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ArribaAbajoNotas sobre el realismo en «observaciones sobre la novela contemporánea en España»

Víctor Fuentes


Galdós participa del gran entusiasmo de las capas medias por la causa de la revolución de septiembre, 1868. La burguesía, al timón de la sociedad, se apresta a hacer su revolución. Ha llegado, también, la hora para la novela, género cuyo desarrollo en Europa está vinculado al de la burguesía. Así lo ve Galdós quien en 1870 publica sus «Observaciones sobre la novela contemporánea en España»,206 en donde anuncia un florecimiento del género como reflejo y expresión de la nueva sociedad burguesa que alborea.

En sus «Observaciones...», el tema del arte, de la novela moderna, está inextricablemente ligado al de la política, al destino de la burguesía:

La novela moderna de costumbres ha de ser la expresión de cuanto bueno y malo existe en el fondo de esa clase, de la incesante agitación que la elabora, de ese empeño que manifiesta por encontrar ciertos ideales y resolver ciertos problemas que preocupan a todos, y conocer el origen y el remedio de ciertos males que turban las familias. La grande aspiración del arte literario de nuestro tiempo es dar forma a todo esto. (El subrayado es mío. V. F.)207



Con gran optimismo, D. Benito exalta los valores de la burguesía liberal, «las tantas cosas buenas que nos ha traído el gran siglo», que ve a punto de su plena realización: «la participación de todos en la vida pública ha reconstituido el ser humano con la noción de la dignidad del mérito personal... nos da a todos la seguridad de que si valemos hemos de ser apreciados y, la mayor conquista, la seguridad que tiene el individuo de influir personalmente en la suerte de la socidad».208 Y, para el novelista la «seguridad», también, de influir con su arte.209 No va a ser quien va a decidir directamente las graves cuestiones que se plantea la sociedad, nos dice el escritor, pero «si tiene la misión de reflejar esta turbación, esta lucha incesante de principios y hechos que constituyen el maravilloso drama de la vida actual»;210 con su arte será el espejo de esta sociedad.

Las «Observaciones sobre la novela contemporánea» bosquejan los principios que, según los análisis de Lukács, caracterizan al realismo de los grandes novelistas del siglo XIX.211 Enumeramos esquemáticamente estos principios, reduciéndolos a seis, y, a continuación, analizamos como se expresan en las «Observaciones...»:

1) Reproducción poética de la realidad. 2) El tipo, categoría central de la concepción realista de la novela. 3) La tendencia ideológica como inmanente a la situación y a la acción y no imponiéndose a ellas. 4) Relación indisoluble entre el hombre privado y el hombre público. 5) Independencia de los personajes. 6) Imperativo de presentar un espejo al mundo y hacer progresar la evolución de la humanidad gracias a la imagen reflejada.



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1. Lukács nos habla del «apasionado esfuerzo por una reproducción amplia y efectiva de la realidad», auténtico criterio de la grandeza literaria; habla, también, de que los grandes realistas «captan y reproducen la realidad según su objetiva esencia», comprendiéndola en «su multiplicidad, en sus niveles, en sus movimientos y en sus contradicciones». Galdós, en sus «Observaciones...», expresa esa pasión por captar y reproducir artísticamente la realidad nacional. Postula «la gran novela de costumbres, la obra vasta y compleja»,212 que está por hacer en España, en la que se planteen las graves cuestiones» y refleje «esta turbación honda, esta lucha incesante de principios y hechos que constituye el maravilloso drama de la vida actual».

Una novela, basada en la «pura observación», novela de «verdad y de caracteres» en la que todos sus elementos se organicen «para formar un cuerpo multiforme y vario, pero complejo, organizado y uno, como la misma sociedad»;213 una novela que se diga, como de las de Cervantes y Dickens, «¡Qué verdadero es esto! Parece cosa de la vida. Tal o cual personaje, parece que le hemos conocido».214

2. Lukács ve en el tipo la categoría central de la concepción realista de la novela. El tipo es una síntesis que reúne orgánicamente lo universal -carácter medio- y lo particular -carácter individual-; es, dirá citando a Hegel, «un tipo pero también un hombre singular, un éste». Acabamos de citar la frase en que Galdós nos propone como modelo de personaje del que se diga, «Tal o cual personaje, parece que le hemos conocido» y, hablando de los apasionados de Velázquez, entre los que se encuentra él, dice que se les antoja que Esopo, Menipo y el Bobo de Coria «van andando por esas calles mano a mano con todo el mundo».215 A propósito de los Proverbios Ejemplares de Ventura Ruiz de Aguilera, escribe que sus personajes, personificaciones de tipos de la sociedad burguesa, «Todos son individuos y a todos los vemos por esas calles con sus levitas y sus sombreros tan lejos de pensar que son un gran elemento de arte, y unos modelos de gran precio».216

