Boletín (Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil)
Año IX, núm. 16, Enero-Abril 1991
—4→
Paul Hazard1, aludiendo a la poca especifidad de la Literatura Infantil española en cuanto a autor exclusivamente dedicado a ella, expresó: «no hay ningún autor español que haya escrito especialmente para la gente menuda, y que al hacerlo, haya encontrado la expresión de su genio peculiar». Dejando aparte el acierto o no del veredicto, podríamos utilizar el pensamiento y adaptarlo a nuestro caso: «no hay ningún autor murciano que haya escrito especialmente para la gente menuda...» Si acudimos al profundo y reciente estudio «Narradores murcianos de antaño. (1595 - 1936)»2, vemos que Ramón Jiménez Madrid no encuentra un solo escritor, ni colecciones, sueltos, revistas... se dediquen a los más pequeños.
Tampoco en la «Historia de la Literatura murciana»3 los profesores Díez de Revenga y de Paco hacen referencia específica a la Literatura Infantil hasta llegar al siglo XX. En realidad, esta ausencia de «regionalidad» en la Literatura Infantil podría considerarse como una de las características de este tipo de literatura, emanada de su esencial carácter supraliterario: la infancia. Ocurre que la infancia, como categoría, no conoce geografías, regionalismos, peculiaridades étnicas, ni cualquier otro tipo de ámbito restringido. Está por encima de lo circunstancial. El caso es que, hasta este siglo, no hay autores murcianos que hayan escrito para niños y, los que lo hacen en esta época, (todos —5→ escriben también para adultos) tienen un reconocimiento nacional e incluso internacional. Basta citar a Carmen Conde - Florentina del Mar - (Cartagena, 1907), Pedro Collado (Lorca, 1913), Concha Fernández-Luna (Lorca, 1915) - Castillo Puche (Yecla, 1919), -Martínez Mena (Alhama de Murcia, 1931)... Pero aún quedan algunos escritores cuyas obras no han trascendido más allá de nuestra región; unos las han publicado en editoriales regionales, otros han empezado a publicar recientemente, y hay quienes todavía no se han visto en letra impresa. De ellos nos vamos a ocupar.
Empecemos por un libro curioso (y agotado) que la Editora Regional publicó en 1980: «Murcia y el misterio de los Rox», de Pedro Cobos (Jumilla, 1928 - Murcia, 1989), ilustrado por Ricardo Duque. Pedro Cobos es un autor original y controvertido (como lo era él mismo). En su obra para adultos («¡Ay de mi Alhama!», «La cruzada de los niños», «Milán 3.1.3.», «La vida perdularia»...) denuncia y ridiculiza la historia oficial triunfante sorprendiendo con un humor entre cínico y tierno. Pues bien, algo parecido ensaya en su obra para niños. Basándose, muy libremente, en la tradición murciana de la matrona del Almudí (la mujer que deja de amamantar al hijo propio para alimentar al ajeno), construye una historia de personajes simbólicos, fantásticos y realistas, llena de divertidos anacronismos, en la que no faltan romances y versos:
|
Muy sutilmente va introduciendo elementos representativos propios de estas tierras. Como ejemplo, citamos el principio:
—6→
Cubierta de un libro del autor murciano Pedro Cobos.
—7→|
vuelta, tampoco era lo más indicado cargar su cabeza con tanto peso»... |
en el que alude al escudo de la ciudad.
En 1982, la Editora Regional publica con motivo de la celebración del día de la Constitución otro cuento, muy breve, de Pedro Cobos: «La Constitución», que se reparte por los centros escolares.
Y tenemos que esperar hasta los últimos días de 1990, para que la Editora Regional inaugure una colección de Literatura Infantil. Lo hace con un libro de María Adela Díaz Párraga: «Las recetas de la Maga Piruleta», ilustrado por Antonio Ballester y maquetado por Severo Almansa. Licenciada en historia y redactora jefe de Radio Murcia, desde hace muchos años M. Adela Díaz Párraga investiga y difunde diferentes aspectos de la cultura de Murcia. Tiene en su haber, además, el ser autora del libro más reeditado de la Editora: «Recetario de la cocina de Murcia». Sus conocimientos de gastronomía (es corresponsal de las revistas «Bouquet», «Oro Verde», «Tamit»...) han sido puestos, en esta ocasión, al alcance de los niños. Canciones de corro dan forma a numerosas y variadas recetas: dulces, bocatas, ensaladas, batidos... Todas ellas harán las delicias de quienes se atrevan a seguir los consejos de una maga que deja sus pócimas por sartenes y cacerolas.
