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Contreras recibiendo a Chano en el palenque, la mañana del 25 de mayo



CONTRERAS

ArribaAbajo    Óiganle a Chano el versista:
velay está, mirenló:
¿diaónde sale, paisanazo,
tan garifo? y de armador287
de 25 de Mayo,  5
celeste y blanco...

CHANO

...¡Pues no!
lo lindo es para lucirlo:
¿cómo está, señó Ramón?

CONTRERAS

    Ya lo ve, amigo, alentao,
sin novedá la menor.  10
¿Qué hace, pues, que no se apea?
¿O no le da compasión
estarle oprimiendo el lomo
a su picazo flacón?
—269→

CHANO

    Pues, mire que de mi hacienda288  15
éste es el pingo mejor,
y el único que reservo
para algún lance de honor,
y no se le haga tan ruin
por verlo así delgadón,  20
pues cuando le cierro piernas,
aunque atropelle a un cañón,
este flete en la rompida
es como una exhalación.

CONTRERAS

   ¡Ah, Chano, si ha de morir  25
siempre facilitador!
miren, pues, de qué sotreta289
dice que es un volador;
pero, ¿diaónde diablos sale?
déjese cair por favor.  30

CHANO

    Aguarde, no me apresure;
que vengo medio alegrón
de resultas de que anoche
nos metimos en calor,
y en el cuartel nos cruzamos,  35
yo y el sargento Veloz,
contra dos mozos de ajuera,
a jugar un truquiflor;
—270→
en el cual últimamente
nos pelaron a los dos,  40
después de estar orejiando290
hasta que el candil dentró
a relampaguiar menudo:
y tanto se enflaqueció
que, al echarle un ¡vale cuatro!  45
a uno que me retr
hasta la mecha del grito
¡a la gran... pu...nta saltó!
    Al fin, en esos primores
la noche se nos pasó;  50
y hoy a la madrugadita,
cuando el lucero apuntó,
el corneta de la escolta
tan de una vez se florió
en la diana, que del todo  55
el sueño se me ahuyentó;
de manera que ensillé,
y apenas medio aclaró,
cantando y al trotecito
vine a dar por el Cordón  60
a un rancho, en donde acostumbro
caír a explicar mi dolor,
y luego hacerme el morrongo
si se ofrece la ocasión.

CONTRERAS

    ¡Ah, gaucho! ¡Si será el diablo!  65
¡y tan viejo, veanló!
—271→
pero, siempre trajinista
y vasallo del amor.

CHANO

    Cabal, amigo: ¿qué quiere?
no he perdido la afición.  70
De balde ya en los fandangos
me duermo en cualquier rincón;
no reculo... pero... atienda:
¿sabe lo que me pasó
con su hermano hoy tempranito?  75
Ahí me salió en el Cordón;
(¡ah, muchacho busca vida!)
ni sé como me vichó
al pasar por una esquina
el caso es que me salió,  80
y atajándome de golpe
al estribo me alcanzó
un vaso con la mañana,
y en ancas un cimarrón.
    Luego, quiso entretenerme;  85
pero yo le dije, no:
que hoy es día VEINTICINCO,
y antes que despunte el sol
me voy a lo de Contreras
a pegarle un madrugón...  90
a pesar que por desdicha
hoy me encuentro, ¡de mi flor!
cortao291 hasta lo infinito
así, tengo precisión
de irme a campiar unos medios  95
—272→
para largarle el valor:
y aunque no tengo más prendas
de valer que este fiador292,
hecho como está a la vista
de trenza resuperior,  100
puede que por él encuentre
quien me largue un patacón.
    Al decir esto, de veras,
su hermano se me enojó,
y arremangándose el poncho  105
desprendió del tirador293
cuatro pares de botones,
y ya me los aflojó:
de juro294, poniendomé
en la juerte obligación  110
de tomarlos; pero ¡cuándo!...
solamente tomé dos,
quedándole agradecido;
de manera que me armó:
y lo que me vi platudo,  115
cogí en el mesmo Cordón
y compré... velay, giniebra.
Tome, que vengo de humor
de divertirme a su lao
—273→
y afirmármele al fogón,  120
para desechar si puedo
las penas del corazón.

