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ArribaAbajoActo II


Escena I

 

NEMESIA.

 
¡Señorita!... Hace un instante
que la dejé en el balcón.
¿Se habrá ido? ¡Señorita!...
Dicho y hecho; se marchó.
¡Cómo ha sabido guardarme 5
las vueltas! ¡Válgame Dios!
Mi autoridad se atropella.
Mucho declinando voy.
Se emancipa don Ciriaco,
y ya va dando en la flor 10
de imitarle Lucianita.
La casa está en rebelión.
¡Plantarme de esta manera!
¡Dejarme sola! ¡Qué horror!
¡A toda una ama de llaves, 15
a una mujer de mi pro...!
¡Aprended, flores, de mí
lo que va de ayer a hoy!
Un tiempo me obedecía
como la oveja al pastor, 20
mas, ¡ay!, ya va conociendo
que tiene uso de razón.
Ya aspira a romper el yugo
que quiero imponerle yo;
y una vez con dulce flecha 25
herido su corazón,
despreciará mis consejos
por seguir los del amor
¡Aprended, flores, de mí
lo que va de ayer a hoy! 30
Tantos años sometido
a mi alta jurisdicción,
nada hacía don Ciriaco
sin permitírselo yo.
Como el cuitado no tiene 35
todo lo de Salomón,
se esforzaba mi talento
a discurrir por los dos;
y ahora en la misma casa
que entronizada me vio 40
ultrajada, indefinida,1
no tengo voto ni voz.
¡Aprended, flores, de mí
lo que va de ayer a hoy!
¿De dónde viene mi mengua? 45
¿Será que el tiempo veloz
las flores de mi hermosura
en abrojos convirtió?
¿Y es más joven por ventura
ese bendito varón? 50
¿Se adelanta más que el suyo
mi desdichado reloj?
¡Ay triste de mí! Yo creo
que se han parado los dos,
¡Aprended, flores, de mí 55
lo que va de ayer a hoy!


Escena II

 

DON RODRIGO. NEMESIA.

 
DON RODRIGO
(No la veo.) ¿Cómo así
tan sola? ¿Se ha levantado
mi primo?
NEMESIA
Y aun se ha marchado.
DON RODRIGO
¿También don Ciriaco?
NEMESIA
Sí.
60
DON RODRIGO
Bien.
NEMESIA
¿No hay más que preguntar?
DON RODRIGO
¡Ah! sí. Lucianita bella...
NEMESIA
¿Si está usted muerto por ella,
qué vale disimular?
DON RODRIGO
Yo...
NEMESIA
Sí, sí; estoy en mis trece.
65
DON RODRIGO
Me hará usted creer, señora,
que mi corazón la adora;
y esto...
NEMESIA
¡Qué! ¿No lo merece?
¡Don Rodrigo, don Rodrigo!
Ya de la infancia salí. 70
La que se me escape a mí...
DON RODRIGO
Sólo en calidad de amigo...
NEMESIA
¡Oh! ya es esto inaguantable.
Deje usted ese estribillo,
que ha de darme un tabardillo 75
con su amistad perdurable.
¡Eh! fíese usted de mí.
Hable usted. Según las trazas
si usted lleva calabazas,

 (Con el dedo en la frente.) 

que me las claven aquí. 80
La que mata a usted de amores
y le cautiva y le abrasa
está ahí al lado, en la casa
de su amiguita Dolores.
La llamaré...
DON RODRIGO
Nada de eso.
85
No la quiero incomodar.
  —137→  
NEMESIA
Yo sé que se ha de alegrar.
DON RODRIGO
¡Oh! no. Sería un exceso...
NEMESIA
Pero, señor, yo pregunto,
¿qué temor...?
DON RODRIGO
La envidia muerde...
90
NEMESIA
Bien, bien. Usted se lo pierde.
No se hable más del asunto.
DON RODRIGO
(Su curiosidad castigo.)
NEMESIA
(Sin duda en mí no confía,
y es inútil mi porfía, 95
¡Vaya, que el tal don Rodrigo...!
Parece que Barrabás
lo hace conspirar también
para destronarme.)
DON RODRIGO

 (Ha tomado un libro.) 

Bien:
«Aventuras de Gil Blas.» 100

 (Se sienta.) 

NEMESIA
¿Va usté a leer?
DON RODRIGO
Sí, señora.
NEMESIA
(Ya tus intenciones veo.)
¿No sale usted a paseo?
Las siete y media. Ya es hora.
DON RODRIGO
¿Incomodo a usted?
NEMESIA
No tal.
105
¿Cómo es posible que a mí...?
Pero extraño mucho...
DON RODRIGO
Aquí
corre un fresco celestial.
NEMESIA
El Prado estará mejor,
y ahora que el sol no molesta... 110
DON RODRIGO
Prado, ¡y en día de fiesta!
No lo nombre usted. ¡Qué horror!
¿Quién tal gentío tolera,
tanto polvo y confusión,
tanto y tan rudo apretón, 115
tanta cara dominguera?
Dios nos libre. En esta silla
prefiero esperar leyendo
a mi primo, sin estruendo,
sin polvo...
NEMESIA
¡Al primo! Esa es grilla.
120
DON RODRIGO
¡Cómo...!
NEMESIA
¿Acaso yo me mamo
el dedo? A mi señorita
espera usted. Ya me irrita...
DON RODRIGO
Bien. Si usted se empeña...
NEMESIA
El amo.


Escena III

 

DON RODRIGO. DON CIRIACO. NEMESIA.

 
DON CIRIACO
¡Oh don Rodrigo!
125
DON RODRIGO

  (Deja el libro y se levanta.) 

¡Señor
don Ciriaco!
DON CIRIACO
¿Cómo va?
DON RODRIGO
Perfectamente. ¿Y usted?
¿Bueno?
DON CIRIACO
Sí; no hay novedad.
¡Solito aquí con Nemesia!
¿La quiere usted cortejar? 130
DON RODRIGO
Leyendo estaba...
DON CIRIACO
Ya veo
que fuera mucha bondad
a una mujer de sus años
hacer la corte.
DON RODRIGO
No tal.
Nemesia...
DON CIRIACO
No está la pobre
135
para esas empresas ya.
NEMESIA
¡Mire usted quién se lo dice!
Un inútil carcamal...
Allá nos vamos los dos.
NEMESIA
Usted tiene más edad 140
que yo.
DON CIRIACO
Cierto, pero al cabo
dos o tres años de más
o de menos...
NEMESIA
Al señor
poco le debe importar
nuestra fecha.
DON CIRIACO
Ya es antigua.
145
NEMESIA
Es falta de urbanidad...
DON CIRIACO
Yo me acuerdo, y tú también,
del terremoto de Orán.
NEMESIA
Se engaña usted.
DON CIRIACO
No por cierto.
NEMESIA
Usted me quiere insultar. 150
DON CIRIACO
No, mujer. Yo no te agravio
por decirte la verdad.
DON RODRIGO
Don Ciriaco se chancea.
No lo tome usted a mal.
NEMESIA
Yo no gusto de esas chanzas. 155
DON CIRIACO
¡Eh!
NEMESIA
No me haga usted hablar,
porque diré atrocidades.
DON RODRIGO
Vamos, vamos, haya paz.
¿Qué diablos...? El tiempo vuela
sin volver la cara atrás... 160
¡Oh! y lo que es esta señora,
seamos justos, está
fresca y ágil todavía.
NEMESIA
Mil gracias. (Es muy galán,
muy cortesano; eso sí.) 165
DON RODRIGO
Yo no sé los que tendrá,
pero apenas representa
cuarenta años.
DON CIRIACO
Tiene más.
NEMESIA
¡Oh qué hombre!
DON CIRIACO
Yo diré a usted.
Treinta y tres del siglo actual. 170
Ella nació...
NEMESIA

 (Interrumpiéndole.) 

¿Se prepara
el baño?
DON CIRIACO
Sí.
NEMESIA
(De alquitrán
había de ser.)
DON CIRIACO
Cincuenta,
—138→
cincuenta y cuatro... Cabal.
Cincuenta y cuatro ha cumplido 175
la víspera de San Juan.
NEMESIA
¡Oh!... (Cuando le pille a solas
bien me las ha de pagar.)


Escena IV

 

DON CIRIACO. DON RODRIGO.

 
DON CIRIACO
¡Que nunca quieran ser viejas
las mujeres! ¡Fuerte afán...! 180
DON RODRIGO
¡Eh! ¿Qué importa...?
DON CIRIACO
¿Sabe usted
que hace un calor infernal?
¿Usted no pasea?
DON RODRIGO
No.
Espero a mi primo...
DON CIRIACO
Ya.
Bien hecho. Pues yo que vengo 185
desde la calle Imperial...
Ya se ve, las pretensiones
de mi hermano Baltasar
el brigadier... ¡Santo Dios!
Me tiene hecho un azacán. 190
Ya sabe usted que pretende
el gobierno militar
de...
DON RODRIGO
Sí, señor. (Dios me asista.)
DON CIRIACO
Y el ascenso a mariscal
de campo. Como él no puede 195
sin Real licencia mudar
de domicilio, y las cartas
tardan una eternidad,
me ha endosado la incumbencia
de andar de aquí para allá, 200
a Palacio, al Ministerio,
a la Inspección general...
Por fin no va mal la cosa.
Ello sí, me hacen sudar,
pero creo que el gobierno 205
para mi hermano será.
DON RODRIGO
Lo celebraré infinito.
DON CIRIACO
Ahora acabo de entregar
al ministro de la Guerra
el último memorial. 210
DON RODRIGO
Me alegro.
DON CIRIACO
Como yo escribo
con tanta velocidad,
lo puse en cuatro minutos.
Dice así:

 (Como maquinalmente figura escribir en el pecho de DON RODRIGO lo que va relatando.) 

«Don Baltasar
Villalonga, brigadier... 215
et caetera; con la más
profunda veneración
a vuestra Real Majestad
dice: que habiendo obtenido
por gracia particular 220
el empleo de cadete
a los quince años de edad,
pasó como abanderado
al reino de Portugal
año de mil setecientos...» 225
DON RODRIGO
Don Ciriaco, por piedad...
DON CIRIACO
Aquí traslado su hoja
de servicios de pe a pa.
«En atención a lo expuesto,
a su mucha antigüedad 230
y a sus honrosas heridas...»
DON RODRIGO
(¡Ay también las va a copiar
en mi pecho!)
DON CIRIACO
«Y al atraso
que experimentando está
en su carrera...»
DON RODRIGO
(Yo muero.)
235
DON CIRIACO
«A vuestra Real Majestad
humildemente suplica...»
DON RODRIGO
Ya, ya infiero lo demás.
DON CIRIACO
«Le nombré gobernador
del castillo y la ciudad 240
de...»


Escena V

 

DON CIRIACO. DON RODRIGO. NEMESIA.

 
NEMESIA
Señor...
DON CIRIACO
¿Qué hay?
DON RODRIGO
(Respiremos.)
NEMESIA
Ya está el baño.
DON CIRIACO
Voy allá.
DON RODRIGO
(Gracias al cielo...)


