Departamento de Psicoloxía Evolutiva e da Educación. Facultade de Psicoloxía.
Universidade de Santiago de Compostela.
RESUMEN Palabras clave: Sordos, Lengua de signos, Adquisición del lenguaje, Gestos. |
SUMMARY
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INTRODUCCIÓN
 La importancia de los gestos en los primeros estadios
de adquisición del lenguaje ha sido destacada en numerosos estudios sobre el
desarrollo de las lenguas orales y de signos (Erting y Volterra, 1990; Slobin,
1986). Recientemente (Capirci, Iverson, Pizzuto y Volterra, 1996) se han analizado
las producciones de uno y dos elementos en niños de edades comprendidas entre
16 y 20 meses, en las cuales aparecen gestos y palabras solos o combinados.
Los problemas que se han abordado en todos estos estudios son los siguientes:
1) la clasificación de los gestos utilizados atendiendo a su valor comunicativo;
2) el papel significativo de los gestos y las palabras en las producciones de
dos elementos de las que forman parte; 3) la sustitución progresiva de los gestos
con valor referencial por las palabras en las combinaciones de dos elementos.
 La clasificación de los gestos es un problema que todavía está
sin resolver. Diferentes autores utilizan clasificaciones diferentes de acuerdo
con sus postulados
teóricos y las características concretas de sus estudios. Una de las más utilizadas
es la separación
dicotómica entre gestos deícticos o perfomativos (Bates, Camaioni y Volterra,
1975; Bates, Benigni, Bretherton, Camaioni y Volterra, 1979; Capirci, Iverson,
Pizzuto y Volterra, 1996) y gestos representacionales, referenciales o simbólicos
(Caselli, 1983; Goodwyn y Acredolo, 1993). El significado de los gestos deícticos
(pedir, ofrecer, mostrar, señalar) puede ser identificado a partir del contexto
físico de la comunicación, mientras que los gestos referenciales representan
al referente, totalmente o en parte, a clases de referentes o sus relaciones
y pueden ser equivalentes
a las primeras palabras.
 El valor significativo de las producciones de dos elementos
se ha estudiado en función de sus componentes, y por tanto está muy relacionada
con el tipo de clasificación de los gestos y las primeras palabras que se haya
decidido. Los trabajos de Caselli y Volterra (Caselli y Volterra, 1990) informan
de que en las primeras producciones de dos elementos los niños combinan gestos
y palabras antes de construir enunciados con dos palabras. En estos trabajos
también se dice que en ese momento evolutivo aparecen combinaciones de dos palabras
referenciales o dos signos referenciales (en el caso de las lenguas de signos)
pero no combinaciones de dos gestos referenciales . Los mismos resultados se
desprenden del estudio de GoldinMeadow y Morford (1990) que afirman que las
combinaciones de dos gestos para expresar dos elementos semánticos distintos
eran muy poco frecuentes y desaparecen antes de la aparición de enunciados de
dos palabras. La ausencia de combinaciones de dos gestos representacionales
y la poca frecuencia de combinaciones de gesto representacional y palabra representacional
se ha interpretado como una profunda «constricción
» (constraint) (Capirci et al, 1996: 670) que tienen los niños oyentes expuestos
a la lengua oral para expresarse con gestos. Estos niños usan los gestos en
emisiones de un solo elemento o usan gestos deícticos en combinación con otra
palabra pero nunca usan dos gestos representacionales. Se ha prestado una especial
atención a las combinaciones constituidas por gestos deícticos y palabras referenciales
(Capirci et al, 1996) ya presentes a los 16 meses. Además se ha enfatizado
el hecho de que los niños sustituyen las palabras deícticas (poco frecuentes)
por gestos de señalar debido a la mayor dificultad simbólica que las palabras
entrañan.
