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Antigua. Historia y Arqueología de las civilizaciones

Asiria

Introducción histórica a Asiria

María Pilar González-Conde Puente
(Universidad de Alicante)

Tableta asiria del rey Asurbanipal. Museo Británico (Londres).

En el alto Tigris se asentaron una serie de comunidades cuya vida estaba condicionada por el accidente geográfico que dominaba el territorio. El valle alto del río tiene unas condiciones orográficas y un régimen pluviométrico diferente del resto de Mesopotamia, que incluye zonas con suficiente pluviosidad para la agricultura. Con un mayor desnivel para salvar, el Tigris discurre más torrencialmente que el Éufrates y tiene unos afluentes que bajan de los montes Zagros y que servían de vías de comunicación entre ambos.

Allí nacieron ciudades como Assur, el gran puerto del Tigris, o Nínive, desde las cuales se iniciaron los grandes movimientos de expansión asirios. A comienzos del II milenio, numerosos contingentes de Amoritas (semitas occidentales) se habían ido asentando en toda Mesopotamia. En el siglo XVIII a. C., monarcas amoritas controlaban desde Assur un territorio considerable (imperio antiguo asirio). Los comerciantes asirios monopolizaban el comercio con el interior de Anatolia (Capadocia), en donde pagaban tributos a la población local y a cambio establecían puntos de comercio (karum) de los que el principal fue Kanesh (Kültepe). A lo largo del siglo XVI a. C., Asiria cayó bajo el empuje del Estado de Mitanni, de quien los reyes asirios se convirtieron en vasallos.

Dos siglos después, las ciudades asirias iniciaron el despegue internacional, basado en la conquista del Estado de Mitanni y la conversión de su parte oriental en vasallo. Desde entonces, y sobre todo a lo largo del siglo XIII a. C., Asiria llevó a cabo la formación de un estado territorial (imperio medio), liberándose del yugo mitannio durante el reinado de Assur-uballit y continuando la expansión sus sucesores. En época de Tukulti-Ninurta (1244-1208 a. C.), Asiria era ya una gran potencia en el Próximo Oriente, y el monarca se proclama rey que recibe tributos de las cuatro partes del mundo. A finales de la centuria, las disensiones internas y los ataques de poblaciones de los Montes Zagros desencadenaron el fin de este gran imperio. Durante el resto del milenio, Asiria quedó sin papel internacional.

El panorama político del Próximo Oriente cambió radicalmente a finales del II milenio y comienzos del I, surgiendo nuevas poblaciones y nuevos centros de poder. Asiria recuperó su antiguo protagonismo a partir del siglo IX a. C., conquistando desde entonces, y a lo largo de la centuria siguiente, la mayor parte de los territorios a occidente de los montes Zagros y, con ellos, todas las grandes rutas de comercio.

En el siglo VIII a. C. ya habían llegado a controlar las ciudades cananeas de la costa mediterránea (como Tiro), a las que convirtieron en Estados tributarios, y en época de Assurbanipal (668-627 a. C.), también recibieron tributos de Egipto. Pero a finales del siglo, una monarquía caldea de Babilonia libera de manos asirias todos los territorios del sur. Terminó así el imperio nuevo asirio.

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