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Capitulo XVIIII

De los conjuros, y supersticiones que vsan los indios acerca de las acciones humanas



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1. Brebajes para querer o aborrecer

     LA MATERIA DESTE CAPITULO (526) es mas declarada supersticion, pues se encamina á las acciones humanas dependientes del libre aluedrio del hombre, como es enojarse, ó desenojarse, querer, ó aborrecer: si quando estas passiones humanas, que tal vez preuienen de los humores, y disposicion del cuerpo, y se ordenan á malos fines, como á el enojarse contra el Christiano, querer torpemente á vna muger, que no es propria, o aborrecer á la propria, se pudieran obrar por medios licitos, y sin peccado, se podia buscar el remedio; mas siempre será esta materia sospechosa de peccado, auiendo ya dexado Christo Nuestro Señor, con los Sacramentos, remedios tan eficaces á todas las passiones humanas, para que estén templadas, y enfrenadas; que aun por esso dixo San Augustin, arriba citado, de Ciuit. Dei et habetur 26, q. 2. cap. Qui sine saluatorem salutem vult habere, et sine vera sapientia, &c. Y como quiera que estos encantos, que vsan estos indios en las passiones humanas de amar, y aborrecer, no los encaminan á ningunos fines buenos, como es, que el marido aborresca á la muger, con quien comete adulterio, para solo querer á su muger; sino, que es al contrario, que aborrece á su muger, para querer á la manceba; y á la contra la muger al marido por querer al adultero, y que el marido se entorpesca de manera que no aduierta los agrauios, que se hazen á el matrimonio.

     (527) Por esta raçon siempre son intrinsecamente malos, y àn de ser inquiridos, y castigados los que tales delitos cometen, que siempre son con inuocacion, é interuencion del Demonio, y por esso el mismo San Augustin en la 26. q. e vltima. cap. admoneant, encarga tanto, y con tan graues palabras á los Ministros la predicacion, y enseñança de sus subditos en estas materias. Admoneant (dice) fideles Sacerdotes populos suos, ut nouorint magicas artes, incantationesque quibuslibet infirmitatibus hominum nihil remedij posse conferre non animalibus languentibus claudicantibusve, vel etiam moribundis quidquam mederi: sed haec sunt laqueus, et insidiae antiqui hostis, quibus ille perfidus, genus humanum decipere nititur.

     (528) Y si es consejo deste Sol de la Iglesia Augustino, que se predique á el Pueblo: que ni para los hombres, ni para los animales estos tales encantadores pueden dar remedio, que pueda dar salud en sus enfermedades, porque todo no es mas que un laço, y tropieço, que el Demonio pone para engañar los hombres; mucho mayor tropieço, y laço será, querer obrar en las passiones humanas, que dependen del libre aluedrio; y mucho mayor remedio, y enseñança pedirá en los ministros; pues sus encantos siempre se encaminan á que el marido aborresca á la muger, y la muger al marido, y que todo su amor, y afficion empleen en amar á los complices del adulterio; ó á que el marido se entontesca tanto que passe por las offensas del matrimonio, como si no huuiera tal cosa, ni passasse por él: reduciendo esto á bebidas, y palabras de conjuro; y aunque es verdad, que ay muchos modos de obrar en esto; bastará solo vno para la inteligencia del Ministro.

     (529) Los confessores tenemos mucha experiencia de berbajes, y de otras inmundicias, que hazen beber, assi para querer, como para aborrecer: y es muy ordinario á muchas destas personas, que están sujetas á el Sancto Tribunal de la Inquisición, remitirlas á él, ó pedir licencia para absoluerlas; conque es necessaria esta remision, ó vssar de la dicha diligencia con las personas desta calidad, que se valieren de los indios, y los consultaren para estas supersticiones; porque los indios no incurren en censura, la incurren los que les consultan, siendo Mestizos, negros, mulatos, ó Españoles, et de hoc videantus Summistae.



CINTEOTL, DIOS DE LAS MAÇORCAS, MES 4º DEL KALENDARIO, Y 3º DEL 2º

     (530) El vso mas comun, que en esto tienen, es con vnos granos de maises, que tienen su nacimiento en el principio, y nacimiento de la mazorca: estos tales granos (que no los ay en todas mazorcas) tienen las puntillas contrarias al nacimiento y diferentes en esto á todos los demas granos, que tienen sus puntillas vniformes, con que estos son al reuez de aquellos, y al contrario, de manera que á esta contrariedad y al conjuro que les hazen atribuien la contrariedad del efecto, que pretenden, y aplicandoles á estos tales el conjuro de sus palabras les parece, que les dan nueua fuerça, y diuersa de la que en sí tienen, para obrar los efectos como ellos pretenden, y que consiguen el trueque de las passiones, para que se aplican. Su decir es:

     Ea, ven acá, Varon ilustre y estimado, vn Dios, que ás de aplacar el coraçon encendido del verde enojo, y la ira amarilla; que la é de auyentar, y desterrar, que soy el Sacerdote Principe de encantos, y le é de dar a beber el espiritado, medicina, trueca coraçones.

     (531) Hecho este conjuro muelen el mais, y se lo dan á beber, ó en atole, ó en pinole á el que pretenden trueque la voluntad, ó el affecto; y si quieren meter zizaña, truecan las palabras del conjuro, y donde dicen: «As de aplacar el coraçon encendido con el verde enojo, é ira amarilla», dicen: «As de encender el coraçon, &c».



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2. Conjuro para atraer a las mujeres

     OTROS PROCURAN CON PALABRAS SOLAS (532) afficionar mugeres, pareciendoles, que diciendolas son solo bastantes para traer á su afficion á la muger que les pareciere.

     En el cristalino seno, donde se aparecen las voluntades, busco vna muger (dicelo por la Diosa Tlaçolteotl, que la invoca), y le canto amorosas canciones fatigado de el cuidado, que me dan sus amores; y assi hago lo possible de mi parte, y traigo en mi aiuda á mi hermana la Diosa Xochiquetzal, (la Diosa Venus cuio signo, es ce Xochitl, que es el vltimo; y por la variedad del color de las culebras se aplica su vestido con la variedad de las flores), que viene galanamente rodeada de vna culebra, y ceñida con otra, y trae sus cabellos cogidos en su cinta (Habla con la muger que pretende). Este amoroso cuidado me trae fatigado, y lloroso; ayer, y antes de ayer me à tenido afligido, y solicito; pienso yo, que es verdaderamente Diosa; verdaderamente es hermosissima, y estremada; si, la è de alcançar, no mañana, ni essotro dia, sino luego, al momento, porque yo en persona soy el que lo mando.      (533) Y dice tales palabras en este conjuro, que las mas modestas y que mas pueden parecer en publico son estas:

     A, yo el mancebo guerrero, que resplandesco como el Sol, y tengo la hermosura del Alba! por ventura soy yo algun hombre de por aî? ó nací en las malvas? yo nací por el florido, y transparente sexo femenil.

     (534) Y concluye diciendo:

     (Torna á hablar con la muger que pretende). Verdaderamente es digna de ser tenida por Diosa; que es de las mas lindas del mundo. No la è de alcançar mañana, ni essotro dia, sino luego, ahora que yo en persona lo mando, el mancebo Batallador. Por ventura traigo yo guerra? no es guerra la que traigo, sino conquista de mugeres.