Escena VI

 

DON CIRIACO. DON RODRIGO.

 
DON CIRIACO

 (Volviendo a la acción de antes.) 

«Vacante
por muerte de don Beltrán...»
DON RODRIGO
(¡Ah verdugo!)
DON CIRIACO
El apellido
245
no recuerdo. ¡Voto va...!
«Domínguez. Gracia que espera
de la notoria bondad
de tan amado monarca,
cuya... et caetera. Alcaraz 250
siete de agosto de mil
ochocientos...»
DON RODRIGO
¿Está ya?
DON CIRIACO
«Treinta y tres.»
DON RODRIGO
¡Oh! ¿Ni aun la fecha
me quiere usted perdonar?
DON CIRIACO
Ya he concluido.
DON RODRIGO
Me alegro.
255

 (Figura tomar tierra del suelo y echársela sobre el pecho.) 

  —139→  
DON CIRIACO
El Rey lo recibirá...
¿Qué hace usted?
DON RODRIGO
Estoy echando
arenilla al memorial.
DON CIRIACO

 (Riéndose.) 

Vaya, que este don Rodrigo
es gracioso si los hay. 260
Mucho tarda don Saturio,
y bien pudiera...
DON RODRIGO
Él vendrá.
DON CIRIACO
Le haría a usted compañía,
pero tengo que tomar
el baño...
DON RODRIGO
Sí, vaya usted.
265
No permite mi amistad
que se incomode...
DON CIRIACO
Luciana
ha pasado a visitar
a su amiga. ¿Quiere usted
que mande a llamarla? ¡Juan! 270
DON RODRIGO
No; ¿para qué? Yo no soy
de cumplimiento.
DON CIRIACO

 (Se acerca mucho a DON RODRIGO.) 

¿Qué tal?
¿No es buena boda?
DON RODRIGO
En efecto...
DON CIRIACO
El buen don Saturio está
muy contento de su novia. 275
DON RODRIGO
No sería racional
si no lo estuviera.
DON CIRIACO

 (Asiendo una punta del pañuelo del cuello de DON RODRIGO y moviéndola en todas direcciones hasta que desata el nudo.) 

Yo...,
hablemos con claridad,
conozco que a la muchacha,
como dice aquel refrán, 280
no le ha entrado por el ojo
derecho; y a la verdad
no lo extraño, don Rodrigo,
porque es tan original
ese hombre, tan petulante... 285
Usted me ha de perdonar.
Siendo su primo no es justo...
Cierto es que su probidad,
su ilustre cuna, sus prendas
deben hacer olvidar 290
sus defectos...

 (Va a atarse el pañuelo DON RODRIGO, y le toma la mano DON CIRIACO.) 

¡Ay amigo!
¡Mi ternura paternal...
DON RODRIGO
(¡Paciencia!)
DON CIRIACO
Sólo desea
labrar la felicidad
de Luciana.
DON RODRIGO
No lo dudo.
295
DON CIRIACO
Hay de por medio un galán
que la pretende.
DON RODRIGO
Ya sé;
don Torcuato.
DON CIRIACO

 (Sobando a DON RODRIGO le va quitando uno por uno los botones del chaleco.) 

¡Y qué tenaz
es el hombre! Conociendo
que prefiero a su rival, 300
no desiste...
DON RODRIGO
¿Desistir?
Yo sé de cuánto es capaz
un hombre cuando se empeña
en moler y dislocar
al prójimo.
DON CIRIACO
Lucianita
305
le ha tenido voluntad;
pero, sea que aquel genio
caviloso y suspicaz
ya la fastidie, o que al fin
mi paterna autoridad 310
haya vencido...
DON RODRIGO
Pero, hombre...,
¡si yo no me he de bañar!...
DON CIRIACO

 (Sin darse por entendido.) 

Yo quisiera, porque soy
muy amante de la paz,
poder conciliar su gusto 315
con el mío.
DON RODRIGO
Es natural.
DON CIRIACO
Mas los jóvenes del día...

 (Acabando de desabrocharle.) 

¡Échese usted a buscar
un yerno donde hay tan pocos
que al lazo matrimonial 320
no tengan antipatía!
DON RODRIGO

 (Con fervor.) 

¡Ah! no, señor. La beldad
de Lucianita, su gracia
y aquel genio angelical
tanta ventura prometen 325
a quien la lleve al altar,
que el hombre más enemigo
de la coyunda nupcial
suspiraría...
DON CIRIACO

 (Mirando su reloj.) 

¡Qué tarde!
El baño se va a enfriar. 330
Abur, abur. Hasta luego.


Escena VII

 

(Un criado trae luces y se retira.)

 
DON RODRIGO.
¡Oh!... Llévete Satanás.
Me está diciendo sandeces
una hora el animal;
—140→
me manotea; me pone 335
más blando que un cordobán;
al fin logro meter baza;
me resuelvo a declarar
mi amor a su hija, ¡y me vuelve
las espaldas!¡Voto a San...! 340

 (Componiéndose el pañuelo y abrochándose el chaleco.) 

¡Lindo me ha puesto! Si dura
el coloquio un poco más,
no hay recurso, me convierte
en viva efigie de Adán.


Escena VIII

 

DON SATURIO. DON RODRIGO.

 
DON SATURIO
¡Oh primo! ¿Tú por aquí? 345
DON RODRIGO
Sí.
DON SATURIO
¿Me has venido a buscar
tal vez para pasear
juntos esta noche?
DON RODRIGO
Sí.
DON SATURIO
Pues no puedo gozar hoy
compañía tan amena. 350
DON RODRIGO
¿Por qué?
DON SATURIO
¿No sabes...? Se estrena
mi comedia, y, ya ves, voy...
DON RODRIGO
¿Es cierto?
DON SATURIO
Sí. Palco y coche
tengo a tu disposición.
DON RODRIGO
¿Esta noche es la función? 355
DON SATURIO
Sí.
DON RODRIGO
Te silban esta noche.
DON SATURIO
¡Qué bobada! Cuando yo
la hago poner en escena...
El barba la dio por buena
y el consueta le apoyó, 360
Su mérito literario
reconoce el maquinista.
No hay otra mejor en lista.
Me lo ha dicho el empresario.
DON RODRIGO
Si de balde se la diste, 365
no es mucho...
DON SATURIO
¿Soy yo venal?
No pido por ella un real
aunque está llena de chiste.
DON RODRIGO
Ya.
DON SATURIO
Para evitar las trabas
que han sufrido más de cuatro, 370
antes de darla al teatro
me agarré a buenas aldabas.
DON RODRIGO
Tanta recomendación,
yo la verdad no te callo,
no te asegura que el fallo 375
del auditorio burlón...
DON SATURIO
Me aplaudirá.
DON RODRIGO
¿Quién lo dice?
DON SATURIO
Yo.
DON RODRIGO
Cuando lo dices tú...
DON SATURIO
Ya prevengo un ambigú
que mi triunfo solemnice. 380
DON RODRIGO
¿Cómo puedes recrearte
con semejante quimera
si no conoces siquiera
los rudimentos del arte?
¡Ah! si Dios no lo remedia... 385
DON SATURIO
¿No estudié, pese a tu casta,
gramática...?
DON RODRIGO
¿Y eso basta
para hacer una comedia?
DON SATURIO
Basta y sobra, y yo no aguanto
que un primo...
DON RODRIGO
No te acalores.
390
DON SATURIO
En la corte hay escritores
que no saben otro tanto.
DON RODRIGO
Así son ellos.
DON SATURIO
Y en fin,
mi talento nada escaso
puede... ¿Se escriben acaso 395
las comedias en latín?
DON RODRIGO
No, primo querido, mas...
DON SATURIO
Todos alaban la mía.
DON RODRIGO
Algunos por cortesía
y por mofa los demás. 400
DON SATURIO
¿Se han de gozar en mi daño
los que mi genio estimulan?
DON RODRIGO
Di mas bien los que te adulan.
DON SATURIO
Y tú...
DON RODRIGO
Yo te desengaño.
DON SATURIO
Pues con eso nada alcanzas, 405
no. Por mucho que me digas...
DON RODRIGO
Claro está: tú no mendigas
consejos, sino alabanzas.
DON SATURIO
Yo he de brillar en la corte
aunque de envidia te peles, 410
y ofreceré mis laureles
a los pies de mi consorte.
DON RODRIGO
Aunque digan lo contrario
barba, galán y consueta,
tú no has nacido poeta, 415
y es designio temerario...
DON SATURIO
¡Cómo! Tú has perdido el seso.
¿Poeta? ¡Extraño capricho!
¿Que no soy poeta has dicho?
Bien. ¿Qué tenemos con eso? 420
Tú de la misa la media
no sabes. ¿Hace en el día
gran falta la poesía
para urdir una comedia?
¿Soy yo algún zote, algún bobo? 425
Yo he leído a Cañizares,
a Arellano, Valladares,
Comella y Gerardo Lobo.
Comprendo como el primero
el arte, y sin mucho afán; 430
¡cómo que he sido galán
en un teatro casero!
Sé muy bien que una comedia
con bodas ha de acabar,
y a lo sumo ha de durar 435
dos horas o dos y media.
Sé que en actos se divide,
y los actos en escenas,
—141→
y que al fin como a un Mecenas
perdón al pueblo se pide. 440
Sé que el escritor novel
por temor de una derrota
se anuncia con una nota
que ocupa medio cartel.
Me he suscrito esta semana 445
a la Revista, al Diario...,
y he comprado el Diccionario
de la lengua castellana.
Pues ¿qué me falta en rigor
de cuanto se pide a un hombre 450
para aspirar al renombre
de dramático escritor?
¿Ser poeta? ¡Qué locura!
Dime tú, la mayor parte
de los que ejercen el arte, 455
¿son poetas por ventura?
¿Sólo de Talía al solio
un poeta ha de aspirar?
No, no es posible aguantar
tan horrible monopolio. 460
Fuera mucha tiranía
que tres autores o cuatro...
¡Vaya! una cosa es teatro,
y otra cosa es poesía.
DON RODRIGO
Inútil es porfiar 465
con hombre tan mentecato.
DON SATURIO
¡Cómo!... Aquí está don Torcuato.
Él dirá si es regular...


Escena IX

 

DON SATURIO. DON RODRIGO. DON TORCUATO.

 
DON RODRIGO
No te canses. ¿Para qué
si yo la palma te cedo? 470
(Otro estorbo. Ya no puedo
verla a solas. Volveré.)

 (Se retira saludando a DON TORCUATO.) 



Escena X

 

DON SATURIO. DON TORCUATO.