 Parece que los gestos tienen un papel de predecesores
de las palabras, de manera que los niños empiezan a utilizar gestos en sus primeras
producciones comunicativas, e incluso los utilizan en combinaciones con una
palabra en las producciones de dos elementos. Pero cuando empiezan a combinar
dos palabras, las combinaciones de dos gestos referenciales son poco frecuentes
e incluso desaparecen (Caselli y Volterra, 1990; Goldin-Meadow y Morford, 1990;
Capirci, Iverson, Pizzuto y Volterra, 1996).
 Con este trabajo queremos contribuir
a esclarecer
los problemas que se han planteado y obtener datos de un estudio longitudinal
de niños que adquieren la Lengua de Signos Española. Nos proponemos: 1) Comprobar
si el uso de combinaciones de gestos y signos antes de la combinación de dos
signos es un patrón
evolutivo también presente en esta lengua; 2) Analizar el valor semántico de
los elementos (gestos y signos) utilizados en las producciones de dos elementos,
especialmente de los gestos y signos deícticos, 3) Comprobar si en los niños
cuyo input principal es la lengua de signos el uso de gestos y signos sigue
el mismo patrón que aquellos expuestos a la lengua oral.
MÉTODO
Sujetos
 Los sujetos eran cuatro niños (tres oyentes y un sordo) hijos de padres sordos que tienen la Lengua de Signos Española como lengua familiar. Los cuatro fueron grabados en vídeo en sesiones de una hora en interacción natural con los padres (juegos, comida, baño, etc.). Hemos analizado las transcripciones de dos niños correspondientes a los 16, 17, 18 y 20 meses, y las de otros dos correspondientes a los 16 meses.
Procedimiento
 Las grabaciones fueron transcritas usando el sistema Childes.
Se transcribieron todos los gestos y signos que los niños producían codificándolos
como tales cuando cumplían los requisitos comunicativos y lingüísticos establecidos
(Justo, 1996). Fueron categorizados en diferentes tipos y codificados para su
posterior análisis.
Tipos de gestos y signos
 Hemos clasificado los gestos en cuatro grandes tipos: expresivos
(enfado: EE; rechazo: ER; otros: EX), apelativos (requerir atención: R; pedir:
P; mostrar: M; ofrecer: OF), referenciales (indicación: I; icónico: RI) y sociales
(despedir: DP; saludar: S; afirmar: AF; negar: N). Los gestos expresivos son
aquellos mediante los cuales los pequeños expresan diferentes estados de ánimo
(enfado, rechazo, etc.). Los gestos apelativos son aquellos que sirven a los
niños para llamar la atención, para pedir, mostrar u ofrecer y que han sido
llamados «performativos» en otros estudios (Bates, Camaioni y Volterra, 1975).
Los gestos referenciales
son aquellos que tienen un referente claro (cosa, persona, acción o cualidad)
y los hemos divido en dos subtipos: gestos de indicar (persona o lugar) y gestos
icónicos (en los que el gesto reproduce en su forma algún o algunos rasgos del
referente). Creemos que esta clasificación es más completa que aquellas que
reducen a dos (deíctico y representacional) los tipos de gestos y puede ayudarnos
conocer mejor el significado de las producciones de dos elementos.
 Hemos considerado signos a todas aquellas emisiones que tienen ciertas características
mínimas en cuanto a su forma (estabilidad y parecido de sus parámetros a los
parámetros adultos) y su función (Juncos et al, 1996, 1997). Los signos o primeras
palabras en lengua de signos pueden clasificarse en dos grandes grupos: deícticos
y referenciales . Son signos deícticos aquellos que sirven para señalar persona,
cosa o lugar y tienen la misma estructura formal que los gestos correspondientes
, de aquí la dificultad para distinguir
entre signo y gesto deíctico. Los signos referenciales los hemos clasificado,
según su valor semántico, en nominal general (NG) que equivalen a los nombres
comunes, nominal específico (NE) equivalentes a los nombres propios, palabras
acción (PA) que representan acciones, palabras personal-social (PS) que representan
rutinas de interacción , como saludos, despedidas, negaciones, o afirmaciones,
y modificadores (Md), que son aquellos signos que representan cualidades
o atributos.
