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  —[432]→  
Cielito patriótico

Dedicado al ejército correntino, que a las órdenes del señor general Madariaga obtuvo la más completa vitoria en el Riachuelo, escarmentando para siempre a los traidores




ArribaAbajo    ¡Otra vez con la vitoria
se alzó la Correntinada!
¡Ah, pueblo fiel y patriota!,
que no se duebla por nada.

    Allá va cielo, cielito,  5
    cielito en el Riachuelo;
    los mashorqueros traidores
    clavaron la aspa en el suelo.

Aquí caigo, aquí levanto,
anduvieron los patriotas,  10
hasta que alzaron el poncho
y ya se han puesto las botas.

    ¡Ay, cielo, cielo cielito!
    pregúnteselo a Cabral
    si toda su rosinada  15
    no disparó a lo bagual.
—433→

Con más altivez que nunca,
otra vez los correntinos
amenazan al tirano
de todos los argentinos.  20

    Cielito, cielo que sí,
    cielo de la libertá;
    a ese pueblo Juan Manuel
    nunquita lo humillará.

Él pensó que degollando  25
y destruyendo a Corrientes,
podría al fin rematar
esa cría de valientes.

    Ay, cielo, cielo cielito,
    cielito de la altivez,  30
    a ver si el degollador
    los sujeta de esta vez.

Allá en la Laguna Brava
su mashorca y su gobierno
ha llevado una sabliada...  35
que fue a lamberse ¡al infierno!

   Cielito, cielo y más cielo,
    cielito de la firmeza,
    esa provincia tan sólo
    le ha de dar en la cabeza.  40

Cabral, Ramírez y Borda,
con Virasoro y Galán,
que salieron a dos laos,
¡por aónde diablos irán!

    Ay, cielo, cielo cielito,  45
—434→
    cielito de la mañana,
    puede que ni desensillen
    en lo de Pascual Badana.

Velay, ansí son los triunfos
del gaucho Degollador;  50
que aquellos que más hostiga
se le alzan a lo mejor.

    Cielito, cielo y más cielo,
    cielo de Mocoretá,
    nunca el poder del tirano  55
    se ha de aguantar por allá.

De aquí a unos días sin duda,
el general Madariaga
con un ejército lindo
¡hasta el Paraná se traga!  60

    Cielito, cielo y más cielo,
    cielito de la esperanza,
    si Urquiza escapa de aquí
    puede ir allá en la confianza.

Ahí anda el Espantadizo501  65
gambetiando a lo avestruz,
hasta que de un redepente
le atraquen en el tus-tuz.

    Cielito, cielo y más cielo,
    cielito como balazo,  70
    si de acá se va con bolas
    allá le prienden el lazo.
—435→

El general MADARIAGA
a don Frutos le ha escrebido,
que por allá a los rosines  75
muy fiero los ha tullido.

    Allá va cielo y más cielo.
    Ay, cielo del corralito,
    y le ofrece la pionada
    si tiene algún quehacercito.  80

Pues dicen que andan ganosos
de azotarse al Uruguay,
a cuerear la rosinada
que puede salir por ahí.

    Cielito, cielo y más cielo,  85
    cielito de Yapeyú,
    ¡Cristo, si caen a la encierra
    los gauchos de CAGUASÚ!

Y dice don Madariaga
que no precisa tratao,  90
pues para matar Rosines
platicar es excusao.

    Digo, mi cielo, cielito,
    ya empezará el mashorquero
    Juan Manuel, con este apuro,  95
    medio a fruncir el yesquero.

Verán si al Restaurador,
viendo la Correntinada
¡sable en mano! y decidida,
no se le cae la quijada.  100

    Allá va cielo y más cielo,
—436→
    Digo, mi cielo, cielito,
    bien sabe que Madariaga
   le anda por limpiar el pito.

Vaya pues la despedida  105
a los bravos Correntinos
que presumen con razón
de famosos argentinos.

    Cielos. ¡VIVA MADARIAGA!
    ¡y sus bravos compañeros!  110
    siñuelo de los patriotas,
    terror de los mashorqueros.