CONTRERAS

    Me gusta, amigo, apiesé;
echará un verde... Trifón,
poné agua al fuego a la juria295.  125
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    Entonces Chano se apió,
y sacando el cojinillo296
la cincha medio aflojó
luego al pingo rienda arriba  130
y maniado lo dejó
junto al palenque, y después
a la cocina dentró:
sentose, cruzó las piernas,
y así que se acomodó,  135
recorriendo el pensamiento
de esta suerte se explicó:

CHANO

    Pues, desde anoche, paisano,
hice mi resolución
para pegarle este albazo,  140
y como hay satisfaición
—274→
esta limeta compré
de giniebra superior,
la cual del todo debemos
apurarla entre los dos  145
a salú del Veinticinco
de nuestra revolución.
Con que así, afirmeselé...
¡ahora, aparcero Ramón,
que principian los repiques,  150
y las salvas!... ¡Bro... co...tón!
    Oiga las musiquerías
y las dianas, ¡qué primor!
y... ¡vea, qué cosa linda!
ya empieza a nacer el sol  155
que en mil ochocientos diez
a esta mesma hora alumbró
a nuestra patria querida,
¡libre del yugo español!...
¡Ah, patria de aquel entonces,  160
quién te mira y quién te vio!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    Aquí Chano contristao
lagrimiando se agachó.

CONTRERAS

    ¡Voto-alante! No se aflija,  165
¿qué quiere hacerle al dolor?
Vamos sufriendo, paisano,
de la desdicha el rigor
hasta gozar algún día,
si nos da vida el Señor...  170
—275→

CHANO

    ¿Algún día?... ¡qué esperanza!
lo mesmo decía yo
cuando entonces sacudimos
el yugo del Español;
pero hoy, cuasi nada espero  175
al ver, amigo Ramón,
que con tanto prometernos
libertá, organización,
paz, abundancia y primores,
nuestra triste situación  180
le da tres rayas afiera
al tiempo de la opresión,
o más bien del rey de España,
cuando de patriota yo
abandoné hasta mis hijos  185
y el fruto de mi sudor,
por dedicarle a la patria
alma, vida y corazón.
    Ya sabe; de veintiocho años
me le agaché al pericón297,  190
y llevo ya ¡treinta y cuatro!
sin desprenderme el latón;
de manera que a la fecha
me aprietan sesenta y dos,
y atrás de la patria vieja  195
sigo meniando talón,
y más que gaucho he de ser
si me llega el mancarrón.
—276→
    Así mesmo, no desmayo
del todo en la situación;  200
pero, eso sí, en tanto afán
me voy volviendo terrón,
sin que desde aquella patria
hasta esta haiga visto yo
más libertá, ni sosiego,  205
ni porvenir, que un montón
de ruinas y desengaños,
falsedades, desunión,
rivalidades, embrollas,
manoteos y ambición  210
de mandarnos como a brutos:
y luego por conclusión
verme como yo me encuentro
en la presente ocasión,
reducido a la miseria...  215
pues todos mis bienes son
tener el cuero ojalao298,
y ese triste mancarrón,
este cuchillo envenao
y mi aperito cantor299.  220

CONTRERAS

    Es triste cosa, en verdá,
y de igual suerte ando yo,
pero esto poco me aflige:
otro es, amigo, el dolor
que hasta el alma me lastima...  225
ya se hará el cargo.
—277→

CHANO

¡Pues no!
colijo, amigo Contreras,
de que su pena mayor
es contemplar nuestra tierra
humillada a un saltiador  230
como Rosas, por el cual
estamos, matandonós
entre amigos y paisanos
que un mesmo techo cubrió
así es que de mis pesares  235
también éste es el mayor.

CONTRERAS

    Pues, de semejante diablo
vamos olvidandonós,
por ser día de la patria,
más digno de hacer mención  240
de los triunfos de aquel tiempo
que de un gaucho fanfarrón.
¿No es verdá, aparcero viejo?

CHANO

    Cabal, amigo, ésas son,
dígole con evidencia,  245
las miras de mi intención:
y siendo así, de esas glorias
le hará una recordación,
la mesma en que mis relatos
no irán a la perfeción,  250
por algunas omisiones
que haré sin mala intención;
—278→
pues, para hacerle al presente
completa mi relación,
no me asiste la memoria  255
ni me ayuda la expresión.

