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Ver Elías Trabulse, El enigma de Serafina de Cristo: acerca de un manuscrito inédito de Sor Juana Inés de la Cruz (1691) (Toluca, México: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995) 10. Ver además Elías Trabulse, «La guerra de las finezas», Memoria del coloquio internacional Sor Juana Inés de la Cruz y el pensamiento novohispano (Toluca, México: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995): 483-93. Y también publicada en Tema y variaciones de literatura (UAM-A).

 

2

Argumentos en pro de una Sor Juana (repentinamente) mística pueden hallarse en, por ejemplo, Marie-Cécile Bénassy-Berling, Humanismo y religión en Sor Juana Inés de la Cruz (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1983) 159-77, 188-89, 396-98, y su «Hipótesis sobre la "conversión" final de Sor Juana Inés de la Cruz», Revista de la Universidad de México 30.3 (1975): 21; Ezequiel A. Chávez, Sor Juana Inés de la Cruz: ensayo de psicología y de estimación del sentido de su obra y de su vida para la historia de la cultura y de la formación de México, 2.ª ed. (México: Porrúa, 1970) 189-91, 229, y Asunción Lavrín, «Unlike Sor Juana? The Model Nun in the Religious Literature of Colonial Mexico», Feminist Perspectives on Sor Juana Inés de la Cruz, ed. Stephanie Merrim (Detroit: Wayne State University Press, 1991) 61-85.

 

3

En un ensayo que ofrece conclusiones algo diferentes a las de esta colección reseñada, Carlos Elizondo Alcaraz proporciona un breve resumen útil de algunas de las preguntas sin respuesta que han fascinado a sorjuanistas. Ver su «La discutida "conversion" de Sor Juana», Memorial del coloquio internacional Sor Juana Inés de la Cruz y el pensamiento novohispano (Toluca, México: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995) 81-87.

 

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Ver Antonio Alatorre, «La Carta de Sor Juana al P. Núñez (1682)», Nueva Revista de la Filología Hispánica 35 (1987): 591-673, y Aureliano Tapia Méndez, Carta de Sor Juana Inés de la Cruz a su confesor: «Autodefensa Espiritual» (Monterrey, México: Universidad de Nuevo León, 1961).

 

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Así y durante mucho tiempo habían sospechado una mayoría de los críticos, pero sin poder hacer más que especular. Ver, por ejemplo, José Joaquín Blanco, Esplendores y miserias de los criollos, vol. 2 (México: Cal y Arena, 1989) 80; Linda Egan Diosas, demonios y debate: las armas metafísicas de Sor Juana (Salta, Argentina: Biblioteca de Textos Universitarios, 1997) 49, y «Donde Dios todavía es mujer: Sor Juana y la teología feminista», Y diversa de mí misma entre vuestras plumas ando. Homenaje internacional a Sor Juana Inés de la Cruz, ed. Sara Poot Herrera (México: El Colegio de México, 1993) 339-401; Dorothy Schons, «Some Obscure Points in the Life of Sor Juana Inés de la Cruz», Feminist Perspectives on Sor Juana Inés de la Cruz, ed. Stephanie Merrim (Detroit: Wayne State University Press, 1991) 51-52, y Francisco M. Zertuche, Sor Juana y la Compañía de Jesús (Monterrey, México: Universidad de Nuevo León, 1961) 37.

 

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Claro, la «pista» arriba mencionaba el papel principal que jugó Núñez en la decisión de Sor Juana de dejar de publicar (su carta de 1682 a Núñez) ya había empujado a investigadores a buscar pruebas documentales para lo que José Joaquín Blanco había afirmado al seguir su intuición: que Sor Juana había sido amenazada por «una conjura eclesiástica presidida por [el arzobispo] Aguiar y Seijas y conducida por el jesuita Núñez, calificador del Santo Oficio» (80). Últimamente, Dolores Bravo Arriaga ha realizado estudios sugerentes de los escritos del propio Núñez. Ver sus «Dos dedicatorias de Núñez de Miranda a Sor Filotea de la Cruz, indicios inéditos de una relación peligrosa», La literatura novohispana: revisión crítica y propuestas metodológicas, eds. José Pascual Buxó y Arnulfo Herrera (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1994) 231, y «Erotismo y represión en un texto del padre Antonio Núñez de Miranda», Literatura Mexicana 1(1990): 127-34.

 

7

Juana Inés de la Cruz, Obras completas, eds. Alfonso Méndez Plancarte (vols. 1-3) y Alberto G. Salceda (vol. 4) (México: Fondo de Cultura Económica, 1951-1957) 4: 450.

 

8

Ver los llamados votos de sangre en las páginas 522-23 del cuarto volumen de las Obras completas de Sor Juana.

 

9

En su romance 49, por ejemplo, Sor Juana le dice a un admirador que siempre sospechaba «que mi tintero es la hoguera / donde tengo que quemarme» (1: 146).

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