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21

Cito de Canavaggio, Cervantes cit, p. 260.

 

22

Casalduero, ob. cit., p. 21.

 

23

Jesús González Maestro, La escena imaginaria. Poética del teatro de Miguel de Cervantes, Madrid-Frankfurt am Main, Iberoamericana-Vervuert, 2000, respectivamente pp. 279 y 269.

 

24

John E. Varey, «El teatro en la época de Cervantes», en Lecciones cervantinas, ed. de Aurora Egido, Zaragoza, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, 1985, p. 23. A dicho propósito véase también, Pedro Ruiz Pérez, «Dramaturgia, teatralidad y sentido en La casa de los celos», en Actas del II Coloquio Internacional de la Asociación de Cervantistas (Alcalá, 6-9 de noviembre de 1989), Barcelona, Anthropos, 1991, p. 659: «Las utopías caballerescas y el espacio arcádico -o, más bien, su disolución- son los que se levantan sobre el tablado teatral de La casa de los celos, pero no fundidos en una única línea argumental al modo lopesco, sino en una dialéctica distribución entre las tres jornadas de la pieza. Universos incompatibles -temática, argumental y estilísticamente-, Cervantes los confronta entre sí, situando el mundo de los héroes caballerescos en la primera jornada y el de los pastores en la segunda, encontrándose ambos en la tercera en una breve escena, no exenta de compleja e iluminadora significación. Tal ruptura de la unidad de acción es, naturalmente, incompatible con el "arte nuevo" de Lope, pero es justamente lo que distingue el teatro de Cervantes».

 

25

Comedias y entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra, Madrid, 1749.

 

26

Menéndez Pelayo, ob. cit., p. 342. Al respecto comenta Stanislav Zimic, «Cervantes frente a Lope y a la Comedia nueva (Observaciones sobre "La entretenida")», Anales Cervantinos, XV, 1976, p. 30, nota 31: «En el siglo XVII, a Nasarre le resultaban las comedias cervantinas tan malas que llegó a considerarlas sencillamente como ineficaces parodias de las debilidades del teatro de Lope. Esta idea es absurda, por supuesto, pero debemos reconocer al erudito el haber vislumbrado una faceta de Cervantes dramaturgo, aunque no la apreció en su debido y limitado contexto».

 

27

Sobre la cuestión, véase Ibidem, pp. 19-119.

 

28

Juan Bautista Avalle-Arce, «On La entretenida of Cervantes», Modern Language Notes, LXXIV, 1959, p. 419.

 

29

Zimic, «Cervantes frente a Lope» cit., p. 28.

 

30

Cito de González Maestro, ob. cit., p. 291, nota 18. Sobre La casa de los celos, el propio González Maestro ofrece un juicio igualmente superficial y habla de: «la disolución de un doble modelo ideal -originariamente renacentista, referido al mito de las literaturas caballeresca y pastoril», es decir, «de las utopías y los preceptos renacentistas» (Ibidem), y lo mismo se puede decir de Ruiz Pérez, «Dramaturgia, teatralidad y sentido» cit., p. 670: «El contraste entre el ideal y la realidad se articula en la comedia en forma paródica, pues los ideales corresponden a los formulados por la literatura renacentista. A partir de estos procedimientos imitativos de inversión que supone la parodia literaria cervantina, La casa de los celos pone en cuestión no sólo los ideales renacentistas representados por la caballeresca y la bucólica, sino también las propias realizaciones literarias que les dieron forma».

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