CONTRERAS

    ¡Ah, Chano, si en los preludios
de cualquier conversación
demuestra hasta lo infinito
de su saber y razón!...  260
    Velay mate, y... larguesé,
que ya tengo comezón
de oírle contar las campañas
y guerras en que se halló,
y que me diga, al principio  265
cuando la patria se alzó,
quiénes hicieron la punta300.

CHANO

    Me acuerdo de eso. Oigaló
La patria del año diez
en Buenos Aires se armó,  270
por Savedra, por Castelli,
Rodríguez, Peña, Viamón,
Vieites, Chiclana, Díaz Vélez,
(escuche con atención)
Larrea, Frenches, Moreno,  275
Beruti, Pasos, ¡ay, Dios!
y mi general BELGRANO,
¡de quien cuando hacen mención
—279→
hasta los Pampas tributan
respeto y veneración!...  280
    Velay, paisano Contreras,
los nombres en relación
de los primeros patriotas
de nuestra revolución.
    Ellos hicieron con gloria  285
flamiar el primer pendón
celeste y blanco, que un día
al aire se desplegó
en la heroica Buenos Aires,
cuando el virrey español  290
al grito de esos valientes
la altiva frente agachó,
y con su audencia y sus leyes
a los infiernos guasquió301...
En el istante después  295
de aquella revolución,
toda la provincia el grito
de libertá segundó,
y el gauchaje voluntario
a las armas acudió.  300
    Por supuesto, yo hice punta,
saliendo en la expedición
con el general Balcarce,
cuando al Perú enderezó
a peliar con los Gallegos302.  305
¡Ah, tiempo de bendición!
    Pasamos por las provincias
—280→
llenos de sastifación,
y hasta Suipacha subimos
sin mayor oposición:  310
pero allí... ¡la pu... cha y truco!
de golpe nos embistió
fiero la maturrangada303
del ejército español;
¡ahi-juna, y la sujetamos  315
por la primer ocasión!

CONTRERAS

    ¡Ah, gauchos americanos!
qué poder les resistió
cuando a peliar por la patria
el criollaje se juntó!  320
¡y que no la sujetaban!
Traiga, Chano, por favor,
alcánceme la limeta,
le daré un beso...

CHANO

¡Pues no!
velay, tome, peguelé,  325
y atienda... Pues, sí, señor:
en ese día en Suipacha
la patria se revolcó
a un ejército rialista,
y allí mesmo tremoló  330
esa bandera que tiene
dorado en su centro un sol.
—281→
    Luego que venció en Suipacha
nuestro ejército, marchó
por esos cerros tremendos  335
del Perú, y atravesó
sembrando la libertá
en todo cuanto abrazó
pero, como era morrudo
el poder del Español,  340
¡cuándo lo hacía flaquiar
una redota ni dos!
Así es que un tal Goyo-Neche
caliente nos aguardó,
y allá en el Desaguadero  345
de firme se nos paró
con doble sarracenada304,
y otra vez nos atacó.
    Al principio le aguantamos,
pero luego nos largó  350
toda la maturrangada,
¡ah, Cristo! y nos trajinó.
Dimos güelta, por supuesto,
apuraos y en dispersión,
y atrás de nosotros toda  355
la armada se descolgó,
y hasta llegar a Humaguaca305
medio al trote nos arrió.

CONTRERAS

    ¡La pujanza, el Goyo-Leche,
que sería apretador!  360
—282→

CHANO

   ¡Qué leche, ni qué botijas!...
Goyo-Neche, dije yo:
y era ¡un duro!306 mesmamente;
pero luego se ablandó,
junto con un tal Tristán  365
que vino y se le ayuntó,
hasta que la patria al cabo
a entreambos los revolcó.

CONTRERAS

    ¿Ahora salimos con ésa?
ya lo maliciaba yo:  370
porque acá con Vigoder307
un caso igual sucedió,
cuando quiso endurecer,
y en esta plaza aguantó
veintidós meses de sitio  375
que la patria lo atracó;
pero, amigo, estuvo al palo308,
hasta que se adelgazó
tan fiero la soldadesca,
que como una arpa salió309  380
solo una mitá, que la otra
¡ni la osamenta llevó!