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3. Cura de las enfermedades de amores ilicitos

     EL PASSO Y MODO (535) que estos vsan de remedios, para afficionar, y atraer á su torpe amor las mugeres, dicen tambien que ay males causados por amores ilicitos, y que de ellos enferman los que los tienen; y para semejantes amores assimesmo se valen de sus conjuros, é inuocaciones de sus Dioses. Pareceme esto á lo que refiere Clemente Alexandrino, lib. 2º stromatum: que dixo vn Phylosopho, llamado Antistenes, que el amor ordenado y puro venia del Cielo, y en quanto los hombres vsaban bien del era diuino; mas vsando mal del, no solo quedaba diuino, pero era vna corrupcion de la naturaleza deprabada. Mas los hombres á este amor profano, para tener escusa en su peccado, le pusieron nombre diuino, y lo llamaron Dios cupido: A quo cum vincuntur miseri; Deum appellant, para dar credito á su maldad, y no quedar deshonrrados, sino que siempre tubiessen disculpa en ella, con que los auia vencido, vn Dios, que fauorecia sus passiones; y assi el tragico Seneca dixo:

     Deum esse amorem turpiter vitio fauens finxit libido.

     (536) Y en las diuinas letras, en el 2. de los Reyes, cap. 13, se dice, que llegó el Principe Amon á querer tanto á Thamar, hermana de Absalon, que enfermó de amores. Ita vt propter amorem eius aegrotaret. Que en estos casos mas se dexa vencer la naturaleza con el apetito, que sabe corregirse con la raçon; pues como dixo San Bernardo: Non tam affectibus currit, quam defectibus.

     (537) Y si en todos los hombres del mundo es esto regla general; mucho mas es en los indios, pues en estas cosas añiden su deprabada costumbre de la borrachera: y aun sin attender á estos el Maestro de las Scripturas San Geronimo, en el cap. 2. de Amos, llama á estos amores ilicitos especies de embriagues. Per vinum(dice el sancto) id omne intelligitur, quod mentis, flatum dimovere potest: hoc autem nihil aliud est, quam amor cuiuslibet creatae rei. Y el modo de querer curar estos, y remediar semejantes enfermedades, es con otras mayores; pues con vn peccado mayor quieren curar el menor, y vna torpeza con otra; y estas enfermedades de amores ilicitos curan estos con mayores peccados; que es lo que el mismo San Geronimo dixo, Epist. 4 ad Rusticum: Dignum est, quod memoretur Phylosophi (ait) saeculi solent amorem veterem amore novo quasi clavo expellere.

     (538) Los mundanos curan el amor con otro amor, vna torpeza con otra, como quando vn clavo saca á otro clavo; y por esso los Principes de Persia curaron á el Rey Assuero la enfermedad, que padecia de la ausiencia de la Reyna Vasthi con el amor de otras hermosas donzellas: Illi vitium vitio, peccato percatum medicantur; nos amore virtutum vitia superemus.

     (539) Assi estos miserables curan su vicio, y torpeza con otra torpeza, y vicio, y vn peccado con otro mayor; pues fuera de las curas supersticiosas que hazen, aconsejan nuevos peccados para remedio de otros; y assi para que estos vicios los venzan con el consejo de la virtud, èmos menester ver, cómo estas enfermedades, que provienen de amores ilicitos en éstos, tienen sus diuisiones, y qué genero de personas los padecen.

     (540) La primera diuision es de los Niños que suelen assombrarse, y dar gritos como si viessen alguna cosa espantosa, y quando despiertan dan sollosos, y lloran como espantados, y quando sin accidente exterior suelen perder el sentido, y quedan como muertos, y otros hiriendo de pies, y manos, á las quales enfermedades llaman los Españoles gota coral y alferesia.

     (541) La segunda es quando alguno sin saber de qué, ó si por la edad, ó por ser flaco de estomago, ó enfermiso, se va poco á poco enflaquesciendo, y consumiendo, y se hace ethico, o ticico. La tercera diuicion es mas general, porque todo lo comprehende(35), y es de aquellos, que padescen enfermedades incurables, los que tienen desgracias, y trabajos, como son pobreza, malos successos, elarseles las sementeras, anublarse la semilla, hazer daño los animales en los maises, y trigos, perderseles sus bestias, ó desbarrancarse, no hallar salida de sus mercancias, no medrar en sus tratos, y contratos, no coserse bien sus comidas, y berbajes: que á penas ay quien se escape destas materias; y de todos estos successos dicen los embusteros Medicos, que son por delitos y excessos de los consortes, hora sean casados, ó mal amistados; y de todo esto torna materia el Demonio para desbarrancarlos mas, y hazerles que cometan vn peccado mayor por otro menor, y siempre por librarlos del mal de la pena, qué padescen, les aconseja el mayor mal de la culpa.

     (542) A estas enfermedades causadas por los excessos de los consortes llaman Tlatlazolmiquiztli, que quiere decir daño, ó muerte causada de amores, y de la misma manera llaman á los males de las Criaturas, aunque añaden vna palabra, con que se significa la perdida de los sentidos con la gota coral, y dicen assi: Tlatlatzolmimiquiliztli. A la enfermedad de flaqueza, ó consumirse llaman Epalhuiliztli, que quiere decir dependencia de otro, como si dixeramos daño dependiente de otro.

     (543) Fingen, pues, estos embusteros médicos ó adiuinos, que las enfermedades que les vienen á los niños son causadas, porque en su nacimiento estuvo presente alguna persona de mal viuir, y deshonesta, ó porque la tal persona llegó á presencia de la madre teniendo en su vientre, ó en sus braços despues de nacida: y no será maruilla, que introduzgan aqui la sospecha del adulterio, como lo hazen, quando el parto se detiene, segun dixe en el cap. 17, p. 1º.



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4. Contagio por simpatia o antipatia y compensaciones idolatricas

     EL ENFERMO SI ES ADULTO, (544) y no es casado, ni tiene a actualmente dependencia de alguna muger, dicen, que enfermó lo primero, porque estando el enfermo en compañia de otros llego á su presencia á introducirse con ellos alguno de mal viuir, ó que andava en malos passos y amancebamientos.

     (545) Lo segundo, porque ante el tal enfermo estando en compañia de otros, alguno de ellos desseó alcançar alguna muger ó codició alguna cosa agena de importancia; y porque el no alcançar lo vno, ó lo otro causa de ordinario tristeza, ó melancolia, dizen, que esta tristeza, y melancolia se la pegó á el tal enfermo por la accion natural de la sympatia, ó antypatia; y son tan amigos de echar estas cosas á puertas agenas por engendrar algun odio, ó mala voluntad con otros, que no aduierten, que pudo el tal enfermo adolescer de dessear alcançar alguna muger, ó alguna cosa, que no auiendo tenido, ni alcançado lo vno, ó lo otro, le pudo causar aquella tristeza, y melancolia, que padece; pues si por dependencia de otro (como es ordinario pegarse algunos males, y accidentes de vnos á otros), padece lo que padece, y como mal pegadizo, mucho mejor lo padecerá por intrinseca causa suia.

     Si los enfermos adultos son casados, ó amancebados, hechan la culpa de estos successos, assi en la salud, como en los demas trabajos, é infortunios, á los excessos, y peccados del consorte, y les aconsejan vn remedio bien gentilico, y es, que procuren recompensarse en la misma materia, excediendo á el consorte en los mismos amancebamientos, y en mayor numero de peccados: donde es muy necessario, que los Ministros aduiertan, que suelen los casados cada vno por su parte venir con semejantes quejas de que el marido tiene su manceba, y que a la muger le passa lo mesmo; y es muy necessario procurar saber prudentemente si se àn fundado en la comission, y hecho del tal delicto en esta idolatrica recompensacion; y lo mismo quando suelen trocarse las mugeres, y amancebarse el vno con la muger del que se amancebó con la suya; y aunque en el fuero exterior siempre se à de proceder tan prudentemente, que los àn de poner en paz, porque estas quejas siempre salen en sus borracheras, en el fuero penitencial es muy necessaria la inteligencia de esta materia para el examen, que le les debe hazer en la consciencia para la penitencia saludable, que se les à de dar, y enseñança, que se les á de hazer.