 
DON TORCUATO
Aquí me tiene usted ya,
señor mío.
DON SATURIO
¡Ah! Bien. Me alegro.
Habrá recibido usted 475
un recado...
DON TORCUATO
Con efecto,
y aunque el lugar de la cita
es muy extraño por cierto...
DON SATURIO
¿Qué dice usted?
DON TORCUATO
No reparo
cuando se trata de un duelo... 480
DON SATURIO
¡Hombre! Yo...
DON TORCUATO
Pocas palabras.
El sitio; la hora. Presto.
DON SATURIO
Oiga usted...
DON TORCUATO
A mí me toca
elegir las armas.
DON SATURIO
Pero...
DON TORCUATO
¿Florete? ¿Pistola? ¿Sable? 485
A elección de usted lo dejo.
DON SATURIO
Pero ¿quién, hombre de Dios,
quién ha dicho que mi objeto...?
DON TORCUATO
¿Cuál puede ser? ¿No es usted
mi rival? ¿No es caballero? 490
Yo amo a Luciana, la adoro,
la Idolatro; no lo niego;
usted la adora también,
debo pensarlo a lo menos;
usted no renuncia a ella, 495
yo tampoco; y este pleito
sólo puede sentenciarse
con el plomo o con el hierro.
DON SATURIO
¡Si no hay tal pleito, señor!
Yo soy absoluto dueño 500
del corazón de Luciana.
Si a usted le quiso algún tiempo,
ahora yo sólo soy
el blanco de sus deseos.
¿Qué se ha de hacer! Son vaivenes 505
de la fortuna. ¿Y por eso
se han de matar dos hidalgos?
Soy buen cristiano...
DON TORCUATO
¡Acabemos!
DON SATURIO
Sé lo que es una pasión,
y de usted me compadezco. 510
DON TORCUATO
¡Eh! nada de compasiones.
Un balazo es lo que quiero.
DON SATURIO
Vaya, usted no está en su juicio.
Yo que de veras le aprecio...
DON TORCUATO
¡Don Saturio!...
DON SATURIO
Le he llamado
515
para darle un buen consejo.
Procure usted dominar
ese desgraciado afecto.
¿No ve usted, santo varón,
que si muestra sentimiento 520
por el desdén de Luciana
hace mayor mi trofeo
y halaga su vanidad?
¿No ve usted que el bello sexo...?
DON TORCUATO
¡Oh! Yo no he venido aquí 525
a escuchar razonamientos
de moral.
DON SATURIO
Nada, usted debe
manifestarse muy fresco...
DON TORCUATO
¡Fresco! Fácil es decirlo.
¿Sabe usted que estoy ardiendo? 530
DON SATURIO
Mal hecho. Yo bien conozco
que ha sido mucho el desprecio
conque le ha tratado a usted
Lucianita.
DON TORCUATO
Eso no es cierto.
Yo...
DON SATURIO
¿De qué sirve negarlo?
535
¿Piensa usted que yo lo apruebo?
¡Vaya! ¡Tratar de esa suerte
a un excelente sujeto,
a un...!
DON TORCUATO
—142→
Mi paciencia se apura.
Charlatán de los infiernos, 540
yo he venido...
DON SATURIO
Ya se ve,
también tiene usted un genio...
Cachaza, cachaza, amigo.
DON TORCUATO
(No sé cómo me contengo.)
DON SATURIO
Ella está muerta por mí; 545
eso lo conoce un ciego;
mas bien pudiera quererme
sin hacer esos extremos,
sin desesperarle a usted,
y echarle un dogal al cuello, 550
abismarle...
DON TORCUATO
¡Voto a briós!...
DON SATURIO
Yo, que de justo me precio,
la he reprendido; y no dudo
que ha de hacer muy buen efecto
mi sermón. La pobrecilla 555
me ama tanto...
DON TORCUATO
(Yo reviento.)
DON SATURIO
¡Nada! usted no dé su brazo
a torcer. Siga viniendo...
Háblela usted como amigo.
Diga usted que han sido un juego, 560
una chanza, sus amores.
Así se pone a cubierto
el amor propio, y en fin...
DON TORCUATO
(Le voy a ahogar...)
 

(Se adelanta hacia DON SATURIO con los brazos levantados en actitud de maltratarle; DON SATURIO cree que le va a abrazar y le estrecha fuertemente en los suyos, quitándole la acción.)

 
DON SATURIO
¡Bueno! ¡Bueno!
¡Un abrazo! ¡Bravo! Amigos 565
hasta morir.

 (Pugnando por desprenderse.) 

¡Oh! primero...


Escena XI

 

DON SATURIO. LUCIANA. DON TORCUATO.

 
LUCIANA
¡Cómo! Abrazados los dos...
 

(Al llegar LUCIANA se separa DON SATURIO de DON TORCUATO.)

 
DON TORCUATO
(¡Luciana!)
LUCIANA
Mucho me alegro...
DON SATURIO
Sí; no podías venir,
prenda mía, a mejor tiempo. 570
El amable don Torcuato
reconoce mis derechos,
y nuestra mutua amistad
será de hoy más el modelo...
DON TORCUATO
Señorita, yo... (Está loco; 575
más loco que yo.) Protesto...
DON SATURIO
Ahora bien, haced las paces
vosotros: solos os dejo.
Quiero que seáis amigos,
ya que el lazo de Himeneo 580
no os puede unir, pues yo solo
de ese corazón soy dueño.
Voy a escribir una carta;
cuatro líneas; pronto vuelvo.

 (A LUCIANA.) 

¿Tú te ríes? Bien; lo aplaudo. 585

 (A DON TORCUATO.) 

¿Usted también? Lo celebro.
¿Cuánto va a que quiere usted
ser mi padrino? Lo acepto.


Escena XII

 

LUCIANA. DON TORCUATO.

 
DON TORCUATO
¡Yo río cuando debiera
echarme al cuello un cordel! 590
LUCIANA
¿Es posible no reírse
de semejante sandez?
DON TORCUATO
Cuando él habla de ese modo,
alguno le apoya...
LUCIANA
¿Quién?
¿No le he dicho a usted mil veces 595
que no le puedo querer?
DON TORCUATO
Ya. Con decírmelo a mí...
LUCIANA
Yo nunca le he dado pie
para que objeto se crea
de mi cariño; antes bien 600
si tuviera entendimiento
Aún me va a comprometer
mi padre a alguna locura.
DON TORCUATO
¿Es la locura tal vez
el premiar mi tierno amor, 605
el ser mi esposa...?
LUCIANA
No sé.
DON TORCUATO
¡Ah ingrata!
LUCIANA
Yo no decía...
DON TORCUATO
No se me oculta la hiel
de tus palabras.
LUCIANA
¿Volvemos
a la de antes?
DON TORCUATO
Ya no hay fe,
610
no hay virtud en las mujeres.
La que parece más fiel...
LUCIANA
Si usted me dejase hablar
ya le hubiera dicho...
DON TORCUATO
¿Qué?
LUCIANA
Que con hostigarme tanto, 615
lejos de hacerme ceder,
convierte en valor mi padre
mi natural timidez;
que ha llegado ya a su colmo
el odio que tengo...
DON TORCUATO
¿A quién?
620
¿A mí?
LUCIANA
No, no; a don Saturio;
y encerrada moriré
en un convento primero
que desposarme con él.
  —143→  
DON TORCUATO
¡Oh ventura! Yo he vencido. 625
No me cambio por un rey.
Yo solo...
LUCIANA
¿He dicho yo acaso
que el preferido es usted?
DON TORCUATO
¡Cómo! ¿Algún rival oculto
me disputa el dulce bien 630
que mi corazón anhela?
LUCIANA
Sí, señor.
DON TORCUATO
¿Quién es? ¿Quién es?
Dilo, y mi furor...
LUCIANA
No es hombre.
DON TORCUATO
¡No es hombre! ¿Es quizá mujer?
LUCIANA
Es ese infame carácter, 635
ese genio de Luzbel
que le hace a usted insufrible.
DON TORCUATO
¡Ah! sí. Maldecido, amén
sea yo si a impacientarte
vuelve mi genio otra vez. 640
LUCIANA
Necia seré si tal creo.
DON TORCUATO
¡Oh! no. Mírame a tus pies...


Escena XIII

 

LUCIANA. DON TORCUATO. DON SATURIO.

 
DON SATURIO

 (Con una pluma en la mano.) 

¡Bravo! ¡Muy bien! ¡Quietecito!
DON TORCUATO
Sí, sí, quieto me estaré.
DON SATURIO
Nunca está mejor el diablo 645
que a los pies de San Miguel.
¡Ah, fiera! ¿Aún no lo perdonas?
¿Puede hacer más? Ya le ves.
¡Infeliz! Dale la mano.
LUCIANA
Yo...
DON SATURIO
Dásela. No por él,
650
sino por mí.
LUCIANA
Si es forzoso...
(¡Qué necio!) Tómela usted.
DON SATURIO
¡Arriba! Un ósculo ahora
de amistad. ¿Eh?

 (DON TORCUATO besa la mano a LUCIANA.) 

Bien, muy bien.


Escena XIV

 

LUCIANA. DON TORCUATO.

 
DON TORCUATO
¡Ah, Luciana! Esa fineza 655
me ha colmado de placer.
LUCIANA
Dele usted a don Saturio
las gracias; no a mí.
DON TORCUATO
Cruel,
sólo por atormentarme
me niegas el interés 660
que tu corazón...
LUCIANA
Confieso
que en el confuso tropel
de afectos que me domina
no me puedo comprender
a mí misma.
DON TORCUATO
Eso es decir
665
con amable sencillez
que es usted una coqueta.
LUCIANA
Bien pudiera suceder
que a pesar mío lo fuese.
DON TORCUATO
¿Sí?
LUCIANA
Con hombres como usted,
670
de ser víctima o coqueta
no se exime una mujer.
DON TORCUATO
¡Ah! no seas ni uno ni otro.
Sé mi único dueño, sé
la delicia de mi vida. 675
Seré humilde como Abel,
tierno, dócil, confiado
Lo que tú quieras seré.
LUCIANA
(¡Pobre Torcuato! Me adora
a pesar de mi desdén. 680

 (Le mira sonriéndose.) 

¡Ah! Cuando da en ser amable,
¿quién es más amable que él?)
DON TORCUATO
¡Callas! ¡Me miras! ¡Te ríes!
No me queda más qué ver.
Ya soy objeto de mofa 685
para ti. ¡Digna merced
de mi ardiente amor! ¡Oh cielos!
Al fin la venda rompéis
que me cegaba.
LUCIANA
¡Esta es otra!
Si, al contrario...
DON TORCUATO
¡Buen papel
690
estoy haciendo!
LUCIANA
¡Torcuato!
DON TORCUATO
¿Tanta es mi ridiculez,
que sólo soy a tus ojos
un payaso de entremés?
LUCIANA
Óigame usted...
DON TORCUATO
¿Qué he de oír?
695
¡Oh vergüenza! ¿Adónde iré,
triste juguete, ludibrio
miserable...?
LUCIANA
Yo...
DON TORCUATO
Detén,
detén la lengua, perjura.
LUCIANA
(¡Ah, maldito de cocer!) 700
DON TORCUATO
¡Adiós, adiós! Yo te juro
por lo más sagrado...


Escena XV

 

LUCIANA. DON TORCUATO. DON SATURIO.

