Escena
I
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ROSALÍA y
VIOLETA.
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(La primera sentada haciendo costura en el banco de la
izquierda; la segunda a su lado, en pie, y teniendo en la mano una
jícara con una pluma dentro, y un trapo blanco sostenido
bajo del brazo.)
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ROSALÍA |
¿Y qué sucedió?
Prosigue. |
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VIOLETA |
Que un día llegó doña
Ana |
|
y unos cuantos caballeros, |
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el uno era el juez de guardia, |
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y acercándose a mí, dijo |
5 |
la buena señora: «Basta |
|
de martirio, pobre ángel; |
|
ya tu esclavitud acaba.» |
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-4- |
otro de los caballeros, |
|
un médico, habla en voz baja |
10 |
con el juez, y éste, indignado, |
|
exclamó: «¡Qué horrible
infamia!...» |
|
Uno escribió... no sé
qué;... |
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y por último, acostada |
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según me hallaba en el lecho,... |
15 |
un jergón con una manta... |
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Me llevaron poco a poco |
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a una lindísima casa |
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a la vez que a la mendiga, |
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mi verdugo, la encerraban |
20 |
en la cárcel, según supe |
|
tiempos después por doña Ana. |
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ROSALÍA |
Pero ¿por qué aquella infame |
|
mendiga te maltrataba? |
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VIOLETA |
Porque el sueño me rendía, |
25 |
y el hambre y sed me mataban, |
|
tras horas y horas sin cuento |
|
de pedir casa por casa |
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limosnas para ella, en tanto |
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que yo, hambrienta y destrozada, |
30 |
a comer no me atrevía. |
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Ni un mendrugo. Porque, esclava, |
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sin voluntad y sin ánimos, |
|
comía lo que me daban |
|
sus antojos, sin quejarme, |
35 |
y ella me creía harta |
|
de golosinas. A veces |
|
porque bebía sin tasa |
|
y se ponía frenética. |
|
Otras, porque no quedaba |
40 |
contenta de las limosnas |
|
que recogía... Mis lágrimas |
|
la irritaban; mis lamentos |
|
la enfurecían; cegaba; |
|
y a fuerza de golpes siempre |
45 |
sucumbía yo... |
|
|
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VIOLETA |
Hasta que Dios quiso
|
|
poner término a mis ansias. |
|
Doña Ana, por las vecinas |
|
supo lo que me pasaba; |
50 |
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-5- |
enterose, y acudió |
|
a la autoridad. |
|
|
ROSALÍA |
¡Sí, gracias
|
|
a las recomendaciones |
|
del señor! |
|
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VIOLETA |
Y allí, en tu casa,
|
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rodeada de cuidados |
55 |
y de amor; limpia y aseada; |
|
recibiendo sus lecciones |
|
y su ejemplo, vime salva |
|
de la atroz esclavitud |
|
en que estuve en cuerpo y alma. |
60 |
Hasta que el cielo dispuso |
|
que otra vez sola quedara, |
|
y se llevó, en hora triste |
|
para mí, a la que me daba |
|
besos, ternuras y amparo... |
65 |
|
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ROSALÍA |
Y entonces viniste a casa; |
|
porque como los señores |
|
querían mucho a doña Ana, |
|
aya de Irene y persona |
|
respetable y respetada, |
70 |
prometiéronla ampararte... |
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VIOLETA |
Y cumplen bien su palabra |
|
pues de bondades me colman |
|
y como a hija me tratan. |
|
¡Dios les dé dichas sin cuento |
75 |
como ambiciona mi alma! |
|
|
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ROSALÍA |
Y di, María, ¿por qué |
|
Violeta todos te llaman? |
|
|
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VIOLETA |
¡No lo sé!... Acaso mi humilde |
|
origen... |
|
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ROSALÍA |
De flor que entraña
|
80 |
con la humildad lo excelente |
|
de su aroma; flor preciada |
|
que con su bondad anuncia |
|
su existencia, publicándola |
|
más con su amable modestia |
85 |
que con sus nativas galas. |
|
El nombre, que es muy bonito, |
|
perfectamente te cuadra. |
|
|
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VIOLETA |
(Reconocida.)
|
¡No merezco tanto! |
|
|
ROSALÍA |
Eso
|
|
es una cosa que escapa |
90 |
|
-6- |
a tu juicio y a tu modo |
|
de ser. Pero, el tiempo pasa, |
|
y volverá la señora... |
|
|
|
VIOLETA |
Antes voy a ver a Mañas, |
|
que el pobrecito, aún cojea |
95 |
mucho, y la hinchazón no baja. |
|
¡Pobre perro!... ¡Cómo
lame |
|
agradecido, con ansia |
|
mi mano cuando le curo!... |
|
|
|
ROSALÍA |
¡Bueno, mujer; vete, anda! |
100 |
|
|
|
(Vase VIOLETA por
el segundo término de la derecha.)
