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61

Cf. Hinterhäuser, op. cit., p. 30.

 

62

Ver en este mismo número Josette Blanquat, «Documentos galdosianos: 1912». (Nota del Director.)

 

63

OC, Cánovas, T. III, p.1376.

 

64

Cf. Carr, op. cit., caps. IX-X, pp. 347-429.

 

65

OC, Trafalgar, T. I., p. 6.

 

66

Ibid., p. 39. Hinterhäuser, op. cit., pp. 33-34, señala con esencial acierto algunas de las razones que motivaron a Galdós para elegir el combate de Trafalgar como punto de partida de sus Episodios. Sobre otras razones dignas de tomarse en cuenta, me detendré en la reseña que de este libro publicará próximamente NRFH.

 

67

Cf. Carr, op. cit., p. 105: «A myth of enormous potency, available to radicals and traditionalists alike, grew out of Spain's unique and proud resistance. Nevertheless, given the strength of local ties, the patriotism that was to mark the great crises remain an abstract emotion, imperfectly felt at the most intimate levels».

 

68

El Memorial literario del 20-IV-1806 comenta, entre otras, las composiciones de Moratín, Quintana, Arriaza, y las ensalza por su valor poético y espíritu patriótico. Unos años más tarde, al hablar de la Oda a la batalla de Trafalgar, de Quintana, Antonio Alcalá Galiano dice: «The Battle of Trafalgar had been a great national calamity, yet though they lost all else, the Spaniards had not lost their honour, for they had fought gallantly. There was something peculiarly spirit-stirring in that great action, fought in sight of the chief maritime town of Spain», («Literature of the XIX Century. Spain», The Athenaeum, Londres, p. 373). Para un estudio de la poesía patriótica en España en la primera mitad del siglo XIX, cf. Vicente Lloréns, «De la elegía a la sátira patriótica», Homenaje a Dámaso Alonso, T. II, Madrid, 1961, pp. 413-422. Lloréns señala que el concepto de patria en Quintana es esencialmente distinto del que en el siglo XVIII tenían Cadalso o Jovellanos: «No es la victoria militar lo que les inspira [a Quintana, etc.], ni tampoco el dolor de la derrota, lo que canta exaltadamente es la patria, pero una patria nueva»..., p. 413. En el Discurso sobre los mejores medios de excitar y fomentar el patriotismo en una monarquía, de Mathon de la Cour que apareció en Madrid, en 1790, traducido por el jacobino republicano J. Picornell, nos encontramos con que ya entonces queda establecida la diferencia entre patriotismo y amor a la patria con un sentido moderno, comparable al de Quintana años más tarde. «Es menester hacer distinción entre patriotismo y amor a la patria. La relación entre sí que tienen estos dos sentimientos ha sido causa frecuente de confundirlos; pero no es bastante amor a la patria para ser patriota. [...] El amor a la patria es una inclinación natural y el patriotismo una virtud. [...] Lo que hace todavía que el patriotismo sea más digno de nuestra estimación es el ser el centro de las virtudes sociales siendo, por decirlo así, la norma y garante de todas»... Discurso, pp. 5-7.

 

69

OC, El 19 de marzo y el 2 de mayo, T. I, p. 263.

 

70

Es interesante comparar las opiniones de Galdós sobre las figuras más destacadas de la época con la de los contemporáneos. Por ejemplo, Carlos LeBrun, simpatizante de los exaltados y gran admirador de Riego, en su raro libro Retratos políticos de la revolución de España, Filadelfia, 1826, traza los perfiles elogiosos o caricaturescos de los principales liberales de la época, que él llegó a conocer. Frente a estas descripciones teñidas de un radicalismo profundo contrastan los retratos moderados que encontramos en los Episodios nacionales.

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