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Al argos de Bogotá

Registro bibliográfico

  • Título: Al argos de Bogotá
  • Autor: Anónimo
  • Publicación original: Medellín: Imprenta de Manuel Antonio Balcazar, 1838
  • Descripción física: PDF
  • Nota general:
    • El que dice lo que debe, oye lo que no quisiera. Zacarías cáp. único de veritate....

  • Notas de reproducción original: Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
  • Notas:
    • Colombia
    • Resumen: ¡..)sro265 A f-IVJ ¿ ¿f+3. PL o 6 8 1 ,i\I~ AllGOS])E.B()G()'TA. " El que d ice lo qu e n o d ebe, o. ,O) ' C lo que no quisiera . Z acarcas; CA P. V lI'l CO d e v eritate . , _. POR un a de tanta s ca5u alidaéle~ que suceden en esie inundo redondo, llegó 11 nuestras ' manos el número J • ;) r dcl ¿¡rgos, en el cual se .ve un articulo DivtSúm de - pioumcias, I qu e ha llamado la pobre. atención de Jos cain­pesinos, Se dice alli, crue hai J!Ja,s d e cinco pretensiones de nuevas provincias; <IlIe la ' materia de .division territo­riu l es grave é importan,le; que siempre, h~a sido conside­rada con la ma,val' atención antes de tocill'l<\; .que ella afee­la multit ud .de int er eses" . y. (l';1-~ . s~n ~ , e~. pOI' una absoluta n ecesidad, p iU a ~ se" (jeIJe 'altera:- ni va ria r , Al leer solo este [lrdimbúlo, ' ¿quién [ladra dudar qu e ~ I articulista CO'D­si~ lcraba efectivamen te como illl[lOrl ./rí l,c· esta cuesrion, ' v :" qu e él la apoyaría y sos tendr ía cap illíp.a}:(:¡'a{/darl en -el' su puesto y único caso de qu c ella Iuera , necesari a? Pero al concl uir su :írliculq se desp ide con una.sbcllisima alocu­cien diri jida a 105 l ~isl aq~re sl en I~ , cual ,;es ,acon seja con muc ha G,'avedad¡ que en esl[l \,l1:J\en :J se dr;¡en glllal' por la fria ra zón, que 'tenga n fil' llle;a para Ilega l' la creacion ocnuevas pro vincias, .Y que 11 0 sigan {;jemp /ares pornicio- _ sos, Pa rece que el escr itor en la inuodu ccion de su arti­culo nos dejaba espe l'anza siquiera p ar~ el .caso de nccesi­¡¡ ad urjeute, (que 11 0 la han ner;aqp ni leólof, os ni mora­¡¡ slaS!; p ero al concluir Sil sCiloda su doctrin al esc ri to 1I0S cie rra abs,ol ulal\lcnl e' las pu ertas, y nos niega hasta el po­test de 'consiguir la que desean nuestra s pueblos. ,lY cfl rién ­a l oir d c ~ir i-on un tono. tan (;\'a\e, Clue la cuestion ele eli ­vision es import ant e, !lO espcrarin que, se eleduiese esta ,. (:(0S e? ~e Rc ! a , . ".luC'G') ',I e!l,e concederse a. los pucl:los, que 1'1 solicl ta!l, SI eUa esta lundadu en razon y en Justicia?'" ,\ Como nosotros los C31l1peSI\los creemos que a· l .adie le gusta darse con una piedra en los dientes, creiamos tarn­bien que si nuestros cantones aspiran a la Iormacion de una provincia es porque, juzgando de la importancia de esta medida por la utilidad y conveniencia que de ella resulta. juzgahan tambien que ella babia de ser pOI' con­secuencia apovada pOI' el gobierno y concedida pOI' el con. gl'esó. Pero desgraciadamente, el mismo principio que fa-vorece este proyecto, es el que boi se al'guye para dedu- 1 cir de él una estrada consecuencia, cual es, que se debe negar la diuision, Ahora nos acabamos de Jesengafiar de lo que oimos desde que est ábamos mui ni ños referir a nuestros abuelos, a saber, que con los pueblos se juega ]0 mismo que con los muchachos, y <lue en estas cuestio-nes 1/0 ha¡" peor cufia ..•... No pos preciarnos de tener conocimientos adminis­trativos y topogrti.ficos de nuestras provincias,' pel'O pode­mos asegurar, que anuestros pueblos les sucede lo que a Jos enfermos, que se quejan cuando les duele, porque ca­da uno siente su mal; y asl, las teorías del Argos jamas podrán convencernos de que no sea útil y necesaria la di­visi ón que se ha proyectado en nuestra provincia. Prescindimos del tono dogmático con que se preteo-- de alumbrar al congreso lo que dizque debe hacer en una '1 euestion, que el mismo escritor considera como importan-te. Reservado estaba - iJ un pa pel ministerial desacreditar los actos lejislativos, calificando de ejemplares perniciosos i. las prudentes medidas'uomadas por el congreso para erijir las nuevas provincias de Cauca, Buenaventura v Vclez, ¿Sera p.ol'que estas p ~oviden('ias fueron de los tiempos pa­sado~?;, Conque ahora si se acuerdan de nuestro padre y DI'. santo Tomas, pal:a usar en toda la estension de la pS. labra aquello de recedant velera, nova sint omnia? Para sostenerse ,(con !'aJOD Ó sin ella) la 110 division se alega como fundamento la sagrada eCOIl071úa y la deu­da pública. Aunque escritos juiciosos, que el público ha visto por la Imprenta, han satisfecho victoriosamente aes- j . , ,j tuUlil~<l~s, ti que es~amas desvaratados é impotentes para t rabajar: ¿ü acaso jUZIP que nosotros le hemos cojido el guslico a eso que llamun vivir de empleos? Sobre estos, y otros puntos que toca el Algo, le corremos traslado para que pase la vista pOI' una conIra aduer tenc/a que anda por hai por esos mundos de Dios, y que en concepto de los campesinos ,ha dilucidado la cuestion de division dé un mo-do claro ,. conclu vente. ' Antes de termirnn: esta respuesta harémos una obser­vacion, En el número 5 del Argos, en el artículo Nave­gaúoll del AJagrlalena se' encarece mucho 01 congreso que sea consecuente en sus resoluciones, que proceda con .detenimiento y circunspeccion al acordar las leyes, y que no las varie anualmente. No podemos compajinar estos prudentes consejos con los que a continuacion le da en el artículo Divisioll de provincias, pues en aquel aconseja la " .firmeza, )' en es te la inconsecuencia, y en tales terminas que se avanza a calificar de ejemplos perniciosos las rnui .meditadas y mui políticas providencias tomadas por el con­greso al sancionar Id creacion de las nuevas provincias que se han erijido últimamente¡ ,pero lo mas ,singtllal' es, que el escritor no da una ' razón convincente para justificar su incoherencia. ¿Conque en aquella providencia debe el con­greso sostenerse con firmeza y en esta otra debe retroce­der? Si esto no es conrradicion de principio no encontra­mos ou-o nombre que da r le.... a no ser que se le aplique el que usan los campesinos en casos iguales, denominan­dole Lei Embudeica, Esta admirable leí tiene un ·uso pro­díjioso, pol'flue es mui fhcil aplicar la parte ancha para r~. 'eibir , y la angosta para largar. Ya se ve, que se¡;ulJ Ol­mos 1t los que saben, parece que ya dizque llegó la época de las alga~avías, Y,que todos los g:ual'Detas dizque tenemos que decir Amen a cuanto se escriba en tono gra-ve V en letra de molde. I • Sino fuera pOI' temor de separarnos de la ~uestioD le diriamos al Soriador del Argos que ya qu qUiere ttue el jeneral Santander (hombre p~blico que ha ligurado en la 1 1 l'¿,'olu'cioil desde clnilo de 1SiO) se retiré a su hacicndái < ~ 11 crear vac as , a tomar leche, y a hacer ent es, ,:por qué su seiioría el ,escr itor del Sueiio , .\ a que otras ocasiones ha ocupado destinos de cat egorín y r;ozado de bonitos su ­eldos, no se retira su merced a descansar en los encantos _" de la vida privada, b curarse .dc. susenfe.rmedades, y a tomar' su s Lucnas postreras de lech o? Si a est o se nos con­testara, q ue aljeucral Santande r C0ll10 horn brede ·P¡.'o es a ­quien alcanza la ie~ del ostraststua, les rcplicuréinos cnt oh-ces , que si es ciei-tp como se nos proclama diariall'jenlc~_ ' que la cpoc'a 911 ~Iu.e vivimos dizqlle es el siglo de lasTu-ces, parece incompatible adruitiruhora aquella dura lei san­c ionada en )u~nios ari os, y que puede llamarse propiamen-te la lci de la , ingratitud ( : l. . , Quisieramos seguir escribiendo y decir muchas cosas que se ' nos ocurren; pero sera mejor deja¡' la pluma no sea que nos .ya."an 11 acusar al 'yuH' corno les sucedi ó a " u no s 18 suj etos. Dada ~'n Sal arnina el dia de Nuestra Sciiora (k - la , Candelaria ' a ,'2 de febrero del ·aoo de 1838----.2°. de la emancip actou, rp.J Unos Caní'pesinos . . , ~ .... ( 1). Harta dljCl'encia hru' 'entl-e los se}'í;~ ;{{)s 'l'le Se­p restan con Pe/lB1'0 de la ' vida, Y. aqn clios 'l ile se liuce/l con solo el riesgo de /j'at/at' y TlO perder. 7wnúien luu alg ll ll fl r/¡jere/lcw entre la s .Irttlga, y r rivaclones de la guerra , iJ. los clt(t chareos de una tertulia . • El 'Gondede 'Segur ; ó José' . Seguro mató á C'onfianza. \i¡ (,.U JcdzH;v¿/{¿ .~ l/ta· .~e.-60 . p:iEn"j~-IJ'.tr~r· iwpr,euta Jo. l\fauucl AntónwJJ t\ l c i1 t~r ; ano (.{c----;.B: ~ ... ,. , , .-, 1 •
    • Resumen: Divisiones administrativas y políticas; División territorial; Provincias; Columna
    • Dominio público
  • Forma/género: unidad documental
  • Idioma: español
  • Institución origen: Biblioteca Virtual del Banco de la República
  • Encabezamiento de materia:
Al argos de Bogotá | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Ampliar imagen

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