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51

Alejandro Miquis, personaje de El doctor Centeno, también simpático pero sin el equilibrio de Augusto, declara que «los defectos no existen en la Naturaleza; son hechura convencional de las costumbres, y errores de estos instrumentos de óptica que llamamos ojos» (II, 220).

 

52

Sanz del Río, op. cit., en nota al texto de Krause, pp. 169-70.

 

53

Además de la superficial alusión a las «rarezas» de algunos krausistas, ¿no habrá aquí alguna alusión de Galdós a la separación de profesores de la Universidad Central por el Ministro de Fomento, Manuel de Orovio? El narrador, Tito, habla explícitamente de este hecho en Cánovas (Madrid, 1912, p. 84).

 

54

Cf. esta declaración de Giner: «Lo que nunca puede hacer un manual, ni un libro profundo, es discutir, desvanecer dudas, plantear cuestiones, abrir y formar, y educar el espíritu. Todo lo cual pide dos cosas, sobre todo: a) tiempo; b) diálogo familiar y continuo» (Carta a don Adolfo Posada que contiene las Bases para una reforma universitaria; figura en el Boletín de la ILE, 30 de marzo de 1933, y en Francisco Giner de los Ríos, Ensayos y cartas, México, 1965, p. 107).

 

55

Alfonso Reyes, «Giner de los Ríos», Las vísperas de España, O.C., II, México, 1956, p. 90.

 

56

V. n. 54 y Jobit, Les éducateurs..., p. 176.

 

57

Aquí se ve que el miedo no es sólo a Alemania, sino a Francia. Quizá sea mayor hacia el país vecino porque los males vienen directamente de allí. Los franceses transportan las ideas «perversas» de que son autores ellos mismos y, además, sirven de conducto, con sus traducciones, a las ideas peligrosas de otros países extranjeros, P. ej., las obras del alemán Abrens, radicado en Bélgica, y las de Tieberghien entran en España por vía de Francia. Así ocurre con muchos alemanes, belgas, ingleses. Así circuló casi todo lo que se dio a conocer en España de psicología y sociología.

 

58

Galdós parece conocer, aunque sea vagamente, el influjo del sesgo hegeliano que había ido tomando el krausismo. Esta mención, tan fuera de lo común, del krausismo, aparece en estilo indirecto libre en frase atribuible a Federico Ruiz. Lo curioso es que éste parece dar a la palabra «krausismo» el valor que pudo haber tenido en tiempos de Sanz, en la llamada primera época, más bien que en la segunda, hegeliana.

 

59

Cf. Shoemaker en «Sol y sombra...» sobre El doctor Centeno: «[...] su arte realmente sigue los pasos de La desheredada, cuya 'manera', después de la interrupción de El Amigo Manso [...], Galdós reanuda para no abandonarla hasta Realidad», (p. 223).

 

60

Sobre la relación entre el autor y su personaje véase el reciente artículo de Ricardo Gullón, «El amigo Manso entre Galdós y Unamuno» Mundo Nuevo, núm. 4, París, octubre 1966, pp. 32-39.

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