     (547) Y quando estas querellas passan de quejas del calor, y borrachera del pulque, entonzes se à de proceder juridicamente, e inquirir todos los puntos passados, para ver si los delitos del adulterio, ó los trueques de las mugeres que hizieron, se fundaron en estas supersticiones, ó en consejos de alguno de sus medicos embusteros.



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5. Remedio para la enfermedad procedente de amores ilicitos

     PARA AUER DE LLEGAR (548) á los conjuros, y embustes, que hazen en esta cura, es muy cierto, que ellos por sí, ó otros án echado ya las suertes sobre el juizio desta enfermedad, ó juzgado de ella segun la relacion les hizieron los dolientes, y son tan ignorantes y el Demonio los tiene tan ciegos, que jamas dudan, ni ponen en question lo que los medicos les dicen, sino que se sujetan á sus embustes, y curas.

     (549) El vnico remedio, que hallan para esta enfermedad, que procede de amores ilicitos, es el baño, que ellos llaman Tetlatzolaltiloni, que es lo mismo que decir, que es baño para enfermedad, que procede de amores: para lo qual el medico embustero se preuiene de fuego, copal y agua, que son los ingredientes del conjuro, y pone un lienço muy limpio, y bien estendido sobre vna estera, que ellos llaman petate, y cerca de ella pone en pie á el enfermo, y comiença á hablar con el fuego, con el agua, y el copal.

     Ven acá tú el que tienes los cabellos como humo, y como la neblina (fuego y humo): y tú mi Madre la de las nahuas preciosas (agua): y tú la muger blanca (copal). Acudid vosotros Dioses de amor. (Aqui inuoca á Tlatzolteotl, y á Quato y Caxoch, que son los Dioses que inuocan las parteras.)

     (550) Y encomiendan muy de veras al enfermo á estos Dioses, y echando el copal en el fuego sahuman el paciente, y le bañan con el agua preparada para esto, y luego le passan á el lienço limpio, que se tiene sobre la estera, para dar á entender, que ya va limpio, ó en mejor disposicion, que de antes: y mientras estas acciones se hacen va el medico prosiguiendo en sus conjuros.

     Diosas nombradas, asistidme: y vosotras enfermedades de amor, parda, y blanca, y verde. Aduertid, que è venido yo, el Sacerdote Principe de encantos; verde y blanca terrestridad, no os leuanteis contra mí, ni de recudida embistais conmigo: yo en persona soy el que lo mando, el Principe de los encantos.

     (551) El decir el embustero medico, que la verde, ó blanca terrestridad no se leuante contra él, es porque habla con la enfermedad: y para que estimen mas la cura da á entender, que saliendo de el enfermo corre el riesgo, de que se le pegue, ó se le passe, y para esso dice, que la conjura, y repite el conjuro muchas vezes, y concluye: «Yo el Principe de los encantos, el Sacerdote, lo mando»; y en auiendo concluido con este Sahumerio, y baño, y puesto el enfermo en la estera con el lienço blanco, endereça su platica asia el Cielo inuocando la via lactea, para que fuesse en favor del enfermo, a la qual llaman Citlatlicue, la que tiene la saya de estrellas, á la qual siempre acompañan con estos Dioses: Contlahuizcalpanteuctli, que es el Aurora; Tonatiuh, que es el Sol y Tonacateuctli, que es Dios del calor: y assi poniendo vno, los juntan todos, mas en particular encaminan su oracion, y custodia del enfermo á Citlatlicue, que es, como digo, la via lactea; y assi le dice el medico prosiguiendo en sus palabras:

     Madre mia, la de la saya estrellada, tú hiziste á éste, tú le diste vida; pues cómo tú, tambien eres contra él? cómo te às buelto en contra? Cierto es, que tú le hiziste, y que le diste vida; cierto es, que en tus manos reciuió el ser.

     (552) Y remata la cura con hazerle aire á el enfermo; si es muger quien exerce la cura, con el huipil, y si hombre con la manta como soplandolo (lo qual será quatro vezes, como lo tienen de costumbre en todas sus insuflaciones por correspondencia á la fabula del Sol, en las quatro salidas, que hizo). Juzgando, que con estos soplos le quitan, y echan fuera los malos aires, que le dañan, y quitan la salud, y le comunican los buenos y saludables. Otras, ó otros embusteros vsan de otro conjuro con las mismas circunstancias del lienço, estera, y sahumerio; el qual es como se sigue:

     Ea, venid acà, los cinco solares, y vosotras Diosas de amor Quato y Caxoch, assistidme, y traigamos aqui á nuestro Diosesito de piedra preciosa (Algun idolillo que sacan). Ven tú mi Madre tambien, la de la saya de piedras preciosas (El Agua), bañemos y purifiquemos aqui á nuestro encomendado, que por vosotras Diosas Quato, y Caxoch tiene ser, y vida. Yo en persona soy el Author desta obra, Principe de encantos, que emos de echar fuera esta enfermedad de amores luego al punto. Durar à por ventura hasta mañana, ó al dia siguiente? No, que luego en este punto à de salir.

     (553) Y luego hazen el baño, y las demas ceremonias del aire con la tilma, ó huipil. Y tiene con esto el Demonio tan ciegos, á estos desventurados, que si los tales embusteros aciertan con la cura, los tienen por diuinos, y muy dignos de que en todos casos los consulten; y si acaso se yerra, ó se muere, que es lo mas ordinario, les persuaden, que ellos no tubieron la culpa, sino que quedó por parte del enfermo, ó porque no se guardó, ó por que no tubo feé con los Dioses, é idolillos inuocados, ó porque tenia todavia sus torpes desseos; y nunca les con que disculparse, para que no sea la causa su ignorancia, y embustes: acreditando el Demonio los baños con vna crasa, y material inteligencia de lo que se predica del Sancto baptismo, que como es baña para limpiar las culpas originales, y actuales, quiere aprouecharse desto para el vso supersticioso del baño, persuadiendo por medio de sus sacrilegos Ministros, que el baño, que les hazen, es para purificarlos de los delitos, y excessos, que cometen, ó àn cometido el marido contra la muger, y la muger contra el marido, ó el mancebo contra la manceba, &c., é contra, que no ay punto, ni tilde, que el enemigo pierda; por lo qual tilde ni punto no se puede perder de aduertencia en estas materias.

     (554) Assi mesmo si la suerte en la enfermedad de los niños salió, ser falta de hado, hazen el conjuro de la restitucion del hado; y si hallan proceder de amores ilicitos, como arriba se dixo, hazen el conjuro, que emos dicho del sahumerio, y baño.

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6. Invocaciones para hacer dormir a las personas

     POR AUER MATADO DE ACCIONES HUMANAS, (555) que dependen del libre alvedrio, me pareció tratar aqui de algunos embustes, de que vsan para echar sueño (Refiérase esto en el Cap. 9, p. 2); y como el fin es para hazer adulterios, maleficios, y hurtos con inuocaciones, es muy cierto, que tiene efecto, mediante el pacto de el Demonio, porque de suerte echan sueño, que dexan á las personas, á quienes lo echan, como muertas, y tan insensibles, que las pueden cargar de vna parte á otra sin saber de sí, de tal manera, que se persuaden á que no podrán voluer en sí si no deshazen el encanto: y todo ello está tan lleno de methaphoras supersticiosas, que se echa de ver muy bien la obscuridad de su Author, el Demonio; y son como se sigue:

     Yo mismo, cuyo nombre es tinieblas, para que yo? para que de nueve partes? (todo es obscuridad de lenguaje). Para entonzes. Ven ya, sueño encantador (Temicxoch) quando fui á traer á mi hermana nueve vezes(36), yo sacerdote cuia hermana es la Diosa Xochiquetzal, aunque mucho la guardavan los Sacerdotes, y el resto del pueblo, con que era impossible entrar; para lo qual inuoqué á el sueño, y con esso se fueron á los nueve profundos (idest, se durmieron las guardas).