Esta clasificación de gestos y signos nos permitirá analizar todas las combinaciones
posibles de dos elementos.
Enunciados de uno, dos o más elementos.
Consideramos enunciados de un elemento todas aquellas producciones que están
compuestas por un gesto o un signo que aparecen aislados de forma clara. Cuando
dos o más elementos aparecen juntos y son utilizados para expresar un significado
completo son considerados como partes de un enunciado compuesto. La información
contextual es la que nos permite establecer esta clasificación. También hemos
usado un criterio de productividad, según el cual, para que un enunciado pueda
ser considerado múltiple es necesario que los elementos que lo componen, signos
o gestos, aparezcan también en otros contextos, bien aisladamente o en combinación
con otros.
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Figura 1. Distribución de la cantidad media de producciones
de los cuatro niños (a los 16 y a los 20 meses) en emisiones de uno, dos o más elementos. |
Tabla 1. Producciones de los niños clasificadas
según los elementos de las que se componen.
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RESULTADOS
En la tabla 1 se presenta el número total y la media de producciones de uno, dos o más elementos (gestos y signos) de los cuatro sujetos . La figura 1 muestra los patrones de producción de los niños estudiados. Esta figura representa las medias de cada tipo de producción en las edades límites de nuestro estudio, 16 y 20 meses. A pesar de las diferencias individuales, se puede observar que las producciones predominantes están formadas por un solo gesto y en menor cuantía por un solo signo. Las producciones de un gesto aumentan significativamente (p < 0,05) a los 20 meses, pero no las producciones de un signo. Las combinaciones de dos elementos son escasas en este período y no experimentan incremento significativo.
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Figura 2. Distribución de las producciones de dos
gestos según el tipo de gesto en combinación: 2 Exp (2 Gestos Expresivos),
Exp + Apel (Expresivo + Apelativo), 2 Apel (2 Gestos Apelativos), Exp
+ Soc (Expresivo + Social), Ref. Señ + Otros (Referencial de señalamiento
+ Otros). Porcentajes de cada tipo sobre el total de emisiones de dos
gestos.
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Al analizar las combinaciones de dos gestos (que se muestran en la figura 2) observamos que el mayor porcentaje (alrededor de un 60% a los 16 meses y de un 50% a los 20 meses, significativo p < 0,05) está constituido por la combinación de un gesto referencial de señalamiento y otros gestos. Un ejemplo de este tipo de combinaciones es el siguiente:
Esto es, el niño estira el brazo señalando con el índice
hacia el objeto de forma cúbica, simultáneamente realiza un movimiento repetitivo
del cuerpo que denota insistencia y realiza miradas alternantes hacia su madre
y hacia el objeto deseado.
Además, en nuestros análisis aparecen otras combinaciones gestuales, ejemplos
de ellas es: (*IVA: 0. %gpx: P y EE) esto es, el niño coge la mano de su madre
e intenta conseguir que camine con él por la habitación, al mismo tiempo patalea
y mueve el cuerpo manifestando enfado ante la negativa de su madre.
Las combinaciones de dos signos (Fig. 3), están formadas en su mayoría por un
signo deíctico y un signo referencial y encontramos las siguientes producciones:
signo deíctico más un nominal general (70% a los 16 meses, 53% a los 20 meses),
por ejemplo LIBROPNT/PÁJARO (signo deíctico de señalar al libro más signo de
pájaro); signo deíctico más una palabra acción (16% a los 16 meses, 20% a los
20 meses), por ejemplo DORMIR/BEBÉPNT (signo de dormir más signo deíctico de
señalar el bebé); deíctico más un signo personal-social (0% a los 16 meses,
7% a los 20 meses), por ejemplo SÍ@nm/COCA+COLAPNT (signo de afirmación más
signo deíctico de señalar la coca-cola); deíctico más modificador (3% a los
16 meses y 7% a los 20 meses), por ejemplo TONTA/ELVIRAPNT (signo de tonto más
signo deíctico de señalar a la persona de una experimentadora). Solamente un
pequeño porcentaje de las producciones de dos elementos están constituidas por
dos unidades léxicas
, por ejemplo OLER/COLONIA (signo de oler más signo de colonia), DORMIR/NO@nm
(signo de dormir más signo especial de negación).