  —[437]→  
Los compuestos de Gualeguaichú

Dedicatoria



ArribaAbajo    Velay, don Teófilo Urquiza,
le remito esa versada
fieramente concertada,
como escrebida de prisa:
porque el tiempo lo precisa  5
este su fiel servidor,
para ocuparlo mejor
día y noche en discurrir
cómo podré conseguir
boliar al Restaurador.  10

    Porque, hallándose orejano502...
es bellaco y altanero,
—438→
como yo soy de certero
con las bolas en la mano:
así es que relincha en vano,  15
pues si yo le tiendo el brazo,
siguro, como balazo
se las amarro de atrás,
o lo revuelco ahí no más,
con el primer chaguarazo.  20

    Y al punto se lo presento
«si lo agarro este verano»
(como dijo un tal Serrano
comendante de talento).
En fin, si lo agarro, intento  25
dárselo de buena rienda:
es decir, luego que aprienda
a cocinar y barrer,
pues usté lo ha de querer
para criado de su prenda.  30

    Por último, mi mayor,
sólo me resta decirle,
que siempre para servirle
me encuentro de buen humor,
porque usté es merecedor  35
de un cariño verdadero:
así, endeveras lo quiero,
y en tenerle voluntá
hasta la muerte será
firme...  40

Paulino Lucero.

  —439→  

Carta noticiosa que desde Entre-Ríos le escribió Rudesindo Morales, caído de la Banda Oriental, a su esposa Pilar Flores, vecina de Chivilcoy, residente en la campaña de Buenos Aires

Señora doña Pilar Flores.

Campamento en Gualeyán, paso nuevo de Mangudo, a veintitrés de noviembre del año cincuenta y uno.

Mi querida mujer y esposa.



ArribaAbajo    Mi vida: creo excusao
el entrarte a relatar
el modo particular
como he caído de este lao,
cuando ha sido tan sonao  5
el desenlace triunfal,
que allá en la Banda Oriental
terminó el gobernador
Urquiza, para explendor
de la CAUSA FEDERAL.  10
—440→

    ¡Ahora sí, mí alma, la cosa
se le frunce a Juan Manuel!
y el diablo carga con él
de una manera indudosa:
pues la manía lo acosa  15
al loco infame traidor503,
y quiere al Restaurador
ir a echarle un avispero,
allá al principio de enero
cuando apriete la calor.  20

    Y fíjamente, Pilar,
se le prenden las avispas,
y el Supremo echando chispas
se va al infierno a rascar;
donde podrá lamentar  25
la desgracia que ha tenido
en su ejército fornido,
que allá en la Banda Oriental,
para colmo de su mal,
también se le ha enloquecido.  30

    ¡Vaya que ha sido completa
la que don Justo le ha echao,
con habérsele aflojao
tan de una vez la chaveta!
pues la primer manganeta  35
que al Supremo le jugó,
fue el trote que le pegó
de Entre-Ríos al Cerrito504,
—441→
contra el poder infinito
que Juan Manuel cacarió.  40

    Y cuando ciertas Naciones
que presumen de famosas,
le andaban temblando a Rosas
como al gato los ratones...
Urquiza sin presunciones,  45
con sus criollos de tropel,
lo Ira aturdido a Juan Manuel
diciendole: ¡ea, tirano,
allá va un americano
a ponerte el cascabel.  50

    ¡Ah, loco lindo y garboso!,
¡como para echarle el resto
al Restaurador, se ha puesto
parejito y lindo mozo!
¡Lástima a que anda furioso  55
con la maldita locura,
de tal modo que asigura
que a Rosas va a galopiarlo,
pelo a pelo, hasta largarlo
con tamaña matadura!  60

    Y con igual pretensión
la paisanada se va
recostando al Paraná
lo mesmo que nubarrón;
de balde ese baladrón  65
Supremo dice aturdido,
que a Urquiza no lo han seguido
los paisanos argentinos,
sino unos restos mezquinos
que del Cerrito han salido.  70
—442→