     Yo el mancebo, yo á quien crujen las coyunturas, que disparatadamente grito á todas partes (dicelo, porque ya entra sin recato, ni miedo, ni temor de ser sentido). Ea, ya venid sacerdote ó Demonio Cetecpatl, vn pedernal (Invoca al pedernal, porque es instrumento de sacar lumbre, principalmente de noche para alumbrar), ve á saber, si duerme ya mi hermana, que ya voy á sacarla, para que no me codicie ninguno de sus hermanos, para que no me codicien quando la lleue á los nueve profundos; que ya le è de llevar al sentro de la tierra, y es para entregarla alli á las tinieblas, para que aunque la buelvan por quatro partes no sienta.

     (556) Todo es methaphora, porque decir, que no la codicien las guardas, es decir, que no le hagan mal, ó lo prendan; y entregarla á las tinieblas es entregarla á el sueño. Prosigue:

     Yo que soy la misma guerra; yo, para quien todo es burla, y que ya dispongo burlas de todos convirtiendolos en otros, y haziendolos quedar insencibles; yo, que soy la misma guerra, burlador de todos, que los quiero ya entregar, para que queden borrachos perdidos en tinieblas, y, de tinieblas (que es lo que de sueño).

     (557) Con estas palabras affirman, que quedan tales, tan encantados, y dormidos, que haben de ellos quanto quieren de manera, que se estubieran assi mucho tiempo, si no deshizieran el encanto, dandoles á entender en el segundo, que todo lo que se dixo en el primero fué falso, y burla. Como lo fuera, si el enemigo del genero humano no concurriesse á todas estas cosas, mediante las inuocaciones, y conjuros, que se hazen, y mas como lo passado, que tan proprio, y suyo es por su obscuridad, y methaphoras. Y para deshazer el encanto, dicen:

     Para traer á estos del centro de la tierra, y de las quatro partes, y para que no sea verdad, que los encanté, y conuertí en otros, y que dormian, y que fueron á los nueve profundos, y que los llevó el sueño, ó tinieblas, è aquí, que ya los buelvo, y les quito el encanto del sueño, yo, que tengo como borrachera nocturna.

     (558) Y concluien esto vltimo con decir in nomine Domini, para no solo hazer esta supersticion sino hazerle á el Demonio nuebo obsequio de mezclar las cosas diuinas con las idolatrias, y para tener ellos alguna paliacion, de que se pensasse, que lo que dixeron, (que siempre es entre dientes) era cosa sancta; y con esto tienen por cierto, que deshazen el encanto, que antes auian hecho para dar sueño.



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7. Conjuros con la cama y la almohada

     COMO EL DEMONIO NO SE CONTENTA (559) con que vnos caigan en estos errores por agressores, y por obrar semejantes supersticiones, quiere, que otros vsen de otras semejantes para defenderse de estas, y que todo vaia encaminado á vn fin, que es quitarle á Dios su gloria, y que á él le siruan, y reconoscan, y á que estos miserables se condenen, y assi vssan de conjuros con la cama en que duermen, para librarse de que les echen sueño, y conjuran, como digo, la cama, que es vn petate, ó estera, y la almohada, que es vn banquillo, en que se sientan, y llaman icpalli; y assi dicen á la cama:

     Ea, ya mi atigrada estera, que abres voca asia quatro partes: sí, que tambien tu tienes sed, y hambre; ea, que ya viene el maligno, el que burla las gentes, el como loco, y sin acuerdo; mas qué me à de hacer? no soy yo vn desdichado, que viuo sin qué ni para qué?

     (560) Conjura luego la almohada en que duerme, que es, como emos dicho, vn banquillo.

     Ea, mi Almohada, que eres como vn tigre: quatro vocas tienes; tú tambien tienes hambre, y sed; ea, que ya viene el maligno, &c.

     (561) Y prosigue con lo mismo, que dixo en el encanto del petate; y porque suelen estos ser de palma, y estar entretegidos con varios colores, lo llama Tigre; el decirle, que tiene quatro vocas es por las quatro esquinas, que tiene; y el tener hambre y sed, es ficcion, que haze, de que reciue aquello en sí como si fuera comida, y bebida; el llamar burlador á el que viene es hablando con el encantador, que puede venir á hazerle mal; y el decir, que qué le à de hazer, pues es vn desdichado? es decir, que qué le à de quitar á quien tiene tan mala cama, y tan pobre como vn petate, y vna almohada de palo? á quien llama tigre por la dureza que tiene (y lo mismo será á la estera, aunque no sea pintada).

     (562) Dicele tambien, que tiene quatro vocas, por las quatro esquinas; y que lo reciue de tan buena gana, para que recline su cabeza, como si tubiera hambre, ó sed, de que se acostase sobre ella. Y no paran en esto, sino que tambien quando se leuantan le hazen su salutacion á la cama, y le dan como gracias de que no aya consentido, que aya alguno llegado á hazerle mal; y dicen:

     Esterica mia, semejante á el Tigre, si á succedido, que vino algun malbado, á dañarme, ó bien quizás no se llegó á mi de todo, punto, ó á mi ropa, y me la alçó.

     (563) Y con esto, dicen, que estan seguros, y que aunque lleguen á tentar la ropa no la pueden alçar, ni hazerles mal sus enemigos y ladrones. Con que estos embustes, y otros semejantes todos andan en continuo seruicio del Demonio.

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Capitulo XX

En que se comienzan a poner particulares curas, de que vsan los medicos, supersticiosos en las enfermedades naturales y conocidas de los indios



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1. Supersticiones que alivian el dolor de cabeza

     AUIENDO PUES TRATADO (564) de todas estas supersticiones arriba dichas, pertenecientes al nacer de las criaturas, y restitucion de sus hados, y de las demas materias, que pertenecen á al libre alvedrio del hombre, y passiones humanas de él: solo me resta tratar del modo, que pueden tener en los accidentes de enfermar, y de la necessidad precissa, que tienen estos miserables indios del sustento natural para alimentar la vida; y aunque esto es lo primero, será lo postrero en estos capitulos, por tratar antes de sus enfermedades, y no dexar de la mano los medicos, y Titzitles embusteros; pues estos no solo vsan de sus embustes en males no conocidos, sino tambien en los conocidos de su naturaleza, y porque todos, ó los mas comiençan con dolor de cabeza, será bien poner aquí por principio deste capitulo, y paragrapho la cura de la cabeza.

     El conjuro es apretandole la cabeza començar diciendo estas palabras:

     Ea ya, venid los de los cinco hados (los dedos), que todos mirais asia vn lado, y vosotras Diosas Quato y Caxoch; quién es el poderoso, y digno de veneracion, que va destruye á nuestro vasallo (dicelo por el dolor de la cabeça). Yo soi el que hablo, el Sacerdote, el Principe de encantos; por tanto emos de dar con él, ó con ello en la orilla del mar, y emos de arrojarlo en él.

     (565) Mientras dice el medico este conjuro le está apretando al doliente las sienes, y acabando, le dá con su aliento en la cabeza a modo de saludador; y si con esto no se siente el enfermo aliuiado, haze traer agua, y la conjura assi:

     Atiende ó lo, que te digo, madre mia la de la saya de piedras, ó pedreria; acude aqui, y resuscita á el vasallo de Nuestro Señor, in totecuio macehual.

