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NÚMERO I

Estado que manifiesta los buques de guerra que se hallaron en la expedición de Argel, con expresión de sus comandantes, cañones, tripulación y tropas de mar que llevaron.- (Véase tomo II.)




NÚMERO 2

Orden. Bahía de Argel a 1.º de julio. Los generales darán a reconocer en los cuerpos de su mando a los siguientes, etc. - Esta orden está conforme, salvo algunas pequeñas diferencias, al estado número 18 (B) ya publicado, (tomo II, nota X).




NÚMERO 3

Orden en que deve navegar el comboy cuyos patrones conservan precisamente el lugar donde se halla el número que tienen fixado en su popa. Por exemplo, la saetia Santo Cristo, que tiene en su popa el número 16, deverá ir en el lugar marcado en este plano con el número. 16...



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NÚMERO 4

Estado del exército por brigadas. -Conforme al estado número 18 (B) Publicado, tomo II, nota X.




NÚMERO 5

Plano que demuestra el campamento que se formó para la expedición de Argel, con las medidas correspondientes, explicadas por números que significan varas o pasos grandes...




NÚMERO 6

Plano que manifiesta el campamento de dos batallones del centro de la primera línea del orden de batalla, propuesto para la expedición de Argel, con el del cuartel general y el parque de artillería, en el concepto de ser la formación en batalla a 6 de fondo...




NÚMERO 7

El General hace especial encargo a todos los gefes que le representen inmediatamente qualquiera buena acción de los individuos que sirvieren bajo su mando, para que solicite de la piedad del Rey el premio a que fuese acreedor, y del mismo modo para que pongan luego en arresto al individuo que cometiere qualquiera grave falta, o que se atreviese a proferir especie alguna perjudicial, dándole inmediatamente cuenta para las demás providencias que convengan, porque es la voluntad expresa del Rey que no quede acción buena sin premio, ni mala sin castigo.

El honor del mismo exército y de cada cuerpo particular exige que se proceda con el malor rigor contra qual quiera que tuviese negligencia en su puesto, o omisión en mantener su formación en las acciones de guerra, que no cumpla puntualmente las órdenes de sus superiores y que no acredite constancia y valor en todas las ocasiones.

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La vigilancia evita las sorpresas del ánimo y mantiene a la tropa en aquella unión y orden que necesita para resistir de día y noche qualquiera ataque del enemigo. Esta se asegurará cuidando en aquellas circunstancias en que puede ser atacada que la mitad esté despierta e inmediata a las armas, y la otra mitad descansando al pie de las suyas. Con esta disposición, a la voz del gefe se hallará la tropa formada sobre las armas.

Contra los Moros nunca deve disparar la primera fila, y sí reservar su fuego hasta que la punta de la bayoneta llegue a tocar el pecho del cavallo o del Moro; la segunda y tercera fila harán un fuego graneado sin tropelia. Apuntará cada individuo con el mayor cuidado para no errar el tiro, y los gefes harán cesar el fuego siempre que reconozcan ser fructuoso el efecto que produce, por la sobrada distancia a que se halla el enemigo. Esto evitará el inútil consumo de municiones, conservará el armamento y hará nuestro fuego mas temible a los contrarios.

Los Moros acostumbran con frequencia fingir unos ataques violentos, y a la menor resistencia retirarse en desorden para atraer a sus contrarios a alguna emboscada que suelen dejar preparada en los barrancos inmediatos o a cuvierto de alguna altura o bosque. Se impondrá a toda la tropa este ardid para que no se dexe sorprender.

Siempre que una tropa tenga fundado recelo de que pueda el enemigo rodearla, doblará su fondo, y verifican dose el ataque, aunque sea por vanguardia, retaguardia y costados, hará con la maior constancia y seriedad sus fuegos, asegurada de que con esta defensa serán infructuosos quantos esfuerzos pueda hacer el enemigo contra una tropa que se halla en tan ventajosa formación, conoce su fuerza, y está resuelta a no ceder a una desordenada i de vil multitud.

Ningún soldado durante las acciones de guerra podrá, se pena de la vida, separarse de su. tropa, sea para llevar   —190→   heridos o con otro qualquier pretexto, arreglándose en esto a lo que previenen los arts. 14 y 15, tit. XVII, trat. 7.º de las Reales Ordenatizas, que los señores oficiales leerán con frequencia a sus compañías.

Se enterará a la tropa que la victoria sólo se consigue con su unión, constancia y obediencia; que el ardor desordenado es arriesgadísimo y que será severamente castigado qualquiera que rompiese su formación, aunque sea con el honroso motibo de pelear el primero.

También enterarán los oficiales a sus respectivos soldados de que los enemigos contra quienes van a combatir son tan temibles para la tropa que se desordena por inconsideración y cobardia, como despreciables para la que conserba su- formación y hace su fuego con arreglo.

En caso de darse asalto a alguna plaza enemiga, el General que mandare, los gefes de los cuerpos y cada oficial en la parte que le toca, serán responsables de que ningún soldado se separe de su formación sin expresa licencia del General o comandante de aquella tropa. El que faltare a esta obligación, que se intimará por bando, tendrá pena de muerte, y a todos los oficiales de las compañías se sus penderán de sus empleos. La menor negligencia en este asunto podría causar la pérdida de la misma tropa, y aun quando no huviese tan justo y grave motivo para imponer esta pena, sería indigno de vivir entre los honrados compañeros el que, llevado de su codicia o covardia, los abandonase en los peligros.

El General no permitirá que a la tropa se le prive de lo que la pueda pertenecer (en caso de asalto) por el saqueo, y remunerará ademas la obediencia con que se porten y las buenas acciones de cada uno.

El oficial comandante que fuere en cada lancha o bote con tropa de desembarco, por ningún motivo permitirá en esta ni en la marinería, quando no vaya oficial de marina, voces ni gritería. Estarán todos con sumo silencio   —191→   para oir mejor y executar prontísimamente quanto se les mande.

La tropa para el desembarco llevará prevenidas las botas o garrafas que tienen con dos tercios de agua y uno de vino, y si alguno prefiriese el vinagre al vino, se le subministrará.

Cada soldado de los destinados al desembarco llevará tres buenas piedras, sus cartucheras llenas de cartuchos, y en sus faltriqueras seis pequeños paquetes atados, que sean de diez cartuchos cada uno. Llebará asimismo dos galletas, y en las embarcaciones de transporte se harán todos los ranchos para que, después de rechazado el enemigo y bien apostada la tropa, pueda esta alimentarse.

Desde el instante del desembarco ningún soldado saldrá del campamento de su batallón, donde se le abastecerá de todo lo necesario.

Los prisioneros serán tratados con humanidad. Sería impropio de la generosidad de la nación usar de crueldad con los rendidos, y la experiencia de este buen tracto podrá producir efectos favorables a la buena causa, además que nunca debemos limitar a los barbaros en sus vicios y crueldades.

Si llegase a nuestros puestos abanzados alguno de los cautivos christianos que tienen los Moros, se les recivirá bien y remitirá inmediatamente al General que mandare la tropa mas cercana. Este prevendrá al cautivo y a quien le fuere conduciendo que no hable con persona alguna hasta que se presente al General del exército.

Si se presentasen algunos moros con señas de paz, se les admitirán y conducirán inmediatamente al oficial comandante de la división para que este obre, segun las órdenes con que se alle. Estos moros se tratarán con agrado, y no se permitirá que persona alguna les haga agravio ni diga palabras que puedan ofenderles.

Si el número de moros fuese considerable, se admitirá   —192→   únicamente y con la maior precaución a dos o tres de los que hagan caveza, y se estará con grande vigilancia sobre las armas para evitar un engaño de su parte, de que su barbarie les constituye capaces.

Si se llegase a prender alguna muger de los enemigos, el gefe de nuestra tropa la pondrá inmediatamente con separación y segura custodia, a fin de precaber qualquier violencia o abuso. La religión y honor de la misma tropa exigen sumo cuidado en evitar todo desorden.

El celo, amor y gratitud con que todos devemos servir al Rey, nos hará llevar con mucha satisfacción quantas incomodidades y fatigas puedan ser conducentes al logro de estos obgetos, y está cierto el General que no hay sol dado en la expedición que viese sin indignación qualquiera especie que pudiera manifestar timidez o disgusto.

Es mui conveniente que cada soldado esté bien persuadido a que esta guerra es justa y necesaria a la monarquía; que va a defender la religión, la libertad de sus conciudadanos, los justos derechos del Rey y la gloria de sus armas; que si son vencidos, no tendrán límites los tormentos de un enemigo cruel, injusto y bárbaro; pero que victoriosos, será mucha la gloria que resulte a todos y grandes las liberalidades del Rey a los que se distingan por su valor y conducta.




NÚMERO 8

Los generales, gefes de cuerpo, oficiales y tropa empleados en la expedición de mi mando cumplirán exactamente las órdenes siguientes en la parte que toca a cada uno.

El buen éxito de todas las empresas militares depende de la acertada dirección del gefe principal, de la exactitud con que sus subordinados obedecen y cumplen sus órdenes, del celo y oportunidad con que providencian por si en los casos executivos y del valor y vigilancia de la tropa. Se atenderá a los expresados objetos con el mayor cuidado,   —193→   teniendo presente que la menor negligencia en, qualquiera de ellos expondría el exército a las mayores desgracias.

Es invencible un exército, por pequeño que sea, quando los oficiales y la tropa tienen confianza en su gefe, quando la obediencia une, dirige y conduce a todos a un mismo fin del servicio y que cada individuo con constante ánimo se resuelve a vencer. Las grandes acciones que celebran las historias no tuvieron otros principios y los mismos harán ahora gloriosas las armas del Rey y acreditarán a la posteridad que en servicio de su soberano y de su patria no tiene límites el valor y constancia del exército español.

Todos los gefes harán conocerá su tropa las ventajas que tiene sobre el enemigo, le inspirarán confianza en su disciplina y buen orden y seguridad de la victoria, me diante su valor, unión y las disposiciones de su general.

Ningún gefe debe turbarse en qualquiera de los acasos que pueden sucederle, tomará siempre el partido correspondiente a su situación, teniendo presenteque no hay per dida que iguale a la del honor, que con los Moros no se puede capitular jamás, y que el más pequeño número de hombres resueltos a defenderse gloriosamente se hace temible a qualquier enemigo y se conserva en estado de aprovecharse de aquellas favorables casualidades que en la guerra suele proporcionar la fortuna.

Si alguno ha creido que una multitud desordenada, que carece de la fuerza y solidez que dan los verdaderos principios de la profesión, puede con su número suplir estos defectos y vencer al más pequeño exército que tenga orden y buenos gefes, se desengañará reflexionando los grandes efectos de la disciplina en estos últimos tiempos.

Carlos XII con un exército, tan pequeño por su número como respetable por su valor que supo inspirar a sus soldados, derrotó grandes exércitos de Rusos mandados   —194→   por su rey Pedro el Grande, pero que carecían todavía de la constancia que dan el orden y la disciplina. Estos mismos Rusos, ya disciplinados, batieron y atropellaron en la batalla de Raúl con sólo 17.000 hombres a 100.000 Turcos atrincherados ventajosamente y despreciaron la gritería y multitud de 20.000 Tártaros que en el mismo ataque se presentaron a su retaguardia. Catorce mil Rusos precisaron a otro numeroso exército a hacer una paz ignominiosa e irreparable para la Puerta Otomana, y un corto numero de Turcos, sin embargo de ser defectuosa su disciplina, tiene actualmente subyugada una inmensa multitud de Moros. Tanta es la ignorancia y debilidad de estos barbaros.

Es la voluntad del Rey que se premien todas las acciones distinguidas y se castiguen las malas. El honor del mismo exército y cada cuerpo en parlicular exije que se proceda con el mayor rigor contra qualquiera que tuviese negligencia en su puesto o omisión en mantener bien ordenada su tropa en las acciones de guerra, que no cumpla puntualmente las órdenes de sus superiores y que no acredite constancia y valor en todas ocasiones.

Hago especial encargo a los generales y gefes de los cuerpos que me representen inmediatamente qualquiera buena acción de los individuos que sirvieren bajo su mando, para que solicite de la piedad del Rey el premio a que fuere acreedor, y les hago igual encargo para que pongan luego en arresto al individuo que cometiere qualquiera grave falta o que se atreviere a proferir especie alguna perjudicial, dándome inmediatamente cuenta para las providencias que convengan.

El valor, que de todas las calidades es la primera en la guerra, nunca autoriza a ningún gefe particular para llevar la tropa que manda un punto mas allá de lo que está prevenido por el General en gefe. Este desacierto fue la principal derrota de nuestras tropas en Oran en el año   —195→   de 1732, y como son tantos los exemplares de las fatales resultas que produxo este mal dirigido ardor, omito el repetirlos y me ciño a hacer el más estrecho encargo a todos los oficiales generales y gefes de cuerpos para que por ningún motivo cometan semejante error. El General en gefe forma su plan, fixa en él los límites a que deve llegar cada tropa, y qualquiera exceso en esta parte podría precisar a una variación general de las disposiciones que en muchas circunstancias sería arriesgadísima.