Martínez Cerezo (Murcia, 1943), escritor para adultos («El otoño de una primavera», «Odisea Blanca», «La otra muerte de Pablo Picasso»...) y crítico de arte, publica un cuento de Navidad, «Jesusico», ilustrado por Pedro Francisco Serna y editado por la Galería de Arte Zero en la Navidad de 1974. Esta iniciativa privada, que yo sepa, no ha vuelto a repetirse.
José Luis Molina (Lorca, 1940) lleva algunos años investigando e impulsando la Literatura Infantil y Juvenil. Desde 1984 participa en la organización de la Muestra Municipal del Libro Infantil y Juvenil de Lorca, y ha organizado los homenajes a Pedro Collado y a Concha Fernández-Luna, lorquinos de nacimiento como él. En 1989 publica su primer libro para niños en la Editorial Edelvives, colección Ala Delta: «Juan Castigo y Pocarropa», ilustrado por —8→ Ana Isabel González Lartitegui. Un mundo mágico y poético se superpone a la realidad cotidiana de un muchachito a quien sus padres querían «sacarle punta».
En la misma editorial y colección otros dos autores de Murcia han publicado sus primeros libros para niños: Antonio Bernal, «Cus-Cus el vagabundo» y Pedro Fernández-Mayoralas, «Los detectives López y Baldosillos».
Dos escritoras, Fuensanta Muñoz Clares y Marisa López Soria, tienen obras inéditas muy interesantes; con toda seguridad las veremos muy pronto en los escaparates de las librerías.
Pero sin duda, esta apresurada referencia a la Literatura Infantil en Murcia quedaría incompleta si no comentásemos algunos hechos que están relacionados con ella, y que, en todo caso, reflejan una inquietud latente por lo que leen los niños.
Durante casi diez años, desde 1978 a 1988, el periódico La Verdad publicó diariamente una página, la última, dedicada a los niños, bajo el título «La Verdad Joven». Diversos coordinadores (José García Martínez, Maite Contreras, María José Montesinos, Paco Romero) se hicieron cargo, día a día, de adaptar noticias, seleccionar adivinanzas (un recuerdo muy especial a Buenaventura Romera, creador de miles de adivinanzas), elegir refranes, recomendar lecturas... Esta sección, que tenía muy buena acogida entre los más jóvenes y que llegó a obtener el premio Nacional de Periodismo, se ampliaba los sábados con un suplemento de ocho páginas.
Entonces, eran los propios niños los que con sus relatos, poemas, dibujos, colaboraban en su confección. En la actualidad, ningún periódico local dedica sección alguna a los pequeños, aunque sí aparecen críticas y reseñas de libros infantiles en los suplementos literarios.
Por otra parte, las obras sociales de las cajas de Ahorros han editado algunos libros relacionados, sobre todo, con la animación lectora y la creatividad. Como ejemplos, dos libros: En 1983, la C.A.M. publica bajo la coordinación de Antonio de los Reyes una antología, «Cuentos», que recoge los relatos de alumnos de octavo —9→ de E.G.B. de Molina de Segura, ganadores de los «Premiosa la creatividad», desde 1976 a 1981.
Caja Murcia, en 1989, «El taller de Lengua y Literatura», de Pedro Guerrero y Amando López Valero.
En fin, la Dirección Regional de Educación editó en 1987 «Desde la tradición oral a la enseñanza de la Literatura», de Carmen Nicolás Marín y la misma Consejería subvencionó la revista LETRAGORDA (el número 4 está, desde hace un año, a punto de aparecer). Los I.C.E.s, en su momento, ahora los C.E.P.s, fomentan los grupos de trabajo y seminarios sobre la Literatura Infantil. Se han celebrado monografías, ferias y exposiciones de libros infantiles, y la Universidad de Murcia ha creado la serie «Ensayos sobre literatura Infantil» para apoyar la investigación y el estudio de esta parcela literaria.