     (566) Esto vltimo puede ser que diga por el fuego, y no por nuestro Verdadero Dios, y diciendo esto lo rozia con el agua, y con la nouedad de auerlo roziado, y con el assombro, que recivió, y frescura del agua, á qualquier aliuio que tenga el enfermo, dicen, que ya está bueno. Otros en lugar del agua lo sahuman con la yerba yahutli, que es la yerbaniz; donde no ay duda le hagan el conjuro de amarillo espiritado, como en otras curas emos visto, que lo àn vsado con él. Si la cabeza está hinchada, vsan el piciete junto con el Chalalatli, que es vna yerba medicinal, de que vsan, y lo acompañan todo con el conjuro siguiente:

     Yo, el Sacerdote Principe de el encanto pregunto: en qué lugar está lo que quiere destruir mi cabeza encantada? Ea, ya ven, tú nueve vezes estrujado (el piciete), que emos de aplacar mi cabeza conjurada, que la à de sanar la colorada medicina (la raíz del chalalatli).

     Para ella inuoco, y aclamo el viento fresco, para que aplaque mi encantada cabeza (llama al signo Ehecatl, que es signo de Quetzalcoatl, é inuocalo, por la frescura. Y luego en el nuº de nueve), á vosotros nueve vientos, aueis traido lo que à de sanar mi cabeza encantada? Dónde se abrá ido, donde estará escondido?

     (567) Diciendo este conjuro le sopla con el haliento la cabeza, quatro vezes segun su supersticion en la fábula del Sol, y no embargante, que el numero ce Ehecatl, y en el numero nueve, como diximos arriba. cap. 6, p. 4, son signos infortunos, con todo esso los invocan por la poca substancia, que tienen sus conjuros; y como todos son con el Demonio, y por el Demonio, les parece, que virtudes vencen señales, y que el Demonio es sobre todo; que él fué el que les dió la supersticion del signo, y del numero nueve, y que él quitará todo lo que fuere contrario. Y sane, ó no sane el enfermo, siempre tienen ellos su partido seguro; porque si sana se attribuyen la gloria, y ganan el credito, y si no, echan la culpa á la poca feé de el enfermo.



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2. Con agua fria y yerbas curan las enfermedades de los ojos

     DESPUES DE LA CURA (568) de la cabeza se sigue la de los ojos enramados, ó con algun otro accidente; y ordinariamente los curan con agua fria, y con el conjuro supersticioso del thenor siguiente:

     A vosotras digo, vna culebra, dos culebras, tres culebras (habla con las venas), por qué maltratais assi el espejo encantado (methaphora de las ojos), ó su encantada faz, ó tez; id á donde quisieredes, apartaos á donde os pareciere, y si no me obligareis á llamar á la de las nahuas, y huipil de piedras preciosas, que ella os desparramará, y divertirá; ella os arrojará desparramandoos, y os dexará desparramadas por essos desiertos.

     (569) Dicho esto á las venas como á causadoras de el mal de los ojos (que de ordinario procede de sangre, y están encarnisados, y ensangrentados), le da con el agua en los ojos: como están encendidos del fuego, que tienen, con el refrigerio del agua sienten aliuio, y attribuyen estos barbaros el effecto á el falso conjuro. Otros curan los ojos con la corteza del Mezquite, que es vn árbol aspero, cuya corteza herida sale della vn humor, y humedad, que cogen con la cabeza de vn alfiler, ó con otra cosa semejante, y con él, vntándoselo, al paciente le estriegan, y refriegan los ojos hasta hazerle sangre en ellos, acompañando esto con este conjuro:

     Yo el offrecedor de sacrificios, y Principe de encantos è traido cabeza de perla (dicelo por el dedo index, con que refriega el ojo): ve á buscar el verde, ó pardo, ó amarillo dolor. Tú, el de la cabeza de perla, busca y entiende, qué Dios, ó qué poderoso quiere destruir mi espejo conjurado (los ojos): haz tambien tu officio, tú conjurada medicina (el sumo del mesquite), verde medicina.

     (570) Y auiendole estregado los ojos con esta medicina, acude luego al piciete, ó Tenexiete, y le conjura diciendo:

     Ven acá, tú el nueve vezes aporreado ó golpeado, conjurada medicina, sepamos quién es el Dios, ó quién es el Poderoso, que quiere ya destruir nuestro encantado espejo.

     (571) Acabado este conjuro, vnta los parpados de los ojos, y sobrezejas con el piciete, y hecho esto, para dentro de los ojos vsa de la sangre de los cañones de las plumas de la gallina recien arrancadas, que es alias medicina experimentada para mitigar el dolor de los ojos ensangrentados.

     (572) Otros curan los ojos, como curan los empeynes, que es: picandolos ó estregandolos, escoriandolos, y echandoles vn emplasto encima; y assi ni mas ni menos es de los ojos la cura: estrieganlos con vna yerba fuerte, que llaman la quemadora, y en lengua mexicana se dice Tlachichinohua, que quiere decir lo mismo, y haziendole el ojo sangre, acompañandole el conjuro; concluso ya acuden á recoger la sangre, que está ya desparramada sobre el mismo ojo con vn poco de copal añidiendole tequezquite, y sal; y el conjuro dice:

     Ven acá, tú, la yerba cenizienta (yerba Tlachichinohua), ven á coger y limpiar el polbo, y superfluidades, que impiden á mi conjurado christal (los ojos); ea, ya venid, Ministros los encantados de cinco hados, que todos mirais asia vn lado, acompañad en esta obra á la yerba zenizienta, ó, de color obscuro.

     (573) Y auiendo refregado el ojo, acuden á el copal, y con él limpian la sangre del ojo y dicen:

     Acude tú, blanca muger (el copal), y limpia nuestro espejo, conjurado ó encantado.

     (574) Y si acaso vsan de otras yerbas para hazer estas curas, en el conjuro las llaman por el color que tienen, verde espiritado, ó amarillo; y con esto curan los ojos, cegando los mas, porque los curan á ciegas: y aunque estos miserables conoscan el mal eferto de la medicina, que les ponen, se dexaran primero morir, antes que enojar á el medico: porque la feé, que con ellos tienen es tanta, que piensan que no puede auer, otras como sus falsas medicinas; que si con otras la tuvieran, y confiaran con feé viua en Dios, y en sus sanctos, para que intercedieran, ella sola los sanara.



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3. Para los dolores de oidos o de muelas hay tambien conjuros

     PARA EL DOLOR (575) de los oidos se aprouechan del tenexicte, y distilando vn poco del sumo dentro del oido, y con sus soplos, dicen aqueste conjuro:

     Ea, ya ven, tú el nueve vezes golpeado, el nueve vezes aporreado; entra tras el verde dolor (conto á perseguirlo). Quién es aquel tan poderoso, que quiere destruir mi encomendado: huarte, no hagas cosa, conque te aberguences: que ya yo soplo aqui en mis siete cuevas (por los oidos), para que mi soplo y aliento siga á el verde dolor, y lo pensiga, y eche fuera.

     (576) Quando el dolor es debajo del oido, ó en la quixica, vsan de otro conjuro bien supersticioso, applicando sobre el dolor el piciete, y diciendo:

     Todo el mundo esté alerta, que yo soy el que hablo, el Sacerdote Principe de encantos; y soy embiado por mi hermana la de la saya de estrellas (la via lactea), y traigo conmigo al Principe espiritu de color obscuro, y sus pajes (Demonio y Demonios), y al espiritado nueve vezes aporreado, ó golpeado (Piciete); y á venido conmigo el Principe, ó Señor, el que assiste en los idolos. Pues tú, verde dolor, pardo dolor á quién teneis por Señor, y digno de ser obedecido. Ya yo è venido á destruirlo, y á abrasarlo: yo, el Sacerdote, el Principe de los encantos.