    Los restos505 ¿eh?, ¡morderá!,
no ha de ser chico susto
el que con ellos don Justo
a vanguardia le dará;
aunque Juan Manuel podrá  75
salir a ver si lo ataja,
ya que le da esa ventaja
de moquillo506 manifiesto,
quien a ese bruto ha dispuesto
pelarlo con su baraja507.  80

    Y entonces va a suceder
que al echarle un contraflor
Urquiza al Restaurador,
fiero se le ha de encoger:
porque lo ha de suponer  85
a don Justo en la embestida
la cabeza divertida508...
y a Rosas le ha de hormiguear,
porque don Justo al cargar
tiene muy mala bebida.  90

    Ahora mesmo se halla en punto
cismando con Juan Manuel,
al cual quiere de un cordel
zungarlo solo por junto:
y no lleva más asunto  95
de justicia y ambición,
ni agravio, ni prevención,
—443→
ni tiene más enemigo:
a Rosas solo, ya digo,
va a pegarle un manotón.  100

    Y yo voy también templao
por ese mesmo tenor,
como que el Restaurador
veinte años me ha traginao:
y hoy si lo pillo turbao  105
lo tengo que atropellar,
porque le pienso cobrar
las nutrias que me ofreció509
para cueriar, y si no
a él mesmo lo he de cueriar.  110

    ¡Ladronazo, hijuna-pu...!
así se ve por tramposo,
aborrecido, achacoso
y atrasado de salú;
pero, que aguarde el pacú510;  115
que don Justo le destina,
del Paraná, y con la espina,
si el mal de piedra lo hostiga,
que se escarbe la vejiga
y sanará de la orina511.  120

    En fin, me voy calentando
contra ese diablo, ¡barajo!,
que ya por un cuesta abajo
de aquí lo estoy devisando.
—444→
Concluyo pues, y te mando,  125
¡seis pesos fuertes!, ¿qué tal?,
una buena cuenta igual
de Rosas no he recibido
en nueve años que he servido
solo en la Banda Oriental;  130

    Y acá, al llegar, esos riales
nos dio don Justo al momento,
y hoy corre en el campamento
la pesería en costales:
después, a todos iguales  135
también nos ha uniformao;
en fin, hemos pelechao...
como todo el que viniere,
si se porta bien y quiere
servir, sale remediao.  140

    Con que así, decimelés
a los amigos de allá,
que el choclo512 madurará
gordamente antes de un mes;
y bien morrudo, después,  145
a Rosas se lo atracamos,
y a la fija lo aventamos
lo menos a Ingalaterra,
y con eso en nuestra tierra
todos en paz trajinamos.  150

    Basta de revolución
y enemistades, Pilar,
como de hacernos matar
—445→
por sostener a un ladrón;
esta es la predicación  155
de Urquiza el Gobernador,
que dice: «al Restaurador
romperle el mate513 no más,
y luego entre los demás
nada de odios ni rencor;  160

    «Y que al fin, los mendocinos,
los riojanos, los porteños,
los vallistas y salteños,
puntanos y correntinos,
unidos como argentinos  165
gocen derechos iguales,
y olviden esos fatales
celos entre provincianos,
pues todos somos hermanos
y argentinos federales».  170

    Velay, en ese sentido
se le oye al viejo514 explicar,
porque no quiere juzgar
a naides por lo que ha sido
bajo del bien entendido  175
que solamente desea
triunfar, para que se vea
que la ley se aplique igual,
y se juzgue a cada cual
entonces por lo que sea.  180

    Conque, Pilar, ya podés
recostarte al Paraná,
—446→
que yo cairé por allá,
si Dios quiere, antes de un mes;
venite, no te turbés,  185
verás la güeva tamaña
con que al Supremo lagaña
de tanto renombre y facha,
como al paro, se le agacha
don Justo en esta campaña.  190

    Concluyo a la disparada
esta carta; adiós, Pilar,
porque vamos a marchar
y están tocando llamada:
¡ay, mi alma, y la caballada  195
van arrimando, qué lindo!,
¡adiós, mi vida!, a Florindo,
a mi suegra y a Belén
dales memorias, mi bien,
de tu esposo...  200

Rudesindo.