La vigilancia evita las sorpresas del ánimo y mantiene la tropa en aquella unión y orden que necesita para resistir de día y noche a qualquier ataque del enemigo. Esta se asegurará, cuidando en aquellas circunstancias en que pueda ser atacada que la mitad de la tropa esté despierta e inmediata a sus armas en su formación, y la otra mitad descansando al pie de las suyas. Con esta disposición, a la voz del gefe, se hallará la tropa formada sobre las armas.

Los Moros con su número, gritería, desorden y la rapidez con que se presentan a un mismo tiempo en muchas partes, intimidan a los que carecen de práctica de guerra y de gefes que sepan instruirlos. Suelen ocupar una grande extensión de terreno, repartiéndose en pequeños pelotones sobre las alturas para dirijir desde este círculo extendido su puntería a la tropa formada, y como tienen mayor objeto a que tirar, como la distancia a que se ponen de la tropa veterana hace mas inciertos los tiros de esta y ellos cargan sus fusiles largos con valas ajustadas y mucha pólvora, han logrado en varias ocasiones herir a su salvo mucha tropa. También les ha proporcionado favorables sucesos la intrepidez del ataque de algunos pelotones suyos; pero toda su temeridad y sus ardides serán muy despreciables teniendo presente lo siguiente:

Cada batallón elegirá quarenta hombres que sean buenos tiradores y destinará para su mando dos oficiales y dos sargentos a satisfación de cada gefe de cuerpo. En   —196→   los expresados casos u otros de igual naturaleza los gefes harán marchar al frente de los referidos quarenta hombres. Estos, sin exponerse jamas a ser cortados formarán en una línea o en pequeños pelotones, segun convenga a la situación del terreno, y desde allí harán fuego al enemigo, procurando no desperdiciar tiro. Los cajones de batallones y demás artillería que estuviere en batería alejarán a los enemigos, tirándoles a bala o a metralla, según su distancia; pero nunca sin probabilidad de escarmentarlos: lo contrario haría despreciarles el fuego de nuestra artillería, que sería un grande mal.

Contra los Moros nunca deve tirar la 1.ª fila, y si reservar su fuego hasta que la punta de la bayoneta llegue a tocar el pecho del infante o del cavallo. La 2.ª y 3.ª fila harán un fuego graneado apuntando cada individuo con el mayor cuidado para no errar tiro, y cada gefe hará cesar este fuego siempre que reconozca ser poco el efecto que produce por la sobrada distancia a que se halla del enemigo. Esto evitará el inútil consumo de municiones y hará nuestro fuego mas temible a los contrarios.

Los Moros, acostumbrados con frequencia a fingir unos ataques violentos, y a la menor resistencia retirarse en desorden para atraer a sus contrarios a alguna emboscada que suelen dejar preparada en los barrancos inmediatos o a cubierto de alguna altura o bosque, se impondrá a toda la tropa de este ardiz para que no se deje sorprender.

Siempre que una tropa tenga fundado recelo de que pueda el enemigo rodearla, doblará su fondo, y verificando se el ataque, aunque sea por vanguardia, retaguardia y costados, hará con la mayor constancia y serenidad sus fuegos, asegurada de que con esta defensa serán infructuosos quantos esfuerzos pueda hacer el enemigo contra una tropa que se halla en tan ventajosa formación, conoce su fuerza y está resucita a no ceder a una desordenada y débil multitud.

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El quadro es entre todas las formaciones la peor contra los Moros, da mayor objeto para el fuego que hace su gente esparcida, y penetrando en el los enemigos (como es fácil suceda) con algún corto número de cavallería que se dispara con ceguedad, es segura la confusión y derrota del quadro, por no poder la tropa de él usar de su fuego sin matarse unos a otros, que de todas las desgracias que pueden acaecer en la guerra es la que hace vacilar mas la constancia del soldado. Este peligro se evitará siempre uniendo la tropa a seis de fondo.

Si en alguno de aquellos rapidos y violentos. ataques que hace alguna porción de Moros para grangear reputación entre los suyos, llegase el caso de apoderarse de alguna artillería, la tropa destinada a su custodia ni la que esté inmediata no desliará su formación para defenderla ni destacará para esto tropa alguna que pueda perderse. En estos casos y los de igual naturaleza se mantendrá la tropa en su formación con unión y firmeza para rechazar al enemigo con su fuego que hará en la forma ya prevenida.

La naturaleza de esta expedición proporciona a nuestra cavallería la gran ventaja de no llevar grupa alguna en las acciones de guerra, y aun para su mayor soltura y ligereza, podrá la tropa ir en chupa en las más de las ocasiones. Con esto, alimentar bien los cavallos, enterar a la tropa de los ardides de los Moros y su poca constancia en los empeños quando hallan resistencia, una pequeña porción de nuestra cavallería vencerá a la de los Moros, aunque muy superior en número.

Nunca se empeñará nuestra cavallería contra la de los Moros sin ir sostenida con partidas de infanteria. Estas se apostarán en el terreno mas ventajoso, y en caso de retirarse la cavallería y seguirla la de los enemigos, cubrirá la infantería sus costados y se colocarán en los intervalos de los esquadrones las partidas que se habrán nombrado con anticipación para este efecto.

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El fuego graneado que hará esta infantería rechazará presto al enemigo y nuestra cavallería podrá entonces cargarla muy a su salvo, pero sin alejarse.

Siempre que se mandare a nuestra cavallería atacar a la infantería contraria lo hará con la mayor intrepidez, destacando siempre partidillas para coger el flanco y retaguardia. El general que ordenase este ataque adelantará alguna infantería para sostener su cavallería y tomará las providencias convenientes para que durante el ataque de los Moros no pueda rodear la nuestra.

Es importantísimo, y particularmente a los principios, el no empeñar acción alguna sin la posible seguridad de sernos el éxito favorable. La menor ventaja o pérdida suele alentar o abatir a los contrarios, que es objeto de mucha consideración.

Ningún soldado durante las acciones de guerra podrá, so pena de la vida, separarse de su tropa ni aun después, sin licencia expresa de su general o comandante en gefe, sea para llevar heridos o con otro qualquier pretexto.

En caso de darse el asalto a alguna plaza enemiga, el general que mandare, los gefes de los cuerpos y cada oficial en la parte que le toca serán responsables de que ningún soldado se separe de su formación, sin expresa licencia del general o comandante de aquella tropa. El que faltare a esta obligación que se intimará por vando, tendrá pena de muerte, y a todos los oficiales de la compañía se suspenderá de sus empleos. La menor negligencia en este asunto podría causar la pérdida de la misma tropa, y aun quando no hubiera tan justo y grave motivo para imponer esta pena, sería indigno de vivir entre sus honrados compañeros el que llevado de la codicia o cobardía los abandonase en los peligros.

Sobre el desembarco.

Aunque se estenderán separadamente las órdenes para   —199→   el desembarco de la tropa, arregladas a la situación del terreno y al número y disposiciones del enemigo, he tenido por conveniente hacer ahora las siguientes prevenciones generales que servirán para todos los casos en que se hubiere de hacer desembarco de tropa en país enemigo.

Queda la tropa embarcada por compañías, separada la de granaderos, y todos con la posible unión, a fin de que sus respectivos oficiales pongan cuidado en la navegación, tenerlas prontas para el desembarco quando se ordenare y conducirlas a tierra en estado de rechazar al enemigo.

En las embarcaciones se tendrán las armas en disposición de poderlas sacar con prontitud, irán colocadas de modo que no puedan padecer en la navegación, y los soldados tendrán asimismo a mano sus cartucheras.

El oficial comandante que fuere en cada lancha o bote con tropa de desembarco por ningún motivo permitirá en ésta ni en la marineria voces ni gritería. Estarán todos con sumo silencio para oír mejor y executar prontísima mente quanto se les ordenare, y si algún oficial faltare al cumplimiento de esta importante orden, se le hará el cargo que corresponda.

La tropa para el desembarco llevará llenas las pequeñas botas que tiene cada soldado, poniendo dos tercios de agua y uno de vino, y si alguno prefiriere vinagre al vino se le subministrará.

Cada soldado de los destinados al desembarco llevará tres buenas piedras, sus cartucheras llenas de cartuchos y en sus faltriqueras seis pequefios paquetes que sean de diez cartuchos cada uno. Llevará asimismo dos galletas, y en las embarcaciones de transporte se harán todos los ranchos, para que después de rechazado el enemigo y bien apostada la tropa, pueda esta alimentarse.

Desde el instante del desembarco ningún oficial ni soldado saldrá del campamento de su propio batallón. Los gefes de los cuerpos pedirán al general que les mande los   —200→   auxilios que necesitaren, quedando a mi cuidado el dar las providencias mas conducentes a que nada les falte.

Para hacer los ranchos se dexarán los soldados mas nuevos o algún convaleciente, si le hubiese en las compañías, cuidando los gefes atentamente de que con motivo de guardar equipage u otro pretexto no se deje soldado alguno, a excepción de los rancheros que sean indispensables.

Con la tropa del primer desembarco irá el número de trabajadores que prevendrá; cada uno llevará un saco vacío para llenarlo de arena o tierra, un cavallo de frisa, un útil de gastador para fortificarse, su cartuchera, fusil y bayoneta. Todos estos trabajadores se unirán inmediatamente en la playa a las órdenes del ingeniero que se destinase para estos trabajos, quien tendrá tres o quatro subalternos para ayudarle.

Los trabajadores quedan repartidos en cinco compañías de a cien hombres, mandada cada una por dos oficiales y dos sargentos, que serán siempre responsables de su desempeño.

Para los trabajos extraordinarios que hicieren estos mismos trabajadores y la tropa o marinería que se empleare en este servicio, señalará el general un diario o gratificación correspondiente a la calidad del trabajo y al esmero con que lo desempeñaren.

Se llevarán 200 carpinteros repartidos en quatro divisiones de a 50 hombres cada una; cada división de estos tendrá un capataz y un segundo para ayudarle y suplir su falta en caso de enfermedad u otro accidente.

Todo general o comandante en gefe de una tropa reconocerá inmediatamente el terreno de su frente y los caminos por donde pueden venir a él los enemigos y dispondrá prontamente las defensas que pueda. Si hubiere árboles, los hará cortar y uniradonde convenga, sembrará de abrojos el terreno en que pueda formar la cavallería enemiga   —201→   y que estubiere en el alcance del fusil, deshará los caminos en la mejor forma que le sea posible, si hubiere algunas caserías inmediatas al campo las hará ocupar y dispondrá todo lo conducente a la seguridad de su tropa en ellas; pero evitará cuidadosamente el ocupar casa ni puesto alguno distante que pueda empeñar al exército en su defensa o que exponga a perderse la tropa que lo guarnece.

Los prisioneros serán tratados con humanidad. Sería impropio de la generosidad de la nación el usar de crueldad con los rendidos, y la experiencia de este buen trato podrá producir efectos favorables a la buena causa, a mas de que nunca debemos imitar a los bárbaros en sus vicios ni crueldades.

Siempre que se hicieren algunos prisioneros, se dará inmediatamente parte al general en gefe, y solamente podrá interrogarlos y a solas el general o comandante que mandare en aquel parage.

Si llegare a nuestros puestos abanzados alguno de los cautivos cristianos que tienen los Moros, se les recivirá bien y remitirá inmediatamente al General que mandare la tropa mas inmediata. Este prevendrá al cautivo y a quien le fuere conduciendo que no hable con persona alguna hasta que se presente al General del exército.

Si se aprendiere alguna muger de los enemigos, el gefe de nuestra tropa la pondrá inmediatamente con separación y segura custodia, a fin de precaver qualquiera violencia o abuso. La religión y el honor de la misma tropa exijen sumo cuidado en evitar todo desorden.

Los generales pondrán especial cuidado en la limpieza de su campo, que la tropa esté bien alimentada y puntualmente asistida de quanto necesite, sin omitir precaución alguna conducente a su seguridad y saluz. Habrá en dos o tres parages, que se indicarán a los generales, cirujanos y todo lo necesario para la primera curación de los heridos y yo pondré particular atención en que se cuiden con el esmero   —202→   que merecen los que vierten gloriosamente su sangre en servicio de su Rey.

Sobre la orden diaria y mando de los generales.

Para enterar diariamente a los generales de mis intenciones, tratar con ellos de las operaciones del exército y asegurar el acierto en todas, acudirán al parage y hora que yo les indicare para la orden, y únicamente llevarán consigo a sus ayudantes, sin que ningún oficial de qualquiera graduación que fuese pueda separarse de su batallón sin licencia expresa del General del exército.