     (577) Todo esto vltimo, que dice es por authorizar su poder, y sciencia, y hazer, que lo reconoscan por Señor de las enfermedades, y que luego le obedecen; y dicho este conjuro, y puesto el piecete, estregandolo con sus manos sobre la parte affecta, dan por hecha su cura. Quando el dolor es en los dientes, vsan del piciete, ó tenexiete, que todo es vno; por principal ingrediente en todas enfermedades, y para esta en particular de los dientes aplican el copal, y comiençan su conjuro, encaminado primero á el piciete diciendo:

     Ven en mi fauor, piciete nueve vezes golpeado, nueve vezes estrujado; y tú, pardo dolor de muelas, qué haces? Ven acá, la de mi sexo, la blanca muger, (habla con el copal), entra en seguimiento del verde dolor, mira no caigas en affrenta: no hagas cosa que no sea á proposito. Lo que haz de hazer, es sacar, y quitar á el verde dolor, que ya quiere destruir á mi encomendado.

     (578) Aqui con quatro cañuelas yere la ensia sacandole sangre, y prosigue su conjuro diciendo:

     Acudid vosotros tambien, los de los cinco hados, que emos de quitar el verde dolor; por qué raçon echa ya á perder mi molino encantado en su ministerio? (methaphora de las muelas, y dientes por el comer) por qué haze blandear la pared hecha para la guerra, ó defensa (methaphora de los dientes, y muelas en sus ansais, que vnas con otras hazen como muralla).

     (579) Con esto queman la muela, ó diente dolorido con vna gota de copal ardiendo; y siendo este remedio, que amortigua por si el dolor, lo attribuien á las palabras del conjuro, ó á la virtud, que dizen tener. Quando este dolor acude á la garganta puede ser en dos maneras: ó interior, que llaman los medicos flemones; ó exterior, que llaman parotidas; y para todo esto tienen sus remedios, y conjuros: para el dolor interior, ó inchason vsan de vnos tomates mezclados con tequezquite, ó con la yerba del Zopilote, que llaman Tzopilotl, y con vno, ó con otro entran los dedos, y aprietan la hinchason, y mientras la están apretando dicen en este modo su conjuro:

     Atiende á lo que os mando, los de los cinco hados (habla á los dedos), que todos mirais asia vn lado: id luego, y quitad el verde dolor, el pardo dolor, que no es razon que quiera ya matar ó destruir mi hijo, mi piedra preciosa. (Habla a la medicina): ea, ya blanca muger, haz tu officio.

     (580) Y apretando la garganta, y diciendo estas palabras es todo vno. Y è visto muchissimas curas destas, mas nunca las è attribuido á los conjuros, sino á la virtud del Tzopitotl, de los tomates, y tequezquite, remedio, que los Medicos aplican por gargarismo; mas estos miserables por enseñança del Demonio vician las virtudes, que Dios puso en las yerbas, con sus invocaciones, dando credito á las palabras, y no á la virtud de la medicina. Quando la inchason es exterior, ó interior, vsan de otro remedio, y es vntarse los dedos con el achiote molido, y con ellos apretar la inchason interior, ó exterior diciendo el conjuro siguiente:

     Yo, el Sacerdote Principe de encantos è de aplacar mi conjurado pescueso, y lo è de sanar. Ven acá tú, espiritado de color encendido (el Achiote), que às de aplacar el verde dolor (y prosiguen con lo demas).

     (581) Y con esto hazen su cura: y quando son menester ventozas, ó sangrias vsan de ellas con las supersticiones, y conjuros. que dixe en el cap. 4, p. 6, á que me refiero.



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4. Invocaciones y remedios para las enfermedades del pecho

     CUANDO ESTOS DOLORES (582) Son en los pechos (que ó proceden de cansancio, ó estan abiertos de vn demasiado trabajar), vsan de los polbos de la corteza del Quanenepil (que es vna yerba muy approbada para calenturas, y tabardillos): estos los dan á beber en agua, algo espessa la bebida, y rebuelta con massa de mais, y apretando los pechos del paciente con las manos van diciendo este conjuro:

     Estad á mi orden, los cinco solares, o los de differentes hados, que yo, el Sacerdote Principe de los encantos, busco el verde dolor, el pardo dolor; dónde se esconde. (Aqui haze que busca.) Dónde acostumbra irse? Yo, el Sacerdote Principe de los encantos, te advierto, encantada medicina, que è de aplacar mi carne enferma: para ello estarás en las siete cuebas (llama siete cuebas á los pechos y tambien á el vientre); dexa el amarillo coraçon, espiritada medicina; yo echo de aqui á el verde dolor, á el pardo dolor. Venid acá, vosotros nueve vientos (inuoca el signo Ehecatl, y á los demas aires), echad de aqui á el verde dolor, á el pardo dolor.

     (588) Con esto soplan quatro vezes el pecho del doliente, y rematan su cura. A los que están abiertos de los pechos hazen la misma cura añidiendo el piciete, y el iautli, que es la yerbaniz, y dicen:

     Ven acá, el nueve vezes aporreado, el nueve vezes golpeado; y tú, el verde dolor, el pardo dolor, quién es el tan poderoso, que ya destruye, y acaba á mi encomendado? Ea, tú, el que eres digno de estimacion (el piciete), vé y echalo de alli donde está (al dolor).

     Encantada arca de costillas en el espinaço (el pecho), entrate tras la encantada cabeça (el dolor). Vosotros los de los cinco hados con la parda muger (el verbaniz) hazed vuestro officio, no caigais en afrenta.

     (584) Diciendo estos conjuros, y disparates le aplican con agua estas medicinas molidas, y hechas vn emplasto con sus soplos, como en la otra cura; todo con arte del Demonio. Quando los niños enferman de dolor de pechos, y lo pueden conocer, ninguna medicina les aplican, sino que solo les aprietan blandamente los pechos, attribuyendo toda la medicina á la virtud de sus manos, y á las palabras, con que acompañan la accion; y despues de hecho el conjuro de los dedos en la forma ordinaria, conjuran el dolor con la methaphora de llamarle maripossa, que de ordinario llaman á estos generos de palomillas Papalotl, y dicen assi:

     O tú, la verde maripossa, amarilla y blanca maripossa, qué daño es este que hazes á el hijo de los Dioses? De ninguna manera estás bien aqui, mejor estarás en los grandes cenadales, ó en las lindas verduras.

     (585) Con esto le ponen las manos blandamente; donde es muy factible el que vsen de la medicina de el soplar las quatro vezes.



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Capitulo XXI

En que se prosigue la materia de las curaciones supersticiosas de los indios



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1. Las borracheras dan fuerza y animo para el trabajo

     EL PRINCIPE DE LA PHYLOSOPHIA (586) Aristoteles en sus ethicas libro 4. capit. 8. define el descanso, y dice: Est autem requies laboris intermissio, quae omnino in hominum vita necessaria est, es el descanso dar punto al trabajo, interrumpirlo, y cessar del para poder despues seguirlo; cosa tan necessaria para la vida humana, que no puede conservarse sin descançar; y ávn del mismo hazedor, y criador de todas las cosas, en quien no puede caber cansancio ni fatiga de trabajo, se dice: Requievit ab omni opere, quod patrarat. (Gene. 2).