CHANO

   Pues, como le iba diciendo,
—283→
ese Tristán avanzó,
y como venía engreído  385
todo lo facilitó.
    Por ese tiempo Belgrano
a esos parajes cayó
y al general don Balcarce
del mando lo relevó,  390
y de ahí Belgrano en su lindo
la retirada emprendió
con el ejército nuestro,
y a retaguardia dejó
al comendante Balcarce,  395
su tocayo don Ramón,
que un día que la vanguardia
de los Godos lo apuró
en el río de las Piedras,
¡ah, hijito! se le agachó  400
y en una media angostura
el guano me les sacó:
porque, con sangre en el ojo
todo bicho allí pelió.
¡Qué sabliada a los Matuchos310  405
medio se les arrugó
allí! pero don Tristán,
godo viejo barrigón,
y que traíba punto grande
de soldados ¡de mi flor!  410
no hizo alto, y al Tucumán
echando espuma embistió.
    Allí el ejército nuestro
—284→
medio en apuros se vio,
y la patria con nosotros  415
por cuasi nada rodó
en un aujero terrible,
y a todos nos apretó.
    Pero el día veinticuatro
de setiembre amaneció,  420
y cuando, el viejo Tristán
mas a la fija creyó
voltiarnos de una cornada,
la aspa en el suelo clavó:
siendo el caso que Tristán  425
ni la saliva tragó,
en cuanto Belgrano dijo
a su frente: ¡aquí estoy yo,
y están los Americanos!
¡ahora verás, fanfarrón!  430
¡si duebla la libertá
su cuello al yugo opresor!
y ahí no más en seguidita
la violinada311 empezó:
de suerte y conformidá  435
que, el primer atropellón
que les pegamos, Tristán
fue el primero que emplumó
charquiando312 con las dos manos,
y a rienda suelta salió  440
taloniando a los infiernos,
y con el susto arrumbó
las armas, los estandartes
—285→
y cargas de munición,
sus soldaos, su pesería,  445
sus cacharpas y el bastón.
    Belgrano luego de atrás
cortito me lo sacó,
y al conocerlo asustao
como a pleito lo siguió  450
hasta Salta, pues allí.
recién Tristán sujetó:
porque el virrey a la juria
de nuevo lo reforzó
con otro ejército lindo...  455
que alá mesmo se lo fundió:
pues si en Tucumán Belgrano
de un golpe lo atolondró,
en Salta le dio un repaso
y ya lo redomonió313;  460
de manera que a su gusto
mansito lo manosió.
    ¡Día 20 de Febrero!
la luz de tu mesmo sol
allá en el valle de Salta  465
y acá en el de Ituzaingó,
¡triunfar a nuestros patriotas
de dos monarcas miró!
    En ochocientos catorce
la patria en Salta venció  470
de suerte la más heroica
que en nuestras guerras se vio,
y a los trece años después,
—286→
también en Ituzaingó
la República Oriental  475
su independencia afianzó;
y de los mesmos guerreros
la sangre se redamó
aquí y allá, porque entonces
¡todo era patria y unión!...  480
¡Ah, tiempo aquel! Pero en fin,
y volviendo a lo anterior,
Tristán en Salta ese día
a peliar se resolvió;
y ¡viese los batallones  485
que allí nos desenvainó!...
pero el ejército nuestro
tampoco le reculó.
    ¡Ah, soldaos los de ese tiempo!
¡qué oficialada de honor!  490
de mi general Rodríguez
hasta ahora recuerdo yo
lo nobleza y la bravura
con que ese día pelió,
lo mesmo que don Díaz-Vélez,  495
quien de general mayor
tuvo el cargo en ese día,
y en cuanto se presentó
fue el primero a quien un chumbo314
del pingo lo solivió;  500
luego al terne Lamadrí
otra bala lo ojaló315,
pero así mesmo aujeriaos,
chorriando sangre los dos,
—287→
desde el principio hasta el fin  505
peliaron duro en la aición.
    Así un comendante Luna
allí también se florió
mandando la artillería
¡pu...cha, el hombre acertador!  510
lo menos cincuenta bochas
seguidas les embutió
en medio de las colunas
del ejército español.
¿Y un comendante Zuperi,  515
valenciano de nación?
gusto daba el verlo a ese hombre
mandar una volución,
tan sereno y tan valiente
en el apuro mayor.  520
    Pero el más bravo oficial
que en el mundo he visto yo,
era un Oriental llamao
Benito Álvarez, la flor
de todos los Orientales,  525
¡ah, mozo guapo! ¡era un lión!
y hombre que facilitaba
la dificultá mayor;
y el cual desgraciadamente
en Vilcapujió murió...  530
¡triste suerte! pero, al cabo
en su oficio sucumbió.
    Pues, como le iba diciendo
a respeto de la aición,
con las tropas del virrey  535
en Salta se reforzó
—288→
    Tristán, y allí a los patriotas
tragarnos vivos creyó;
pero el hombre fieramente
de nuevo se equivocó,  540
porque luego que Belgrano
la batalla le formó
con los criollos, como al paro316
de firme se le agachó,
y a cargas de todas layas  545
lueguito lo atolondró.
¡Qué peliar de banda a banda!
¡viera, paisano Ramón,
la resistencia que hacía
el ejército español!  550
hasta que muy apurao
pidió capitulación
no sé con qué condiciones,
que Belgrano no almitió;
porque todos nuestros jefes  555
decididos a una voz
resolvieron allí mesmo
rendirlos a discreción:
y entonces Martín Rodríguez,
que también fue de opinión  560
de rendirlos a sablazos,
a degüello les tocó,
y a juerza de bala y corvo
en la plaza arrinconó.
desde el famoso Tristán  565
hasta el último tambor.
—289→
    ¡Qué manguiada soberana
allí los amontonó!
y en seguidita al Cabildo
Martín Rodríguez subió  570
y en la punta de la torre
triunfadora les plantó
la bandera de la Patria,
y tres ¡vivas! lo pegó.
    ¡Ah, patria! las dos seguidas  575
al viejo Tristán le echó,
una en Tucumán en puertas317
y otra en Salta trascartón.
    De resultas de ese triunfo
en nuestro poder quedó  580
prisionero todo junto
el ejército español:
el mesmo que al otro día
en destilada salió
a un lugar que desde entonces  585
se llama el Campo de honor,
y al pie de nuestras banderas
vieron todos como yo,
que, desde el guapo Tristán
hasta el último tambor,  590
a la bandera Argentina
uno por uno rindió
las armas del rey Fernando;
¿Qué dice, amigo Ramón?
—290→