A la hora de la orden entregará cada oficial general al gefe del exército un papel que explique las novedades ocurridas durante las veinte y quatro horas en los cuerpos de su mando y otro que manifieste lo ocurrido con el enemigo y observaciones que haya hecho. Fuera desta hora de la orden, los oficiales generales solo darán parte por escrito o por sus ayudantes al General del exército de aquellas ocurrencias extraordinarias que merezcan su atención. Quando los oficiales generales vengan a la orden llamarán al brigadier rnas antiguo que debe substituirles en sus respectivos mandos y le harán todas las prevenciones conducentes a su desempeño.

Recivida la orden por los generales, se restituirán a su destino, llamarán a todos los brigadieres, coroneles o comandantes de cuerpos, les darán el santo y harán aquellas prevenciones generales que comprehendan a todos, y para los asuntos peculiares de cada cuerpo tratarán a solas con el brigadier y gefe de él. Con este método será prontísima la comunicación de las órdenes, no habrá equivocaciones, se guardará mejor el secreto, cada individuo solo sabrá de las disposiciones la parte que le toca, los oficiales estarán siempre en el campo para emprender contra el enemigo lo que convenga, o resistir a sus ataques, y los oficiales generales, perfectamente instruídos de las intenciones   —203→   del gefe del exército tomarán con más acierto las providencias para cumplirlas.

El celo, amor y gratitud con que todos devemos servir al Rey y promover su gloria nos hará llevar con mucha satisfación quantas incomodidades y fatigas puedan ser conducentes al logro destos objetos; y estoy cierto que no hay soldado en la expedición que no oyese sin indignación qual quiera especie que pudiera manifestar timidez o disgusto.

Es muy conveniente que cada soldado esté bien persuadido a que esta guerra es justa y necesaria a la monarquía, que va a defender la religión, la libertad de sus conciudadanos, los justos derechos del Rey y la gloria de sus armas, que, vencidos, no tendrían límites los tormentos de un enemigo cruel, injusto y bárbaro; pero que victoriosos, será mucha la gloria que resulte a todos y grandes las liberalidades del Rey a los que se distingan por su valir y conducta.

Cartagena, 25 de mayo de 1775.- El Conde de O'Reylli.




NÚMERO 9

Orden dada a las tropas el 24 de junio en la playa de la plaza de la Asuguia.

El oficial que se halle mandando la tropa embarcada en qualquier buque de comercio observará puntualmente las órdenes siguientes:

1.º Mantendrá siempre una guardia, y si hubiere tres oficiales, habrá uno de guardia el que se relevará de 4 en 4 oras. Cada guardia mantendrá una o dos centinelas, y si el númeroç de tropa embarcada lo permitiere, con especial orden para avisar si los buques de guerra tirasen algún cañonazo o pusiesen alguna vandera o señal, y si, según previene la instrucción dada por el comandante general de marina, vigilara el oficial comandante de la tropa que el patrón o capitán de la embarcación execute puntualmente   —204→   lo que corresponde, y si viere resistencia u omisión que no pudiere remediar por sí, acudirá a la mas inmediata embarcación del Rey.

2.º Si hubiere poca tropa en la embarcación, proporcionará la guardia a su número; pero nunca dejará de haberla con su centinela, y el comandante cuidará por sí mismo que la guardia esté con la mayor vigilancia.

3.º Cada comandante se enterará bien de las señales dadas en la instrucción del comandante general de marina para vigilar su cumplimiento, sin permitir que los capitanes o patronos, por su desidia u omisión, falten a lo más mínimo a su desempeño.

4.º La unión del comboy es el objeto de mayor consideración para el félix éxito de la expedición; cada comandante estrechará al capitán o patrón de su buque para que no se quede atrás y mantenga su lugar, y para el logro de esto es preciso que la guardia esté vigilante de día y de noche, y que cada oficial, y aun la tropa, conozca la importancia, y que el mismo comandante no omita prevención ni cuidado en lo que tanto interesa al servicio del Rey.

5.º Si para las maniobras que ocurran en las embarcaciones de transporte pudiere ayudar la tropa, lo harán para que sean mas pronta y no sirva de pretexto a los patrones para dilatarlas el tener poca gente.

6.º Quando se haga la señal de ponerse a la vela del actual surgidero, el comandante hará trabajar la marinería y tropa con la mayor eficacia para que salgan a la mar con la brebedad posible, y lo mismo practicarán en el caso que fuere preciso arribar a otro parage.

7.º En el actual surgidero no permitirán los señores comandantes que soldado ni aun ofizial alguno desembarque, a fin de que todos estén promptos para hacerse a la vela en el caso de hacerse la señal.

8.º Si algún temporal separase alguna embarcación del   —205→   comboy, el comandante de ella no permitirá que persona alguna baxe a tierra, y sólo el mismo comandante podrá berse con el gobernador, si fuere en una plaza, arreglándose exáctamente al pliego cerrado que para este caso tiene del comandante general de marina.

9.º Es mui combeniente que los ofiziales y tropa traten bien a los patronos y marinería de las embarcaciones. La buena voluntad de estos hará mas útil y eficaz su concurrencia a los objetos del servicio.

10.º El desempeño del comandante y oficiales les serbirá de particular recomendación para el comandante general, quien graduara qualquiera omisión de grabe falta.

El coronel D. Agustin Villers, primer ayudante mayor de Guardias Walonas, comunicará esta orden, y todas las personas sugetas a mi mando le reconocerán por mi primer ayudante de campo y cumplirán quantas órdenes les diere en mi nombre. A bordo del Velasco, 24 de junio de 1775.- El Conde de O´'Reylli.




NÚMERO 10

Orden dada a la marina el 24 de junio en la playa de la Asuguia.

1.º Don Francisco Hidalgo de Cisneros previene que hallándose destinado particularmente de orden de S. E. como igualmente del Excmo. Sr. Conde de O'Reylli, el coronel ayudante mayor de Guardias Walonas y su primer ayudante de campo D. Agustin Villers para acudir oportunamente a quanto acaezca durante la poca permanencia en este surgidero, obserbarán y harán que se verifique puntualmente en todas las embarcaciones de sus respectivas divisiones los puntos siguientes.

2.º Que nadie vaxe a tierra, sin distinción de sugetos; que no se permita por pretexto alguno atraque a bordo   —206→   barquillo de la costa con motivo de vender víveres ni pescado.

3.º Que las embarcaciones de pólvora se procure en el modo posible separarlas de todo el comboy, bien que en pasaje que disfruten del mismo abrigo; que rondarán día y noche por todo el comboy las lanchas de todos los jabeques y galeotas con un ofizial de guerra, como está prevenido, para evitar el fuego, quimeras y demás que pueda acaezer, principiando la escala con los dichos desde luego que se promulgue esta orden, y seguirán en los mismos términos las fragatas y urcas audiendo a tomar la orden a la nombrada Santa Marta, y últimamente puntualizarán las órdenes expedidas hasta aquí, combinándolas a un fondeadero abierto y expuesto a la introdución de qual quiera enemigo, por cuya razón es necesario la mayor vigilancia para el cumplimiento de ellas, dando parte de quanto ocurra inmediatamente de lo que necesite pronta providencia.

4.º Se hallarán vigilantes a dar la vela al momento que se haga la señal por esta fragata, en cuyo caso embiarán todos los buques de guerra sus embarcaciones menores con un oficial a los barcos de sus divisiones para que todos lo pongan en práctica inmediatamente.

5.º Al pie de las prevenciones impresas con que empieza el cuaderno de señales del comboy, hay una de mano escrita por la qual se manda expresamente que los buques de guerra de las divisiones marchantes executen todos los movimientos que se prevengan a estos, y lo mismo harán las quatro bombardas.

6.º Además es claro que la asignación de buques determinados a cada división tiene por principio el que no las hayan de abandonar en ninguna maniobra, excepto quando particularmente se les presente otra cosa.

7.º Los comandantes de división avisarán a todas las embarcaciones y de ella acudan a la fragata Santa Marta   —207→   el oficial más antiguo de la tropa, cuya graduación sea de teniente coronel y de este para arriba el oficial o ayudante que destine en las embarcaciones donde haya oficial sin tropa deberá ir el oficial más antiguo. A bordo de la fragata Santa Marta, 24 de junio de 1775.-Don Francisco Hidalgo Cisneros.




NÚMERO 11

Plano del fondeadero de la escuadra en la bahía de Argel.




NÚMERO 12

Orden del día 2 de julio de 1775.

Mañana, 3 del corriente, se hará el desembarco del exército en la playa que hay desde el río Jarach a la ciudad de Argel. Dicho río quedará a la izquierda y la derecha se acercará a la ciudad lo que se pueda, sin exponerse al fuego de su artillería ni al del castillo nuevo que está inmediato.

Se tendrán presentes para su puntual cumplimiento las prevenciones generales que explica mi instrucción de 25 de mayo próximo pasado.

Cada uno de los generales y brigadieres irán con sus respectivas brigadas y desembarcarán con los granaderos.

En el día de oy y después de comer la tropa, se unirá cada regimiento en el menor número de buques que pudiere, evitando la sobrada estrechez, y si bilviere compañías repartidas en diferentes buques, se unirán si fuere posible.

Los buques en que está la tropa de cada brigada se pondrán juntos en una línea para facilitar su desembarco.

Se hará oy el reparto de las lanchas y botes para el de su tropa, y formarán estas una columna a cuya cabeza habrá una galeota con un oficial de marina inteligente para su direción.

  —208→  

La tropa se pondrá en las lanchas y botes a las 12 de la noche y con todo silencio se acercarán a tierra bajo de la dirección del oficial de marina, y a la señal de una bandera roxa con quadro azul debajo de la española que se hará al amanecer, se acercarán todos a la playa y harán el desembarco con la prontitud posible, teniendo antes cuidado de sondear para que la tropa no esté expuesta a ningún riesgo.

El general de cada brigada irá con la primera columna, y en llegando a tierra sus embarcaciones, dará la orden para que la tropa desembarque, marchando prontamente a tierra, formará y unirá la tropa con toda celeridad para rechazar con intrepidez qualquier ataque que intentare el enemigo.

Las lanchas destinadas a cada brigada repetirán sus viages con toda celeridad a concluir el desembarco, y para esto se destinará un ayudante con algunos sargentos de cada regimiento para ir y bolver con las suyas,.

En el primer embarco irán los granaderos, y seguirán las compañías por su antigüedad.

En el desembarco cada brigada se colocará en su lugar de batalla, formando una columna que tenga una compañía de frente y a seis de fondo.

Habrá grande cuidado en que la tropa no moje sus armas ni sus cartuchos, y desde ahora se les prevendrá que tengan uno y otro en el mejor estado.

Si la tropa no tuviere el número de cartuchos prevenidos en la instrucción general, acudirá a tomarlos en el navío marchante el San Joseph, cuyo paradero se les indicará en este bordo.

A cada batallón se repartirán oy doscientos útiles gastadores, que terciarán a su espalda atándolos con una cuerda o a las correas de su fusil. También se les darán doscientos sacos para tierra.

En llegando la artillería de quatro a ocho se colocarán   —209→   quatro cañones a la cabeza de cada brigada, y este número se aumentará según lo exijan los circunstancias quando se haga el desembarco de mayor número.

El desembarco de la cavallería se hará luego que se concluya el de la infantería, y para facilitarlo, se acercarán sus buques a tierra quanto sea posible. Los brigadieres y coroneles asistirán ellos mismos a este desembarco y no omitirán precaución ni diligencia para que se haga con la mayor prontitud y buen orden.

La cavallería se irá formando detrás de la infantería, para moverse, esperará las órdenes del General.

Hay lanchas y botes destinados para el desembarco de la artillería, con todos los auxilios conducentes a que se execute con la mayor prontitud.

El desembarco quedará auxiliado con el fuego de quatro navíos, seis fragatas y seis javeques colocados en la extensión de la línea, y las siete galeotas y dos lanchas cañoneras se acercarán más a tierra. Este respetable fuego facilitará mucho el desembarco y total unión de la tropa.- El Conde de O'Reylli.




NÚMERO 13

Orden dada a la marina el 2 de julio en Argel.

1.º Don Francisco Hidalgo de Cisneros, brigadier de la Real Armada y mayor general de la esquadra del mando del Excmo. Sr. D. Pedro Castejón, previene de su orden que, teniendo determinado el Excmo. Sr. Conde de O'Reylli desembarcar el exército mañana 3 del corriente al rayar el alva en la playa occidental del río Jarach para verificar los auxilios, le ha pedido en papel de esta mañana se observe lo siguiente:

2.º Que el navío San Raphael se sitúe en 7 brazas de agua, mas o menos, según combenga, al N. NO. del fuerte de la izquierda de dicho río acoderado para batirle.

  —210→  

3.º El Diligente un cable al O. NO. de San Raphael, con el mismo fin.

4.º La fragata Santa María inmediata a dicho navío San Raphael por su N. NE. y pronta para acercarse más a la playa a acabar de batir el mismo fuerte, si conviene, ayudando los fuegos de los navíos.

5.º El navío El Belasco al NO. o al O. NO. del navío Diligente, distancia, cinco cables.