     (587) Si este orden, y concierto guardan todos los hombres del mundo en descançar despues de auer trabajado, en esta nacion es tan al contrario, que estos naturales antes de trabajar descansan, con vna costumbre tan deprabada, y tan fuera de raçon, que como todos en general están tan sujetos á el trabajo ya proprio de sus sementeras, ya de obligacion en grandes seruicios personales, que hazen, y de largos caminos, que se les offrecen, les persuade el Demonio, ó la mala costumbre antiguamente introducida, que si antes de començar estas acciones se emborrachan, mucho, y muchas vezes, cobran fuerças, y alientos para el trabajo, que les aguarda; y assi llaman estos á esta accion en su lengua Nocehuiliztli, que quiere decir mi descanso. cobrar aliento para trabajar; con que haziendo, esto van muy contentos. en que no les faltarán las fuerças, y que despues quando vengan á sus casas deshecharan el cansancio con otras tantas borracheras, como las antecedentes.

     (588) De donde resultan en ellos grandes enfermedades, y no conocidas, porque la borrachera antecedente los dexa de manera, que quando, van á su trabajo, ó camino van ya molidos; despues en su trabajo tienen mala comida, y peor cama, con que vno con otro los enferma, materia en que mas abajo propondré mi dictamen; y assi, auiendo destas acciones resultado la enfermedad, entra la consulta del medico, de donde se sigue la supersticion, conque lo mas ordinario es echar sangre por la voca procedido de las borracheras, y molimiento de su intolerable trabajo. Vsan, pues, para esta enfermedad del remedio del copal, ó de la sal, dándosela á beber, ó en ayuda, valiendose del conjuro para darle valor á todo, segun el parecer, y embuste de ellos, y assi dicen:

     Ven acá, mi Madre la blanca muger: está en lo que te digo, que ahora às de destruir el verde dolor, el negro dolor. Blanca muger madre mia, está en lo que te digo, que ahora às de entrar en las siete cuebas (el pecho ó el vientre), y alli apaciguarás á la muger bermeja (la sangre), y tendrá rezio, y con tiento el ave, ó el Espíritu, que ya lo cubre el polvo, y ya desfallece: executa esto al momento, que no mañana, ni el dia siguiente.

     (589) A lo interior, que causa la sangre, ó en el pecho, ó en el vientre, nombran debajo de la methaphora de vn pajaro, que con las alas está batiendo dentro, como quien sacude polvo de alguna parte y con esto dicen, que queda hecha la cura. Quando el cansancio, ó trabajo, no passa á echar sangre por la voca, les da vn aturdimiento en todo el cuerpo, y principalmente en los lomos, que es lo mas ordinario y natural en todos; y como estos dolores de ordinario prouienen de alguna sospecha de resfrio, y de continuo causan embaramiento en el celebro, y serro: vssan los medicos embusteros de vna cura toda de supersticiones llena.



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2. Eficacia atribuida a las palabras del conjuro en el alivio del cansancio

     ESTA ENFERMEDAD CONSISTE (590) toda en fomentos de la parte affecta, ó resfriada: llamanla los Titzitles embusteros, Tetleic, caliztli que todo es apretar, y fomentar donde está el mal; para lo qual calientan primero vna piedra, ó tiesto, que esté hecho vn fuego, y luego tienden al paciente desnudo de la cinta arriba voca abajo sobre vna estera, y el medico con vn bordon en la mano, moja vn carcañal de vn pie, que de ordinario los tienen de callos como vn armadillo; y assi mojado le pone sobre el tiesto, ó piedra hecha asquas hasta que siente que el fuego y su calor à passado aquel gruesso pellejo, y callo, y está ya bien caliente, y toca en la carne viva, conque empieça apretando con el carcañal los lomos y espinaso del paciente vssando del conjuro siguiente:

     Ea, ya ven acá, tú, las quatro cañas (al fuego), que echas llamas y tienes cabellos rubios. Ea, ya ven, y aduierte no me codicies (idest no me dañes): Aqui traigo mi esponjado carcañal, ó callo, no te emplees en el (idest no solo lo calientes á el), porque contigo, y con él pretendo apartar, y quitar de donde está el verde dolor, el pardo dolor, que ya quiere destruir á el hijo de los Dioses; y por el contrario, yo tengo de destruirlo, y quemar.

     (591) Otros añiden á este apretar con el carcañal, y conjuro que van haziendo, lo siguiente:

     E traido mi red varredera (el fuego): dónde se à ido? dónde está de assiento? (al dolor). Por dicha dentro de la cama, ó sobre la ropa de esmeraldas, y de carne?

     (592) Methaphora, que vsan de lo interior de la cama, y ropa de ensima, conque nos cubrimos; nombranla con aquellos epitetos de Chalchiuhpepechtli, in tonata pepechtli, y como se siente en semejantes enfermedades aliuio con apretar, y fomentar la parte affecta, dicen, que ya quedó bueno, sin attribuir jamas el effecto á la naturaleza de la medicina, sino á la efficacia de las palabras del conjuro. Quando el dolor del cansancio es general en todo el cuerpo, hazen el remedio de apretar en la forma dicha hasta los carcañales, valiendose de alguna evacuacion de ayuda, y añidiendo, este conjuro sobre las dichas ceremonias de apretar el cuerpo con el carcañal caliente:

     Ven acá, pardo y verde bosteso, ó esperesos, que emos de buscar el pardo, ó verde entiesamiento, ó dolor del cuerpo, para quitarlo.

     (593) Vsan de este conjuro de los bostesos, ó esperesos, por ser lo mas ordinario en estas enfermedades, ó cansancios el bostesar, ó esperasarse. Y quando la ayuda es de la medicina, que llaman Tzopilotl, dicen otro conjuro, que añiden á lo dicho, diciendo:

     Ven acá, tú, blanca muger (hablan con la yerba que es blanca como almendras) á consumir el pardo dolor, y á quitar el cansancio.

     (594) Quando destos cansancios se recrescen algun dolor en el estomago, se valen de la yerba Atlinam, que es vna que ay de ordinario en el agua, ó en las humedades, y assi la llaman hija del agua, ó que el agua la cria del Tzopilotl, y lo hechan por ayuda con su conjuro dizendo:

     Ven acá, verde espiritado, aqui te aplico á las siete cuebas, para que eches de ellas al verde dolor, al negro dolor (quando aplican el tzopilotl). Ea, ven tú, la blanca muger, aqui te aplico, &c.

     (595) Vsan otras vezes de Sahumerios, para lo qual conjuran los dedos, el fuego, y la yerba, conque sahuman; y quando no se valen de ayudas, sino solo de fomentar el vientre, conjuran los dedos, el fuego, y la medicina conque vntan y fomentan.



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3. Remedio principal y modo de curar las calenturas

     ES MUY ORDINARIO DESTOS MALES (596) resultar el accidente de calentura, ya que no por la misma enfermedad del molimiento, por los fomentos, que le hazen al enfermo: por lo qual, pondré aquí el modo, que tienen de curar las calenturas. El principal remedio, que vsan y el que es general para todo genero de enfermedades es el Ololiuhqui, no solo por la naturaleza de su qualidad, que dicen ser fresca, sino por la deidad y veneracion que le attribuyen, y en que lo tienen, como se à dicho en el cap. 15, p. 3, y tambien porque le acompañan con las palabras del conjuro.

     (597) Vsan, pues, el dar á beber al paciente esta yerba, no solo para que las refresque, sino para que le revele el estado de su enfermedad, por cuya causa le bebe con todas las circunstancias de retiro, y soledad, limpieza, y conjuro, que le hazen; el qual es no imperativo, sino deprecatiuo, promissorio, y votiuo de seruirle con entera salud, diciendo:

     Ven acá, espiritado frio, que às de quitar esta calentura, ó calor; y às de consolar á tu siervo: que quizas vn dia, ó quizas dos dias te servirá, y varrerá el lugar.

