Toledo en el siglo XV, col. Documental, núm. 22 (13 de agosto de 1451).
Ya hemos visto cómo varios conversos -los hermanos La Torre y el lic. Franco entre ellos- desempeñaban oficios de regidores últimamente en Toledo.
Loc. cit., fol. 201.
«E pocos días ha -concluye Mesa- que fue vendida una ración en esta Eglesia; quién la vendió e la compró, vos, señor, los sabedes», aunque no nos sea dado el conocerlo a nosotros.
Describen estas armas e ingenios la carta de Pedro de Mesa y ALONSO DE PALENCIA en su Crónica, t. II., pp. 48-49 (t. II, p. 415 de la edición TATE-LAWRANCE, Madrid, Real Academia de la Historia, 1999). «Nombraron -dice éste- (los conversos) secretamente por su capitán a Fernando de la Torre, que les merecía concepto de esforzado porque se vanagloriaba de muchas hazañas, y comprando amas con dinero de todos, las depositaron en su casa como en un arsenal a donde pudiesen acudir por ellas la juventud y los que no las tuviesen en los rebatos y casos repentinos, y cuando pensasen poder desbaratar a cualquier turba de cristianos viejos y apoderarse de los vencidos».
Vid. sobre esto PALENCIA, Crónica, t. II, pp. 48-51 (t. II, 414-416 de la edición TATE-LAWRANCE).
ROMÁN DE LA HIGUERA, Historia Eclesiástica de la Imperial ciudad de Toledo y su tierra, B.N., ms. 1290, t. VII, fol. 17.
VALERA, Memorial de diversas hazañas, B.A.E., t. 70, cap. XXXVIII, pp. 44-45.
Ibid. -Vid. también el relato, con análogas palabras, en PALENCIA, Crónica, t. II, p. 115 (II, 414-416 de la nueva edición) y GALÍNDEZ, p. 316-. En su carta a la ciudad, acusando recibo de la embajada, D. Alfonso daba largas al asunto, alegando la ausencia de sus principales consejeros (Olmedo, 31 de agosto de 1467, Toledo en el siglo XV, col. Documental, núm. 41).
Lo hemos hecho en Toledo en el siglo XV, pp. 102-109.