DISCUSIÓN
Los enunciados comunicativos de los sujetos están constituidos en su mayoría por un elemento, predominantemente gestual. Nuestros datos muestran algunos ejemplos de combinaciones de dos elementos e incluso algunas de más de dos elementos. Esto se corresponde con lo esperado en la etapa de transición entre el estadio 1 y estadio 2 en el desarrollo del lenguaje, lo que apoya que el desarrollo de la lengua de signos sigue el mismo patrón evolutivo que las lenguas orales. Tenemos que destacar que en las producciones de dos elementos hay un porcentaje similar de los enunciados compuestos por dos gestos con medias de 4,25 y 8,5 a los 16 y 20 meses respectivamente, y por dos signos con medias de 6,25 y 7,5 respectivamente.
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Figura 3. Distribución de las producciones de dos
signos según el tipo de signo en combinación: Dei + NG (Deíctico + Nominal
General), Dei + PA (Deíctico + Palabra Acción), Dei + PS (Deíctico +
Personal Social), Dei + Md (Deíctico + Modificador), 2Pal. Lex (2 unidades
léxicas ).
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Dentro de las combinaciones de dos elementos gestuales se
observa que los gestos de señalamiento unidos a otros tipos de gestos son los
más numerosos. Resaltamos este hecho y lo ponemos en relación con los resultados
referidos a las combinaciones de dos elementos lingüísticos, en las que se observa
un predominio de los signos deícticos relacionados con otros signos. Parece
obvio que el signo deíctico tiene su precedente en el gesto de señalamiento,
aunque la frontera entre signo y gesto, en este caso, es difícil de establecer.
La mayor frecuencia de combinaciones de dos elementos en las que aparece un
deíctico coincide con los resultados obtenidos por Capirci y colaboradores (Capirci
et al, 1996) en su estudio sobre la lengua oral. Según nuestros resultados es
muy difícil determinar si las producciones deícticas son de tipo gestual o lingüístico,
aunque nosotros hemos seguido el criterio de considerar como signo deíctico
aquellas producciones que aparecen acompañadas de un signo (nominal, palabra
acción, etc.).
Además de estas combinaciones hay que destacar también la
presencia de dos gestos expresivos. También aparecen combinaciones de gestos
expresivos y gestos apelativos y gestos expresivos y gestos sociales. Según
nuestros resultados creemos que, si se aplica un sistema de clasificación adecuado,
se puede comprobar que las combinaciones de dos elementos gestuales sirven para
expresar, con más frecuencia de la señalada por otros autores (Goldin-Meadow
y Morford, 1990), dos elementos semánticos distintos. Creemos que los niños
expuestos a un input rico en expresión gestual, como es la lengua de signos,
no tienen esa constricción (Capirci et al, 1996) que presentan los niños expuestos
a la lengua oral para expresarse con gestos. Tanto los niños oyentes como el
niño sordo de nuestro estudio combinan dos gestos en sus producciones para expresar
dos elementos semánticos distintos.
Consideramos que en las producciones de dos elementos lingüísticos las unidades léxicas (nominales generales y palabra acción, es decir, nombres y verbos) son las más numerosas y pueden ser el origen de una sintaxis incipiente basada en la proyección de esas unidades léxicas . Por ejemplo, los enunciados Dei + NG (LIBROPNT/PÁJARO) pueden ser el origen de una cláusula de valor copulativa (esto es un pájaro) o de otra con valor locativo (el pájaro esta aquí) otro ejemplo, las combinaciones de Dei + PA (COMER/PLATOPNT) que puede ser el origen de cláusulas como «me como eso» o «eso es comida».
BIBLIOGRAFIA
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