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Antigua. Historia y Arqueología de las civilizaciones

Conjunto arqueológico de El Molón (Camporrobles, Valencia)

Presentación del conjunto arqueológico de El Molón (Camporrobles, Valencia)

En las proximidades de la localidad de Camporrobles (Valencia), en el límite provincial con Cuenca, se localiza una gran muela cretácica conocida como El Molón, de 1.124 m Presenta forma alargada y se encuentra estructurada en varias plataformas, siendo la central, más amplia, la elegida como lugar de asentamiento pues resulta muy apta para el desarrollo urbanístico, al tiempo que presenta unas condiciones defensivas inmejorables, al quedar delimitada en buena medida por abruptos escarpes. El yacimiento presenta un gran interés debido a su estratégica localización geográfica, en la zona de transición de la Meseta, las Serranías Ibéricas y el litoral mediterráneo, controlando el cruce de vías que descendían de las Serranías de Cuenca y Albarracín hacia las zonas valencianas por el corredor de Utiel y Requena.

La muela tuvo una ocupación continua desde el final de la Edad del Bronce o inicios de la Edad del Hierro, extendiéndose hasta la segunda mitad del siglo I a. C., para abandonarse en época romana al pasar los asentamientos a la llanura, aunque el lugar seguiría visitándose durante esa época, dada la presencia esporádica de materiales de los primeros siglos de nuestra era. El poblado se recuperaría nuevamente en un momento indeterminado de la segunda mitad del siglo VIII, para abandonarse definitivamente hacia el siglo X d. C. como lugar de hábitat, reocupándose, como observatorio militar del aeródromo cercano, durante la Guerra Civil de 1936-1939, y, como campo de cultivo, durante los años 40 y 50 del siglo pasado.

Los hallazgos más espectaculares se han centrado en el poblado de la Edad del Hierro, cuya superficie de 2,65 ha, que sería mayor dada la existencia de barrios extramuros, hacen que pueda ser considerado como un oppidum de pequeño tamaño. La gran defensa natural del lugar se completó, a lo largo de un centenar de metros, con una muralla longitudinal muy bien conservada por el Norte y el Oeste, las zonas más accesibles, mientras que un gran torreón rectangular de unos 40 metros cuadrados, un antemural o torre adelantada y un foso de unos 20 m de longitud y casi 5 de ancho, con el que se relaciona una poterna magníficamente conservada, defienden el «istmo» situado en el lado Este, el más vulnerable. Sendas torres, de las que en la actualidad no quedan prácticamente restos, flanquearían la puerta principal de acceso al poblado, a la que se llegaría por un camino tallado en la roca, que conserva los profundos surcos producidos por las ruedas de los carros. El poblado de El Molón estuvo dotado de tres cisternas, dos, de segura factura prerromana, al interior, y otra, de más de 20 m de profundidad y de adscripción cultural y cronológica más difícil de determinar, al exterior del recinto, junto al camino que se dirigía hacia el citado acceso. En las inmediaciones del poblado se documenta la necrópolis, de incineración en urna, lamentablemente destruida casi en su totalidad. Hay que mencionar, finalmente, la existencia de una cueva-manantial situada a los pies de su ladera suroccidental, interpretable como un santuario.

Igualmente destacada es la ocupación islámica del cerro, que parece corresponder a un hisn o lugar fortificado en altura de cierta envergadura. El conjunto presenta el interés de haberse conservado la planta completa del asentamiento, de algo menos de 1 ha, rodeado por una muralla que recorre su perímetro de forma completa, individualizándose en su interior dos zonas, el poblado propiamente dicho, donde encontramos la mezquita y otros edificios anejos, así como conjuntos de estancias, articuladas por espacios abiertos, localizándose en su parte más elevada los restos de una pequeña torre de vigilancia; además un recinto, libre de construcciones, conectado con las otras áreas por dos accesos, interpretado como un albacar La parte más oriental se destinaría a algunos de los servicios derivados de las actividades cotidianas, con abundantes silos-basureros y diversas placas de hogar, destacando la presencia de un edificio de gran solidez alzado sobre los restos de la antigua cisterna prerromana, ya amortizada en esta etapa. Del conjunto destacan, por su conservación, las estructuras defensivas y las puertas, pero será la mezquita, localizada en la parte más oriental de la zona alta del poblado, el hallazgo más importante. Se trata de un edificio de planta rectangular, en el que la predeterminada orientación del muro sur o qibla, al que queda adosado un nicho rectangular o mihrab, nos llevan a su clara identificación. El edificio queda integrado por una gran estancia, al sur, en la que se individualizan sendas salas comunicadas entre sí, que, contarían, posiblemente, cada una de ellas con un nicho, así como una pequeña antesala que daría paso a lo que se ha interpretado como un patio, situado al norte. Por lo que se refiere a las unidades habitacionales, se trata de grandes espacios rectangulares, en su mayoría sin compartimentación interna, con muros de trazado irregular, construidas en general sobre los restos de otras anteriores, pertenecientes a la fase ibérica del poblado. La presencia en este asentamiento de un edificio como la mezquita permite destacar su singularidad, ya que, en este ambiente rural, nos revela, de forma irrefutable, la ideología y cultura de sus pobladores, posiblemente bereberes.

En definitiva, El Molón puede considerarse como uno de los yacimientos con más posibilidades desde el punto de vista cultural no solamente de Valencia sino también del interior peninsular. Ofrece características casi únicas como son su marco paisajístico y el conjunto arqueológico, relativamente bien conservado en lo que respecta tanto a la ocupación prerromana, principalmente su sistema defensivo, hasta el punto de convertirlo en uno de los grandes ejemplos de la poliorcética ibérica y celtibérica, como a la islámica, que ha permitido documentar la planta completa de un asentamiento de época altomedieval.

La visita se inicia en el Centro de Interpretación, donde el visitante recibirá toda la información de los servicios a los que puede acceder, además de facilitar el conocimiento, la comprensión y el disfrute de la mayor parte posible de los vestigios arqueológicos e históricos de El Molón. A pocos metros se ha acondicionado un espacio como aparcamiento, convenientemente señalizado, iniciándose la visita a través de una senda, cuyo trazado ofrece una suave pendiente. La visita, con una duración aproximada de 2 horas (incluida la subida a pie, de unos 20 minutos), integra los principales elementos arqueológicos identificados en la actualidad, ofreciendo primero un recorrido por los restos pertenecientes a la Edad del Hierro, para continuar con la ocupación islámica del lugar. Todo ello se complementa con la visita a la Colección Museográfica de Camporrobles, sita en el Patronato «Martínez de la Mata», edificio del siglo XIX en el que se encuentra el Ayuntamiento de la localidad, donde se exponen algunos de los materiales arqueológicos procedentes del yacimiento, junto a algunas piezas ibéricas excepcionales encontradas en la Comarca de Requena-Utiel.

Alberto Lorrio Alvarado
María Dolores Sánchez de Prado

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