7.º(sic) El Oriente al O. NO. del San Joseph y un solo cable de distancia.

8.º La fragata Golondrina, toscana, inmediata al navío Diligente por su parte de N., a pique de un andote, para que, dejándole por codera, pueda abanzarse hacia el S. SO. hasta la mayor cercanía necesaria a la playa para el O. de dicho navío, fondeando después a ancla o andote, según combenga, para dar el costado a la playa.

9.º La fragata Santa Lucía, toscana, estruiría (?) en los mismos términos con el claro que dejan Diligente y Belasco, un poco fuera de ellos, y también en la línea O. NO. y E. SE.

10.º La fragata Santa Dorotea, la Carmen y la Santa Margarita, en los mismos términos, en el claro que dejan Belasco y San Joseph.

11.º Los tres Javeques batidores, junto a estas fragatas, un poco fuera de ellas y promptos a abanzarse a cubrir el ala derecha del desembarque.

12.º Los javeques Andaluz, San Sebastián, y San Luis, inmediatos a las fragatas toscanas Arviria y Santa Lucía, por su parte de afuera, prontos a abanzar a cubrir el ala izquierda del desembarco.

13.º Las fragatas Santa Bárbara y Santa Teresa, en una linca paralela a la playa, a tiro corto de ella y buena distancia al E. de la fragata, Santa María.

14.º Que desde esta tarde se preparen para ir a su lugar los buques arriba nombrados, de modo que puedan   —211→   moberse a las nueve y media de la noche, executándose con tal silencio que se manifieste en el zelo por el mejor logro de un punto de esta importancia.

15.º Que situados los buques en su lugar, vengan todas las embarcaciones menores y se situen en buen orden con silencio al costado de este navío, para distribuirlas a recivir la tropa.

Situación de galtotas.

16.º San Carlos, 1.ª de la derecha, que quiere decir N. NO. de San Joseph, y un poco fuera de fragatas o javeques batidores de este sitio.

17.º Brillante, 2.ª de la derecha, un cable distante a E. SE. de la San Carlos.

18.º Concepción, 3.ª de la derecha, dos cables distante al E. SE. de la Brillante.

19.º San Antonio, centro de galeotas, distante menos de un cable al E. SE. de la Concepción.

20.º San Francisco, 3.ª de la izquierda, distante menos de un cable al E. SE. de la San Antonio.

21.ºSan Joseph, 2.ª de la izquierda, distante menos de dos cables al E. SE. del San Francisco.

22.ºGolondrina, 1.ª de la izquierda, un cable al E. SE. de la San Joseph.

Nota.

23.º Las divisiones se han de contar de derecha a izquierda, esto es, que la de San Carlos será cabeza de la primera, y la Golondrina de la séptima.

Reparto de lanchas.

24.º Las de las fragatas Palas, Santa María, Santa Bárbara, Santa Teresa, Santa Lucía y Santa Clara con sus cañones de batir y artilleros del exército, auxiliándose con sus mismos botes, para que no deje de llevarse todos los pertrechos   —212→   correspondientes, y se les pondrá una equijasón escogida, con un buen oficial de mar a las órdenes de otro de guerra, para la viva maniobra de poner el todo en tierra.

25.º Desembarcados estos cañones, vendrán a recibir los de la Palires y Santa María, los cuatro de a 8 que hay en la embarcación núm.4 de Santa Bárbara y Santa Teresa, los otros cuatro que hay en la barca núm. 5, la de Santa Lucía, los dos que hay en el Diligente y la Santa Clara, los otros dos que hay en el Oriente. Cumplida esta comisión, se emplearán en la que... principal, no teniendo otra particular.

26.º Las lanchas de San Francisco de Paula, San Joseph, Oriente y Diligente llebarán en el primer desembarco los obusos que tengan, por el poco embarazo que causan.

27.º Las lanchas cañoneras irán detrás de las galeotas, tres de la izquierda y tres de la derecha.

28.º Todas las lanchas del transporte acudirán al pelotón de embarcaciones de infantería a recivir la que pudiesen contener, y a la hora que se señale saldrán a formar a retaguardia de la galeota de su respectiva división, según estubiese señalada a los cuerpos que se embarcan.

29.º Las lanchas y botes de navíos y las de fragatas, javeques, urcas y demás, no empleadas en cañones, seguirán buscando la tropa del desembarco. Los buques de guerra manifestarán tenerla hizando bandera inglesa al tope mayor y los marchantes manteniendo su banderola de infantería que arriarán quando la hubiesen desembarcado.

30.º Después saldrán las órdenes de los trabajos de las embarcaciones menores, así de guerra como marchantes, prohibiéndose el que por ningún pretexto de comer se retiren a sus bordos sin permiso expreso.

31.º Dos paquebotes, Guarnizo y Martí, embiarán sus embarcaciones a disposición de D. Joseph de Ozes, theniente   —213→   de artillería del exército, que se halla en la fragata Esmeralda.

32.º En todo buque de guerra se pondrá un oficial en las lanchas o botes que saliesen de él con tropa, y a más un guardia marina en las que se pueda.

33.º Todos los oficiales de marina se esmerarán en que por las embarcaciones en que no los hay se conserbe el buen, orden con que se deve bogar, y no menos a una con los del exército el que pide el desembarco, y encarga S. E. se lea de nuevo y estudie su instrucción sobre el particular. Navío Velasco, 2 de julio de 1775.-Don Francisco Hidalgo de Cisneros.




NÚMERO 14

Orden dada a la marina el 4 de julio en Argel.

Don Francisco Hidalgo de Cisneros.

1.º Pues conseguida la salida de esta bahía, procurarán desparcirse las fragatas, javeques y galeotas con el fin de conservarse unido el comboy, quedándose algunas a retaguardia hasta introducir a todos al fondeadero en el qual deverán situarse las fragatas EO. o bien NE. SO. a un cable de distancia, formando una línea con la Santa Clara, que se apostará en el centro para situarse acoderado a un tiro de fusil corto de la playa. Sus colaterales de la derecha serán la Carmen, Margarita, Liebre y Esmeralda, y las que forman el ala izquierda la Palas, Teresa y Santa Rosa.

2.º Los javeques y galeotas se situarán en los claros de las ocho fragatas, tomando los extremos de su línea. El Atrevido a la derecha y el Gamo a la izquierda, dispuestos a prolongarse a proporción de lo que se dilata el frente de la tropa que se desembarque, para cubrir con sus fuegos los costados de este, y las galeotas a la señal que se haga por el desembarco a la playa, siguiendo a estas las lanchas   —214→   de tropa con el orden posible, formando una línea de frente para desembarcar a un tiempo, sin confusión y con las precauciones que en las anteriores órdenes están prevenidas, procurando solo la eficacia y actitud que deve verificarse por los comandantes y oficiales de guerra, así para los fuegos de sus embarcaciones a los objetos que se nos presente, como para efectuar el mas pronto desembarco, avivando a los patrones de las embarcaciones menores a que no retarden un momento en ir y venir hasta dejarlo todo evaquado, previniendo a todos generalmente que la señal de embarcar la tropa en sus lanchas e igualmente los de guerra, será una bandera azul con quadro blanco debajo de la española directora al tope mayor.

3.º La señal de romper el fuego será la que es, una bandera listada azul debajo de la directora, a cuyo tiempo, y sin esperar otra orden, seguirá la columna a las galcotas y a las lanchas de guerra que deverán tornar las cabezas de estas, por no ser suficientes el número de las que haya con la mayor prontitud. Navío Velasco, 4 de julio de 1775.-Francisco Hidalgo Cisneros.

Nota.

4.º Que todo el comboy, particularmente el de infantería y cavallería, se colocarán en la línea de fragatas y javeques a la parte de fuera, para estar próximo al desembarco.

5.º Colocación de javeques de esta expedición: Gamo, San Antonio, Garzota, Pilar, Atrevido. Idem de galcotas: San Carlos, Brillante, San Antonio, Golondrina y San Joseph.

6.º Reparto de lanchas para el desembarco. Las de todas las marchantes, siendo quasi todas de embarcaciones de infantería, se ocuparán en el frente de transporte de la misma tropa. Las embarcaciones que haya de buques de otra especie se aplicarán a embarcaciones determinadas.   —215→   Los mismos oficiales de los cuerpos deverán buscar la unión de su brigada en el orden determinado de batalla. Dispuesto esto para proceder el desembarco, se aportarán las cinco galeotas; San Carlos y Brillante a la izquierda, dejando un claro, el que pidan la formación de las lanchas. Estas y los botes por brigadas formarán en el claro de los dos cuerpos de galeotas, un poco atrasado a su línea. Cada brigada formará en columna a iguales frentes, sin pararse en que sean con iguales líneas cada columna, pues pende del número de lanchas que queda cada brigada. la lancha del javeque Gamo será cabeza y centro de la columna de la primera brigada, la del Atrevido primera de la segunda, la del Garzota primera de la tercera, la del San Antonio primera de la cuarta, la del Pilar primera de la quinta, la de la fragata Liebre primera de la sexta, la de la Esmeralda primera de la séptima.

7.º Las de las fragatas Carmen, Margarita, Clara, Palas y Teresa irán con sus dos cañones de batallón, cada una repartida en las cinco primeras brigadas y desembarcados dichos cañones, irá la Santa Teresa a recivir los dos de la fragata Liebre y las otras cuatro los seis de a 8 que hay en las dos barcas núm. 4 y núm. 123.

8.º El bote del Velasco y los de las cuatro urcas se ocuparán en la primera brigada; los dos de San Francisco en la segunda, los dos de Oriente en la tercera, los dos de San Raphael en la cuarta, los dos del Diligente en la quinta.

9.º Los de las fragatas Bárbara y Lucía con la sexta y los de las Marta y Dorotea con la séptima. Los de los buques de guerra que van al desembarco se emplearán en su respectiva tropa, y concluido el desembarco, en la de las brigadas a que aquella pertenezca. Las lanchas cañoneras deberán situarse delante en el centro de las dos brigadas del centro y marchar así para el sitio del desempeño, colocándose después donde se les prevenga.

10.º En cada columna o brigada se situarán las líneas   —216→   primeras de modo que no se embaracen los remos de una lancha con los de la inmediata, que quiere decir distancia de 6 pies unos de otros, y entre brigada un espacio como de 20 varas que las distinga, en cuyo claro y un poco detrás será el sitio de la lancha de fragata que conduxese los dos cañones de batallón. Las demás líneas de la columna de cada brigada ocuparán los claros de la que precede y a distancia de seis brazas de ella.

Distribución de los botes que han de llevar de remolque las embarcaciones que se dirán.

1.º Del Velasco, a la Santa Clara.

2.º Del San Francisco de Paula, a la Carmen y Margarita.

2.º Del Diligente, a la Liebre y Esmeralda.

2.º Del Oriente, a Palas y Santa Teresa.

2.º Del San Joseph, a Santa Rosa y Gamo.

2.º Del San Raphael, a San Antonio y Atrevido.

1.º De Santa Dorotea, a la Garzota.

1.º De Santa Marta, al Pilar.

1.º De Santa Lucía, a la fragata núm. 124, sueca.

1.º De Santa Bárbara, a la galera San Antonio.

1.º De la Presentación, a la San Carlos.

1.º De la Anunciación, a la Brillante.

1.º De Santa Polonia, a la Golondrina.




NÚMERO 15

Orden dada a las tropas el 5 de julio.

1. En todos los bastimentos que ocupa la brigada se pondrán los ranchos, así los de medio día como los de la noche, y se procurará que el soldado descanse con tiempo, para hallarse dispuesto a la fatiga.

2. A las doce de la noche se embarcará la tropa en cada bordo sobre las lanchas que para ello se proporcionará. Este desembarco deverá hacerse con el mayor silencio,   —217→   municionada del todo la tropa, llevando los fusiles cargados y ocupando en lanchas o botes en quanto se pueda el orden de formación en que ha de tomar cada compañía al punto de saltar en tierra.

3. Este orden deve ser el ya prevenido, a seis de fondo, esto es, la segunda mitad de cada compañía detrás y unida con su primera, y en cada lancha o bote observarán los señores oficiales y sargentos el embarcarse y saltar a tierra al tiempo que les corresponde, según el terreno que deben ocupar.

El soldado llevará dos días de ración que no necesite de composición, y en lo demás se tendrá presentes las órdenes dadas.- El Conde de O´Reylli.

Orden dada a la marina el 5 de julio en Argel.

Don Francisco Hidalgo de Cisneros, etc.

1. Orden a los comandantes de los buques de guerra de ella. Quede en su valor la formación de línea de navíos y demás concernientes al desembarco del exército en la playa occidental del río Jarach, sobre que también se darán las instrucciones formales que convenga a los mismos comandantes en la mañana de hoy.