 
DON SATURIO

 (Deteniéndole. LUCIANA se sienta aburrida.) 

¡Eh!
¿Adónde con tanta prisa...?
Esta noche se va a hacer
—144→
mi comedia y tengo palco; 705
conque...
DON TORCUATO
Mal horno de pez
para el palco, y la comedia,
y para el autor también.
DON SATURIO
¡Cómo...!
LUCIANA
¡Por Dios, don Saturio!
(Esta casa es un Babel.) 710
Déjele usted que se marche
y no vuelva.
DON TORCUATO
Volveré.
Sí, que a mí no se me trata
como a un hombre de la hez
del pueblo; y nos han de oír 715
los sordos...
DON SATURIO
¡Dios de Israel!
¿Qué es esto?
DON TORCUATO
Si usted se casa
con ese hidalgo soez.


Escena XVI

 

LUCIANA. DON SATURIO.

 
DON SATURIO
¡Diablo de hombre! ¿Qué le has hecho,
que dando tal campanada 720
se aleja...?
LUCIANA
Nada.
DON SATURIO
¿Y por nada
coge con la mano el techo?
Vaya, es loco rematado.
Después que yo lo compongo
todo, ¡apearse!... Supongo 725
que él no se habrá propasado.
LUCIANA
¡Don Saturio!
DON SATURIO
No te alteres.
Ya sé yo que tu pudor,
y sobre todo el fervor
con que a mí solo me quieres... 730
LUCIANA
¿Quiere usted dejarme en paz?
DON SATURIO
¡Pues! ¡De mal humor te ha puesto!
Sin duda ese hombre indigesto
se destetó con agraz.
¿No respondes? ¿Con quién hablo? 735
¡Oh! si yo fuera celoso...
¡Lucianita! ¿El rostro hermoso
vuelves airada? ¡Qué diablo!
Esa es ya mucha ternura,
Lucianita. Por los cielos 740
juro que no tengo celos
de ese joven. ¡Qué locura!
Antes debo suplicarte
que perdones mi manía.
Vaya, alégrate, alma mía. 745
Yo que deseo obsequiarte...
LUCIANA
(¡Qué suplicio!)
DON SATURIO
Hoy se ejecuta
mi comedia. Tú vendrás,
por supuesto. Ya verás
¡qué escena la de la gruta! 750
Hay también cena, torneo,
máscaras, evoluciones,
un proceso de ladrones,
y naufragio, y tiroteo.
Te divertirás. ¡Qué drama! 755
LUCIANA
Sí, como de tal ingenio.
DON SATURIO
¿Qué sirve Inarco Celenio
para...?
 

(Un criado trae luces.)

 
LUCIANA
¡Dale! Yo...
DON SATURIO
La dama...

 (Mira su reloj.) 

¡Oh! Las ocho y doce. Voy...
Vístete tú. La comedia 760
se empieza a las ocho y media.
LUCIANA
¡Para comedias estoy!
DON SATURIO
¿Qué escucho! ¿Aún no se te pasa
la murria? Ven. No te enfades.
LUCIANA
¿Yo? ¿Para oír necedades? 765
Bastantes oigo en mi casa.
 

(Voces dentro como de riña.)

 
DON SATURIO
¿Es posible que te piques
hasta el punto...?
NEMESIA

 (Dentro.) 

No, señor.
DON SATURIO
¡Calla! Esos gritos...
NEMESIA

 (Dentro.) 

¡Qué horror!
DON CIRIACO
No tal.
NEMESIA

 (Dentro.) 

Sí tal.
DON CIRIACO

 (Dentro.) 

No repliques.
770
DON SATURIO
Acudamos.


Escena XVII

 

LUCIANA. DON SATURIO. DON CIRIACO. NEMESIA.

 
DON CIRIACO

 (En bata.) 

¡Voto a briós!...
NEMESIA
No, señor, no.
DON CIRIACO
¡Qué! ¿No mando
yo en mi casa? ¿Desde cuándo...?
NEMESIA
Con ninguno de los dos.
¡Y no me alce usted el grito! 775
DON SATURIO
Sepamos...
LUCIANA
¡Padre...!
DON SATURIO
¡Qué infierno!
DON CIRIACO
Lo he dicho; será mi yerno.
NEMESIA
No, señor; no lo permito.
DON CIRIACO
¿No soy yo su padre?
NEMESIA
No.
DON CIRIACO
¿Qué se entiende...?
DON SATURIO
Vamos...
LUCIANA
Dime...
780
NEMESIA
No es su padre quien la oprime.
Pero aun vivo, aun vivo yo.
DON CIRIACO
¡Gran persona!
NEMESIA
¿Gran persona?
DON SATURIO
Haya paz...
NEMESIA
Aquí lo soy.
DON CIRIACO
Eso me faltaba hoy; 785
—145→
que una dueña quintañona...
LUCIANA
¡Padre!
DON SATURIO
Calle usted, que es mengua...
NEMESIA
Cuidado con insultarme,
que por menos de un adarme...
¡No me busque usted la lengua!... 790
DON SATURIO
¡Qué osadía! ¡Qué descaro!
NEMESIA
Mire usted que aquí va a haber
toros y cañas.
LUCIANA
¡Mujer...!
NEMESIA
Mire usted que canto claro.
DON CIRIACO
¡Calle...!
NEMESIA
No me da la gana.
795
Sacaré trapos al aire.
¡A mí hacerme tal desaire!
¡A mí!
DON CIRIACO
Márchate, Luciana.
LUCIANA
Pero...
DON CIRIACO
Vete.
DON SATURIO
Sí. Tu auxilio
no es del caso en tal momento. 800
Ya verás con mi talento
qué pronto los reconcilio.


Escena XVIII

 

DON CIRIACO. DON SATURIO. NEMESIA.

 
DON SATURIO
Vamos, juicio. Sepa yo
de qué nace esa quimera.
DON CIRIACO
Esa vieja cominera... 805
NEMESIA
No, sino usted...
DON CIRIACO
No.
NEMESIA
Sí.
DON CIRIACO
No.
Ella me falta al respeto.
NEMESIA
Él con fiera ingratitud...
DON SATURIO
Más flema, que la salud...
DON CIRIACO
Ella se mete...
NEMESIA
Me meto...
810
DON SATURIO
Hable uno solo, por Dios;
y bajo, que las paredes
oyen...
NEMESIA
Yo...
Tienen ustedes
razón de sobra los dos.
DON CIRIACO
No tal. Yo solo la tengo. 815
DON SATURIO
¡Oh! ¿Quién lo duda?
NEMESIA
Eso no.
Quien tiene razón soy yo.
Es claro.
DON CIRIACO
Miente.
DON SATURIO
Convengo.
(Aún no sé por que es la riña.)
Ese hombre es un Cancerbero. 820
DON CIRIACO
¡Cancerbero a mí!
NEMESIA
Yo quiero
que sea feliz la niña.
DON SATURIO
Prueba de buen corazón.
¿Y la riñe usted por eso?
Vaya, a no perder el seso... 825
DON CIRIACO
Basta, basta de sermón.
¿No sabes que esa marmota
mis designios contradice
y dice de ti...?
DON SATURIO
¿Qué dice?
DON CIRIACO
Que debes comer bellota. 830
DON CIRIACO
¡Cómo! ¿Y usted no la estruja?
NEMESIA
¿A mí?
DON SATURIO
¡Por vida de quién...!
NEMESIA
Digo bien, digo muy bien.
DON CIRIACO
Es una esfinge.
DON SATURIO
Una bruja.
DON CIRIACO
¿Bruja? Eso no. Poco a poco. 835
Eso de decirla injurias,
sólo yo.
DON SATURIO
Pero... ¡Qué furias!
Si yo...
NEMESIA
¡Silencio!
DON SATURIO
Estoy loco.
 

(Hasta el fin de la escena hablan los tres a un tiempo.)

 
NEMESIA
La culpa, la culpa es nuestro.
DON SATURIO
¡Santo Dios omnipotente! 840
DON CIRIACO
Por ser yo condescendiente...
NEMESIA
¡Quién me dijera algún día...!
DON SATURIO
Basta, basta de alboroto.
DON CIRIACO
Mas no; ya no me resigno...
NEMESIA
Que este pago tan indigno... 845
DON SATURIO
¡Horrenda imagen de Cloto,
calle usted! ¡Calle usted, suegro!
DON CIRIACO
¡Que se aleje esa mujer!
NEMESIA
¡Inicuo! Debes tener
ese corazón más negro... 850
DON SATURIO
¡Señora!...
NEMESIA
¡Traidor, ingrato!
¿No te acuerdas...?
DON CIRIACO
¡Embustera!
NEMESIA
Si yo a mis veinte volviera...
DON SATURIO
¡Qué locura! ¡Qué arrebato!
DON CIRIACO
¡Afuera, afuera de aquí! 855
DON SATURIO
¡No más!
NEMESIA
Ya me voy, mal hombre,
mas, por vida de mi nombre,
tú te acordarás de mí.


Escena XIX

 

DON SATURIO. DON CIRIACO.

 
DON SATURIO
¡Gracias a Dios que se fue!
DON CIRIACO
¡Uf! Los bofes voy a echar. 860
DON SATURIO
Usted se debe alegrar...
DON CIRIACO
No sé dónde estoy, no sé.
¡Y yo que tanto idolatro
la quietud...! ¡Baño perdido!
DON SATURIO
Échese todo en olvido. 865
Véngase usted al teatro...
DON CIRIACO
Por San Francisco de Borja,
déjeme usted.
DON SATURIO
Esta noche
dan mi comedia, y el coche...
DON CIRIACO
¿Qué comedia ni qué alforja? 870

  —146→  

Escena XX

 

DON SATURIO.

 
¿También mi suegro? ¡Cuidado
que es mucha conspiración...!
¡Oh! yo sé que en la función
será mi triunfo colmado.
No es mi esperanza ilusoria. 875
Si el palco solo se ve,
no importa, lo llenaré
de confianza y de gloria.
Poetas, ¡qué envidia os causo!
¡Oh qué mal vais a cenar! 880
Ya mi nombre oigo sonar
con estrepitoso aplauso.
¡Oh! tanto laurel me agobia.
Mañana el pueblo en tropel
dirá: «¡Aquel es; vedle; aquel 885
es el Cisne de Segovia!»




ArribaActo III


Escena I

 

LUCIANA. DON CIRIACO.

