicieron los primeros compradores del libro. Si alguien entra en pioneros, viajará varios días con Lewis y Clark descubriendo el Oeste... Esta forma más caótica, sin embargo, es, creo yo, la experiencia webnovela. Vuelves al viaje original después de haberte perdido en todos los meandros. O no vuelves. Ahí está el riesgo. En todo caso, si el lector no termina la obra, al menos habrá visto mundo. En suma, una novela navegable, que permite al lector saltar de puerto en puerto por todo el mar de la red, dándole una sensación de «pilotaje» que en un libro normal no puede tener.

Haremos a continuación un recorrido por los recursos multimedia, hipertexto y web que se emplean en «Don Juan en la frontera del espíritu», poniendo ejemplos de cómo pueden aprovecharse todos ellos para enriquecer el mundo histórico y ficticio de la narración.

PORTADA:

Todas las editoriales se esfuerzan por atraer al lector con portadas sugerentes, llamativas, que inciten a penetrar en el libro. En una webnovela ese objetivo puede conseguirse con una animación, una especie de trailer cinematográfico en el que aparecen personajes, escenarios, paisajes acompañados de una breve banda sonora.

HIPERTEXTO:

Esta novela tiene una estructura narrativa lineal, está contada atendiendo a las peripecias del personaje fundamental y no tiene muchas voces, ni ramificaciones, ni perspectivas, simplemente trata el desarrollo cronológico de los problemas de un embajador español, por lo tanto el recurso hipertexto, se utiliza para:

a. Enlaces a subtramas dentro de la novela. Estas páginas llevan el mismo fondo y tipo de letra que la narración principal. Los enlaces envían al interior de la narración y pueden referirse a una escena simultánea que está ocurriendo fuera del foco (en el capítulo 3, el link la joven) o nos llevan a hechos que afectan a personajes secundarios (en el capítulo 25, sala de fiestas). En las novelas, el autor tiene siempre la tentación de incluir escenas ilustrativas, ricas en la explicación de secundarios, pero reconoce que se desvían de la corriente principal narrativa y prescinde de ellas. El hipertexto da la opción de mantenerlas debajo de un link a la espera de que el lector decida abrir esa puerta. Por ejemplo, si alguien no quiere asistir al desarrollo de una corrida de toros que aparece en la trama, basta con que no pulse el link corrida en el capítulo 21.

b. Enlaces a textos que amplían información sobre hechos, personajes o situaciones. Normalmente dicha información es extraída de la red o se encuentra en páginas conectadas directamente con ella. Pueden ir con otro fondo y tipo de letra para distinguir el fuera y dentro de la narración.

MULTIMEDIA:

1.- Archivos sonoros:

a. MUSICALES. Rara es la obra literaria en la que no aparezca referencia a la música. Si no es muy común, el lector queda siempre con la curiosidad de saber cómo suena.

b. DE SONIDOS DIVERSOS: los lobos, el rugido de un león, el ruido de una antigua locomotora...

c. DE VOZ HUMANA: podemos oír la voz de un personaje real (aquí, la del presidente Cleveland).

2.- Vídeos

De algún personaje conservamos fragmentos filmados (Carmencita la Coja).

3.- Webcams

Nos permiten un juego con el tiempo. Podemos contrastar una foto del lugar en el momento en que trascurre la acción y una visión en directo de cómo ese sitio está ahora mismo

4.- Fotografías

Éstas pueden aparecer también en un libro normal, pero no deben ser muchas si no queremos anular el texto literario. En un libro su visión es obligatoria. Internet nos permite ocultarlas y usarlas a discreción (aquí aparecen unas 370). En esta novela histórica reflejan:

PERSONAJES: No sólo con el aspecto que tienen cuando se desarrolla la acción, sino en el caso de don Juan, en todas las etapas de su vida. Esto es muy interesante. En el cine los personajes históricos aparecen con la cara de otros, en las webnovelas pueden hacerlo con la suya propia

ESCENARIOS: en el cine, los escenarios (interiores y exteriores) deben reconstruirse artificialmente casi siempre. Sin embargo, la enorme cantidad de fotos a la que podemos acceder en la red nos permite presentarle al lector todos esos lugares tal como eran cuando se desarrollaba la acción. En especial, podemos acceder al aspecto que tenían las ciudades que aparecen en la trama justo en aquellos años (La Habana, Nueva York, Washington, Baltimore...)