2. Y que por adición a la referida providencia se observe lo siguiente, a saber, que se arregle para la ocupación de lanchas y botes en el desembarco de la tropa a la nota que les presenten los sargentos mayores de las brigadas del exército, y que los cabos de las divisiones marchantes den sus providencias con arreglo a aquella y de acuerdo con estos lo mismo por su parte los oficiales comandantes que desde luego se nombren para las divisiones que serán los que manden las lanchas de los seis navíos y fragata Dorotea, a saberla del Velasco, D. Francisco Ordoñez, la de San Francisco de Paula, D. Sevastián. Apocada, la del Oriente, D. Antonio Estrada, la del San Raphael, D. Francisco Vargas, la del Diligente, D. Josef   —218→   Valeta, la del San Joseph, D. Francisco Ramírez de Cartagena y la de la Dorotea, D. Josef Angeler.

3. Y fían ambos excelentísimos señores en el celo de estos sargentos mayores que tomarán sus medidas de distribución para el transporte y desembarco, con tal orden y acierto, que no habrá momento bajo en la execución de un objeto que tanto interesa la religión del estado, su honor y el particular, y advierte tambien que las embarcaciones que se destinan a transportar tropa quedan reservadas para los fines siguientes: para el general de mar y para el del exército, la del San Francisco de Paula a su bordo, para lo que ahí ocurra, un bote del Velasco, los de las fragatas Esmeralda y Santa Rosa y los de las urcas Anunciación y Presentación a bordo del Velasco a el costado opuesto de su fuego.

4. Las lanchas de las bombardas para lo que se les ofrezca; las de las fragatas toscanas también en auxilio de las bombardas y para acudir al Velasco u otra parte que se llaman con un gallardete español a el peñol de quales quiera juanete, las de los javeques Andaluz y Lebrel cerca de las divisiones para remolque por lo que se ofrezca.

5. Las de los javeques Gamo y Atrevido, San Sebastián y San Luis, para remolcar las planchas de artillería, y varadas estas, que es de primer golpe, se restituirán a su bordo con el mismo fin que las del Lebrel y Gamo.

6. Las de los paquebotes Guarnizo y Marte para el transporte de cartuchería a disposición del oficial de artillería del exército que está en la fragata Esmeralda.

7. Las de las fragatas Palas, Marta, Bárbara, Lucía, Teresa y Clara con sus botes para el transporte de cañones de a 4 y a 8 en la forma prevenida. La de N.ª S.ª del Carmen y las de los núms. 274 y 275 (7.ª división) para hospital, a disposición del comisario del exército, la de los números 267 hasta el 276, exceptuadas las dos antedichas, para la condución de faginas por lo que se pida. En cada galeota se sacarán 40 hombres de mar, depositándose en el navío San Francisco de Paula para los fines que convengan. En cada   —219→   galeota se apostarán 100 hombres de tropa, que son 700 y estarán a mano para el primer desembarco, los comandantes de ellas los recivirán del cuerpo a cuerpo que se les embie hasta dicho número.

8. S. E. ha conferido provisionalmente los mandos de las galeotas siguientes: La Brillante a D. Francisco Santi Estevan; Golondrina a D. Baltasar Sesma; San Francisco a D. Francisco Velázquez; San Joseph a D. Luis -Barona, y la Concepción a D. Gaspar Zurita.

Formación de lanchas para el desembarco.

9. Las siete galeotas se apostarán en la línea que está mandada en orden anterior, más no en las divisiones con distancia que allí se previno, porque han de situarse la del centro y las tres de la derecha cubriendo este costado de la formación de las lanchas, y las tres de la izquierda cubriendo este otro. Las lanchas y botes por brigadas formarán en el claro de los cuerpos de galeotas un poco atrasadas a su línea; cada brigada se formará a iguales frentes, de que resulta que quedarán a desiguales columnas por el desigual número de embarcaciones de que se compone, desconformidad que se ha despreciado por preferir en la distribución hecha la facilidad de la inteligencia para el transporte. Las lanchas de los seis navíos y la de la fragata Santa Dorotea serán caveza y centro de su respectiva brigada. Las lanchas de la primera columna han de situarse de modo que no se embaracen los remos con los de su inmediata, que quiere decir, distancia de seis pies unas de otras, y entre brigada y brigada habrá una especie como de 20 brazas; las demás columnas formarán los claros de la que precede y a distancia de 6 brazas de ella. En la segunda columna irán las seis lanchas de fragatas con sus cañones de batallón, una en cada. brigada, menos en la   —220→   del centro, en la qual iran las que deven remolcar las lanchas de los ocho cañones de a 12, dejándolas en la primera columna el claro suficiente para que puedan varar las planchas al primer golpe. Estudiarase la instrucción impresa, la que entregarán a los comandantes de buques de guerra, a los oficiales destinados en las lanchas de las brigadas y a cualesquiera otro oficial de exército que tenga destino en su división y las de su22para mexor desempeño en su lugar se atenderá a las señales, observando con particular atención la marcha del centro. Le encargo de nuevo el estudio de la instrucción con el cuidado que pide el interes de la causa. Las lanchas cañoneras van en la línea de las galeotas, cada una en el claro de la brigada del centro con su inmediata. Navío Velasco, 5 de julio de 1775.-Francisco Hidalgo y Cisneros.




NÚMERO 16

Plano ideal que manifiesta la ciudad de Argel, sus baterías y campamentos en la disposición que se hallaron el día 30 de junio de 1775 que llegó a su rada el exército de S. M. mandado por el Excmo. Sr. Conde de O'Reylli, con el proyecto para su ataque y lo que sucedió el día 8 de julio del mismo año.





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ArribaAbajoCartas

Del Conde de Fernán-Núñez a su amigo el Príncipe Manuel de Salm Salm y a su hermana la Duquesa de Béjar23


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ArribaAbajo- I -

Reformas militares.-Noticias particulares


Fernán-Núñez y junio 4.º de 1768.

...Me pides novedades, y por cierto que aquí es poco menos que Mallorca para ellas, pues el país no las produce y los de Madrid no escriven sino las de gaceta, y para sacar una carta es menester tres o quatro, excepto Tavara24

que es puntual, pero no es su fuerte el dar noticias.

Veo desvanecido el proiecto de terceros batallones, pues se proveieron las tenencias coronelas vacantes que, a mi dictamen, no lo estavan por otra causa que por no tener decidido este punto. En quanto a gorras creheré las aya, a   —224→   lo menos por ahora, bien que, quando salí de Madrid, estavan muy divididos los dictamenes sobre eso, y el nuevo modo de vestir la tropa, pues el Rey,no parece gustó de las que le presentaron en el Pardo Albares25y Arellano26, protexidos de Peluca27, y sobre esto no se havían acavado aún de convenir. Con que, ¿qué puede salir de esta bella armonía? A su tiempo lo veremos; a bien que se gira sobre nosotros como único blanco de sus caprichos, en que veo mayor cuidado que en lo principal, pues, vestidos como quiera, seremos temibles con buena calidad de gente que piense con honor y lo desee aumentar; y no valdremos un demonio, compuestos de gente forzada y vaga como lo estamos. A muchos oigo que el exército está perdido porque se han hido los quintos, y falta toda esa gente; pero si la que queda fuera como ellos, no havía que llorar, pues bastante gente tienen los regimientos en el día para tiempo de paz, en que por razón de economía puede llevarse esta falta, si huviera un méthodo establecido para reemplazarla siempre que se quisiera; pero no creo verlo en mis días, porque otros que lo esperan, mucho tiempo hace, se han ido de este mundo con la espectativa solo.

El amigo O'Reylli dice (y es cierto) que todo lo tiene hecho presente repetidas veces, y en este último correo me dice tiene muchas esperanzas de que esto se camponga. A lo que le respondo me remito a los hechos y que aún de la subsistencia de estos no respondo, pues veo lo falto de ella que está nuestro sistema. El amigo Manso28 desea salir a comandancia general, y bailaría la pavana si fuera   —225→   la de Málaga. O'Reylli llevó calavazas en la que pretendió, y te aseguro quedó mortal, porque havía consentido; pero Peluca se la pegó y lo hará siempre que se le proporcione ocasión. Yo me llevo muy bien con ambos y me rio del mundo lo mejor que puedo. Soria sale el 10 o antes, y viene Victoria: nosotros hemos librado por este año; pero mucho me temo el que viene, y en tal caso pretenderé Valencia en primer lugar, luego Zaragoza en segundo y en tercero Barcelona, en todos cuyos destinos podemos muy bien estar juntos.

De la opera de Aranjuez y chismes de Madrid savrás más que lo que yo pueda contarte, y assí solo te remito la adjunta instrucción, formada para la ópera de Córdova, distante de aquí quatro leguas, para que veas que todo el mundo se esmera. Ayer se echó en un pozo y se ahogó en este lugar una moza de 20 años, que dicen estava tocada de la caveza. Mi administrador queda alcanzado en cerca de 500.000 reales que no tiene de donde pagar, y a más he perdido en primera sentencia un pleito de un mayorazgo de 6.000 ducados que solicitava. Este es el estado de mi caudad. Mira como podremos pensar por ahora en viajatas, aun con el completo de las piernas; y assí, amigo, si no mejora mucho la fortuna en todo, no podrá componerse y el nuevo valet de chambre (que es excelente) se quedará con su disposición de posta en el bolsillo. Quisiera no acavar de escrivir, pero mi caveza no me permite ser más largo, y aun esto lo he hecho en dos o tres días. A Dios, querido amigo, no olvides al que lo es tuyo de corazón. Fenán-Núñez.



  —226→  

ArribaAbajo- II -

Los baños de Carratraca


Carratraca y agosto 16 de 1768.

Querido amigo mío y amado compañero: No te asustes al leer el nombre de Carratraca, ni creas recives carta de alguna de las cavernas de Plutón, pues, aunque el mucho azufre y minerales de que abundan estas bellas aguas denotan no estar muy distante esos lugares; pero aún se ve desde aquí como seis palmos de cielo y no más por la tronera que dexan los muchos y ásperos montes que rodean este lugar de los baños, que, aunque llamados de Hardales, están en este lugar distante de el otro media legua...

El viernes por la noche llegué con toda felicidad después de cinco días de viaje para 21 leguas, pues quise tomarlas con toda comodidad para que no me molestase el calor, y me vine por Antequera, donde estuve un día de incógnito con mi vestido de color y logré que nadie me conociese y verlo todo a mi gusto, de lo que me alegro, porque la ciudad es muy linda, bien situada, buena campiña, calles y rivera amena de güertas y muchos olivares. En la cathedral o colegiata travamos conversación con el maestro de capilla, que me dixo que me parecía al Conde de Fernán-Núñez; pero yo le respondí sin alterarme que bien podía ser, y pasó sin que bolviesse a acordarse de tal señor. Por la noche nos llevó a casa del Conde de Bovadilla29, que es muy aficionado a la musica, y aunque no estava él en casa, nos hizo oír al primer violín y a otro, a   —227→   quienes acompañé una sonata y un duo; pero me atrevo con ellos.

Todo esto te da ya claramente a conocer mi alivio, que logro en gran manera desde el 15 del pasado, que, concluida la curación o martirio a satisfacción del cirujano, salí ya de casa y empecé a comer. Me parece que de esta he de quedar totalmente bueno, pues sólo me han quedado unos dolorcillos vagos y devilidad en todas las coniunturas, que dicen es regular después del remedio, y se quitarán del todo con estas aguas en que empezé a bañarme el domingo, y, en lo que cave, siento mejoría con los tres baños que llevo, y como ya y duermo como antes. Este país hera bueno para ti; no se ven más que pobres llenos de llagas y miserias, que no tienen más albergue que la calle, donde con la intemperie del día y la noche continuada, pierden el tal qual provecho del baño y adquieren nuevas enfermedades que acen morir a varios. Yo voy a ver si puedo lograr fomentar aquí alguna fundación, aunque corta, con que remediar en algún modo estas necesidades continuas y el mucho deshorden que se sigue de estar mezclados de este modo hombres y mugeres. Y para que veas lo que son estas, hasta aquí vienen algunas públicas de las de Málaga la temporada de los baños sólo a incitar y dar causas nuevas para que los tomen aún los más sanos...




ArribaAbajo- III -

Críticas contra el sistema militar


Córdova y octubre 24 de 68.

Querido amigo y compañero: Mucho me has hecho reir con tu carta, que creo no tenga segunda parte, pues parece escrita en la torre de Babel, según la interpolación de lenguas.