|
Escena
III
|
|
IRENE y
LUCILA.
|
IRENE |
¡No temas; no nos ha visto! |
|
|
|
|
IRENE |
¡Buena es ésa!
|
|
¿Y qué importa? Con negarlo |
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-7- |
las dos, a ver cómo prueba |
|
que lo hemos hecho nosotras |
115 |
y no ha sido Violeta. |
|
|
|
LUCILA |
¡Si la echásemos la culpa!... |
|
|
|
|
|
IRENE |
Como es tan tonta,
|
|
hará todo lo que quiera |
120 |
yo. ¡Si siempre estoy colgándola |
|
mis milagros!... Deja, deja, |
|
que ya verás de qué modo |
|
huimos de la tormenta. |
|
|
|
LUCILA |
Cuando tu mamá se entere... |
125 |
¡Buena la va a haber! |
|
|
IRENE |
¡Si fuera
|
|
ella sola!... Lo más grave |
|
es papá, que en cuanto venga |
|
y sepa lo que ha pasado... |
|
|
|
LUCILA |
¡Ay, Irene!... ¡Qué
ocurrencia |
130 |
la mía!... |
|
|
IRENE |
¡Bah! No te apenes.
|
|
Busquemos a la chica esa, |
|
y ya verás cómo carga |
|
con el mochuelo. |
|
|
|
IRENE |
¡Oh, quién sabe!
|
135 |
Acaso el asunto tenga |
|
una solución más fuerte |
|
y de mayor trascendencia. |
|
Tal vez la echen a la calle. |
|
|
|
LUCILA |
(Con
hipocresía.)
|
¡Pobrecilla!... |
|
|
IRENE |
No me alegra
|
140 |
el mal de nadie, soy franca; |
|
pero, de perder... que pierda |
|
cualquiera, no siendo yo. |
|
|
|
|
IRENE |
Si supieran
|
|
que habías sido la causa, |
145 |
cree, Lucila, que nos cuesta |
|
el no vernos nunca más. |
|
|
|
|
IRENE |
¡Ea! Manos a la obra; |
|
busquemos a Violeta, |
150 |
|
-8- |
y verás cómo la engaño |
|
y nos escapamos de ésta. |
|
|
|
|
(Vanse por el segundo término de la
derecha.)
|
Escena
VI
|
|
IRENE,
LUCILA y VIOLETA.
|
IRENE |
(A VIOLETA.)
|
Pues figúrate que el gato, |
|
cuando nos vio, desde lejos, |
190 |
dio en maullar de modo horrible |
|
y en bufar de modo horrendo |
|
y en saltar como a la comba... |
|
¿Es verdad, Lucila? |
|
|
|
IRENE |
Tenía el pelo erizado... |
195 |
|
|
|
|
LUCILA |
¡A mí me dio mucho miedo! |
|
|
|
IRENE |
Y de pronto... ¡Buf! De un
salto |
|
llegó casi, casi al techo; |
200 |
y al caer, como un cohete |
|
salió del cuarto corriendo |
|
tropezando en todas partes, |
|
tirándolo todo al suelo, |
|
y dando cada maullido, |
205 |
que asustaba. Sólo viéndolo |
|
es creíble. |
|
|
|
-10- |
|
IRENE |
Nos dio lástima y tras de él |
|
salimos en seguimiento |
210 |
llamándole: «¡Ven,
monino!»... |
|
|
|
LUCILA |
«¡Ven, pobrecito
Lucero!»... |
|
|
|
IRENE |
Pero, sí. ¡Estábamos
frescas! |
|
El michito, loco, ciego, |
|
como alma que lleva el diablo |
215 |
rehuía nuestro encuentro |
|
tirándose a las paredes |
|
y dando saltos tremendos. |
|
Del comedor fue al pasillo, |
|
desde allí al recibimiento, |
220 |
desde éste escapó al despacho, |
|
del despacho fuese luego |
|
al cuarto de Rosalía, |
|
después al cuarto de Diego, |
|
y desde éste a la despensa, |
225 |
y a la cocina... |
|
|
LUCILA |
¡A todo esto,
|
|
sin dejar de dar bufidos |
|
como un toro! |
|
|
IRENE |
¡Bien! El hecho
|
|
es que se metió en la sala |
|
no sé quién habría
abierto, |
230 |
y salta acá, salta allí, |
|
hasta que cayó de lleno |
|
sobre el busto de mamá |
|
lanzándole contra el suelo |
|
y haciéndole más pedazos |
235 |
que estrellas hay en los cielos. |
|
|
|
|
IRENE |
Y lo más grave
|
|
¡ay, Violeta! no es eso. |
|
Lo más grave es que nos echen |
|
la culpa, que no tenemos |
240 |
y me castiguen. |
|
|
LUCILA |
¡Es claro!
