¡Al fin!... Tus acentos graves
Allá, en occidente, se pierde el sereno
Bellos los campos son que tus orillas
Bogad: que las aguas divida la prora
Como al veloz impulso del aquilón rugiente
Como, tal vez, en los ruinosos muros
Cuando, en las tristes horas invernales
Cuando sus alas la noche
Dadme la lira: inspiración ardiente
¿De dónde vienes?-No lo sé: un momento
¡Dios! de los buenos poderosa egida
Dulces cantos, ¡oh Cádiz! repite
El sol que se levanta
El tiempo es inflexible: su curso impetuoso
En vano tu sentimiento
Eres joven, eres bella
Existe uña región de clima ardiente
Fue tu amor, Laura, la loca brisa
¡Granada! patria hermosa del genio y la armonía
Hora de melancolía
Llamé a la puerta de la riqueza
Mi pecho enciende en misterioso fuego
¡Miradla!-Apenas seis veces
Mueve las flores perfumado viento
¡Niña! el sol en occidente
¿Quién eres tú, que del tendido cielo bajas
Sentada en la alta peña que el mar besa sonoro
¿Si, cual tus rasgados ojos
Si melancólico miro
Su frente, coronada de encinas, el Carmelo
¿Ves, amigo, nacer en el oriente
¡Viva el placer! La tempestad sombría
Yo escucho en el espacio torrentes de armonía