CONTRERAS

    Digo que Tristán ¡ay-juna!  595
a la cuenta se escapó
con las bolas que Belgrano
en Tucumán le prendió,
y hasta Salta echando diablos
relinchando disparó;  600
pero que MARTÍN RODRÍGUEZ
allí otro par le largó,
¡ah, gaucho! y en ese tiro
de firme se las ató.
    ¡Qué vitoria! Mire, amigo,  605
se me ensancha el corazón
al recordar esos tiempos,
pues también anduve yo
en las guerras de esta Banda
cuando la patria triunfó:  610
¡ah, Orientales los de entonces!
¡ah, mi coronel Rondó!
Rivera, Pérez, y Vázquez,
Quinteros, y una porción
que hoy se miran...

CHANO

... En el suelo:
 615
mire, ahí se le redamó
la giniebra, ¿voto a cristas!

CONTRERAS

    ¡Barajo! ya me atajó
por la limeta...
—291→

CHANO

... ¡Pues no!
y vea, amigo Contreras,  620
si tiene agua la caldera,
pues, acá traigo, velay,
tome... que es del Paraguay.

CONTRERAS

    ¡Mirá! ¿Diaónde ha trajinao?

CHANO

    ¡Qué! ¡si me había olvidao  625
que traíba esta cebadura!
y ahora que el vicio me apura
recién vengo a recordar
después de cimarroniar
a su costa y grandemente.  630

CONTRERAS

    Pero al cabo, redepente
larga usté su paraguaya;
y tan luego de esa laya318
es mi deleite el tomar;
pues aprendí a yerbatiar  635
por allá cuando subimos...
y con Belgrano anduvimos
primero que usté, tal vez;
¡pues no! ¡si en el año diez,
él mandó esa expedición,  640
—292→
cuando en la revolución
el Paraguay se hizo a un lao!

CHANO

    Mesmo: que estuvo empacao,
y lo fueron a peliar,
con miras de hacerlo entrar  645
por juerza o de buena gana.

