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11

Rubén Darío, en las «Palabras liminares» a Prosas profanas y otros poemas, homologa los términos «Buenos Aires: Cosmópolis». Véase Darío, Rubén, Poesía, Caracas, Ayacucho, 1986, p. 180.

 

12

Coll, Pedro Emilio, «Decadentismo y americanismo», originalmente publicado en El castillo de Elsinor, Caracas, 1901, reproducido en: Gullón, Ricardo (introducción y selección), El Modernismo visto por los modernistas, op. cit., pp. 82-90.

 

13

Sobre la Revista Moderna véase Zanetti, Susana, «El Modernismo en la Revista Moderna de México», Taller de Letras, Revista del Instituto de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, n.º 27, 1999, pp. 181-187.

 

14

Molloy, Sylvia, «La política de la pose», en Ludmer, Josefina (comp.), Las culturas de fin de siglo en América Latina, Rosario, Beatriz Viterbo, 1994, pp. 128-138.

 

15

Olivares cita varios ejemplos de cómo se caracterizó al Decadentismo y a sus seguidores en el fin de siglo XIX, sobre todo en México: «plagiarios», «bastardos literarios», «vanas copias y hueras imitaciones», «pseudotalentos decadentes», etcétera (Olivares, 1980, p. 61).

 

16

Díaz Dufoo, Carlos. «Cuentos y fantasías», Revista Azul, n.º 4 (1894), México, Universidad Autónoma de México, (edición facsimilar), 1988.

 

17

Apelamos al sugerente título del libro de Montaldo, Graciela, La sensibilidad amenazada. Fin de siglo y Modernismo, Rosario, Beatriz Viterbo, 1994. Para esta crítica la «sensibilidad amenazada» se corresponde con el proceso de tensión e inestabilidad que la cultura finisecular latinoamericana pone en escena, especialmente a través del Modernismo. Es en el campo del arte donde se esbozan respuestas «para hablar de todas las rarezas que se acumulan en el interior de las subjetividades amenazadas» (Montaldo, 1994, p. 12), justamente porque es en el ámbito de lo artístico donde se debate la tensión entre individualidad y requerimientos colectivos que atraviesa, entre otras paradojas, al Modernismo. Agrega Montaldo: «Las amenazas pueden ser múltiples, provenir de varios frentes, encontrar momentos de reposo y consolidación, pero su incidencia produce la fluctuación entre inestabilidad y exaltación, propia de la cultura finisecular. La historia de nuestro Modernismo puede contarse como la historia de esa sensibilidad amenazada, sin territorio, que se transforma y libra de las amenazas de sus sistemas de producción textual» (Montaldo, 1994, p. 17).

 

18

Sucre, Guillermo, «La sensibilidad americana», en La máscara, la trasparencia, Caracas, Monte Avila, 1975. Sucre apela a una cita de César Vallejo donde habla de Darío y su «sensibilidad americana» como un modo de volver visible lo auténtico americano a través del cosmopolitismo y universalidad de su obra. Agrega Sucre: «Pero digamos esto: la sensibilidad americana precede a la obra de Darío y a un tiempo es el resultado de ésta. Darío no inventa esa sensibilidad, pero de algún modo la constituye: le da un sentido más claro, una cierta transparencia; muestra también las contradicciones en que se debate» (Sucre, 1975, p. 26).

 

19

Hago referencia mediante el adjetivo «devorador» al artículo de Molloy, Sylvia, «Voracidad y solipcismo en la poesía de Darío», Sin Nombre, San Juan de Puerto Rico, vol. XI, n.º 3, octubre-diciembre de 1980, pp. 7-15. Allí la crítica señala que dos movimientos atraviesan la poesía dariana: la voracidad y el solipcismo, descriptos de la siguiente manera: «Por un lado, la necesidad de penetrar y de incorporar; por el otro, la necesidad de cerrarse, de no dejarse incorporar» (Molloy, 1989, p. 7). La voracidad le permite a Darío colmar la página blanca y llenar un vacío respecto de tradiciones literarias anteriores al Modernismo en América Latina, devorando, eligiendo, incorporando otras tradiciones (especialmente francesas). Veremos que la voracidad se repite y se pone en escena de modo muy explícito en la novela De sobremesa de José Asunción Silva.

 

20

Del Casal, Julián, «Joris-Karl Huysmans», La Habana Literaria, (15-3-1892), reproducido en: Gullón, Ricardo (introducción y selección), El Modernismo visto por los modernistas, op. cit., pp. 450-459.