5.- Libros

En esta webnovela, que al fin y al cabo es sobre un escritor, se puede acceder de inmediato a la biblioteca universal siguiendo algunos links que están relacionados con personajes o asuntos que surgen en la trama. Dicha biblioteca universal no es accesible de manera artificial, sino que surge en conexión con algún libro que lleva a otro libro y así a todos los libros. La novela de Valera «Pepita Jiménez» nos da entrada a Cervantes Virtual, donde se encuentra toda la literatura clásica española. Una referencia a Dickens por parte de un personaje nos conduce a toda su obra y a toda la literatura clásica anglosajona en Online Books. Ahora es real y posible. Por medio de un libro se puede entrar en todos los libros. Un lector de esta webnovela no tendría vida suficiente para recorrer completamente el laberinto. Los libros de papel son obras cerradas, una webnovela, al estar conectada a la red viva de internet, se convierte en muchas novelas: en sentido literal, pues se encuentran bastantes de ellas bajo algunos enlaces, pero también en sentido figurado, porque el lector puede fabricarse la suya propia, durante la navegación, arriesgándose en los recovecos de la teosofía, el bacarrat, la ópera italiana...

6.- Cuadros

Es frecuente también que en las novelas normales se encuentren referencias a la pintura. Un lector normal no tiene idea de qué cuadro se habla. La web nos da oportunidad de verlos al instante. Y no sólo los que aparecen en la trama, podemos acceder a toda la pintura. Goya, Velázquez, Sargent. A veces un cuadro sirve para ilustrar una escena o un interior de la época.

7.- Periódicos

La prensa es elemento fundamental en la historia de los tres últimos siglos. Si se trata de reconstruir una época, disponemos de hemerotecas que nos permiten consultar (e investigar) los sucesos y personajes que aparecen en la trama.

8.- Mapas

No hay novela sin viaje. En ésta podemos consultar mapas de la época en la que transcurre la acción (Cuba o Viaje al Oeste).

Además de estos recursos, la conexión a internet permite al autor una revisión continua. Un libro en formato web, si se complementa con un foro o un blog, ofrece al autor la posibilidad de detectar errores, incoherencias, o también de mejorar o cambiar algunas partes si la opinión de lectores sagaces se lo aconseja. El autor de un libro en papel pierde el control de su edición, el de una obra en internet tiene fácil hacer todas las modificaciones que quiera. Asimismo, la web permite la participación del lector. En un libro de papel es difícil comunicarse con el autor, en una novela digital basta pulsar en el email o participar en el foro.

La galaxia Gutenberg resiste, pero debe buscar un compromiso, una alianza con internet. El libro no desaparecerá, como el cine no lo ha hecho, pero las experiencias lectoras mayoritarias serán en el medio ordenador. El formato webnovela se adapta mejor a un nuevo tipo de lector. Hay cada vez más gente que ha encontrado en la web su modo de conectarse con el mundo y con la fantasía, que es la literatura. No salen de él. Ya apenas leen papel, toda la información que absorben les viene del ciberespacio. Además, esos nuevos lectores digitales, generalmente jóvenes, al estar la formación humanística en declive, carecen de muchas claves culturales necesarias. Pues bien, debajo de los links las encuentran de manera instantánea. La demanda de ese nuevo ciberlector será la que impulse la oferta de narrativas digitales cada vez más variadas y complejas.

Septiembre 2006

Publicado en el «III Congreso Online Observatorio para la Cibersociedad»







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