CONTRERAS

    Ansí es, pero lechiguana319
más grande que ésa no he visto.
Los peliamos, pero ¡ah, Cristo!
cuasi clavé la aspa allí;  650
¡viese, amigo, el camuatí
que el Paraguay nos largó!
cuasi, cuasi nos fundió.
    Tuvimos pues que volver,
y ya empecé a padecer,  655
porque yo caí prisionero,
y con otros compañeros
de allá nos enderezaron
acá, a unos barcos armaos,
aonde medio maltrataos  660
nos tuvieron los matuchos320.
    Allí vino entre otros muchos
el paisano Estanislao
López, aquel afamao
que era cabo solamente,  665
—293→
pero mozo muy valiente
y muy aparcero mío;
tal, que en este mesmo río
una noche nos alzamos
y al agua nos azotamos321.  670

CONTRERAS

   ¡Ahi-juna! ¡Barbaridá!

CHANO

    Pero con felicidá:
porque a la costa salimos,
aonde al momento supimos
que se hallaban los patriotas  675
poniéndose acá las botas.
    De ahí nos fuimos al Cerrito322.
y allí topamos lueguito
con el coronel Rondó,
que a gusto nos destinó  680
a su cuerpo de Dragones,
o más bien diré de ¡Liones!
aunque es mala comparancia,
pero digo esa jatancia
porque serví en la primera  685
del comendante Ortiguera.

CHANO

   ¡Ah, regimiento alentao!
—294→

CONTRERAS

   Era, amigo, ¡desalmao!
valeroso y ternejal323:
todo gauchaje Oriental,  690
y muy capaz ¡voto-alante!
de llevarse por delante
al infierno, diablo y todo.
Y si no, escuche del modo
que se portó cierto día:  695
¡gente amarga, Virgen mía!
permítame su atención.

CHANO

    Lárguese, señó Ramón.

CONTRERAS

    Una mañana, no sé
de fijo que día fue,  700
acá en la Banda Oriental
en el ombú de Grandal,
salió todo mi escuadrón
a toparse de intención
con trescientos maturrangos,  705
con los cuales los chimangos324
se dieron una panzada.
    Pues, mire: era duplicada
la juerza de los matuchos,
y así mesmo, dos cartuchos  710
—295→
no les dejamos quemar;
porque, al mandarnos cargar,
en la primera pechada
se envolvió la gallegada,
y en cuanto remolinió,  715
ni el p...ito se les oyó...
Ahora, ¡vea si sería
sabliada la de ese día!
    Entre los hachazos fieros
que dieron los compañeros,  720
hubo uno ¡barbaridá!
si peligra la verdá.
    Ello es que en el entrevero
un Dragón, mozo coquero325,
se estrelló con un soldao  725
español muy alentao;
y al llevarlo por delante,
como el de Uropa era infante
le hizo no sé qué gambeta,
y el fusil y bayoneta  730
le largó con cuerpo y todo.
    El Dragón, del mesmo modo,
que era alarife y jinete,
le sentó en su lindo el flete,
y en la asidera326 del lazo  735
recibió el bayonetazo;
y en cuanto le mezquinó
—296→
el cuerpo, ya le afirmó
el corte dos: pero, amigo,
chispió el sable, ¡pucha, digo!  740
lo mesmo que pedernal,
¡ah, mozo! y era oriental
pues del golpe, crealó,
por la mitá le trozó
cañón y todo al fusil,  745
y en ancas hasta el cuadril
al matucho le aujerió.

CHANO

    ¡La purísima, qué lance!
bien haiga el Dragón... Alcance,
quiero tornar aguardiente  750
a salú de ese valiente.