  —228→  

Con razón te quexas de todo lo que me dices, y con menos me he subido yo a la parra como tú lo haces y querido dexarlo todo por no ver esas y otras cosas; pero me he hecho ya cargo de que no soy capaz de remediarlo por mí. El sistema que me he formado es hacer en todo lo que me parece justo, proponerlo, sostenerlo, y no retroceder de ello por respecto alguno, y, si no se convienen con mi dictamen, yo quedo satisfecho con saver que es justo en Dios y en onor. Y para que veas he padecido algo más que tú, atiende:

Quatro meses hace, vacó mi sargentía mayor. De los tres capitanes más antiguos, el primero havía pasado a mi regimiento del de la Corona, por haver sacado la espada y querido desafiar o matar a su coronel; hera de muy limitados alcances, sobervio, vano, caviloso y de ninguna inteligencia. El segundo hera de mucho mérito de guerra, pero caneado y floxo para el empleo. El tercero hera Ulloa, cuya frialdad y poca disposición para este empleo es notoria, y la dio a conocer no poco quando fue ayudante. Por lo que dava mi dictamen a favor del quarto, que, aunque tiene alguna nulidad, no es de la calidad de la de los otros, y podría ser a lo menos mediano en el empleo. Todo lo expuse a O'Reylli en carta confidencial, y en la propuesta lo conducente a ella, y ¿qué resultó? que se la dieron al primero y luego le han dado grado de coronel y va a Chile mandando un batallón30. ¿Qué te parece? Más: Quatro días ha propuse para subtheniente de granaderos al más antiguo, y por un informe que tuvo el ynspector de un hermano del segundo, propuesto contra el primero, se lo ha llevado aquel contra mi dictamen. Lo mismo espero me sucederá con otro propuesto para subthenencia, que es el tercero cadete, y va propuesto, porque   —229→   los dos que tiene delante tienen algunos defectos que les he reprehendido, y de que es necesario estén del todo enmendados antes de ascender: y sé que el ynspector ha pedido posteriormente informe de todos los cadetes al director de la Academia, que ha dicho mil bienes de todos y dado el informe más piadoso y ridículo del mundo, con lo que espero sea subtheniente el más antiguo. ¿Qué es esto, sino desconfiar del dictamen de los coroneles y tratar con duda su verdad? ¿Pues puede haver quien aguante esto? ¿Puede haver quien mire con indiferencia los perjuicios que se siguen de proveer los empleos de este modo? Pues esto y mucho más que no te puedo escrivir estamos aguantando todos los días, y es necesario o dexarlo de una vez (que no será estraño) o, si no, entretanto seguir, aunque por fuerza, el sistema que he dicho, sin ceder. Y para que veas a qué punto llevo esto: En una propuesta di la preferencia al quinto cadete, que la merecía sobre los quatro que le precedían; salió el más antiguo. No por esto dexé de hacer lo mismo en las otras tres propuestas que huvo, hasta llegar a él. El Rey es dueño de elegir; pero yo no lo soi de dexar de decirle lo que creo justo y útil a su Real servicio. Y esto mismo me sucedió en otra ocasión con el otro cadete, que hera el tercero, y repetí lo mismo, como lo haré siempre que se ofrezca. Con que assí, amigo, o esto, o ahorcarse, porque no ay otro remedio, ni el de esta situación miserable podemos nosotros remediarle. ¿No me dirás, pues, qué respeto han de tener los oficiales a un gefe quando ven que assí se tratan sus dictámenes y que puede más que todos ellos un chisme o un influxo suyo? ¿Y cómo nos tratarán ahora que, según parece, quieren hagamos de subalternos en la nueva Ordenanza31, según la mecánica y ceremonial que dicen nos imponen? En fin, amigo, estos asuntos no son para escritos, porque la pluma se calienta y lo que escribe no puede borrarse, aunque no lo necesita siendo a ti; y esto solo es inter nos,   —230→   pues oy mismo escrivo al teniente coronel vigile sobre el modo de hablar con motivo de la nueva Ordenanza, poniendo espías en los cafeés y pagándolas a mi costa y haciendo un exemplar con el primero que caiga...




ArribaAbajo- IV -

Comedias, conciertos y cortejos


Madrid 12 de julio de 69.

Hablemos un poco de collonerías. Las comedias están brillantes, porque tienen todos los baylarines de Aranjuez que les han cedido los ympresarios porque les dexen tener conciertos en los Caños del Peral, donde concurre mucha gente, porque cantan los de la ópera y ellas, y está muy divertido. Estos señores ympresarios hicieron varias proposiciones ventajosas a la villa, si les permitia establecer ópera o en los Caños o en el Príncipe; pero no han podido lograrlo, porque el Conde32, por debaxo de mano y con pretexto del Corregidor, aparentando cederle sus facultades, dicen lo ha impedido; pero añaden que como ha visto la gente que concurre a los conciertos, empezava a inclinarse a ópera para el invierno. Lo cierto es que lo demás es inaguantable y que, en marchando la Corte, nos quedamos como antes, porque se nos va esta familia. Yo sigo con mi Marcuchina, que te da memorias y se acuerda del honor que tuvo de que la sacases a bailar un minuete; te aseguro que me gusta mucho, y yo creo que es por lo mismo de que no hay forma de dar nada, por más que la he regalado, que hasta ahora pasa de 200 doblones su importe   —231→   y cada día me gusta más; pero no puedo persuadirme de tanta virtud después de la amistad que se ha tenido en Mallorca con un marqués Dameto33, oficial de Lombardía, a quien conoces, y quisiera que con maña descubrieras de él hasta donde llegaron los favores de esta muchacha para con él, pues esto me dará mucha luz, y espero me lo avises, sin darte tu por entendido con él de que yo la trato, y procura saver si le escrive a ella...




ArribaAbajo- V -

La Marcuci.-Sale de la corte el Conde de Aranda Rubio y el Duque de Alba


Madrid 2 de agosto (1769).

Muchas gracias, amigo, por la puntual relación de Dameto y sus progresos; no me los havía yo figurado maiores, pues los míos son muy cortos, y me hago la justicia que merece mi maldad en este punto para preferirme a Dameto, de quien dudo la restitución de alajas, pues ella me ha enseñado una sortijuela que le dio al embarcarla y me ha dicho le ha escrito después dos cartas. Lo qual denota muy al contrario que lo otro. Yo te diré que juzgo que no havrá llegado a cosa mayor; pero que me parece que mis persuasiones y finezas han de dar de sí, pues veo señales de ello, pero me costará dinero y paciencia: entre tanto no pienso en otra cosa y estoi bueno, con que mejor es se lleve ella lo que los cirujanos y médicos me costarían seguramente si no la trataría. El sábado va mi hermana al Sitio, y yo el martes, porque hasta el lunes no concluyo nueve baños que tomo sólo para refrescarme.

Aranda marchó el domingo a las cuatro y media y se   —232→   formó toda la tropa, incluso los guardias de Corps que no estavan de quartel; queda mandando Rubio34 las armas de la corte y provincia, como segundo comandante general interino dado a reconocer por el Rey; pero ni se le ha aumentado la guardia de sargento y seis hombres que tenía, ni se le hacen honores algunos, y la Condesa conserva los mismos y su guardia. El Duque de Alva fue a presentarse a Rubio la misma tarde que marchó el Conde, de modo que al retirarse el governador de la formación en que estuvo a la caveza de guardias españoles, (cuyo coronel estava malo, y el de Valones ausente en la Alameda) encontró al Duque a la puerta de su casa que hiva a burlarsele a cara descubierta, porque esto no es otra cosa en su genio. A las diez y media da la horden y concurre la oficialidad como a casa del Conde.

Nuestros cómicos nos dan mañana concierto en los Caños, en los mismos términos que los Italianos, y cantan arias, de modo que nos secarán y será una bufonada, porque no saven palabra de música ni tienen voz, con que son buenos principios. A ti quizá te gustará, porque será muy mala...




ArribaAbajo- VI -

Llegada a París.-Noticias de la familia materna del Conde


París a 14 de marzo de 74.

Hermana y querida mía. Me tienes en París desde anoche a las cinco. Era mucha tentación, y no es mi fuerte el resistirlas, y así, poco después de haverte escrito la de Strasbourg y hechádola en el correo, me resolví. Escriví al tío anunciándole mi llegada para el 16; pero como las postas   —233→   de aquí no son como las de Alemania, he llegado dos días antes, y lo avisé al tío35 desde cinco postas para que no tuviese el tiempo de incomodarse en salirme a recivir. En efecto, no lo tuvo, y me metí en un remis que me conduxo a casa de mi tío, donde fui recivido por la tía36, y de allí a media hora vino su marido. De uno y otro te hablaré por menor otro correo, pues sé quanto te gustan los pormenores de todas las cosas, y mucho más de las que tanto te interesan. Entre tanto, pues, podré decirte que estoi sumamente satisfecho de ellos y parecen estarlo igualmente de mí. Él se conoce que es la bondad misma, y todo el mundo habla mil bienes. Ella, con más brillo y mucha amabilidad, dicen que tiene las mismas buenas calidades. Ai un ábate de La Fontaine que hace siete años está en casa y que también parece hombre amable y de talento. Acompaña mucho a la Duquesa y es muy estimado del Duque. Me parece que puede ser un Torres como el de casa de Infantado en otros tiempos; pero esto es para otro correo. Te aseguro que es para mi una gran satisfacción el verme entre mis parientes, que son tan buenos, y que tengo una consolación y placer inexplicable. Hemos hablado mucho de tí y sentido mucho no poderte hacer participar y dividir contigo estos gustosos momentos, que lo serán siempre los ocho o diez días que pienso detenerme aquí, después de los quales sigo mi ruta a Caláis. He recivido dos tuyas en que te quexas de mi silencio. Yo he escrito siempre que ha avido ocasión, y no sé a qué atribuir esta falta de cartas de que me hablas. Ahora la comunicación es más regular, y espero no aiga extravio. Sentiría lo huviese. Tengo igualmente la que te escriví desde Strasbourg, pues era muy larga y contestava a nueve tuyas que reciví allí. Esta la escrivo en casa de   —234→   Aranda37, que come oi en casa de los tíos, y la lleva un extraordinario con el retrato que tenía ace tiempo y no he podido embiar antes. Las plumas de Oquendo38 no están muy buenas, y su tinta no es más negra que la mía, con que ya no ai remedio. Caamaño39 se pone a tus pies y está como yo aturdido de verse en París antes de tiempo. Veo las malas disposiciones de Salm con lo que escrive desde Dantzic, y no esperava yo otra cosa. Por lo que mira a tu retrato, puedes embiarlo como dice el amigo Harris. Siento que aigan marchado los diamantes, pues los huviera visto. Los vestidos son lindíssimos y te doi las gracias y pido la continuación. Basta por oi. Da memorias a todos y manda a tu hermano que de corazón te quiere y que deseara poderte tener aquí con todo él. No puedo ponderarte el gusto que es para quien no lo conoce, el verse entre los suyos quando son tan buenos. El corazón se halla en su centro y goza todo el placer imaginable quando es capaz de sensación. Mucho, mucho siento no tenerte; pero ahora formo proiectos que son para más adelante y para quando a lo menos aiga papel.




ArribaAbajo- VII -

Vida en París.-Visitas y convites


París a 19 de marzo de 74.

Cada día estoi más contento de los tíos, y creo que lo están igualmente de mí. Desde el primer día empezé a tratarlos con la mayor franqueza y confianza, y esto me   —235→   ha ganado enteramente la suya, de modo que te aseguro que hierve en mis venas toda la sangre francesa, que a la verdad ha estado algún tiempo muerta, y me parece que he nacido aquí. La tía, que havrá sido muy buena moza y que en el día está algo ajada por las viruelas que tomó con la inoculación el año pasado, es de la talla de la de Benavente40, algo más, de un en bon puoint, ni gruesa ni flaca, y muy agradable en su trato. Tiene mucho talento y lo ha empleado bien, aviendo hecho su curso de phísica, geografía, etc., y en el día se divierte con el de chimica, pero el no hacer vanidad de nada de esto le da mucho más mérito. Es feliz en la explicación con un tono de voz agradable y un modo franco. Es viva y amiga de decir lo que piensa, sin chocar y, por consiguiente, gusta de los que hacen lo mismo. Alguna vez hecha algún poco de pimienta, pero sin encarnizarse de ningun modo en los asuntos, lo qual sería contrario a la devoción que profesa; pero no con el rigor que la de Infantado. El tío le tiene mayor en el asunto; pero su devoción no es incomoda a nadie. Su primer principio es dexar vivir a todos y que le dexen vivir, y nunca tiene mayor gusto que quando (aunque incomodándose) le da a alguno. Es de talla de Santiago41; pero no tan grueso, y marcha un poco inclinado y con la caveza algo baxa, pero apriesa. Trae peluca blonda y taconcillos. No tiene tanto talento como la señora; pero no ai en el mundo hombre más honrado ni que lo muestre más en su fisonomía, y tiene todo el talento necesario. Yo le quiero de todo corazón. En el día tiene 68 años42. El abate   —236→   de Fontaine, de que te hablé, tiene mucho talento y dulzura, y creeré que sea de buen carácter y que sólo una amistad le una a la Duquesa y al Duque igualmente. La tía la Marechala43, Me Lautrec, con quien comi aier, se le parece al Duque, aunque no en el genio que dicen es más vivo, bien que lo modera por la santidad y retiro a que está dedicada. Dicen que es jansenista como los padres del'Oratoire, sus vecinos, y un ábate viejo que vive en su casa. Aier comimos en ella, y es la cosa más linda del mundo. Está en un arrabal, rue de l'Enfer, tiene un lindíssimo jardín, y se ve todo París. Es muy recherché en todo, y la casa, jardín, equipage y comida es consiguiente a esto. Bevimos a tu salud dos veces. La otra noche cené en casa del Conde de Chabot44, que me conduxo a la ópera, y el jueves en casa de Me de la Fertembau45, hija de Me Chofren, a quien acaso avrás oído nombrar. El viernes huvo gran cena en casa, de 30 cubiertos, y vino Aranda, con quien comi el miércoles. El día antes me presentó a Eguillon46 y le anunció mi presentación al Rey para la buelta...