 
LUCIANA
Vaya, perdónela usted.
DON CIRIACO
¡Yo!
LUCIANA
Por cosa que no vale
la pena...
DON CIRIACO
¡Cómo! Me ha dicho
cuatrocientas tempestades.
LUCIANA
La mucha ley que nos tiene 5
es causa de que desbarre
alguna vez...
DON CIRIACO
Yo no quiero
que nadie en mi casa mande
más que yo.
LUCIANA
Si ella se toma
más de cuatro libertades. 10
confiese usted que la culpa
no es suya.
DON CIRIACO
Pues ¿de quién?
LUCIANA
Padre,
perdone usted mi franqueza.
Quiso usted que se encargase
del gobierno de la casa... 15
DON CIRIACO
Sí; y en cuanto a eso, nadie
podrá decir que obré mal.
Es honrada, fiel...
LUCIANA
No obstante,
usted le dio desde luego
muchas alas, y ya es tarde 20
para cortárselas.
DON CIRIACO
¿Eh?
LUCIANA
Al menos, en mi dictamen,
no es prudente, ni es posible
destruir en un instante
la obra de tantos años. 25
DON CIRIACO
¿Que no? Pues...
LUCIANA
Por otra parte,
despedirla sin piedad...
DON CIRIACO
Sí tal, antes que me arañe
que según la veo...
LUCIANA
Vamos,
¿a qué quiere usted mostrarse 30
rencoroso si jamás
lo ha sido?
DON CIRIACO
No, no te canses.
A casa no ha de volver.
LUCIANA
¿Por qué? Yo salgo garante
de su enmienda.
DON CIRIACO
¿Tú?
LUCIANA
No dudo
35
que la riña de esta tarde
le servirá de lección
para ser en adelante
más apacible. Su celo...
DON CIRIACO
No nos ha servido gratis. 40
LUCIANA
Ya está arrepentida.
DON CIRIACO
¡Cómo!
¿Tú la has visto?
LUCIANA
Sí; poco hace.
¿Dónde se ha de refugiar
la infeliz llena de achaques,
anciana...?
DON CIRIACO
Tienes razón.
45
Pero yo no he de humillarme...
LUCIANA
Ni yo lo pretendo.
DON CIRIACO
Bien.
No siendo yo quien la llame...
LUCIANA
¡Si no ha salido de casa!
DON CIRIACO
¿Ahora con eso me sales? 50
LUCIANA
Yo en la puerta la detuve
y la precisé a quedarse,
contando con la indulgencia
de usted.
DON CIRIACO
Si en algo soy frágil
es en eso. ¿Y dónde está? 55
LUCIANA
En su cuarto.
DON CIRIACO
¿Hecha un vinagre?
LUCIANA
Por supuesto,
No, señor,
llorando.
DON CIRIACO

 (Enternecido.) 

¡Llorando! ¡El diantre
de las lágrimas...!
LUCIANA
¿La llamo?
DON CIRIACO
No, que no quiero que se arme 60
de nuevo la pelotera.
Quédese en casa, y no se hable
—147→
más del asunto. (Estas son
consecuencias naturales
de mi... Si el hombre mirara... 65
En fin, justo es que yo pague...)

 (Enojado.) 

Ya he dicho que la perdono.
No vuelvas a importunarme.
LUCIANA
¡Si no digo una palabra!
DON CIRIACO
¡Hum!...
LUCIANA
Le doy a usted millares
70
de gracias...
DON CIRIACO
Basta.
LUCIANA
(Callemos,
no haga el diablo que se enfade...)
¿Va usted a salir, papá?
DON CIRIACO
Sí; voy al café un instante.
Escucha: ya sé que ha vuelto 75
don Torcuato a visitarte.
LUCIANA
Llamado por don Saturio,
que es un...
DON CIRIACO
Sí, sí, un badulaque.
Y sin duda don Torcuato,
a fuer de rendido amante, 80
volverá luego a la hora
de la tertulia.
LUCIANA
Es probable.
DON CIRIACO
Me alegro. Pues esta noche
lo diré yo sin andarme
por las ramas, que se vaya 85
con la música a otra parte.
Tú le amas...
LUCIANA
Yo...
DON CIRIACO
Sí. Por eso
estás de tan mal talante
con don Saturio.
LUCIANA
¿Y por qué
tanto empeño en que me case 90
con ese hombre?
DON CIRIACO
Es mayorazgo,
y sus rentas...
LUCIANA
Pero, padre,
¿qué falta me hacen sus rentas?
¿Soy yo pobre vergonzante
para...?
DON CIRIACO
Es regidor perpetuo
95
LUCIANA
¡Que lo sea!...
DON CIRIACO
¡Y maestrante!
LUCIANA
¿Iré a lucir en el Prado
los timbres de su linaje?
¡Hacer pruebas de nobleza
hoy día para casarse! 100
¿Qué tienen pues de común
en este siglo mercante
con el santo matrimonio
las órdenes militares?
¿Qué importa que sus abuelos, 105
venciesen a los alarbes,
si él es un pobre demonio,
vanidoso, extravagante
que nos tiene ya a los dos
achicharrada la sangre? 110
DON CIRIACO
En parte no dices mal.
Don Saturio es petulante.
No me oye con atención
cuando le cuento algún lance;
cuando gusto de reñir 115
se empeña en que haga las paces;
quiere llevarme al teatro
cuando yo estoy para ahorcarme;
en todo me contradice,
y esto no lo gusta a nadie. 120
Mas ya le di mi palabra,
y no esperes que yo falte...
LUCIANA
A una palabra imprudente
¿quiere usted sacrificarme?
DON CIRIACO
Tu felicidad deseo; 125
mas...
LUCIANA
¡Ah! Con ese carácter,
¿puede hacerme venturosa?
DON CIRIACO
¿Cómo no, si es tan afable,
tan complaciente, tan blando...?
LUCIANA
Esas bellas cualidades 130
pierden toda su virtud
por la causa de que nacen.
¿Tan poco dama soy yo,
o tan bello y tan amable
es él, que nunca he de verle 135
celoso...?
DON CIRIACO
¿Celoso? ¡Calle!
¿Tú quieres que tenga celos?
LUCIANA
Los tendría si me amase,
pero es más su vanidad
que su amor.
DON CIRIACO
Si él te complace,
140
¿qué más quieres?
LUCIANA
Suponer
que nadie puede agradarme
sino él, y que el alma mía
se ha rendido sin combate
a su mérito sublime, 145
es un insulto, un ultraje
que yo no puedo sufrir,
y antes que con él me case
soy capaz...
DON CIRIACO
¡Cómo se entiende!...
LUCIANA
Jamás...
DON CIRIACO
¿Qué tono arrogante
150
es ese? ¿De cuándo acá...?
LUCIANA
Usted me precisa a hablarle
de este modo. Si no mostrado
hasta ahora resignarme
con la voluntad de usted, 155
es porque he creído fácil
el lograr que don Saturio
a mi mano renunciase;
pero visto que ni burlas,
ni repetidos desaires 160
le convencen; antes bien
todas las juzga señales
del amor más acendrado,
forzoso es que ya declare
mi firme resolución 165
de consentir que me maten
primero que dar mí mano
a tan necio personaje.
  —148→  
DON CIRIACO
¿Qué escucho! ¿Tú te me atreves?
LUCIANA
Yo, papá...
DON CIRIACO
¡Tú te sustraes
170
a mi autoridad paterna!
LUCIANA
¡Señor!...
DON CIRIACO
Que una ama de llaves
se las apueste a su amo,
eso es ya corriente; pase.
Más de cuatro viudos hay 175
que sufren ese percance
con resignación cristiana;
¡pero una hija a su padre!
LUCIANA
¡Ah! no. Aplaque usted su enojo,
que primero que yo cause 180
a quien me dio la existencia
la menor pena...
DON CIRIACO
Adelante.
(Las lágrimas se me saltan.
¡Que mi corazón se ablande
con tanta facilidad!) 185

 (Afectando severidad.) 

¿No prosigues?
LUCIANA
Usted me hace
temblar.
DON CIRIACO
¡Hum!
LUCIANA
Si usted se obstina,
padre mío, en desposarme
con don Saturio, mi mano
está pronta. Los pesares 190
me matarán; mas ¿qué importa?
DON CIRIACO
(Esta muchacha es un ángel.)
LUCIANA
El amor filial lo exige.
¡Paciencia!
DON CIRIACO
(Ya ha dado al traste
con mi rigor.)
LUCIANA
Mande usted
195
que las galas me preparen
de boda..., y al mismo tiempo
las antorchas funerales.
DON CIRIACO
¡Hija!
LUCIANA
Postrada a esos pies...
DON CIRIACO
Levanta. ¡Virgen del Carmen!... 200
Basta.
LUCIANA
Mi sentencia espero.
DON CIRIACO
Ya he dicho que te levantes.
LUCIANA
Pero... Si...
DON CIRIACO
Ven a mis brazos.

 (La hace levantarse y la abraza.) 

Si no quieres, no te cases
con don Saturio. Dirá 205
que yo soy un botarate,
pero primero es tu vida.
LUCIANA
¡Qué bondad!
DON CIRIACO
Y más que rabie;
y más que se queje a Poncio
Pilato.
LUCIANA
¡Querido padre!
210
DON CIRIACO
Sí, Lucianita. No quiero
que algún día me comparen
con esos padres feroces
de novelas y romances.
Cásate con don Torcuato; 215
y si haces un disparate,
allá te avengas con él.
LUCIANA
Si valiera mi dictamen...
DON CIRIACO
Tú le amas.
LUCIANA
Yo... La verdad...
DON CIRIACO
Vamos, melindres aparte. 220
¡Si yo quiero darte gusto!
Me basta que tú le ames...
LUCIANA
Yo confieso que algún día
le tuve afición. No obstante...
DON CIRIACO
¿Qué es eso?
LUCIANA
Dice el adagio,
225
señor, antes que te cases
mira lo que haces.
DON CIRIACO
¿Ahora
te me vienes con refranes?
LUCIANA
Yo sería más feliz
no casándome con nadie. 230
DON CIRIACO
¡Chica, chica! ¿Dónde estamos?
Tú te has propuesto mofarte...
LUCIANA
No tal.
DON CIRIACO
Le rechazo, y basta
para que tú le idolatres;
te caso con él, y ya 235
te parece abominable.
¡Oh qué espíritu endiablado
de Contradicción!
LUCIANA
Dios sabe...
DON CIRIACO
Dios sabe que las mujeres
son volubles como el aire; 240
Dios sabe que ya me canso
de ser complaciente en balde;
Dios sabe que un padre viudo
no es el custodio más hábil
para una niña ojinegra 245
que quiere lucir el talle;
Dios sabe bien que ya es hora
de que yo duerma y descanse,
y de que algún nietecillo
me consuele en los afanes 250
de la vejez; sabe Dios
que no están hoy tan sobrantes
los novios para que tú
en escrúpulos te pares;
y, en fin, sabe Dios, Luciana, 255
que a uno de tus dos amantes
has de dar el sí esta noche,
sino es que Dios te depare
algún tercero en discordia
que del empeño te saque. 260
De lo contrario, te juro
que otro campo de Agramante
va a ser esta casa: ¿entiendes?
(Gran cosa es tener carácter.)


Escena II

 

LUCIANA.

