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ArribaAbajo Celebración del día del idioma69


ArribaAbajo Introducción: la lengua y los medios de comunicación

Ofelia Kovacci


En los últimos años periodistas de medios gráficos y orales me han preguntado acerca del porvenir de nuestra lengua, y el año pasado -con motivo de la presentación en Buenos Aires de la nueva edición de la Ortografía de la lengua española de la Real Academia Española-, también se lo han preguntado al Director de esa Academia. En esa reiterada preocupación se renueva un viejo temor que manifestaban ilustres estudiosos del siglo pasado, como Andrés Bello y Rufino José Cuervo: el de que la lengua se fragmentara -por obra de extranjerismos léxicos y fraseológicos innecesarios y de neologismos de construcción-   —82→   en multitud de hablas sin la unidad y la presencia mundial que ha tenido nuestra lengua desde la mitad del presente milenio.

Un miembro y ex Director de la Real Academia Española y miembro correspondiente de la Academia Argentina de Letras, el Dr. Manuel Alvar, señalaba en 199370 acerca de ese antiguo temor y de nuevos desafíos, lo siguiente:

...hoy [el temor] se agudiza: los medios de comunicación han multiplicado su actuación hasta límites insospechados ayer mismo y el futuro -en el que ya hemos entrado- nos amenaza con sus dudas. [...] ¿Cómo reaccionar ante unas terminologías nuevas y ante unas prisas por emitir los mensajes? [...] En el mundo de hoy los medios de comunicación hacen y deshacen la lengua; los adelantos técnicos obligan a una cuidadosa vigilancia para que sigamos entendiéndonos. [...] son los periodistas de todo tipo quienes vienen a conformar la lengua, que tal es su dilatada influencia. [...] ¿a cuántos oyentes llegan las palabras de un maestro? En cambio, ¿podríamos decir lo que influye un locutor de radio o de televisión? Pensemos en ello: la lengua se forma cada día en los noticiarios, los anuncios, las informaciones traducidas, los programas doblados. ¿Qué volumen de masa lingüística puede conformar un buen periodista y cuánto destruir un mal profesional?


(pp. 175-176)                


Ya en 1985 la Asociación de Academias de la Lengua Española, preocupada por estos problemas, organizó la Primera reunión de Academias de la lengua española   —83→   sobre el lenguaje y los medios de comunicación71. Uno de los últimos congresos que trataron en especial este tema es el Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Zacatecas en abril de 1997, donde no solo intervinieron lingüistas, sino que tuvieron destacado lugar los escritores y los periodistas, e hizo polémicas declaraciones -muy difundidas por la prensa- el escritor Gabriel García Márquez sobre la gramática y la ortografía.

Pese a que, en general, respecto de los problemas de transgresión (innovación, descuido, ignorancia)72 de las normas lingüísticas se pone el peso en los medios orales, en los que no trabajan sólo periodistas, sino los llamados «comunicadores», comentaristas, entrevistados, etc., cabe pensar que por el indudable prestigio de la letra escrita y por la menor inmediatez de su transmisión (que da oportunidad de corrección) les corresponde responsabilidad igual o mayor a los medios gráficos. En el Primer Congreso, de 1985, se dijo -entre otras observaciones- que era preciso conocer el estado del idioma en los medios de comunicación social, así como «la respuesta idiomática de nuestros países a los urgentes y nada leves requerimientos que la técnica actual nos lanza».

Pues bien, si observamos antecedentes de «respuestas idiomáticas» ante nuevas tecnologías, quizá el más notable es la decisión -que proviene del propio medio de comunicación- de la BBC (British Broadcasting Corporation), radio creada en Londres en 1922. Recuerda Alvar que en 1926 esa emisora decidió usar en sus transmisiones   —84→   una variedad culta del inglés, la llamada de la clase media alta (en términos no estrictamente sociológicos: una lengua escolarizada y esmerada). Yo no conocí esos programas. Pero si tuviéramos que acudir a un ejemplo cercano a nosotros diría que en nuestras radios Municipal y del Estado de hace medio siglo (tal vez también en algunas radios privadas, como Radio Excelsior), y por décadas, se usaba un español equivalente a aquella variedad de inglés; y aún hoy se emplea en alguna de las frecuencias de Radio Nacional o en Radio Clásica y en la del SODRE de Montevideo (audible en Buenos Aires). ¿Por qué se usaba en la BBC esa variedad? Su intención era educativa para la multitud de sus oyentes, de diversas procedencias sociales y culturales. En 1938 se ampliaron los programas de la emisora con contenidos más populares, pero no se perdió el propósito educativo, aunque se creó una expresión lingüística de compromiso llamada LOR (Language of Radio), seleccionada y codificada sobre la base de dos dialectos prestigiosos -los de Oxford y Cambridge-, una lengua inexistente fuera de la radio, pero apta para ser comprendida por todos para instalar un habla correcta. Es que se partía de la idea de «dar al público un poco más de lo que esperaba», teniendo en cuenta que no se puede ocupar un determinado lugar social si no se alcanza un cierto nivel lingüístico73. En la constante observación y actualización de la relación entre lengua y sociedad, hacia fines de la década del 70 se recomendaba para las emisiones un lenguaje estándar74.

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Muchas veces se dice que la radio o la televisión no tienen por fin educar sino entretener; pero de hecho educan (muchas de sus expresiones y otras manifestaciones pronto se imitan acríticamente), de manera que sería de desear que no lo hicieran de manera negativa con la pobreza del léxico, la sintaxis contrahecha, la vulgaridad idiomática o directamente la grosería.

Alvar señalaba que «la prensa [escrita u oral] no solo conforma voluntades [es decir, no solo forma opinión], sino que ayuda a la planificación lingüística» (p. 178). De ahí la responsabilidad que el periodista -los medios de comunicación en general-, que dispone de tan poderosos instrumentos, contrae con la sociedad.

Tenemos el placer de contar en nuestra Academia desde hace muchos años con periodistas que también son escritores. Dos de ellos nos van a hablar con gran conocimiento y con gran experiencia sobre la lengua y el periodismo: don Jorge Calvetti y don Antonio Requeni, ambos excelentes periodistas, poetas y cuentistas.

Ofelia Kovacci