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141

Cf. el siguiente pasaje: «Cualquiera puede darse cuenta de que en Europa, desde hace años, han empezado a pasar 'cosas raras'. Por dar algún ejemplo concreto de estas cosas raras nombraré ciertos movimientos políticos, como el sindicalismo y el fascismo». Esta cita de La rebelión de las masas muestra hasta qué punto Ortega no podrá defenderse del fascismo, en tanto no sepa considerarlo diferenciadamente; ella está tomada de la edición de Revista de Occidente, Madrid, 1968, p. 130. La obra había empezado a publicarse en 1926 en el diario El Sol de Madrid y apareció como libro en 1929. Es sumamente sugerente que el ideólogo de fascismo español José Antonio Primo de Rivera (1903-1936) se mostrara entusiasmado por las ideas de este pensador; cf. estas palabras de 1935: «Una generación que casi despertó la inquietud española bajo el signo de Ortega y Gasset se ha impuesto a sí misma, también trágicamente, la misión de vertebrar a España», en Obras completas, Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, Madrid, 1940, p. 65-86.

 

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Desde su obra España invertebrada (1921) Ortega había empezado a expresar su miedo ante las masas (Cf. Salvador Giner, La sociedad masa: ideología y conflicto social, Seminario y Ediciones, Madrid, 1971), adjudicando a la demagogia de las democracias, lo que era, en realidad, una consecuencia sociológica más profunda basada en los cambios de producción capitalista. Los militares argentinos paralelamente pudieron sentirse aludidos con declaraciones como éstas: «Los privilegios de la nobleza no son originariamente concesiones o favores, sino por el contrario, son conquistas. Y, en principio, supone su mantenimiento que el privilegiado sería capaz de reconquistarlas en todo instante, si fuese necesario y si alguien se lo disputase. Los derechos privados o privilegios no son, pues, pasiva posesión y simple goce, sino que representan el perfil adonde llega el esfuerzo de la persona. En cambio los derechos comunes, como son los 'del hombre y del ciudadano', son propiedad pasiva, puro usufructo y beneficio, don generoso del destino con que todo hombre se encuentra, y que no responde a esfuerzo ninguno, como no sea el respirar y evitar la demencia», de J. Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, op. cit., p. 120. Con estas expresiones un filósofo de 1929 lucha todavía contra los logros de 1789.

 

143

Cf. Antonio Gramsci, Americanismo e fordismo [cuaderno escrito en la cárcel en 1934 y que lleva el número 22], Einaudi, Torino, 1975.

 

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Sus palabras tuvieron gran repercusión y fueron editadas en Madrid en 1913 con el título de El hombre mediocre. Esta investigación sociológica de corte irracional tenía el tronco común de la novela de Dostoyevski, en la que se había inspirado un sociólogo que había hecho escuela: Gustave Le Bon (1841-1931). A este autor se debió el exitoso estudio Psychologie des foules (1895) que influirá en una obra de Freud como Massenpsychologie und Ich-Analyse [Psicología de masas y análisis del Yo], de 1925, y en tantas otras hasta llegar a culminar en la de Ortega. Ellas estaban cargadas desde su punto de partida con la visión personal reaccionaria del novelista ruso.

 

145

Cf. el artículo de 1925 titulado «La hora de la espada» donde Lugones dice: «Jerarquía, disciplina y mando, son las condiciones fundamentales del orden social, que no puede así subsistir sin privilegios individuales», en La Patria fuerte, Círculo Militar, Biblioteca del Oficial, Buenos Aires, 1930, p. 39.

 

146

Véase José Luis Romero, op. cit., p. 231. También David Viñas en ¿Qué es el fascismo en Latinoamérica?, La Gaya Ciencia, Barcelona, 1977, coincide en señalar que faltaba en la Argentina la mínima acumulación capitalista independiente para el establecimiento de un verdadero fascismo. Rauschning (op. cit., p. 63) y Carlos M. Rama, en Historia de América Latina, Bruguera, Barcelona, 1978, p. 267, sostienen que se daban, sin embargo, en Argentina otros factores.

 

147

El economista inglés John Maynard Keynes (1883-1946) publicó en 1920 en New York The Economic Consequences of the Peace, pero sólo logró después de 1930 que Inglaterra siguiera sus consejos. Los éxitos de la aplicación de su política económica le valieron en 1942 el título de lord.

 

148

Cf. R. Hofstadter, op. cit. p. 425, y V. Trías, op. cit., tomo II.

 

149

Por este motivo la república radical aparece integrada dentro del sistema oligárquico en el libro de Marcos Giménez Zapiola (compilador), El régimen oligárquico. Materiales para el estudio de la realidad argentina (hasta 1930), Amorrortu, Buenos Aires, 1975.

 

150

Cf. la naturalidad con que se presenta semejante invasión en la Encyclopaedia Britannica, op. cit., tomo 2, p. 323, bajo el título de «Argentina»: «A traditional resistance to Spanish misrule was giving place to e recognition that Spain had no rigth to press them [es decir "the Buenos Aires people"]. This began to find articulate expression. Then the British came. In 1806 a fleet of British ships appeared of Buenos Aires with a landing force of 1,200 men under Sir Home Popham [...] On August 12 they drove the invaders from the city. A larger British force that came next year was also defeated and compelled to retire».