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Es concepción aceptada de los gramáticos estoicos y sus continuadores latinos.

 

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A ella se atienen A. Meillet, Linguistique générale, París, 1921, pp. 182 y ss.; J. Vendryes, Le langage, París, 1921, p. 116; F. Brunot, La Pensée et la langue, p. 772 y ss.

 

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Indefinido es traducción del griego aoristo, y fue introducido por los gramáticos franceses del siglo XVI. Los franceses se encontraron con dos pretéritos, je fis, j'ai fait, que correspondían a uno solo latino, feci; en cambio en griego había dos también, y al hacer su cuadro de la conjugación francesa sobre el modelo de la gramática latina, piden a la griega esta ayuda suplementaria; y así usan el nombre de indefinido (aoristo) para uno de sus dos pretéritos y sacan luego un nombre simétrico, definido, para el otro, o desde Meigret los cambian en determinado e indeterminado. Desde el siglo XVI unos llaman indefini a j'ai fait, otros a je fis. Cfr. H. Ivon, Étude sur notre vocabulaire grammatical. Le mot «indefini», en la Rev. Philol. Française, 1904, XVIII, 46-67.

 

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No lo están ni aun en los tiempos relativos. Se dice que llegué es indefinido (otros que definido), y había salido definido o determinado con relación a otra acción. Pero poco definida o determinada es una acción que lo esté con relación a lo que no es definido o determinado. Cuando realmente hay determinación, siempre viene de fuera de la forma verbal, y por lo tanto no es valor que pertenezca a la conjugación. Esta clasificación, falsa además de inútil, es hasta hoy la más perdurable en las gramáticas, no sólo en las francesas, sino en las de otras lenguas.

 

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Port-Royal había llamado a los tiempos relativos temps composez, nombre sin duda inadecuado porque se confundía con las formas compuestas (he cantado, etc.) y que no hizo carrera. Los términos de tiempos absolutos y relativos se deben a Gabriel Girard, aunque la elaboración del sistema es en él de las menos satisfactorias: Les vrais principes de la langue françoise, ou La parole réduite en méthode conformement aux lois de l'usage, en seize discours, París, 1747. El enciclopedista Du Marsais los llamó absolutos y relativos o combinados; Cfr. Gunvor Sahlin, César Chesneau du Marsais et son rôle dans l'évolution de la Grammaire générale, París, 1928, p. 388. La separación de los tiempos en simples y compuestos, necesaria para Bello en la confección de su sistema geométrico, arranca de C. Buffier, Grammaire françoise sur un plan nouveau, París, 1709, y de Louis de Courcillon, abbé de Dangeau, Considerations sur les diverses manières de conjuguer des Grecs, des Latins, des François, des Italiens, des Espagnols, des Alemans, etc., en sus Reflexions sur la Grammaire françoise, París, 1717. Antes de ellos los tiempos se disponían en línea, sin ver que los compuestos tuvieran algo de común entre sí, ni en su forma ni en su significación. Esta distinción no se hizo general a todos los gramáticos del racionalismo.

 

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«Después de lo que han trabajado sobre la análisis del verbo Condillac, Beauzée y otros eminentes filósofos, parecerá presunción o temeridad querer fundar esta parte de la teoría gramatical sobre diversos principios que los indicados por ellos».

 

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Los significados secundarios del indicativo, consecuencia de la consecutio temporum, son dos y tan similares que me arriesgo a enunciarlos juntos: El que las formas que envuelven relación de coexistencia (Presente, Co-pretérito, Ante-presente, Ante-co-pretérito) pueden correr su significación un puesto hacia adelante en la línea del tiempo, a) cuando, precedidos de si forman frases hipotéticas («Si el cielo me da fuerzas para tanto, cantaré aquí...»; «si ha venido ya nuestro amigo, convidadle»); b) cuando se declara con ellas el objeto de una percepción, creencia o aserción. Véase el § 307 de la Gramática.

 

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Lo son el llamado presente histórico («Aníbal cruza los Alpes», etc.) y el presente con valor de futuro («mañana voy al campo»); el futuro y demás tiempos de probabilidad («Ahora serán las cinco»; «tendría entonces veinte años»; «ya habrá llegado a casa»); los pretéritos de las condicionales de negación implícita («La muerte le diera, con mis manos si pudiera») y de las optativas («pluguiera a Dios que aún viviese»; «fuese ya mañana y estuviésemos en la batalla»; «Señor, quisiera hablar con usted a solas»). Los usos metafóricos del presente prestan al pasado y al futuro la viveza propia de sus representaciones mentales, § 313; el futuro (y afines) de probabilidad transporta al presente (o al pasado) su propia incertidumbre, § 314; el pretérito puede negar implícitamente porque «es propiedad del pretérito sugerir una idea de negación relativa al presente», § 315.

 

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«Mais parce que dans le passé on peut marquer que la chose ne vient que d'estre fait [el ante-presente de Bello], ou indéfiniment qu'elle a esté faite, de là est arrivé que dans la plupart des langues vulgaires il y a deux sortes de prétérit: l'un qui marque la chose précisement fait, et que pour cela on nomme définy, comme j'ai escrit, j'ai dit, j'ai fait, j'ai disné; et l'autre qui la marque indéterminément fait, et que pour cela on nomme indéfiny ou aoriste, comme j'écrivis, je fis, j'allay, je disnai, etc. Ce qui ne se dit proprement que d'un temps qui soit ou moins eloigné d'un jour de celuy auquel nous parlons». Y sigue con que también puede haber un paulo-post-futur: je m'en vas faire, pp. 103-4.

 

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«Mais parte qu'on a voulu aussi marquer chacun de ces temps avec rapport a un autre par un seul mot, de là est venu qu'on a encore inventé d'autres inflexions dans les verbes, qu'on peut appeller des temps composez, et l'on peut remarquer aussi trois. Le premier est celuy qui est le passé avec rapport au present, et en l'a nommé prétérit imparfait parce qu'il ne marque pas la chose simplement et proprement comme fait, mais comme presente a l'egard d'une chose qui est deja neanmoins passé [el co-pretérito de Bello]. Ainsi quand je dis cum intravit, coenabam, je soupois lors qu'il est entré, l'action de souper est bien passée au regard du temps auquel je parle; mais je la marque comme presente au regard de la chose dont je parle, qui est l'entré d'un tel. Le deuxieme temps composé est celuy qui marque doublemente le passé, et qui à cause de cela s'apelle plus que parfait; comme coenaveram, j'avois soupé, par ou je marque mon action de souper non seulement comme en soy, mais aussi comme passée a l'egard d'une autre chose qui est aussi passée [ante-pretérito]; comme quand je dis: j'avois soupé lors qu'il et entré, ce qui marque que mon souper avoit précédé cette entrée, qui est pourtant aussi passé. Le troisieme temps composé est celuy qui marque l'avenir avec rapport au passé, sçavoir, le futur parfait comme coenavero, j'auray soupé, par oú je marque mon action de souper comme future en soy, et comme passé au regard d'une autre chose à venir, qui la doit suivre, comme quand j'auray soupé, il entrera. Cela veut dire que mon souper, qui n'est pas encore venu, sera passé lorsque son entrée, qui n'est pas encere venue, sera presente», pp. 104-6.