  —[447]→  
Cielito patriótico de Ejército Grande de Sud América

Compuesto por Paulino Lucero para los valientes santafecinos




ArribaAbajo    En el Ejército Grande
de este lao del Paraná,
quiero cantarle un cielito
a Juan Manuel; y allá va.

    ¡Ay, cielo! del camuati515  5
ya se soltó el avispero,
y bien puede en estos pagos
cantar Paulino Lucero.

    ¡Qué lindo! En la Patria nueva
el pueblo santafecino  10
alzó el poncho, acreditando
ser federal argentino.
—448→

    Cielito, vana esperanza
la que tuvo Juan Manuel
de que la santafecinada  15
se haría matar por él.

    Ya en los campos del Rosario
las pampas parecen montes,
por cien colunas que forman
en la llanura horizontes.  20

    ¡Mi cielo! y de lejos brillan
las armas al resplandor
del sol en los escuadrones
de URQUIZA EL LIBERTADOR.

    Desde el día en que pisamos  25
la tierra santafecina,
no ha sido preciso hasta hoy
ni cargar la garabina...

    Cielito, pues no pretenden
los valientes Entre-Rianos  30
que corra una sola gota
de sangre entre americanos.

    Este es el mayor deseo
del gobernador URQUIZA,
como el de agradar a todos  35
sirviendo a quien lo precisa.

    Cielito, y solo pretenden
(no sé si me engañaré)
irse al trote a Buenos-Aires,
voy a decirles a qué:  40

    Como es moda el regalar
cualquier prenda en Año nuevo,
—449→
viene nuestro general
a trairle a Rosas un güevo.

    Cielito... ¡cosa tremenda!  45
de modo que Juan Manuel
o en Palermo se lo engulle,
o se atora allí con él.

    Antes de eso, bien pudiera
decirme el Restaurador,  50
de ocho días al presente
¿cómo le va de calor?

    Cielito, porque sabemos
los titulados Salvajes,
que el Supremo reculao  55
anda empacando mensajes.

    ¡Cuarenta y seis mil Rosines
piensa juntar Juan Manuel!
Mucho miedo les tenemos
con un general como él.  60

   ¡Ay, cielo! si se ofreciere,
tendremos que lamentar,
cerrarle un ¡quiero! en su ley
con un traco rigular.

   Allá en la Banda Oriental  65
diez y ocho mil nos largó,
y URQUIZA con cinco mil
fue, y se los envacunó.

    ¡Ay, cielo de la victoria,
cielito de la fortuna,  70
así en los cuarenta y seis
va prendiendo la vacuna!
—450→

    El diablo será que al fin
con estaca y maniador
a la otra banda del charco516  75
se largue el Restaurador.

    ¡Ay, cielo, y nos deje el cuento
después de tanta balaca,
y las ganas que llevamos
de asigurarlo en la estaca!  80

    ¡Ah, Cristo!, ¡quién mereciera
de esta vez pillarlo a tiro,
y ahora que está barrigón
hacerle dar un suspiro!

    Cielito, pero al Supremo  85
ya no es fácil apretarlo,
porque antes la porteñada
allá quiere embozalarlo.

    A pesar de su sosiego
el Restaurador Carcoma517  90
al quinto infierno a dos laos
salió con Santa Coloma.

   Cielito, y a media rienda
dicen que rumbea Arnol
a embarcarse en Mal-paraíso  95
en un navío español.

    Finalmente en Santa Fe
no hay mashorca, ni la habrá:
—451→
todo es gozo y patriotismo,
entusiasmo y libertá.  100

    Ay, cielo, de acá a unos días
a Palermo enderezamos,
y a la mashorca Rosina
hasta el choclo le pelamos.

    Echaré la despedida  105
en la villa del Rosario,
para Juan Manuel Vejiga518,
ñato y Salvaje Unitario.

    Mi cielo, y ya los porteños
sus cadenas vergonzosas  110
podrán trozar gritando:
¡viva URQUIZA y muera Rosas519!

Rosario, enero de 1852.



  —[452]→  
Boletín de Rufo Carmona

Guardia nacional de campaña en el ejército del sur


Señora doña Belén Rocamora.