     (598) Esto vltimo dicen por la promessa, que le hazen de que personalmente le seruirá el enfermo si sana. Lo mismo hazen con el peyote: y es muy cierto, que assi con el desvario de la calentura, como con la fortaleza de la bebida, que embriaga, se les representan visiones y appariciones de sanctos, y del mismo Ololiuhqui en varias figuras consolandolos; de todo lo qual saca el Demonio su cosecha en occasion tan apretada como es en enfermedades, que las mas vezes son mortales, y mueren de ellas; mas los medicos embusteros procuran acreditarse si acaso sanan los enfermos; y si no sanan nunca ellos tienen la culpa. Otros vsan para remedio de calenturas del mismo Ololiuhqui, ó peyote acompañado con la yerba Atlinan, y desleido todo con agua fria lo echan por ayuda con este conjuro:

     Ea, ya ven, la muger (yerba Atlinan), y vé á quitar á el calor verde, á el calor pardo, á el calor encendido, ó mermejo, al calor amarillo (los colores que causa la enfermedad), que para este effecto te enbio á las siete cuebas, porque te mando: no lo difieras para mañana, ni essotro dia: luego al punto lo às de hazer.

     Quién es el Dios, y el tan poderoso, y superior, que ya destruye la hechura de sus manos. Yo lo mando, el Principe de los encantos.

     (599) Otros vsan de otras medicinas, que son el Hucinacaztli, el Mecaxochitl el Quanenepili, y Xiuhcolin, molido todo, y desleido en agua: y para que el enfermo lo beba, lo preparan con su conjuro, diciendo:

     Ven acá, tú, el amarillo espiritado, y espiritado bermejo: ven á desterrar á el verde dolor, á el pardo dolor, que ya quiere quitar la vida á el hijo de los Dioses.

     (600) Otra cura general para todas enfermedades, y calenturas, hallé en vna relacion, que el Licenciado D. Fernando Ruiz de Alarcon daba á el Licenciado D. Pedro Ponze de Leon: la qual hazia vn indio de essa tierra caliente àsia Chilapan, y era, que con solo en agua natural y el sumo de la yerba Atlinan echar dose maises con sus conjuros, le parecia á él, que la dexava tan encantada, y con tantas virtudes que podia ser medicina general á todas enfermedades. Invocava, pues, primero el conjuro del agua puesta en vn vaso, y mezclado el sumo de la yerba con ella decia:

     A tí invoco, mi madre la de las nahuas preciosas: quién es el Dios, ó quién es el tan poderoso, que quiera destruir, y sepultar á mi encomendado?

     (601) Prosigue luego su conjuro con la medicina diciendo:

     Ea ven tú, hermana la verde muger (la yerba), que quiero ir á dexarte en las siete cuebas. Dónde estará, ó se esconderá el verde dolor, el pardo dolor. Ve á estregar con tus manos las encantadas, tripas de manera que surtas effecto, no sea que caigas en verguença.

     (602) Hecho esto, aplica su platica, y conjuro á los doce maises, y dice:

     Yo en persona soy el que hablo, el Sacerdote: Ven, tú tambien, mi hermana sustentadora muger, que ya es tiempo, que ahora finalmente. Quién es el Dios, ó el tan poderoso, que destruye á mi vassallo, ó encomendado? Mejor será, que lo que le daña se salga, y vaya en paz, y me deje (habla con la enfermedad), que no faltarán, donde lo esperen, y donde le den mejor acogida, donde ay muchos regalos, y abundancia de bienes: dexe ya en paz este desventurado, qué tiene, que codiciar en él? Váyase luego al punto.

     Por ventura será mañana. No? ó el dia siguiente? No?, por cierto, sino al punto; y si no saliere, queda a mi cargo el castigo exemplar, que haré en él.

     (608) Dicho esto echa los doce granos de mais en el agua con la mezcla de la yerba Atlinam, y davalo á beber á todo genero de enfermos. Yo fio que este tal Medico, no se fue á la otra vida sin dexar enseñada su falsa doctrina, y conjuros, y que de esta escuela abrá oy en dia muchos.



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4. Con sahumerios y punciones curan las tercianas

     LAS CALENTURAS, (604) que no son quotidianas, sino tercianas las curan con vnas punçadas de vna cruel ahuja, ó con sahumerios de la yerba Yautli que es la yerbaniz con su conjuro, que no puede faltar; es en la forma siguiente:

     Ea, yá ven, el amarillo conjurado, ó consagrado: ve á destruir, y acabar el verde humor, el pardo humor, el amarillo humor, que causa estas tercianas á este mi hijo horrible, porque ellas le traen buelta en polvo la cabeza, y toda desmelenada.

     (605) Otros añiden invocacion á el fuego, en la forma ordinaria, diciendo:

     Ea, ven mi Padre las quatro cañas, que echan llamas, &c.

     (606) Otros dan á beber el piciete con la yerba Yautli, y dicen assi:

     Ea, venid mi Madre la de la saya de piedras preciosas, compañera muger verde, que ya os embio á las siete cuebas, para que saqueis de allí al verde dolor, &c.

     (607) Otros Titzitles indios varones, ó indias àn curado el mal de frios, y calenturas con Ruda, y el Quanenepile deshecho, y dado á beber. Yo vi el papel donde está este remedio, y conjuro, que hazen al agua intitulado Ica motlatlautia in atl. Oracion para inuocar el agua, que no es menester esto para que sea constante cosa, que la adoran por Dios; por lo qual siempre la invocan. Su conjuro dice assi:

     Ea, ya ven tú, mi madre de las nahuas, y huipil de piedras preciosas, y dignate de bajar al vientre de la criatura de Dios, para que allí amanses, y aplaques la ira, y la justicia del cielo.

     Ea, Ya, blanca muger, acompáñate con la muger verde, y juntamente con ella vaja al vientre de la criatura de Dios, para que allí aplaqueis, y templeis la ira, y justicia de el cielo.

     (608) Con estos conjuros davan á beber á el miserable paciente los berbages. Otras curan con las inhumanas punzadas del ahuja, que assi para este mal, como para otros es muy vsado: tienen conjuro general, en que solo differencian si es en la cabeza, ó espinaso. Es el conjuro como se sigue:

     Ola, qué hazes? que matas ya la tierra, y el lodo (dícelo por el cuerpo); pues ya vengo yo á examinarte, y á hazer contra tí pesquiza.

     Y no menos viene el chichimeco (la ahuja), el extrangero, el que trae tripa blanca (el hilo), semejante á la nuestra, que no dexará rincon, que no ande, y no te defenderá estar entre piedras, ni arcaduces (dícelo por los huesos sacros), que alli te destruirá.

     Mejor estarás en otra parte donde ay abrigo de buena cassa, donde ay algodon y mais: en effecto (habla como que le capta la benevolencia á el mal), en cassa abundante abrá alfombras, y assientos de authoridad; abrá ramilletes, y humos olorosos: para qué nos detenemos aquí, donde á lo mas podemos estar tres dias. Mucho mejor estaremos donde digo, y muy á nuestro gusto. Yo te voy siguiendo, que tambien padesco sed, y hambre.

     Mas, de qué te sustentarás en casa de vn desdichado, donde sin quien se lo estorbe entra, y sale el aire (methaphora de la respiracion), cuela donde no ay en que tropessar.

     (609) Y diciendo esto, y punzando sin misericordia, sacan de la parte affecta muy buen golpe de sangre, y refriegan luego con el piciete las partes punzadas, y conjuran el piciete mientras refriegan, diciendo:

     Ea, ven el nueve vezes aporreado, el nueve veses golpeado (Dice esto, porque con él refriega de vna parte ó otra): el que buela como nuve te quitará y destruirá toda fuerça.

     (610) Conque con solo referir la parte punzada son estos conjuros iguales, aplicandolos á todo genero de punzar con ahuja.

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