 
¡Vaya que también me pone 265
mi padre en terrible apuro!
—149→
Con cualquiera que me case
de los dos voy al sepulcro
en quince días. ¡Díos mío!
¿Por qué la suerte dispuso 270
que no pueda una mujer
buscar marido a su gusto?
Tirana opinión, si yo
pudiera romper tu yugo;
si no temiese... ¡Infeliz! 275
¿En qué mi esperanza fundo?
No me ama a mí don Rodrigo,
no. Ningún amante es mudo
cuando conoce que agrada
y al menos está seguro 280
de no sufrir un desprecio.
¡Ah!... Y en tanto el testarudo
de mi padre... ¡Y soy tan débil
que por temer un abuso
de su autoridad!... No, no. 285
Resuelta estoy. Con ninguno.

 (Saca un billete.) 

Aquí está la humilde carta
en que se acoge a mi indulto
don Torcuato y me promete...
Ya es tarde. Yo le aseguro... 290
Lo mejor será escribirle
diciéndole sin preludios
que se vaya en hora mala.
Sí, sí.

 (Se sienta a escribir.) 

Y al tal don Saturio
lo mismo letra por letra; 295
no me queda otro recurso.
¡A ver si una vez consigo
verme libre de importunos!

 (Escribe.) 



Escena III

 

LUCIANA. DON RODRIGO.

 
DON RODRIGO
(Según me ha dicho Simón,
sola está. Más oportuna 300
no puede ser la ocasión.
¡Ah! si tengo la fortuna
de rendir su corazón...)
LUCIANA
¿Quién ha entrado? ¡Don Rodrigo!

 (Se levanta.) 

DON RODRIGO
Sentiría incomodar... 305
LUCIANA
Nunca incomoda un amigo.
¿Venía usted a ensayar
aquel duetto conmigo?
DON RODRIGO
Otro es el objeto ahora
de mi visita, señora. 310
Si usted me da su licencia,
si cuento con su indulgencia...
LUCIANA
¿Mi indulgencia? ¡Usted la implora!
DON RODRIGO
Pero usted, si no me engaño,
estaba escribiendo.
LUCIANA
Sí.
315
DON RODRIGO
¿A don Torcuato?
LUCIANA
¿Es extraño?
DON RODRIGO
¿De amor?
LUCIANA
No es él para mí.
Le receto un desengaño.

 (Dándole el papel que escribía.) 

Lea usted, no hablo de chanza,
lea usted lo que escribía. 320
DON RODRIGO
Señora, ¿tal confianza
merece...?
LUCIANA
De usted la haría
mayor.
DON RODRIGO
(¡Oh dulce esperanza!)
LUCIANA
Lea usted. Yo escribo mal,
pero claro. (¡Oh Dios! Se inmuta.) 325
DON RODRIGO
(Perfectamente.)
LUCIANA
¿Qué tal?
DON RODRIGO
Este billete es igual
a una licencia absoluta.

 (Devuelve el papel a LUCIANA.) 

LUCIANA
Otro del mismo tenor
prevenía mi rigor 330
al hidalgo consabido.
DON RODRIGO
¿Así paga usted su amor?
LUCIANA
No ha de ser él mi marido.
DON RODRIGO
¿Qué dirá el presunto suegro?
LUCIANA
Si en esto pena le doy, 335
¿no es mi destino más negro?
¡Ayer dos amantes, y hoy
ni uno siquiera!
DON RODRIGO
Me alegro.
LUCIANA
¿Se alegra usted?
DON RODRIGO
En el alma.
LUCIANA
Muchas gracias, caballero. 340
DON RODRIGO
Así en halagüeña calma
puede aspirar a la palma
otro amante más sincero.
LUCIANA
¡Otro amante! ¿Dónde está?
¿Por qué se oculta a mis ojos? 345
DON RODRIGO
¡Luciana!
LUCIANA
(¡Ay Dios! ¿Si será...?)
¿Es porque teme quizá
ser blanco de mis enojos?
Yo no soy ninguna arpía.
DON RODRIGO
No, sino apacible y bella 350
cual la luz del nuevo día;
pero tiene mala estrella
como amante, y desconfía...
LUCIANA
Pero ¿en qué, si no me trata,
en qué funda su temor? 355
¿Puedo yo ser en rigor
ni agradecida ni ingrata
a un desconocido amor?
DON RODRIGO
No es tan oculto el amante
ni el amor con que batalla; 360
no, amiga, que a cada instante
aunque su lengua lo calla
lo revela su semblante.
  —150→  
LUCIANA
A silencio tan tenaz
quizá su orgullo le impulsa. 365
DON RODRIGO
Ni es orgulloso, ni audaz.
LUCIANA
Si es su amor tan eficaz...
DON RODRIGO
¿Quién no teme una repulsa?
LUCIANA
¿Cómo sabe usted su arcano?
DON RODRIGO
Nuestra amistad...
LUCIANA
¡Don Rodrigo!
370
DON RODRIGO
Le quiero como a un hermano.
LUCIANA
¡Vaya, que es usted amigo
de todo el género humano!
DON RODRIGO
Luciana, no es ya ocasión
de reprimir ni callar 375
la más ardiente pasión
que jamás pudo albergar
un sensible corazón.
Si la ha callado hasta ahora
el que tan rendido adora 380
de ese rostro el dulce imán,
no es sin motivo, señora,
que era al fin tercer galán.
Este empleo no le gusta,
Lucianita; y sabe Dios 385
que su prudencia era justa.
Un rival a nadie asusta,
mas ¿quién se atreve con dos?
Si no amado, mereció
ser estimado a lo menos, 390
y su esperanza fundó
en los errores ajenos,
ya que en su mérito no.
No de ellos hablaba mal
con usted; que en su opinión 395
el deprimir a un rival
es medio ruin, criminal
de ganar un corazón.
Mas, cual si fuera su intento
a mi amigo proteger 400
y no el triunfo merecer,
ambos tuvieron talento...
para hacerse aborrecer.
Mi amigo en tanto ocultaba
bajo el velo de amistad 405
la pasión que le abrasaba,
y a tan sublime beldad
en silencio idolatraba.
Sabe Dios si a su despecho
tanto sacrificio ha hecho; 410
que aunque es grande su temor,
mal contenía al amor
en la cárcel de su pecho.
Mas a tanto afán, señora,
debe también la ventura 415
de añadir más precio ahora
a las prendas que atesora
tan peregrina hermosura;
que amorosa intimidad
produce más de un error, 420
y la mujer en verdad
no reserva a la amistad
lo que disfraza al amor.
Sea en fin grata o cruel
Luciana, llegó el instante 425
de que reconozca en él
a un tiempo su amigo fiel
y su más rendido amante.
LUCIANA
¡Extraña declaración!
¿Quién vio tanta precaución 430
para descubrir un hombre
su acrisolada pasión?
¡Y aún me calla usted su nombre!
Por fortuna yo lo sé.
DON RODRIGO
¡Lucianita...!
LUCIANA
Y no me pesa.
435
Hombre que con tanta fe
por mi dicha se interesa,
¿quién puede ser sino usté?
DON RODRIGO
Sí, vida mía, humillado
a esas plantas lo confieso. 440

 (Se postra a los pies de LUCIANA.) 

LUCIANA
¡Hola! ¡El galán moderado
a mis pies arrodillado!
¡Tanto orgullo para eso!
DON RODRIGO
(¡Cielos! Todo lo perdí.)
¿Será usted tan inhumana 445
que ahora se burle de mí?
LUCIANA
No, por vida de Luciana...;
pero está usted bien así.
DON RODRIGO
Yo...
LUCIANA
Con franqueza lo digo.
Esto es ser en realidad 450
mi amante.
DON RODRIGO
El cielo es testigo...
LUCIANA
¡Era ya mucha amistad
la del señor don Rodrigo!
DON RODRIGO
¡Ah! mi desventura extrema
en esa risa contemplo. 455
LUCIANA
No extrañe usted que yo tema...
Eso de amar pide flema.
Usted me ha dado el ejemplo.
DON RODRIGO
¡Qué, Luciana! Mi humildad
¿no ha de merecer piedad...? 460
LUCIANA
Esa humildad es mi gloria,
que ya dudaba en verdad
de conseguir la victoria.
DON RODRIGO
¡La victoria! ¿Usted podía
dudar que la dicha mía...? 465
LUCIANA
¿Se cifraba en mi cariño?
Ahora lo veo, y un niño
de la escuela lo vería.
Veo el cordial interés
de un galán fino y constante 470
que ha necesitado un mes
para llamarse mi amante,
para postrarse a mis pies.
Veo en fin el desconsuelo,
veo el afán con que al cielo 475
está pidiendo, no en vano...,
una generosa mano
que le levante del suelo.
 

(Le levanta. DON RODRIGO besa la mano de LUCIANA.)

 
DON RODRIGO
¡Es posible... Oh dulce bien!
Cesó mi duro quebranto. 480
—151→
Ya no temo tu desdén...
LUCIANA
¡Cómo! ¿Besarla también?
No la doy yo para tanto.
Basta; no más. Siento abrir...
Quizá don Torcuato... Adiós. 485
DON RODRIGO
¡Huye usted...!
LUCIANA
¿Pues no he de huir
si ya no puedo sufrir
a ninguno de los dos?


Escena IV

 

DON RODRIGO. DON TORCUATO.

 
DON TORCUATO
¡Oh mi amigo! Yo celebro...
DON RODRIGO
Buenas noches.
DON TORCUATO
Sólo fundo
490
en usted mis esperanzas,
y es para mí buen anuncio...
DON RODRIGO
Permítame usted...
DON TORCUATO
Yo tengo
un carácter algo rudo,
lo confieso, y es mi flaco 495
recelar de todo el mundo;
pero me ha inspirado usted
tal confianza, que no dudo...
DON RODRIGO
No hay motivo...
DON TORCUATO
Usted perdone
si a mi pesar le interrumpo. 500
Usted tiene fortaleza
para arrostrar el impulso
DON RODRIGO
de las pasiones.
No tal.
Mi corazón no es de estuco.
(¡Vaya, que es fisonomista 505
don Torcuato cual ninguno!)
DON TORCUATO
No ama usted a esa belleza
que está abriendo mi sepulcro,
y al mismo tiempo es usted
el mayor amigo suyo. 510
Sé muy bien por otra parte
que mi rival don Saturio,
aunque pariente de usted,
no es quien... ¡Por Dios! Ya concluyo.
No es quien usted considera 515
más digno del dulce nudo
a que aspiramos los dos;
y aunque tampoco me juzgo
acreedor a tanta dicha,
si cuento con el influjo 520
de usted...
DON RODRIGO
Amigo, yo siento...
DON TORCUATO
¡Malo!, ¡malo! Ya barrunto
que está Luciana furiosa
contra mí.
DON RODRIGO
Yo...
DON TORCUATO
¡Qué de insultos,
qué de pestes habrá dicho! 525
Ya se ve, yo soy un búho,
desconfiado, intratable...
Mas no me ciega el orgullo,
sino el amor, y al momento
que le doy algún disgusto 530
me entra un pesar, una... Vamos,
no daré más en el flujo
de ser celoso. Y con esto
¿qué adelanto? Me consumo,
me desespero y me expongo 535
a las sátiras del vulgo.
Yo vengo a pedir su mano.
El momento es oportuno
porque sé que mi rival
no ha de arrebatarme el triunfo. 540
No. Luciana le detesta,
se mofa de él; y presumo
que hará conmigo las paces
si la intercesión que busco
me dispensa don Rodrigo. 545
Por Dios, por Dios trino y uno
hable usted en mi favor
a la hija, al padre...; ¡cuál sudo!,
y a la vieja, pues a tanta
humillación me redujo 550
mi infausto amor. Sea usted
mi luz, mi amparo, mi escudo,
mi ángel tutelar en fin,
porque si en tanto infortunio
me abandona, no hay remedio, 555
me suicido.
DON RODRIGO
¡Hombre!
DON TORCUATO
Lo juro.
DON RODRIGO
¡Qué locura! ¿No es mejor
renunciar...?
DON TORCUATO
No, no renuncio.
Valgo más que el segoviano,
y postergarme no es justo 560
a semejante individuo.
¡No faltaba más!
DON RODRIGO
Abundo
en esa idea. No obstante,
puede que otro...
DON TORCUATO
Me aventuro
a todo. La incertidumbre 565
es el más cruel verdugo
para mí.
DON RODRIGO
(Tú saldrás de ella
antes de veinte minutos.)
Alguien viene... Es don Ciriaco.