Campamento general en el paso del Venao, a trece del mes de enero del año que ha principiao.

Querida esposa.



ArribaAbajo    Por Pedro Pablo Galú,
y por tu carta también,
ayer supe, mi Belén,
que andás guapa en la ciudá;

    Y en teniendo vos salú,  5
y yo sable y tercerola,
dejá que corra la bola...
que lo que ha de ser será.
—453→

    Ahora, tocante a tu apuro
porque vamos de una vez,  10
conozco que no debés
tener un sucidio tal,

    porque el pueblo está siguro,
sigún dice Pedro Pablo,
que no le recula al diablo  15
esa GUARDIA NACIONAL.

   ¡La gran pu...nta en la mozada,
que ha salido de mi flor
con toda la agua de olor
que usaba y tanta golilla520!  20

   ¡Barajo! en esta patriada
caliente se ha destapao,
y tiro a tiro ha mostrao
lo que vale un cajetilla521.

    Por gusto, Belén, te pido  25
que a cuantos vos conozcás
un abrazo... y nada más,
de parte nuestra les dés...

    Sin tener otro descuido,
chinita, porque esa gente  30
para un ¡truco! es aparente
y ladina, ya sabés.

   De ahí, dejá que el rengo Lagos
amague el pueblo, y lo estreche
—454→
con Rivero y Goyo Leche,  35
y toda esa sabandija:

    que ya no se usan amagos,
pues en el Sur sólo se usa
atracarles bala y chuza
y polviarlos a la fija.  40

    No hay remedio; así es preciso
quitarles de allá ese estorbo,
y para eso meniar corvo
desde acá es muy rigular;

   Y yo no me hago el petizo522  45
por la Patria en caso alguno,
ni del Sur gaucho ninguno
hoy se pretende achicar.

   Al contrario, en estos pagos,
cuanto llegó el coronel,  50
y que supimos por él
los revoltijos de Flores;

   y que relinchando Lagos
contra el Gobierno se alzó,
y a Urquiza se sometió  55
junto con otros traidores...

    Corrió el gauchage veloz
¡a las armas! y lueguito,
soberbio, les pegó el grito
don Pedro Rosas Belgrano:  60

   «¡A caballo, y vamonós
—455→
a Buenos Aires, muchachos,
a probarles a esos guachos523
lo que es un amor tirano!».

   Para esto el valiente Acosta,  65
de antemano, reunida
a vanguardia y decidida
tenía su división;

    a la cual, como langosta,
de todas partes le vienen.  70
los porteños que no tienen
ni delitos, ni ambición.

    Verás que desenvainada
de chuzas y de latones524
le hacemos a esos collones  75
antes que se acabe el mes;

    pues solamente a la Indiada
de sable y de garabina,
si Lagos la ve, no atina
para donde juir después.  80

    De estas verdades deseo
informarte, prenda mía;
ansí, oscuro, al ser de día,
recién humiando el fogón...

   Y a pesar de que no veo  85
por estar muy soñoliento,
de barriga, y muy contento
te escribo esta del tirón.
—456→

   Letra fiera haré, a la cuenta,
al escribirte, pichona,  90
encima de la carona,
a la alba y a media luz...

    Con una tinta aguachenta
que de pólvora he formao,
un papel todo arrugao  95
y una pluma de avestruz.

    Así mesmo, unas albricias
ya me quedas a deber,
desde que te hago saber
por mis letras cariñosas...  100

    las superiores noticias
que, en todo el Sur decidido,
marcha el paisanaje unido
al coronel Pedro Rosas;

   y asigún presumo yo,  105
por lo que mis ojos ven;
de aquí a unos días, Belén,
por ese lao de Barracas...

    Sentirás el pororó525,
y verás la polvadera  110
de toda esa montonera
que anda allá echando balacas526.

    Con que ¡adiós! china, que ya
están tocando la diana,
—457→
y de yapa la mañana  115
también está frescachona;

   y yo... ¡qué barbaridá!
sin ensillar... ¡Jesucristo!
¡Voto al diablo!... ya estoy listo.
Tu esposo...  120

Rufo Carmona.