ArribaAbajo- VIII -

La expedición contra Argel; primeras impresiones


Alicante a 29 de jullio de 1775.

Amigo querido: Dichoso tu que no te has hallado en esta expedición tan breve como poco afortunada. Prescindo de la verdadera causa del succeso; pero lo cierto es que lo   —237→   más de lo que verás en nuestra gaceta tiene sus restricciones y que ai que decir en el asunto mucho más de lo que se puede poner en una carta. Día vendrá en que nos veamos y pueda actuarte a boca y por mi relación de todos los hechos, y juzgarás entonces con más certeza que lo que podrás hacerlo entre tanto. Tú que conoces nuestro país y su sistema y saves los resortes que le hacen ovrar, adivinarás mucho de lo que yo no puedo decirte. Lo cierto es que la tropa se ha portado con mucha constancia y que on nous a mi bien à l'épreuve.Yo he tenido la fortuna de livrar con una contusión no fuerte en el pecho, de que estoi bueno, aunque me ha costado dos sangrías y mucha calaguala, porque al principio eché sangre por la boca; pero no ha buelto, y ya solo tengo cansancio y fatiga al marchar, que se pasará con el tiempo. No sabemos aun nuestro destino; pero no es posible que en el año se haga ya nada, y dudo que después de visto el terreno y situación (que no conocían antes) buelvan a empeñarse en él. Los navíos y galeras de Malta y dos fragatas de Nápoles han llegado aquí después de nuestro arribo, y esperan como nosotros la orden de la corte. La tropa está aquartelada, porque havía alguna que tenía casi quatro meses de mar, y yo me voi mañana a mi quartel de Onteniente, desde donde veremos lo que es de mí y si puedo continuar mi proiecto, en que me confirmo más y más, porque cada día tengo menos ambición y más conocimiento du vuide de todos los objetos que pueden exaltarla...




ArribaAbajo- IX -

Resultas de la expedición. -Encargos para Moñino.-Entrada del Príncipe en el despacho


Valencia a 29 de agosto de 75.

Amigo y querido mío: Adivina quién me ha entregado una carta de 8 del corriente en el mismo quarto en que te peinavas quando vinistes a visitarme. No es posible aciertes   —238→   si no te lo digo. Mi hermana que, movida del cuidado de mi salud y aprovechando de esta ocasión para voiager un poco, ha podido sacar el sí del Duque y se ha venido en quatro días por el camino largo. A ce trai je reconois, ¿no es verdad? Llegó aquí el domingo 20 y creo se esté hasta mediados del que entra, que la acompañaré hasta Belmonte, seguiré a mi Fernán-Núñez, bolveré a Madrid, estaré hasta el fin del año a lo más, y me restituiré a París, si no ai cosa que lo impida.

Yo siento que unas ofertas vanas te haigan impedido tu viage con el Duque de Braganza, que huviera sido útil y divertido, porque él lo es mucho. Grimaldi te havrá entretenido con buenas palabras y misterios. Este es su talento, y en lo demás se ve lo que save y entiende las cosas. Es una picardía el que heche Ricardos, ni nadie, le culpa de lo acaecido a Romana. Quando yo desembarqué con mis granaderos, que fueron de los primeros, no le vi. Formé, le busqué (porque mandava mi división), y aún no havrá un quarto y medio de hora quando veo a su edecan a la retaguardía de mi batallón; le pregunto por su general, y me dice le han muerto, y entonces no nos avíamos movido de nuestra primera formación; con que mira qué culpa puede tener este desgraciado, aun quando la uviera havido en el avance y en todo lo demás que claman el inconsiderado ardor. Todos estos son pretextos, amigo mío; el ardor, la inconsideración y temeridad ha estado en quien ha proiectado la cosa sin el devido conocimiento del país y de las fuerzas del enemigo, y lo demás son pretextos y embustes que hacen más culpables a los que quieren disculparse con ellos, alavando al mismo tiempo a tor y a traver a los que creen pueden chillar. Yo compadezco como ninguno a O...47, si se ha dexado persuadir mal a propos, alucinado de su ambición; pero no puedo disculparle en   —239→   que no exponga llanamente las cosas y en que quiera sostener el disparate. Toda la nación chilla contra él, y Madrid dicen está peor que pudiera Londres, lleno de pasquines que piden satisfacción y que se ponga en Consejo de guerra, con arreglo a lo que el ministro ha puesto en la Ordenanza, cuyo artículo te copio a la letra, porque es muy singular que sea el que primeramente ha incurrido en él. A su muger dice que la insultaron en la Soledad un día, de modo que, por más que Grimaldi lo desea, no se atreve a llevarlo a Madrid, y le ha venido orden para reembarcarse e hir con Ricardos, Castejón, Abarca48 y otros quatro ingenieros a reconocer las islas Chafarinas, que están sobre la costa de África, y donde ai un puerto que está abandonado y piensan ocupar y arrasar los presidios menores. Después dio en hir a Cádiz, donde dicen algunos les harán los cargos, y otros que hallará O... la orden para pasar de Virrey a Santa Feé para reemplazar a Giriol49, que dicen vendrá al puesto del Bailio50; pero no respondo de la segunda parte de la noticia. La primera es cierta. Quando nos veamos te haré ver mi diario y reflexiones sobre él y hablaremos de lo que no se puede por escrito, aunque arto he dicho.

Desde Alicante te escriví para que las gacetas no te asustasen, pues estoi seguro de lo que devo a tu amistad, y dirigi a Moñino51la carta que parece no te ha llegado. Ya estoi bueno y solo me queda un poco de fatiga quando ando mucho; pero va disminuiendo y creo se pasará en breve del todo. Te doi mil gracias por lo que has asistido   —240→   con noticias a mi amiga en esta ocasión, y espero me digas cómo la has hallado a la vista y quanto te ha dicho. A Moñino escrivo para que me diga qué cofre es el que tiene mío y me lo remita.

Está bueno y diviértete en ese paraíso, que creo te havrá parecido tal. Sea henorabuena de la licencia del henero; ahora tendrán más cavida las pensiones, y a Dios para siempre Argel.

El Príncipe entra al despacho por instancia (a lo que se dice) de Grimaldi, que fue al primero que entró, y Muzquiz despacha de Guerra por Ricla que está malo. Esto ha gustado mucho al público; pero sin que dexe de conocer qual es el fin del inventor, que si no gana más la voluntad del Príncipe que la de dicho público, se llevará un buen chasco.




ArribaAbajo- X -

Casamiento del Conde de Fernán-Núñez. Descripción de Galicia


Madrid y junio 2.º de 77.

Amigo querido: Deciso he la mia sorte, y tanto la futura52como yo, estamos conformes con ella, que es a lo que se dirigió mi viaje. Este fue feliz, aunque incómodo, como me lo prometía; pero por salir de dudas, todo deve darse por bien empleado, y las 130 leguas que anduve en mula, con las 120 de coche, son nada cuando con ellas s'incontra mutuamente. La pintura que hizo Caamaño fue exacta, y assí no tengo que añadir sino que creo no te desagradará, porque, aunque no es una hermosura romana, es una graciosa española, cuyo picante suele compensar con ventaja   —241→   las perfecciones de las beldades. El diente negro tiene poco remedio, y por desgracia es el del medio de los de arriva; otro que ai al lado derecho que está fuera de línea, como los oficiales en el orden de parada (si de él te acuerdas), se ve menos, siendo los demás regularmente buenos. El genio me ha parecido dócil y de aquellos que, aunque faltos de ideas del todo, denotan una disposición natural a lo bueno y anelan conocerlo. Tiene un aire noble y suave y baila mejor que las más de las señoras sus compañeras. Sus padres son unas buenas gentes, pero el talento no iguala a la bondad, y promete más el de la muchacha, bien que no ai una viveza brillante; pero, en cambio de ella, se dejan ver una reflexión y observación cuyas buenas consequencias suelen ser más ventajosas. Todos hemos quedado muy contentos, y estamos en el pie de una correspondencia franca y amistosa en que la he querido poner desde luego para que se acostumbre a ella y al nombre de amigo, que sera el modo de que seamos felices. Me escrive unas cartas tan bien puestas, que te aseguro estoi dudoso de si pueden ser suyas, y, aunque por varios lo he indagado y me lo han asegurado, me quedan mis dudas, pues estan puestas con una soltura y estilo que no es posible tenga, aún con mucho talento, la que no ha tenido otras correspondencias de esta especie que no caven en el tono de su crianza. La boda no será hasta Octubre, pues con la marcha de tus hermanos (que en este tiempo me es tan sensible y me ocupa lo que podrás conocer) me falta Tolosa y otros recursos que me obligan a retardarlo. En todo este mes saldrán de aquí y quedo agoviado con el peso del govierno, que llevo con gusto por ellos...

Deseas te hable de Galicia y sus abitantes. El país se parece mucho a la Inglaterra en los ríos y cultura; pero el ser en lo general más quebrado, le hace más agradable, ofrece puntos de vista más variados y hermosos y le da una ventaja muy conocida sovre la igualdad de nuestra   —242→   Valencia. Las ciudades son antiguas y no buenas, salvo lo nuevo del Ferrol y Coruña que están sovre otro gusto, aunque pudieran mejorarse. Los paquebotes de los correos han dado un conocido aumento a este último puerto y a todo el reyno, que se conocerá cada día más. Las mugeres son esclavas en el travajo como en todo el norte de España, y para un hombre que veas cavar, enquentras ocho mugeres. La salida a Portugal y Castilla y lo mucho que dan de matrícula hace que el reyno no parece tan poblado como lo es. El primer punto necesita mucho remedio, y si se pusiera, si se fomentara el comercio y los ramos de lienzos y otros de que es susceptible; si las casas de los paisanos no fueran unas zaurdas y ellos unos cochinos, sería la más hermosa provincia de España y de las más utiles, no siéndolo poco en el día, en que da por si sola 9 regimientos de milicias y 11.345 hombres de matrícula...




ArribaAbajo- XI -

Nombramiento del Conde de Fernán-Núñez para la embajada de Lisboa. -Noticias relativas a varios parientes y amigos


Madrid y henero 9 de 78.

Amigo querido. Es cierto que creo seré feliz con la parienta que me ha tocado y de que cada día estoi más contento. Si huviera nacido en país en que se crían las gentes con instrucción, fuera perfecta; pero como no ha tenido esta fortuna, le falta todo lo que de ella le huviera resultado, y tengo el recelo de que la costumbre de no hacer nada pueda dificultar el remedio. Por lo demás, no ai que desear, y siento no la veas para que me digeses tu dictamen... Mucho he estimado la espresión del duque de Braganza a quien te pido lo digas assí, dándole mil memorías de mi parte. He hablado de él con el conde de Aveiras,   —243→   mayordomo mayor de la reyna, que me ha dado la mala noticia de que no pasaría por Madrid a su regreso a Lisboa; pero como se han empeñado en que yo pararé en esta ciudad, espero podré disfrutar allí mucho su compañía. Aquel destino me acomoda, y aun me es preciso en el día, como se lo tengo dicho a tu hermano, exponiéndole las razones que a ello me obligan y de que quisiera poder prescindir, porque ni soi ambicioso ni travajador, y si bastante filósofo para contentarme con lo que verdaderamente deve contentar; pero, amigo, el estado me precisa a lo que en parte me incomoda mucho.

Un siglo hacía que no te escrivía, y a la verdad que yo me lo pierdo, porque tus cartas instruien, divierten y nos hacen ver el sisthema de la colonia. Sólo de lo que no hablas es de la salud de la chica que, si mejorará diariamente como dice su padre, deviera estar del todo buena, lo que por otros savemos no es assí. Danos pues noticias suyas en la primera carta. Mucho hubiera celebrado ver al Cid53 haciendo los honores de la biblioteca del duque de la Valière54tan a la pata la llana. El povre Béjar se fue al otro mundo con la curiosidad que decía tener de ver a Infantado de buelta de sus viajes, por la singular mezcla que esperava resultaría de un español antiguo ingerto en frances moderno, que heran sus propias voces; pero se nos fue con esta y otras muchas curiosidades.