|
|
A menos que tu... |
|
|
|
|
|
-11- |
IRENE |
Pues, diciendo
|
|
que has sido tú quien lo ha visto |
245 |
mientras curaba yo el perro. |
|
|
|
|
IRENE |
¡Y te alegra mi tormento!... |
|
|
|
|
LUCILA |
Cuando se miente
|
|
sin daño para tercero, |
250 |
antes bien para evitarle |
|
un disgusto... hija, yo creo |
|
que es una acción meritoria. |
|
|
|
IRENE |
¡Y tanto!... Pero yo tengo |
|
la culpa, haciendo confianzas |
255 |
a quien como a hermana quiero |
|
(Quejándose.)
|
y así me paga. |
|
|
LUCILA |
¡No haría
|
|
lo mismo a estar yo en su puesto! |
|
|
|
VIOLETA |
Mentir, no miento por nada. |
|
Lo que haré es guardar silencio |
260 |
si me inculpan. |
|
|
LUCILA |
(Con
decisión.)
|
¡Es bastante!
|
|
|
|
IRENE |
Pues ha llegado el momento, |
|
porque ya mamá se acerca |
|
¡tan sólo de oírla,
tiemblo! |
|
|
|
Escena
VII
|
|
Dichas. DOÑA
PAZ y ROSALÍA.
|
DOÑA PAZ |
(Muy enojada.)
|
¡Esto ya es intolerable |
265 |
y acaba con la paciencia! |
|
¿Quién ha jugado en la sala? |
|
¿Quién mientras he estado
fuera, |
|
ha abierto la puerta?... ¡Irene, |
|
contesta pronto; contesta! |
270 |
|
|
IRENE |
¡No sé, mamá! Yo no he
sido. |
|
|
|
LUCILA |
Y yo he pasado con ella |
|
el tiempo que ha estoy aquí. |
|
|
|
DOÑA PAZ |
Rosalía, mi indulgencia |
|
tiene sus límites. Puesto |
275 |
que usted ha debido verlas, |
|
|
-12- |
sabrá quién ha roto el busto |
|
de la sala. |
|
|
ROSALÍA |
Bien quisiera,
|
|
señora, cumplir sus órdenes, |
|
mas no es posible. En su ausencia, |
280 |
la señorita Lucila |
|
llegó y, como siempre, apenas |
|
con la señorita Irene |
|
reuniose, ambas contentas |
|
y alborozadas se fueron |
285 |
al hotel. Seguirlas, fuera |
|
imposible, pues no paran, |
|
ni de entrar y salir cesan. |
|
Por esto decir no puedo |
|
si han sido o no han sido ellas. |
290 |
|
|
DOÑA PAZ |
(A VIOLETA)
|
¿Has sido tú? |
|
|
|
(VIOLETA no
contesta. Pausa.)
|
ROSALÍA |
¡No, señora!
|
|
¿Por qué, mujer, no contestas? |
|
¡Habla! |
|
|
DOÑA PAZ |
¿Has sido tú?
Responde.
|
|
Di la verdad. |
|
|
ROSALÍA |
(A VIOLETA.)
|
¡Te condenas
|
|
tu misma con tu silencio! |
295 |
|
|
|
(Pausa.)
|
DOÑA PAZ |
¿Te obstinas en callar? Esa |
|
determinación te acusa, |
|
que también hay elocuencia |
|
en el silencio. |
|
|
ROSALÍA |
(Protestando.)
|
¡Señora!...
|
|
|
|
DOÑA PAZ |
¡Basta, que no es muda ella! |
300 |
Cuando tú no te defiendes |
|
y en tal silencio te encierras, |
|
es prueba de que tú has sido |
|
quien de la sala la puerta |
|
ha abierto. Y pues que mis órdenes |
305 |
crees que para ti no rezan, |
|
hoy dejarás esta casa; |
|
a menos que yo no sepa |
|
quién ha roto el busto. |
|
|
|
(VIOLETA llora en
silencio.)
|
ROSALÍA |
(Indignada.)
|
(Aparte.)
|
¡Vamos!
|
|
¡Su mutismo me exaspera!... |
310 |
|
|
DOÑA PAZ |
(A ROSALÍA.)
|
Y usted puede ir disponiendo |
|
cuanto esa muchacha tenga, |
|
|
-13- |
para que se lleve todo |
|
y otra vez aquí no vuelva |
|
para nada. |
(VIOLETA gime pero sin
hablar.)
|
Ya es preciso
|
315 |
que se acabe la indulgencia |
|
para con quien tan mal paga |
|
el bien que se le dispensa. |
|
|
|
VIOLETA |
(Con violencia y protestando.)
