Un luchador por la razón

Ricardo Gullón

Lo que hubiera en la obra y en la figura del Padre Feijóo para seducir la atención de Gregorio Marañón, no parece difícil de señalar: un espíritu elevado, curioso y liberal.

La vida de Marañón va haciéndose, como su labor, en liza cerrada contra la pazguatería ambiente, en lucha de cada instante contra las supersticiones de esta hora que por vivirlas y padecerlas son de máxima aspereza para quienes saben limpiamente dominarlas y se esfuerzan en que los demás las aniquilen. Aquí, en estas Ideas biológicas del Padre Feijóo, como fuera de aquí, pretende Marañón destapar bocas tenazmente obturadas, pues que   —110→   el aire frío y transparente no es letal para un pulmón sano, que, por el contrario, en él halla su delicia.

Ni biografía ni ensayo limitado a la persona. Una mirada ancha sobre una época, sirviendo Feijóo de eje, puesto que, a la sazón, lo fue. Un panorama de la vida de entonces, de la conquista de la razón que emprendió el benedictino. Un análisis cuidadoso de las teorías del Padre Feijóo, en particular de sus ideas biológicas, concluido lealmente, dándole lo que le corresponde, en los aciertos como en los errores, buscando a éstos explicaciones que, como en la revisión de la historia del hombre-pez, se revelan en extremo sagaces.

Lo que la obra acusa especialmente, y todos los jóvenes hemos de estimarlo, es el sentido profundo de la honestidad que tiene su autor, que se adentra páginas adelante sin prejuicios, pudiendo así decidir sobre ideas y hechos tras de las oportunas constataciones. Denota una cultura de primera mano que apenas encuéntrase en media docena de escritores españoles, una erudición tamizada por un inteligente criterio selectivo y una riqueza y pastosidad de estilo notables.

Me parece sobremanera importante la reseña de la batalla que Feijóo gana contra sí mismo al advertir que el imaginado trasgo era la propia sombra agrandada por la luz. Tono admirable por simple el del fraile gallego en el relato del hecho, buen pulso el de Marañón en el perfil y en el comentario.

El fondo de un espíritu se revela en estos libros, en los que se precisa una atención de amplio radio que abarque todos los repliegues de un determinado instante, penetración para captar las últimas sombras de un ser, colocándose en su lugar frente a los problemas que le atraen, sentido crítico para el juicio de obra tan dilatada como la del Padre Feijóo, y una cultura que, como cimiento, sustente el todo y que como tal no pueda verse, aunque se presienta sólida juzgando por la traza del edificio. Y ese más que sólo pone el auténtico escritor y que trasluce el paso fugaz de una frase, el orden atinado de una glosa. Lo que se encuentra en el último libro de Gregorio Marañón.

Señalemos en esta breve noticia bibliográfica lo fatigoso de una lectura quebrada con molesta pertinacia por notas frecuentemente poco interesantes y las más de las veces eliminables.