Escena V

 

DON CIRIACO. DON RODRIGO. DON TORCUATO.

 
DON CIRIACO
Señores míos, saludo 570
a ustedes.
DON RODRIGO
Felices noches.
DON CIRIACO
¿Vienen ustedes, alguno,
de hacia la plazuela?
DON RODRIGO
¿Yo?
No.
DON TORCUATO
Yo he traído otro rumbo.
DON CIRIACO
¡Ah! pues no saben ustedes 575
el lance... Es cosa de gusto.
—152→
¡Vaya, que la tal plazuela
de Santa Ana...! Allá a lo oscuro,
en un banco, confidente
de pasatiempos nocturnos, 580
estaban dama y galán
tratando de sus asuntos.
Los veo, paso de largo,
y hacia el otro lado cruzo;
pero apenas hube vuelto 585
las espaldas, cuando escucho
voces como de camorra.
Acudo al banco, y un chulo...
así..., del cuerpo de usted...,

 (Palpando a DON RODRIGO y luego a DON TORCUATO.) 

no; más delgado de muslos; 590
gran patilla, malcarado,
vomitaba mil insultos
contra el galán consabido,
que era como usted; enjuto,
pero agraciado; bien puesto, 595
ojos garzos, pelo rubio.
A las primeras palabras
la Lucrecia no se anduvo
en chiquitas; vuelve grupas
y no para hasta el Refugio. 600
Acuden los aguadores,
las pasiegas..., ¡qué barullo!,
los chicos de la candela2,
los vecinos...; todo el mundo.
¡Qué gritar! Nadie se entiende. 605
En esto cejando el uno...
Por ejemplo, usted.

 (Hace retroceder a DON TORCUATO.) 

DON RODRIGO

 (Aparte a DON TORCUATO.) 

¡Cachaza!
DON TORCUATO
¡Por vida de...!
DON RODRIGO

 (Aparte a DON TORCUATO.) 

¡Disimulo!
DON CIRIACO
Y avanzando el otro, llegan
a la fuente. El iracundo 610
recién venido, que es hombre
de alma negra y recios puños,
coge al otro, lo levanta...

 (Intenta levantar en alto a DON TORCUATO.) 

DON TORCUATO

 (Desprendiéndose vivamente.) 

Quieto, quieto. Yo concluyo
la narración... Lo columpia, 615
y entre la risa del vulgo
lo zabulle en el pilón.
Crece entonces el tumulto,
el agresor se escabulle,
el otro, que no es besugo, 620
procura salir del agua
y le ayudan los farrucos;
viene la guardia y lo arrestan
para mayor infortunio;
huye usted por no exponerse 625
a un culatazo importuno,
y entra en su casa: esta es
la historia punto por punto.
DON CIRIACO
Tiene usted razón, amigo;
pero ¿cómo...?, yo me aturdo, 630
cómo ha adivinado usted...
DON TORCUATO
Es que era grande mi apuro.
Si Dios no me hace profeta
ya estaría yo difunto.
DON CIRIACO
Yo... Pero ¿quién entra? ¡Calle! 635
El insigne don Saturio.


Escena VI

 

DON SATURIO. DON CIRIACO. DON RODRIGO. DON TORCUATO.

 
DON CIRIACO
¡Tan pronto! ¡A las nueve y media!
¿Se ha acabado la comedia?
DON SATURIO
Voy a responder más cómodo.

 (Se sienta.) 

Sí, señor, y no, señor. 640
DON CIRIACO
¡Cómo...!
DON SATURIO
El informe es exacto.
Hemos suprimido un acto.
DON CIRIACO
¡Hombre!
DON SATURIO
Ha renunciado al último
el benigno espectador.
DON CIRIACO
¡Singular economía! 645
DON SATURIO
Tanto era el calor que hacía...
DON TORCUATO
Vaya, habrá apestado al público
el drama...
DON SATURIO
Creo que sí.
DON TORCUATO
El hombre no se acalora.
DON RODRIGO
¿Y a quién culparás ahora...? 650
DON SATURIO
Yo echo la culpa a los cómicos...,
y ellos me la echan a mí.
DON CIRIACO
Ya dijiste mil loores
no ha mucho de los actores.
DON SATURIO
Pues bien, habré sido víctima 655
de alguna intriga infernal.
Desde la primera escena,
y por cierto que es muy buena,
sentí levantado el látigo
contra mi drama. ¿Qué tal? 660
Se redobló el aguacero
al fin del acto primero,
y eso que hay allí dos párrafos
que parten el corazón.
Se empieza el acto segundo, 665
y el público furibundo
grita por todos los ángulos:
«¡Basta ya! ¡Caiga el telón!»
Prosigue no obstante el drama,
de nuevo la gente brama, 670
y ¡qué confusión, qué estrépito!
—153→
Otra torre de Babel.
Manda por fin el alcalde
que cese el drama, y en balde
reclamaba yo frenético 675
la promesa del cartel.
Pronto mi afán interpreta
un quídam de la luneta
y exclama: «¡Aquel energúmeno
es el autor! ¡El autor!...» 680
¡Ánimas del purgatorio,
cuál bufaba el auditorio!
Y yo allí firme, impertérrito
en el campo del honor.
No hay quien al pueblo contenga; 685
hablo; no se oye mi arenga;
y entra en mi palco un satélite,
y me hace salir de allí;
obedezco; escondo el bulto;
en medio de aquel tumulto 690
me presta su coche un prójimo
y... No hay más. Ya estoy aquí.
DON CIRIACO
¡Y que a un hombre se persiga
de ese modo!
DON SATURIO

 (Se levanta.) 

Es una intriga;
ya lo he dicho. Siempre al mérito 695
persigue la envidia vil.
DON CIRIACO
Pues véngate de la ofensa
dando tu drama a la prensa...
DON SATURIO
Por supuesto, y con un prólogo
que ha de arder en un candil. 700
DON RODRIGO
Pero, hombre, ¿has de ser tan necio...?
DON SATURIO

 (Sin oírlo.) 

Tranquilo estoy. Los desprecio.
DON RODRIGO
Déjate ya...
DON SATURIO
¡Gente estólida!
Yo apelo al pío lector.
DON TORCUATO
El pueblo fue muy severo. 705
Tal vez el acto tercero...
DON SATURIO
¡Toma! Es un acto magnífico.
DON TORCUATO
¡Oh! ya supongo...
DON SATURIO
El mejor.
DON TORCUATO
Ya se ve, no lo han oído...
DON SATURIO
En vano lo he pretendido. 710
DON TORCUATO
¡Hombre! Una idea bellísima
me ocurre.
DON SATURIO
Sepamos cuál.
DON TORCUATO
Eche usté al drama un remiendo
los tres actos refundiendo
y empezando por el último; 715
y se hace usted inmortal.
DON SATURIO
Pues, mire usted, no estoy lejos...
Mas no he menester consejos.
Ni se ha de abatir mi espíritu
por tan pequeño revés. 720
Basta de literatura
y hablemos de mi futura.
¿Llegó ya el momento plácido,
o he de esperar otro mes...?
DON CIRIACO
No, no. Esta noche es forzoso 725
que elija Luciana esposo.
DON SATURIO
Ya lo eligió. ¡Qué preámbulos!...
DON TORCUATO
Yo la adoro.
DON CIRIACO
Lo sé ya.

 (Llamando.) 

¡Luciana!
DON TORCUATO
Su mano bella...
DON SATURIO
Yo estoy tan seguro de ella, 730
que...
DON CIRIACO
Despacio.
DON TORCUATO
Si me es lícito...
DON CIRIACO
Bien. Un momento... Aquí está.


Escena VII

 

LUCIANA. DON SATURIO. DON CIRIACO. DON RODRIGO. DON TORCUATO. NEMESIA.

 
NEMESIA

 (Aparte a LUCIANA.) 

Señorita, ya ha llegado
el momento decisivo.
Buen ánimo. Aquí estoy yo. 735
DON CIRIACO
Hija mía, ya te he dicho
que esta noche sin más tregua
has de elegir un marido.
Bien te pudiera obligar,
consecuente en mis designios, 740
a casarte con el novio
por tu padre preferido;
mas cede la autoridad
al impulso del cariño,
y algo se ha de conceder 745
de una doncella al capricho.
Aquí están los candidatos:
ambos te son conocidos.
Mira tú cuál de los dos
es de tu mano el más digno, 750
dásela aquí, en mi presencia,
y alabado sea Cristo.
DON TORCUATO
(Temblando estoy. No me mira...
Calla... ¡Gran Dios! Soy perdido.)
Señor...
DON SATURIO
Pido la palabra.
755
Amigo y muy señor mío,
yo debiera protestar
contra un acto que en mi juicio
tiende a anular mis derechos,
justamente establecidos 760
en la palabra formal
que usted me ha dado hace un siglo
de ser mi suegro. No obstante,
como estoy tan convencido
del amor que me profesa 765
Lucianita, la autorizo
para que pronuncie un fallo
en que mi ventura cifro.
Así no dará Madrid
el nombre de donativo 770
a lo que es una conquista;
así el paternal dominio
no ha menester instalarme
—154→
en un corazón que es mío.
NEMESIA
(¡Qué fantasmón! Le daría 775
más bofetadas...)
DON SATURIO
He dicho.
Hable ahora la interesada.
DON CIRIACO
Hable pues.
DON TORCUATO

 (Aparte con DON RODRIGO.) 