CONTRERAS

    Así mesmo, eso fue nada
¡viese después la trenzada,
cuando la aición del Cerrito,
que comenzó tempranito  755
de diciembre el treinta y uno
casualmente en un cebruno327
como ese de usté me hallé.
Velay, oiga cómo fue.
    Cuando en el sitio segundo  760
que duró hasta lo profundo,
un día se calentaron
los godos y nos cargaron:
—297→
y allá ajuerita Rondó
resuelto los esperó,  765
poniendo dos escuadrones
de sus amargos Dragones
a la zurda328 del Cerrito,
con la orden de que lueguito
que el enemigo avanzara  770
el violín329 se les tocara.
    Frenche, y Vázquez (don Ventura)
que era mozo criatura,
y a los Blandengues mandaba,
con los cuales se floriaba  775
y en la vida reculó,
en el centro se aguantó
junto con la infantería
que a Frenche le obedecía.
    Con el Seis quedó Soler  780
la derecha a sostener:
y en esa disposición
dieron el atropellón
los de adentro, y nos cargaron,
y en dos colunas marcharon.  785
La primera bien fornida
hizo rumbo en la embestida
como a lo de Juanicó,
que ahí no más la basurió
nuestra brava artillería:  790
y después la infantería
y Vázquez se le agacharon
y a toda la difuntiaron.
—298→
    La otra coluna embistió
a Soler lo atropelló  795
tan fiero, que me han contao
que anduvo cuasi trabao,
porque la noche anterior
medio entregao al amor
los godos lo sorprendieron,  800
y cuasi me lo fundieron;
pero en la aición principal
pelió como un ternejal
y aunque lo desalojaron
cuando recién lo cargaron,  805
o él mesmo se retiró,
luego se le alborotó
de golpe la pajarera,
cogiendo una cartuchera
y un fusil que se chantó,  810
y en la punta atropelló
a bayoneta calada
con el Seis. ¡Ah, morenada!
ésa decidió la aición.
¡Qué superior batallón!  815
parecido a éste del Tres,
que son como gallo inglés,
sigún tengo reparao.
    Mesmamente, es alentao
en iguales condiciones  820
que los demás batallones
que en las trincheras tenemos
y con ellos, ya sabemos
que si atropella el Manquito330
—299→
cualesquier día al Cerrito,  825
el tal Ciriaco Alderete
puede que largue el rosquete331,
y le atraquemos morcilla
a él y a toda su pandilla.

CONTRERAS

    Dígame: ¿será verdá,  830
que también Montoro está
de mashorquero allá ajuera?
¡ahi-juna! ¡quién lo creyera
que se arrecostara a Rosas!
pero, amigo, se ven cosas  835
en este engañoso mundo...
que... yo a veces me confundo,
y hasta vergüenza me da
el contemplar la ruindá
con que ahí están humillaos  840
ciertos jefes renombraos,
¡que por la patria lucharon
y que se sacrificaron
desde que Rosas andaba
jugando el poncho a la taba!  845
    Por fin, que le sirva Maza
y Pablo Alegre... ¿qué traza
es Alegre, ni Violón,
ni Bárcena, ni un montón
de diablos de entre esa gente?  850
saltiadores mayormente
y malevos criminales:
mas, los otros oficiales
—300→
que le nombre... es un dolor
y la vergüenza mayor,  855
que sostengan al tirano
más ruin Americano.
    En fin, ya me he calentao
fieramente y me he ladiao
del rumbo en que principié,  860
pues sin querer trompecé
con la situación presente.

