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El canto de la perdiz

Registro bibliográfico

  • Título: El canto de la perdiz
  • Autor: García, José Octavio; Urbina Rangel, Fernando, 1939-
  • Publicación original: Cartagena: Institución Universitaria de Bellas Artes y Ciencias de Bolívar, 2016
  • Descripción física: PDF
  • Notas de reproducción original: Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
  • Notas:
    • Amazonas (Colombia)
    • Resumen: Este relato hace parte de la adaptación realizada por Fernando Urbina del mito uitoto “La Mujer Jaguar y el Cerbatanero”.
    • Resumen: Diseño Editorial y Maquetación: Yanidis Ramos Contreras. Coloreado e Ilustrado: Liseth Avila Ferrari. Relización de Personajes: Kevin Martelo. Texto - Mito - Marraciones: Tomado de las cartillas narraciones de la maleta calima, museo del oro Diseño Editorial y Maquetación: Yanidis Ramos Contreras. Coloreado e Ilustrado: Liseth Avila Ferrari. Relización de Personajes: Kevin Martelo. Texto - Mito - Narraciones: Tomado de las cartillas narraciones de la maleta calima, Museo del Oro Diseño Editorial y Maquetación: Yanidis Ramos Contreras. Coloreado e Ilustrado: Liseth Avila Ferrari. Relización de Personajes: Kevin Martelo. Texto - Mito - Marraciones: Tomado de las cartillas narraciones de la maleta calima, museo del oro El canto de perdiz El Canto de Perdiz Mito Huitoto Textos de Fernando Urbina Rangel Este relato, junto con muchos otros, me fue hecho por don José Octavio García, en La Samaritana (Pto. Leguízamo, Putumayo), en el año de 1971. Octavio es hablante de uitoto (dialecto bue) y es hijo del gran sabedor Don José García, gente de Muinanî. Maleta didáctica “Calima, narraciones indígenas, animales míticos” del Museo del Oro del Banco de la República. Directora de Arte y Creatividad Yudy Silva Calvo Coloreado Digital e Ilustración de Contexto Yanidis Ramos Contreras y Liseth Avila Lerrari Realización de Personajes Kevin Martelo Grupo de investigación Chirimoya de Colores – Líder del Grupo de Investigación Yudy Silva Calvo - Programa Diseño Gráfico Institución Universitaria de Bellas Artes y Ciencias de Bolívar 2016 No le fue fácil al Cerbatanero escapar de la Mujer-Jaguar que, mediante gestos mágicos, no perdía ocasión de armarle toda suerte de trampas en el camino. 53 Uno de ellos fue una gran palizada en la que por fortuna descubrió a perdiz. —Tía Perdiz -le dijo-, permíteme montarme en tu lomo y pásame al otro lado, pues mi enemiga ya me va a alcanzar.— 54 Esas perdices vuelan muy poco pero, en cambio, son habilísimas corredoras. Como su atuendo es opaco, logran camufl arse fácilmente en el suelo del bosque entre tanta raíz y hoja seca. 55 Al comienzo de la charla, Perdiz no estaba muy de acuerdo en ayudar al Cerbatanero y alegaba que cuando el hermano había estado por allí había matado un montón de sus familiares, cuando la ley del monte ordena que no se deben cazar más de cinco aves de cada tropa. 56 Jirayauma le dijo que en compensación, si lo ayudaba, él le daría un regalo que le iba a permitir advertir del peligro a los otros miembros del grupo y que de esa manera pagaría un tanto el daño hecho por su angurriento hermano. 57 El cazador cumplió lo prometido: sacó de su mochila el yerakï, ese coquillo muy pulido donde guardaba el tabaco sagrado. Vació y comió el contenido del recipiente y le enseñó a Perdiz a soplar en él y a modular un sonido muy especial. —Ésta será tu voz –le dijo. La usarás en tiempo de verano. 58 El cazador cumplió lo prometido: sacó de su mochila el yerakï, ese coquillo muy pulido donde guardaba el tabaco sagrado. Vació y comió el contenido del recipiente y le enseñó a Perdiz a soplar en él y a modular un sonido muy especial. —Ésta será tu voz –le dijo. La usarás en tiempo de verano. 58 Perdiz contestó: —¡Siéntate en mis espaldas! Alzó el vuelo con el hombre encima y en breve plazo lo dejó al otro lado de la cerca. 59 Desde entonces, esa variedad de perdiz adoptó como su canto propio ese sonido que le sirvió de ahí en adelante para dar aviso de peligro a sus congéneres y también para enamorar. 60 Cuándo la ogresa llegó a la palizada, muy segura esta vez de agarrar a Jirayauma, se topó con que allí sólo estaba Perdiz escarbando en el suelo del bosque, buscando las semillitas e insectos con que se alimenta. 61 Al pedirle cuentas, ella le respondió que por allí no había pasado nadie, que para eso ella era la guardiana de ese lugar. La Mujer-Jaguar pensó que la muy tonta había dejado escapar al Cerbatanero por estar distraída buscando alimento. Regañó a Perdiz y continuó la persecución. 62 Perdiz contestó: —¡Siéntate en mis espaldas! Alzó el vuelo con el hombre encima y en breve plazo lo dejó al otro lado de la cerca. 59
    • Resumen: Águilas; Aspectos culturales; Indígenas de Colombia; Leyendas colombianas; Muinanes; Negros; Serpientes; Witotos (Familia indígena)
    • © Derechos reservados del autor para los textos. Derechos reservados del Grupo Chirimoya de Colores para las Animaciones.
  • Forma/género: texto
  • Idioma: español
  • Institución origen: Biblioteca Virtual del Banco de la República
  • Encabezamiento de materia:
  • Nombre relacionado:
El canto de la perdiz | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Ampliar imagen

Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)

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