Yo desconfío;
yo temo...
DON RODRIGO
(Tampoco yo
las tengo todas conmigo.) 780
LUCIANA
Padre mío, usted me pone
en un cruel compromiso.
Aquí en presencia de todos
declarar...
DON CIRIACO
No hay otro arbitrio.
DON SATURIO
¡Cómo ha de ser! Don Torcuato 785
es un mozo comedido,
juicioso, urbano, prudente;
y puesto que es ya preciso
desengañarle...
DON TORCUATO
¡Oiga usted!
De ningún hombre nacido 790
sufro...
DON CIRIACO
¡Señores! Por Dios...
¿Qué es esto? Un poco de juicio.
Vamos, ¿hablas tú esta noche?
LUCIANA
Sea cual fuere el partido
que yo tome, no es posible 795
que agrade a todos.
Yo exijo...
LUCIANA
No me gusta desairar
a nadie.
DON SATURIO
¡Pues! ¿No lo digo?
DON CIRIACO
Ea, escrúpulos a un lado.
LUCIANA
Padre, es mucho sacrificio 800
el que exige usted de mí,
y yo no me determino...
DON CIRIACO
¿Ahora salimos con eso?
LUCIANA
Mas para evitar litigios
y excusarme a mí el rubor 805
que en vano a vencer me animo,
consiento en dar mis poderes...

 (Mostrando a DON RODRIGO.) 

al señor.
DON CIRIACO
¡Cómo!
DON SATURIO
¡A mi primo!
DON RODRIGO
Yo, señorita.
LUCIANA
Él de todos
es confidente y amigo; 810
él es buen observador
y conocer ha podido
las prendas y los defectos
de los que con tanto ahínco
pretenden mi mano; acaso 815
también habrá conocido
a quién da la preferencia
mi corazón...
DON SATURIO
¡Gran prodigio!
Aunque fuera un topo...
LUCIANA
En fin,
yo en él solo deposito 820
mi confianza, y a su fallo
sin murmurar me resigno.
DON CIRIACO
Dice bien. Un imparcial...
¿Quién mejor que don Rodrigo...?
DON SATURIO
Aprobado. Me conformo. 825
(Se están mirando hito a hito.
Ahora me mira Luciana.
Ahora se ríe. Está visto;
yo venzo.)
DON TORCUATO
(¿Será capaz
de preferir a ese mico...? 830
No, no lo puedo creer.
Pero ¿quién sabe...? Es su primo...)
DON CIRIACO
Don Torcuato, usted ¿qué dice?
¿Yo?... ¿Qué he de decir? Que admito
la proposición. Salgamos 835
cuanto antes del laberinto,
y acabemos, que ya estoy
para dar un estallido.
DON RODRIGO
Comisión muy delicada
es esta, y si bien medito 840
sus consecuencias... Yo creo
que al labio puro y sencillo
de Luciana corresponde...
DON CIRIACO
No, no. Ya está convenido
que usted sea el juez.
DON RODRIGO
Yo siento...
845
LUCIANA
Mire usted que si yo elijo
a todos los dejo iguales.
¿Vacila usted?
DON RODRIGO
No vacilo.
¿Me dan ustedes palabra,
sea cual fuere mi juicio, 850
de atenerse a él?
DON CIRIACO
La doy.
DON SATURIO
La damos.
NEMESIA
Yo la confirmo.
DON RODRIGO
Don Torcuato es un mancebo
por muchos títulos digno
de mi aprecio. Tiene un alma 855
de fuego, y otro más fino,
otro amante más sensible
a los dulces atractivos
de Luciana, ni capaz
de mayores sacrificios 860
quizá no pudiera hallarse
a no buscarlo en los libros.
DON TORCUATO
(¡Oh dicha!)
DON RODRIGO
Pero...
DON TORCUATO
(Ese pero
me asesina.)
DON SATURIO
(Yo me río
de verle tan azorado.) 865
DON CIRIACO
Prosiga usted.
DON RODRIGO
Ya prosigo.
Pero es lástima que tenga
un carácter tan sombrío,
tan suspicaz, tan celoso,
pues con él le vaticino 870
poca fortuna en amores.
¿A quién agrada un marido
—155→
perpetuamente quejoso,
siempre soñando delitos,
atalaya sempiterna 875
y tirano vitalicio,
que vive con su mujer
como en país enemigo?
Nunca el verdadero amor
se cifra en esos delirios, 880
ni la doméstica paz
se halla por ese camino.
Creo pues que Lucianita
lo estima a usted como amigo,
pero...
DON TORCUATO
No diga usted más.
885
¡Infiel! ¡Ingrata!... Maldito
sea mi amor y...
DON SATURIO
(Me mueve
a lástima el pobrecillo.)
DON RODRIGO
Por el extremo contrario
peca Saturio mi primo; 890
y no sé en cuál de los dos
está más patente el vicio.
¿Qué digo? Un hombre celoso,
aun siéndolo sin motivo,
prueba a su mujer al menos 895
que la adora, y el suplicio
a que condenada vive
tal vez logra algún alivio
con el incienso en las aras
de su amor propio ofrecido; 900
mas un marido insolente
que hacer piensa un beneficio
a su mujer si la mira,
y desprecia los peligros,
menos por ser deferente 905
a la virtud y al cariño
de su humillada consorte,
que por no mostrar indicios
de lo que llama flaqueza
su orgullo insensato, indigno, 910
¿puede amarla por ventura,
si sólo se ama a sí mismo?
DON SATURIO
Eso es decir...
DON RODRIGO
Es decir
que no se casa contigo
Luciana.
DON SATURIO
¡Qué! Te chanceas.
915
DON RODRIGO
No tal. Yo...
DON SATURIO
¡Qué desatino!
¿Cuánto va a que ella no dice...?
LUCIANA
Sí, señor, y lo repito.
DON SATURIO
¡Cómo! ¡Qué ultraje! ¡Qué infamia!
¿Es esto juego de niños? 920
¿Después de tantas finezas,
después...? (¿Pero a qué me irrito,
necio de mí, si todo esto
es sin duda un artificio...?
Claro está. Pues; para echar 925
al otro. Sí. Estoy tranquilo.)
DON CIRIACO
¡Vaya, vaya! Estoy absorto.
¿Conque sacamos en limpio
después de tanta parola
que ambos quedan excluidos? 930
Pues, señor mío, no es eso
lo tratado; no. Yo insisto...
DON RODRIGO
Déjeme usted concluir,
don Ciriaco. No imagino
que sea fácil hallar 935
quien merezca tanto hechizo;
mas si entre dos pretendientes
de carácter tan distinto
otro hombre se presentase,
ni celoso, ni engreído, 940
ni en extremo confiado,
ni caviloso y arisco;
si el famoso justo medio
que, siendo hoy día el prurito
de tantos hombres de estado, 945
nunca pueden conseguirlo,
viniera a nuestro socorro;
si en medio de este conflicto
de opiniones encontradas
se ofreciera de improviso... 950
así un tercero en discordia,
que dirimiese el litigio;
si fuera en fin tan dichoso
que ya hubiese merecido
el amor de Lucianita, 955
y si fuera noble y rico
como estos dos caballeros,
¿sería usted tan impío
que le negase obstinado
el premio de sus suspiros? 960
DON CIRIACO
No por cierto.
DON TORCUATO
(¡Qué sospechas...!)
DON SATURIO
(Ya entiendo.)
DON CIRIACO
Estoy decidido
a que se case Luciana
cuánto antes; y voto a Crispo
que sí hoy no presenta un novio, 965
se lo saco del hospicio.
DON RODRIGO
Pues bien; ese justo medio,
sean ustedes testigos,
ese tercero en discordia...
soy yo.
DON CIRIACO
¡Usted!
DON TORCUATO
¡Usted!
DON RODRIGO
Yo mismo.
970
DON CIRIACO
¡Cuánto me alegro! Un abrazo.
Pues si usted me hubiera dicho
con tiempo...

 (A LUCIANA.) 

¿Qué dices tú?
LUCIANA
Que con mucho regocijo
le daré mi mano.
DON CIRIACO
Bien.
975
Sé su esposa.

 (A DON RODRIGO.) 

Sé mi hijo.
 

(DON SATURIO se pasea con aire de satisfacción.)

 
DON TORCUATO

 (Se levanta.) 

¿No puedo, no puedo más?
  —156→  
NEMESIA
(¡Oh! primero que él se largue...)
DON TORCUATO
¡Mujeres, mujeres!... Cargue
con la mejor Satanás. 980
¿Quién fía en vuestra virtud?
Cruel, aleve, proterva,
¿ese pago me reserva
tu bárbara ingratitud?
Reniego de mi pasión. 985
¡Y usted, usted, don Rodrigo,
a quien tuve por amigo,
me usurpa su corazón!
¡Ah!... ¡Sea usted confiado!
Para el tonto que lo fuera. 990
Ni me fiaré siquiera
del padre que me ha engendrado.
¡Adiós! Ya en odio convierto
mi amor, siniestra mujer,
y por no volverte a ver 995
soy capaz de irme a un desierto.
Bella ocasión de mi mal
que en matarme te complaces,
sólo siento que te enlaces
con un hombre racional; 1000
y que en premio de un perjurio
tan inicuo y espantoso
Dios no te dé por esposo
al cafre de don Saturio.


Escena VIII

 

LUCIANA. DON CIRIACO. DON SATURIO. DON RODRIGO. NEMESIA.

 
DON SATURIO
¡Bah! desahogo impotente 1005
de su rabia. Le perdono,
que no merece mi encono
por caído y por demente.
Conque vamos, yo supongo
que todo ha sido una chanza... 1010
NEMESIA
(¡Oh qué bestial confianza!)
DON SATURIO
¡Eh!... Yo en tu lugar me pongo.
¿Cómo libertarnos de él
sin esa farsa...? ¡Si digo
que las mujeres...! Rodrigo, 1015
has hecho bien tu papel.
DON RODRIGO
¿Qué papel? Nada he fingido.
DON SATURIO
Basta. Ya es mucho moler...
DON RODRIGO
Lucianita es mi mujer.
LUCIANA
Don Rodrigo es mi marido. 1020
DON CIRIACO
Y ya no hay apelación.
DON SATURIO
¿No? Pues como soy cristiano...
DON RODRIGO
Y ahora va a darme la mano...
LUCIANA
La mano y el corazón.

 (Danse las manos.) 

DON SATURIO
¿De veras?
NEMESIA
Sí. (¡Vaya un chasco...!)
1025
Yo les doy mi parabién.
DON SATURIO
No me opongo... ¡Bravo! ¡Amén!
(¡Allí fiasco y aquí fiasco!...)

 (Se queda pensativo.) 

NEMESIA
Ahora para celebrar
elección tan acertada 1030
nos espera una ponchada
que he mandado preparar.
DON SATURIO

 (Con sonrisa forzada.) 

¿Ponchada? ¡Bien! Es muy justo...
DON RODRIGO
Vamos, no estés afligido.
Yo siento...
DON SATURIO
No. Distraído...
1035
DON CIRIACO
Ven, hombre.
DON SATURIO
Con mucho gusto.
NEMESIA
¡Victoria por don Rodrigo!
DON RODRIGO

 (Dirigiéndose al gabinete con LUCIANA y DON CIRIACO.) 

¡Mi bien!...
LUCIANA
¡Mi amor!...
DON SATURIO

 (En voz baja a NEMESIA.) 

Todavía
no han ido a la vicaría.
Aún se ha de casar conmigo. 1040