Yo paso mi tiempo entre mi hermana y mi parienta, esperando el momento de mi destierro, que me es tan doloroso por aquella como forzoso por esta; pero aun quando se me intime para marzo (como lo creo), espero no me precisen a marchar hasta el otoño, que será quando   —244→   marche la reyna, con lo que podré entregar al duque55 sus afaires, pues para entonces no dudo que esté de vuelta. Dichoso tu que pasas tu tiempo divertido y contento, y tienes para ti más de lo que necesitas, y sobre todo buen humor, que es el que oy me falta, por lo que va esta carta muy rara, y assí no quiero continuarla sino concluirla, dándote de todos modos un abrazo de todo corazón, pues saves es tuyo el de tu amigo.

CARLOS.

¿Quá me dices de Arcos? Están como dos tortolillas en el nido. La Sra. es singular a la verdad56.




ArribaAbajo- XII -

Salida para Lisboa.-La mujer y la hermana


Madrid y septiembre 23 de 78.

Me casé, como saves, y de mi muger tienes todas las noticias posibles por Infantado. Mañana salgo con ella para Lisboa que, siendo la única corte de Europa que no has visto, no pierdo las esperanzas de que [la] visitarás, y más saviendo el gusto con que te alojaré en ella, y teniendo ademas en el país un tan digno amigo como Braganza a quien conoces y que vendrá presto. En el día todo es tranquilidad, unión y amistad con aquella corte, y esto aumenta mi satisfacción por lo que este sistema se adopta con mi genio. Lo que siento es no ver a mi duque antes   —245→   de marchar, y dexar tan sola a mi hermana sin la Villahermosa57 ni nadie que la interese intímamente. Yo creo que lo que la conviene es mudar de objetos y venirse a Lisboa, ya que no ahora (que nos acompaña hasta Talavera), al parto de mi muger, pero lo dudo tanto, quanto lo deseo. Se le tomaría otra casa, si no queria estar sugeta a las precisiones de una embaxatriz, y yo creo firmemente que en su sistema y genio aquel país y situación la gustará diez mil veces más que este, igualmente que a mí. Mi mujer siente dexar este, pero se acostumbrará. Sigue bien el séptimo mes de su embarazo, no obstante lo qual, no ha querido dexarme, aunque se lo propuse, y tenía resuelto por mi parte. Yo veré como pruevo y me prueva la carrera y si soi para ella. El estar siempre averiguando lo que pasa y contemplando y festejando a todo el mundo son dos cosas mui contra mi genio y que me hacen temer de ne pas reusir. Si assi fuese, Fernán Núñez y Córdova (donde sólo podría mantenerme con decencia siendo más rico) no sólo no me espantan, pero satisfacen mi interior con preferencia a otra cosa; sino, Londres o París, o bien ambos succesivamente serán mi paradero. Este es, amigo, el plan del resto de mi vida, entieremen décidé por lo que a mí toca...




ArribaAbajo- XIII -

Carácter de la mujer. -Vida en Lisboa. Los "pelendengues" de Sorez


Lisboa y marzo 15 de 79.

...Dime pues porque no has respondido a mi carta y tomado parte a que sea verdadero padre a cara descuvierta?58.   —246→   Enmiendate y dame noticias de tu persona, vida y progresos, interin yo voi a hacerte la visita que me anuncias y que, aunque puede verificarse, miro no tan segura como te parece. La precisión de mantener a mi muger en el decoro devido y a que no alcanzarán mis fuerzas, sin apartarla mucho de sus padres que la aman como única, me hizo solicitar esta embaxada con esclusión por ahora de otra. Creí que la misma falta de disipación y demasiado trato le daría tiempo para aplicarse al francés y a los otros puntos de educación que le faltan, y que sirviéndole esta pequeña embaxada de una escuela para las otras, esperaríamos en ella el tiempo de pasar a la de Londres o París, si la carrera me acomodava y ella se ponía en términos de hacerse honor en cualquiera parte; y sino, permaneceríamos aquí hasta que nos acomodase retirarnos a casa. La costumbre de aplicarse poco o nada y la de haver hecho siempre su voluntad, sin havoir égar a pensar en los demás, son una barrera muy difícil de superar para adoptar un sistema enteramente contrario, y como a esto se añade una satisfacción propria y una sensibilidad grande, es doblemente difícil poder asegurar la victoria, y assí nada puedo decir de lo que será de mí en este particular, sin ver las resultas de més paines.Como quiera, estoi muy contento con ella, pues en revangede estos defectillos, hijos de la crianza, tiene un corazón excelente, un modo de pensar lleno de decoro y providad y conozco me ama de corazón, y me lisongeo que a fuerza de constancia, tiempo y paciencia se logre el resto. Si assí no fuere, este rincón de Europa será mi morada y mi ocupación el cuidado de mi casa y crianza de mis hijos, procurando dirigirla lo mejor que alcance, pues ya saves no me arrevata mi ambición.

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Yo me alegro mucho estés ya tan contento de tu establecimiento y logres el regimiento que me anuncias, lo que no dudo con los amigos que tienes y que ahora podrán valerte aupres de la reine, cuyo poder creo es bastante grande. La estada de tu hermana y su hermosa familia te será sin duda muy agradable, y han hecho muy bien en tomar la casa, si cuentan detenerse, pues hallando el mismo dinero a la buelta, es conocido ahorro, aun quando no ganen como se creía, por haver comprado, según me dixeron, en mucha conveniencia.

Yo paso aquí mi tiempo bastante solo. El genio y sistema del país y las distancias en que después del terremoto se hallan unos barrios de otros, dificulta bastante el trato. A Palacio solo van los ministros seis o 8 veces en todo el año, pues aunque el de España, Nápoles y Cerdeña concurren todos los sábados, es en privado y a penas ai gente. Paseos ni espectáculos públicos no ai ninguno, ni menos casas en que se junte la sociedad. Esta se reduce pues al cuerpo diplomático, que tiene entre sí asambleas a que concurren algunos pocos del pays y el que (como yo) no puede absolutamente jugar, tiene muy mal partido. Madama Lepselter (la Isabelita Arnau)59 y su marido son nuestros buenos amigos y continuos acompañantes, igualmente que el príncipe Rafadale60, y a no ser por esta señora, mi mujer se huviera aburrido aquí muchíssimo más, pero ya se va acostumbrando, y no habla tanto de Madrid. Tengo un jardín en casa que me divierte e interesa, aunque me ha costado algunos cuartos que no me sovran, y con esto, livros, mi música y mi casa, paso mi tiempo en embasadeur demi bourgoi, que para esta corte es muy bastante. Mañana (esta carta, excepto el primer párrafo,   —248→   es de 6 de abril, aunque se empezó en 15 de marzo) sale de aquí el marqués de Castrillo61, hijo del duque del Parque, a quien he aloxado por dos meses que se ha detenido. Viaja por España y este reyno para conocerlos antes de salir a otros como se propone y hará con utilidad, porque tiene aplicación, conducta y deseo de instruirse y viaja con reflexión. Esto añadido a su recomendable presencia, podrá hacerle bien visto en todas partes.

Acavamos de tener la noticia de la toma de Pondichery y demás establecimientos de la Francia en la India oriental. A esto añaden algunos haver abandonado la Dominica y estar bloqueada la escuadra de Esteing62 por la de Barringthon63. Sólo la primera noticia (ya cierta) es muy mala; ¡qué será si se verifican las otras! A la verdad que el tiempo está muy nublado y el aire más vario de lo que pudiera haberse pensado el año pasado por este tiempo.

El duque de Alafoens (Braganza fuera de aquí) vino bastante desmejorado y triste; pero está más recovrado que contento de su pays en que con razón halla tres gran vuide y un modo de pensar que casi no se acuerda haver tenido nunca. Dice no quiere nada, y lo creo tanto como el que le sería difícil adaptarse al sistema, ni que este adoptase nunca el suyo. No trata con el cuerpo diplomático, y poco con las gentes del país. Hemos hablado mucho de tí y de Viena que tiene muy presente, y con razón.

Basta de testamento, que ya no es carta, y así quédate con Dios hasta otro correo. Respóndeme y di mil cosas a tu hermana y sobrinos y a los amigos que se acuerden de este que lo es tuyo de corazón.-F.

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Mis dos pelendengues64 están en Sorés65, y parece se aplican; tienen el apellido de Gutiérrez, por el qual podrás verlos como hijos de un oficial español que murió en las Indias, si acaso pasas por allí casualmente.




ArribaAbajo- XIV -

Familia y educación. - Bautizo de un hijo. Vuelta de la hermana a Madrid


Lisboa y agosto 3 de 79.

Con más talento, instrucción, robustez que yo, te crees feliz (y lo heres) porque tienes dinero, ninguna ambición ni enemigo y algunos amigos y ¿me sentencias a mi a que travaje la mayor parte de mi vida, la pase gastando más de lo que tenga, afanado como pudiera si tuviese ambición para adquirirme muchos enemigos, perder a caso algunos de los amigos, viviendo rodeado de otros tantos que lo serán de mis empleos y condenado a fingir la mayor parte del tiempo? No, amigo, este no es partido igual. Yo gozo ahora de tranquilidad, no he conocido nunca la ambición; estoi casado a mi gusto, aunque algo quisiera que falta a mi mitad; pero no puede ser todo a pedir de boca, y sovre los 37 sonées en 11 del pasado, tengo (a demás de los de contrabando, que siguen aplicados en Sorés) un hijo, y otro en camino según veo, y es menester me ocupe de mí y de ellos. Veremos lo que dá de si el tiempo que está muy revuelto, y según él, sera mayor o menor el sacrificio que deva hacer de mi mismo en beneficio de la patria.

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El 17 del pasado salió de aquí mi buena hermana y ama después de havernos acompañado desde el 27 de abril. Asistió al bautizo y su función y se detuvo a mis años. Ha estado contenta y esparcida, porque la salud y espíritu necesitan de ocupación y objetos varios y nuevos. No le ha disgustado el trato de las señoras y le ha divertido y agradado mucho el campo, particularmente un lugar llamado Cintra, donde concurre gente el verano y se pasa fresca y alegremente, y a no ser por tratar con Infantado de sus asuntos antes de su marcha (que dice será a mediados de septiembre lo más tarde) se huviera quedado con nosotros hasta fines de octubre. La acompañamos sólo una jornada, porque en las actuales circunstancias no es posible separarme más, pero Caámaño siguió hasta Badajoz, de donde salió el lunes 26. Cada día nos hace más soledad y nos consolamos con su buelta.




ArribaAbajo- XV -

Continúa la vida del Conde en Lisboa. -Su ánimo exento de ambición. -Fundaciones en Fernán Núñez


Madrid y marzo 15 de 1784.

Deseas saver de mi salud, situación interior y miras políticas, y me das en ello una prueva de tu amistad a que voi a corresponder. Mi salud no ha sido aquí tan buena como en Lisboa. Vine de allí gordo como no lo he estado nunca; pero tuve unas calenturas viliosas en Aranjuez que me incomodaron. Repitiéronme en la Granja y Madrid, y en noviembre padecí un cólico de cuyas resultas me quedó una debilidad y aun temblor en el brazo derecho por afección de los nervios, que nobstante de estar aliviado, podrás conocer en mi letra. Desde entonces he hido siempre a mejor, y con el buen tiempo y algunas aguas, espero aliviarme del todo.

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Por lo demás, soi el hombre más dichoso de este mundo. Me ha tocado una muger virtuosa por su carácter y modo [de] pensar, pero sin asomo de hipocresía ni de fanatismo ni bigotería. Me ama, la amo, somos íntimos amigos, paseamos juntos 8 días si nos acomoda a ambos y, sino, dexamos de hacerlo un mes entero, siendo cada qual el consultor y depositario de los secretos del otro. Tengo dos chicos y una niña robustos y hermosos, y cuyo corazón y luces prometen para lo succesivo. He hallado un ayo español que creo no me dexará que desear, y el cuidado de su educación me interesa y ocupa. No tengo ambición y estoi contento con mi destino de Lisboa, particularmente en el día en que veo renovadas con aquella corte las alianzas y buena armonía que nos conviene a ambos y a que tengo el gusto de haver contribuido no poco. Han querido y aun quisieran embiarme a Londres; pero ni lo deseo ni lo desearé, y assí lo he dicho al ministro que es mi amigo y me lo ha acreditado en complacerme en esto por ahora según lo espero. Ve aquí la situación de tu amigo que contento con su suerte vive tranquilo con ella, conoce tout le vuide de la cour et des courtisans y en medio de ellos piensa como si estuviera en su casa de Fernán Núñez y se recrea en fundar en ella dos dotes anuales, escuelas públicas gratuitas para niños y niñas povres en que se enseñan más de 100 de cada sexo, limosnas diarias para povres impedidos enfermos, y una capilla pública en su propria casa en memoria y sufragio de una hermana que nunca dexará de llorar. Ya heres dueño de mis secretos y corazón, con lo que verás es como siempre tuyo y cuenta con tu amistad tu buen amigo.

CARLOS

Mis respetos a la familia femenina que quisiera ver y a la Sra. aguela hijos y nietos que abrazo de corazón.