3. El crítico húngaro señala cómo en la novela de tesis o tendenciosa, usando este término en su sentido superficial, el novelista propaga o ilustra su ideología -tesis- violentando la realidad objetiva. Y añade que esto no significa que la literatura auténtica carezca de tendencia, pues la propia realidad es un proceso evolutivo con tendencias más o menos profundas o con sus tendencias básicas. Citando a Engels, escribe que en los grandes realistas la tendencia surge «de la situación y de la acción mismas, sin que se haga explícitamente referencia a ella y el poeta no debe dar al lector ya acabada la futura solución de los conflictos sociales que describe». Galdós implícitamente nos dice cómo la tendencia debe surgir de la situación y de la acción mismas y explícitamente rechaza la novela de tesis o de tendencia, entendida ésta en su sentido superficial:

Los vicios y virtudes fundamentales que engendran los caracteres y determinan los sucesos son también estos de por acá. Nada de abstracciones, nada de teorías; aquí sólo se trata de referir y de expresar, no de desarrollar tesis morales más o menos graves, y empingorotadas... (El subrayado es mío. V. F.)217



4. Lukács nos dice que en las novelas de los grandes realistas toda acción, todo pensamiento, todo sentimiento del hombre está indisolublemente ligado a la vida de la sociedad, a sus luchas, a su política. Galdós también establece el   —125→   lazo que vincula la vida económica-político-social de la sociedad y la problemática personal. La clase media, la que domina en la sociedad real, debe ser el modelo de la sociedad imaginaria, de la novela; ella «determina el movimiento político... determina el movimiento comercial, una de las grandes manifestaciones de nuestro siglo, y la que posee la clave de los intereses, elemento poderoso de la vida actual, que da origen en las relaciones humanas a tantos dramas y tan raras peripecias».218

5. Como afirma el escritor húngaro, en las novelas realistas los personajes tienen una vida independiente del autor y siguen un desarrollo prescrito por la dialéctica interna de su existencia social y sicológica. Galdós, en las «Observaciones...» apunta en esta dirección cuando habla de la verdad inapreciable de los caracteres» y escribe que los sucesos determinan y los caracteres engendran los vicios y virtudes fundamentales», condicionados por la existencia social; también, cuando nos dice que «Los hechos son los más naturales de la vida, verificándose siempre con la más estricta lógica».219

6. El imperativo del gran arte realista de presentar un espejo al mundo y hacer progresar la evolución de la humanidad gracias a la imagen reflejada, que señala Lukács, también está explícito en «Las observaciones...» «Si nos corregimos, bien; si no, el arte ha cumplido su misión y siempre tendremos delante aquel espejo eterno reflejador y guardador de nuestra fealdad».220

Seis años pasaron desde que Galdós escribió sus reflexiones teóricas sobre la novela moderna hasta su aplicación práctica en Doña Perfecta, la primera de sus novelas contemporáneas: años del fracaso de la revolución burguesa. Por ironía del destino histórico a Galdós le va a tocar novelar, en lugar del desarrollo de la sociedad burguesa, su involución y atrofiamiento D. Benito poseía esa «insobornable y humilde honradez estética de los escritores y artistas verdaderamente grandes», de que también nos habla el crítico marxista, para quienes la realidad, tal como es, está más alta que sus deseos personales más íntimos y queridos. Fiel a la realidad y al servicio del principio de la integridad humana, sus grandes novelas reflejan cómo la sociedad burguesa, en la cual él había puesto toda su esperanza para la potenciación de aquel principio, es responsable por su desmembración y atrofiamiento.

El triunfo del realismo galdosiano se debe a que, como todos los grandes realistas, siempre buscó una relación profunda con las corrientes progresivas de la evolución de la humanidad; como escribe de sí mismo, comparándose con Pereda, en el discurso de la entrada de éste en la Academia: «Los que dudamos mientras él afirma, buscamos la verdad, y sin cesar corremos hacia donde creemos verla, hermosa y fugitiva».221

Universidad de California. Santa Bárbara





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