CHANO

   Yo también ya estoy caliente,
y ahora se me haría nada,
por una palabra sola,  865
prenderle hasta la virola
a algún diablo mashorquero
y abrirle tamaño aujero...
aunque luego me estaquiaran
y los diablos me llevaran:  870
sin que por esta razón
desconfíe en la custión,
¡y que dudaba! ¡pues no!
por esta cruz † crealó,
que en esta lucha sin duda  875
espero que con la ayuda
de Dios hemos de triunfar,
como es lícito esperar
por último resultao
de un pueblo que se ha mostrao  880
tan heroico y decidido.
    A esta gloria han contribuido
los actuales gobernantes,
que si los mandones de antes
—301→
así se hubiesen portao,  885
jamás habría llegao
para la Banda Oriental
una ruina tan fatal,
ni Rosas se viera alzao:
pues lo hubiéramos voliao  890
hace muchísimo tiempo,
no lo dude: y, por ejemplo,
oiga una comparación,
y luego, la explicación...
usté que sabe entender  895
muy bien se la puede hacer.
    Rosas fue como un bagual
altanero, que al corral,
aunque las mansas332 le echaron
allá en el Sur, no lograron  900
ni recostarlo siquiera:
mas salieron campo ajuera
cuatro o cinco domadores
de diferentes colores,
este de un pago, aquel de otro;  905
y que en fin, atrás del potro
no hay duda que se afanaban,
y que entre todos desiaban
a toda costa boliarlo
y luego redomoniarlo;  910
pues bien: y ¿qué ha sucedido,
cuando ensillarlo ha podido
alguno que lo apuró
—302→
y cuasi se le horquetió333?
¡Ay, amigo!... aspiraciones,  915
ruindades y altercaciones:
que, porque si era Porteño334
(por ejemplo) el que hizo empeño
a montarlo, otro Oriental335
se le metía al torzal,  920
prometiendo apadrinarlo336,
pero que por ayudarlo
lo dejó golpiar tal vez
cuando en esto un Cordobés337,
buen domador y capaz,  925
supóngase que de atrás
al bagual se le afirmó,
y que luego le salió,
como quien dice, al camino
otro gaucho Correntino338,  930
(hago de cuenta que fue),
a decirle: «vuelvamé
las espuelas y las riendas»:
y ya entraron en contiendas,
cuyo triste resultao  935
fue que, estando embozalao
—303→
el bagual, se halló pretexto
para cortarle el cabresto
al gaucho más forastero,
tan sólo porque el apero  940
supongo fuese prestao:
y en suma, sólo han lograo
ensoberbecer al potro,
sin montarlo ni uno ni otro
en la ocasión más bonita.  945

CHANO

    Mesmo: y ya no facilita
ese bruto hoy en el día
como algún tiempo solía.

CONTRERAS

    Pues, así mesmo, paisano,
crea que está en nuestra mano  950
el apretarle la cincha:
de balde el bagual relincha.
    Si entre los que hoy le persiguen
de buena armonía siguen,
y no hubiere disensión,  955
contra el suelo de un tirón
lo han de dar en esta guerra.
Sí, amigo: cairá por tierra,
aunque el diablo lo sostenga,
y este Oribe vaya y venga  960
con Urquiza y con Violón,
y el infierno en conclusión.
    Deje que Frutos Rivera
medio se asome siquiera,
—304→
pues ya viene abriendo cancha,  965
y quien le prendió en Cagancha339
a Badana340 la vacuna,
sin diricultá ninguna
tanto a Oribe como a Urquiza
les ha de sacar la tiza:  970
y luego a Rosas verá
cómo lo manoseará.

CHANO

   ¡O amigo! si se arrimase
hoy mesmo y nos convidase:
¡ahi-juna! ¡si me blandeo  975
a impulsos de mi deseo!
y, a pesar que estoy viejazo,
me viese estirar el brazo
el día que los arriamos
y a rebenque los sacamos  980
dende allá atrás del Cerrito
al Pantanoso341 mesmito...
¡eh, pucha, gente morada
y tan vil y desalmada!

CONTRERAS

    Pues, por ahí puede opinar  985
aónde se irán a guasquiar342
—305→
cuando miren que de ajuera
les viene la polvadera;
por eso están, que da risa,
haciendo zanjas de prisa,  990
los guapos, los que vinieron
y ahora dos años hicieron
sobre el Cerrito una salva.
¡Ah, Ciriaco, que no valga!
pues, cuanto llegue Rivera,  995
lo hemos de hacer tapadera
ahí no más en el Cerrito.
    ¡No se enoje, paisanito,
ni se entre en Montevideo!...

CHANO

   ¡Oiga!... escuche el tiroteo:  1000
ahí salen los Nacionales
que son mozos ternejales.
¡Qué Cristo! voy a pelear.

CONTRERAS

    Aguarde, voy a ensillar,
y juntos nos largaremos,  1005
y ¡ah, malhaya, los topemos
medio cerquita siquiera!
Amigo, ¡qué chiste fuera,
que hoy Veinticinco de Mayo
me hiciese de un buen caballo  1010
a costa de algún Rosín!

CHANO

    Todo puede ser al fin,
—306→

CONTRERAS

   Pues entonces ¡vamonós!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    Y ya salieron los dos  1015
a la par Chano y Contreras,
y al mirar en las trincheras
la bandera nacional,
¡VIVA LA BANDA ORIENTAL!
gritó alegre el viejo Chano  1020
¡VIVA EL PUEBLO AMERICANO!
Contreras le contestó...
Y el diálogo se acabó.