|
¡Oh; eso, no! ¡Jamás
olvido |
|
cuánto debo! Ingrata fuera, |
320 |
y yo no sé ser ingrata. |
|
|
|
ROSALÍA |
(Con viveza,
animándola.)
|
¡Sigue, sigue! ¡Habla; no temas! |
|
|
|
DOÑA PAZ |
¿Confiesas que has delinquido? |
|
|
|
ROSALÍA |
¡No, señora! No confiesa |
|
lo que no es verdad! |
|
|
DOÑA PAZ |
(Muy grave.)
|
¡Silencio!
|
325 |
|
|
ROSALÍA |
¡No tal! Antes que padezca |
|
lo que no es justo, yo hablo |
|
y defiendo su inocencia. |
|
Ella ha estado al lado mío |
|
y no ha podido ser ella |
330 |
quien ha pisado la sala. |
|
(Abrazándola.)
|
¡Lo afirmo! ¡Pobre Violeta! |
|
|
|
VIOLETA |
(Conmovida.)
|
¡Muchas gracias, Rosalía! |
|
|
|
|
ROSALÍA |
(Acusando.)
|
¡Han sido ésas!
|
|
(Indica a IRENE y LUCILA.)
|
|
|
DOÑA PAZ |
¡Increíble me parece!... |
335 |
|
|
IRENE |
¡Oh, no, mamá, no la creas! |
|
|
|
ROSALÍA |
¿No? ¿Quién ha quemado el
gato? |
|
(IRENE y LUCILA bajan la cabeza.)
|
¡Hola! ¡Bajan la cabeza, |
|
y no sienten los perjuicios |
|
que causan a la inocencia! |
340 |
|
|
IRENE |
(A VIOLETA.)
|
¿Se lo has dicho? ¡Qué
habladora! |
|
|
|
VIOLETA |
(A IRENE.)
|
¡Yo no he hablado! |
|
|
ROSALÍA |
¡Prueba plena!
|
|
Ya ha confesado el delito. |
|
|
|
IRENE |
(Disculpándose.)
|
¡Fue Lucila! |
|
|
DOÑA PAZ |
(A IRENE.)
|
¡Cuenta, cuenta!
|
|
|
|
-14- |
IRENE |
Mira, mamá, no ha pasado |
345 |
más que esto: traía ésta |
|
(Por LUCILA.)
|
unos pasteles muy ricos, |
|
y el gato hizo de uno presa; |
|
y entonces dijo Lucila: |
|
«Irene, si tu quisieras, |
350 |
le quemábamos el rabo |
|
por goloso.» En la despensa |
|
hallé una caja de fósforos; |
|
encendí uno... Entonces ella |
|
prendió un papel y arrimósele |
355 |
a Lucero. Hecho una fiera |
|
saltó bufando, y el pobre, |
|
como halló la sala abierta, |
|
allí se entró y lo primero |
|
que hizo fue a la rinconera |
360 |
dar un brinco... tiró el busto... |
|
Y ¡claro! al caer a tierra |
|
rompiose... |
|
|
DOÑA PAZ |
¡Bien, basta, basta!
|
|
Resulta tu inobediencia |
|
unida a un fondo dañado, |
365 |
puesto que al mirar la pena |
|
de una inocente, sus lágrimas |
|
no lograron hacer mella |
|
en tu corazón. Me duele |
|
tener por hija una fiera, |
370 |
pero vas a ser domada, |
|
y pronto. Hoy irás de interna |
|
a un colegio, de mí lejos, |
|
donde verme más no puedas |
|
hasta que estés corregida. |
375 |
Por completo. |
(A LUCILA, con
severidad.)
|
En mi presencia
|
|
no están bien los seres malos |
|
que van a casas ajenas |
|
para lastimar, crueles, |
|
a animales sin defensa. |
380 |
De modo que, de hoy en más, |
|
será mejor que no vuelva |
|
usted por aquí. Y tú, hija, |
|
(Dirigiéndose a
VIOLETA.)
|
Nunca ser cómplice quieras |
|
de quien en el daño goza |
385 |
|
-15- |
y nunca piedad demuestra |
|
al mal de los inocentes. |
|
Usted, Rosalía, tenga |
|
cuidado en lo sucesivo, |
|
y ahora llévese a esa pécora. |
390 |
(Por LUCILA.)
|
|
|
LUCILA |
¡No me importa el no volver! |
|
|
|
DOÑA PAZ |
Quien dijo tal insolencia |
|
no merece que se tome |
|
un criado la molestia |
|
de acompañarle. ¡A su casa! |
395 |
|
|
VIOLETA |
¿Y no han de hallar indulgencia |
|
en quien tan buena alma tiene? |
|
|
|
DOÑA PAZ |
¡No todos son Violetas! |
|
En todo caso consulta |
|
a esta amable concurrencia. |
400 |
(Por el público.)
|
|
|